1. El
concepto
Los “trabajos de
mierda” (bullshit jobs) son
"formas de empleo vistos como completamente inútiles por quienes las
realizan", pues "no hacen una contribución significativa al
mundo". Los titulares de tales trabajos los consideran una "pérdida
de tiempo" y piensan que su desaparición "no haría ninguna diferencia
o que el mundo sea un lugar mejor". U “trabajo de mierda” es una forma de
empleo completamente inútil, innecesario o pernicioso que incluso el empleado
no puede justificar su existencia (Graeber, 2017: 17).
Refinando la definición,
el antropólogo norteamericano afirma que los “trabajos de mierda” no son solo aquellos
inútiles o perniciosos; por lo general, también tiene que haber cierto grado de
simulación y fraude. El titular del trabajo debe sentirse obligado a fingir que,
existe de hecho, una buena razón por la cual su trabajo existe, incluso si en
privado, encuentra tales afirmaciones ridículas. Tiene que haber algún tipo de
brecha entre pretensión y realidad (Graeber, 2017: 20).
Yendo más allá, cuando
la gente habla de “trabajos de mierda”, por lo general se están refiriendo al
empleo que implica ser pagado por trabajar para otra persona, con o sin salario
(la mayoría también incluiría consultorías pagadas) (Graeber, 2017: 21).
Definición final:
un “trabajo de mierda” es una forma de empleo remunerado que es tan
completamente inútil, innecesario o pernicioso que incluso el empleado no puede
justificar su existencia, aunque, como parte de las condiciones de empleo, este
se sienta obligado a fingir que este no es el caso (Graeber, 2017: 22).
2 "Trabajos de mierda" en la academia
Uno de los
rasgos de la universidad pública como
la boliviana, es que esta se organiza alrededor de criterios
administrativos y político-partidarios, antes que académicos. La relación
básica docente-alumno, a partir de la cual se debe construir la institución, ha
sido sustituida por una infinidad de procedimientos, regulaciones, y atravesada
por relaciones de clientelismo, padrinazgo entre sus miembros, tanto que la
práctica académica es el último y oscuro eslabón de la cadena de mando.
Bullshitization es
un problema para la academia, afirma David Graeber. En la mayoría de las
universidades hoy en día -y esto parece ser cierto en casi todas partes- el
personal académico cada vez pasa menos tiempo estudiando, enseñando y escribiendo
cosas, y cada vez más midiendo, evaluando, discutiendo y cuantificando la forma
en que estudian, enseñan y escriben sobre cosas (o la forma en que se proponen
hacerlo en el futuro). Según informes, las universidades europeas gastan al
menos 1.400 millones de euros al año en aplicaciones fallidas de subvenciones.
Ha llegado al punto en que "administración" ahora ocupa tanto tiempo
de la mayoría de los profesores, que quejarse es el modo predeterminado de
socializar entre los colegas académicos; de hecho, insistir en hablar sobre el
último proyecto de investigación o idea de curso, es considerado algo grosero.
Bullshitización=incremento personal
Graeber señala que
el incremento en estas “tareas de mierda” ha coincidido con un crecimiento
sustancial en la administración universitaria y el personal de apoyo. De 1985 a
2005, señala, la población estudiantil y docente en los colegios y
universidades aumentó en un 50%, mientras que la administración aumentó en un
85%, y la cantidad de personal administrativo aumentó en un 240%. Esta es
una tendencia que nuestra universidad también comparte.
En teoría, estos
son personal de apoyo. Existen para facilitar el trabajo de otras personas. En
la concepción clásica de la universidad, al menos, están ahí para salvar a los
académicos el problema de tener que pensar en cómo organizar las asignaciones
de aulas o autorizar los pagos de viaje, lo que les permite, en cambio, pensar
grandes pensamientos o documentos de grado. Sin duda, la mayoría del personal
de apoyo todavía realiza ese tipo de trabajo. Pero si esa fuera su función
principal, lógicamente, cuando se duplican o se triplican, como resultado los
profesores e investigadores deberían tener que hacer muchas menos tareas
administrativas. En cambio, parecen estar haciendo mucho más, concluye el
profesor de Goldsmiths College (University of
London).
Feudalismo gerencial
Graeber cree que
el problema es una versión del "feudalismo gerencial":
Las personas ricas
y poderosas siempre se han rodeado de llamativos séquitos; no puedes ser
realmente magnífico sin uno. En la corporación contemporánea, la acumulación
del equivalente de los criados feudales a menudo se convierte en el principal
principio de organización. El poder y el prestigio de los gerentes tienden a
medirse por el número de personas que trabajan para ellos. Por lo general, se
mantiene a los trabajadores de oficina, aunque literalmente no estén haciendo
nada, para que no se vea afectado el prestigio de alguien. Esta es la verdadera
razón de la explosión del personal administrativo en la educación superior. Si
una universidad contrata a un nuevo rector o decano. Entonces, para asegurarse
de que se siente apropiadamente impresionante y poderoso, el nuevo contratado debe
contar con un pequeño ejército de lacayos. Se crean tres o cuatro posiciones -y
solo entonces comienzan las negociaciones sobre lo que realmente harán.
Trabajos de cuidado y bullshitization
Su hipótesis es
que la educación superior ha sido particularmente susceptible a la
bullshitización porque la academia es un tipo de lugar de encuentro del sector
de cuidados -definido en su sentido más amplio, como una ocupación que implica
cuidar, fomentar o promover la salud, el bienestar o desarrollo de otros seres
humanos- y del sector creativo. La creciente prevalencia de una perspectiva gerencial
en estos dominios significa que sus profesionales están "obligados a pasar
proporciones cada vez mayores de su tiempo pretendiendo cuantificar lo no
cuantificable".
La escena es en una oficina de la universidad pública,
el número de administrativos es el doble que el académico, realizando funciones
irrelevantes al quehacer académico: portero, mensajero, telefonista,
secretarias y asistentes de dirección. Una reorganización seguramente reduciría
a la mitad el personal de apoyo necesario.
Servicios y administración: "trabajos de mierda"
Graeber considera
que estos trabajos en el sector servicios y administrativos son 'trabajos de
mierda', un término conciso que enfatiza su aparente sin sentido. Observa que
la expansión de empleos en estos dos sectores ocurrió junto con la eliminación
de empleos productivos, en los que los trabajadores interactuaban con el mundo y
hacían cosas tangibles (aunque a veces virtuales). La mayoría de los
trabajadores restantes solo pasan una fracción de su tiempo haciendo el trabajo
por el que creen fueron originalmente contratados; se
gasta más tiempo realizando tareas “de mierda” moral y políticamente desalentadoras.
Solo una pequeña fracción de este resto todavía tiene el tipo de empleo que
muchos de los últimos creyeron que inicialmente estaban entrando.
Fuentes
Graeber David
(2018) Are You in a BS Job? In Academe,
You’re Hardly Alone
Graeber David
(2017) Bullshit Jobs. A theory. Simon
& Schuster. 333 pp.