martes, 22 de diciembre de 2015

El clima del valle cochabambino según Alcides D’orbigny


Alcides D’orbigny, en septiembre de 1830 estaba en Cochabamba, y sus impresiones como naturalista ilustran las características del clima en la bioregión valluna durante ese periodo:

 “La temperatura es muy agradable. Aunque situada en la zona tórrida, la elevación del valle sobre el nivel del mar le da las características de una región muy templada, donde no hace ni tanto calor ni tanto frio como en Provenza: el olivo no se hiela nunca. En el mes de septiembre, es decir, al comienzo de la primavera, el máximo de temperatura no me dio nunca arriba de 18 a 20 grados centígrados, y la proximidad de las montañas nevadas produce a menudo una frescura saludable”.

 El valle es comparado por D’orbigny con una de las regiones más hermosas de Francia, con su paisaje y clima mediterráneo, pero tambien productiva; por otro lado, la importancia fundamental de los vientos de la cordillera en la regulación bioclimática valluna, es destacada por el científico, son los vientos que refrescan, frio y húmedo debido al nevado del Tunari. La temperatura máxima en el mes de septiembre medida por el explorador galo fue 18 a 20 grados centígrados, sorprendente, pues este año, 2015, casi 200 años después, el 15 de septiembre llegó a marcar 31 grados, y la temperatura promedio del mes fue de 27 grados centígrados; una diferencia de por lo menos 7 grados. No existen más las montañas nevadas permanente en el Tunari, que deslumbraron a D’orbigny, y que refresquen los vientos dirigidos al valle.
Que mayor evidencia de los efectos del cambio climático en escala local?


miércoles, 2 de diciembre de 2015

La caída del desnivel Av. Independencia y la administración gubernamental



 Carlos Crespo Flores

La caída del desnivel de la Av. Independencia y 6 de Agosto sintetiza de manera diáfana la forma como se administra el país, con el "proceso de cambio". Veamos sus rasgos.

El tipo de contratos. El sistema de contrato por invitación directa y "llave en mano" constituyen verdaderas "licencias para matar", pues permite a las empresas realizar lo que sea favorable a sus intereses, con escaso control estatal o social. Manipulando la norma, no hubo estudio de impacto ambiental menos consulta pública; hubo modificaciones en el diseño, materiales, para reducir costos.  

Obras en función a criterios políticos no necesidades de la gente.  El desnivel de la Independencia es parte de una batería de "obras estrella" que el alcalde "Cholango" implementó para complacer al "Gran Jefe", antes que resultado de algún plan. De hecho, recién se está elaborando el pan de vialidad y transporte de la ciudad, del cual debería salir la pertinencia, o no, de tales obras. Pero acá se procedió al revés.

La prepotencia del poder. Las autoridades municipales no escucharon el pedido de vecinos, investigadores de la UMSS, ecologistas, que demandaban suspender la obra mientras no se demostrara que tales desniveles solucionaban el problema del tráfico y contaminación vehicular, que se hicieran estudio de impacto ambiental, consulta pública. Nada. Es la lógica del "sí o sí", del "le damos nomas como sea" el que se impuso, con los resultados trágicos

La cooptación. Como en el TIPNIS, Takovo Mora, los vecinos fueron divididos, criminalizados, perseguidos. Uno de ellos, Armando Vargas, terminó siendo alcalde interino del partido de gobierno, quien legitimó los desniveles. Los dirigentes de la OTB y el distrito, funcionales al "Cholango" también firmaron la construcción de las obras, a cambio de dádivas políticas.

Pero el drama viene en combo, en serie. Qué seguridad existe que no sucederá lo mismo en los otros desniveles, que tienen similar diseño? Los desplomes de muros en el desnivel de la Av. República no anuncian nada bueno. Pero lo que han hecho en este barrio es peor aún: para construir un ala del desnivel han destruido la plazuela José Cuadros Quiroga, uno de las pocas áreas verdes en la zona. Quien asumirá los costos de este crimen ecológico?

Lo último que interesa a los gobernantes es la gente. La zona es comercial, las pérdidas son incalculables, peor aún si calculamos los problemas de tráfico y circulación que está ocasionando a una de las zonas más densamente pobladas y populares de la ciudad, como es La Cancha/San Antonio, la terminal de buses. “Sabe Dios” cuanto tiempo estará este monumento al fracaso y la corrupción de los poderes municipales, mientras deciden su futuro. Los vecinos quieren su demolición, pues no hay certeza que la base estructural no haya sido dañada. Pero, es la política lo que definirá, como siempre.