martes, 28 de febrero de 2012

Corso de Corsos: El día que Evo Morales desapareció del Palco




PABLO ROJAS*
El Carnaval cochabambino se caracterizó por el disfraz y la copla picaresca dirigida al intendente o al señor diputado. Con el tiempo, en la época del 80 y 90, podíamos apreciar en el Corso de Corsos y en distintas entradas vallunas, el jocoso disfraz de los presidentes Víctor Paz, Bánzer, Paz Zamora, Goni, o de políticos como Max Fernández, el Compadre Palenque y Guillermo Bedregal con su rosario, incluso se podía ver a un disfrazado de cholita con una careta que representaba al alcalde Reyes Villa. En el carnaval, con el disfraz y la copla, se mandaba el mensaje irreverente y festivo a las autoridades y políticos. ¡Qué buena manera de representar la aprobación o desaprobación de actitudes positivas o negativas de los políticos!
Este 2012, en el punto de partida del Corso de Corsos, se escuchaba un mensaje por los parlantes: “Está prohibido utilizar disfraces o mensajes que hagan alusión a altas autoridades”. ¡Caramba! Recordé cómo era el culto a la imagen del dictador y presidente italiano Mussolini. Justamente, “prohibir alusiones sobre el presidente” era una de las características de un Estado fascista: el jefe es intocable. El fascismo centra su atención a “la Exaltación de un jefe carismático” que, a decir de Max Fritsch, representa al “que nunca se equivoca”, “el que siempre tiene la razón”. En nuestro caso, hablamos de Evo Morales, el hombre fuerte que necesitaba encontrar Bolivia, el Superhombre de Nietzche, que “cuando la providencia lo pone al frente de un pueblo debe presentársele obediencia ciega y seguirle sin titubeos”. A ello se suman otros dos componentes clave en el fascismo: a) Omnipotencia del Estado, donde los habitantes deben subordinarse al Estado y, en lo político, se suprime toda oposición ya que ésta representa “una perturbación para el buen gobierno”; b) Protagonismo de las élites, equivalente a que una minoría debe gobernar; a todas luces, en Bolivia, eso representa a los terratenientes cocaleros que se han aliado a una burguesía elegida de algunos fructíferos empresarios nacionales y extranjeros.
Volviendo a nuestro Corso de Corsos, se organizó una Comparsa valluna en Defensa del Tipnis compuesta por jóvenes universitarios, amantes de la naturaleza, artistas de teatro y músicos. El objetivo perseguía dramatizar y cantar la realidad boliviana. Emocionante!!! Durante todo el recorrido, el público festejó, aplaudió las dramatizaciones y cantó coplas. Encabezaba la comparsa un muñeco gigante que lloraba y que representaba al Tipnis junto a un letrero que decía “Defendamos el Territorio Indígena Isiboro Sécure”. Varias dramatizaciones llenaron de júbilo al público: una mujer, con masquin en la boca y en las manos, era lastimada en el suelo por policías enmascarados, cuando el público gritaba “No, no, no, violencia”, aparecía un monstruoso personaje para silenciar al público con su machete y otro hacía lo mismo con su maskin. Otra escena picarezca era la del señor presidente Evo Morales que llevaba en la frente una corona de laureles y estaba del brazo de la Carretera de la Muerte y ambos le rendían culto al Tío Sam. Estaban también las flores, animales, árboles, cantando a coro coplas como: “La consulta previa la quieren después, ¡Ay, este Gobierno de mamones es!!!”; “Carnaval alegre dicen que te vas, porque no te llevas al Linera más”; “El Evo defiende a la Madre Tierra, lo malo es que lo hace con su motosierra”; “El Tipnis se respeta, el Tipnis no se toca, porque este Gobierno quiere pisar coca”.
Todo el recorrido del Corso se volvió una emocionante Campaña en Defensa del Tipnis. Sólo un espacio quedó silenciado: el Palco. Primeramente, ya en la avenida Ramón Rivero, vino un funcionario de la Alcaldía que expresó que NO se podía entrar con letreros alusivos a la defensa del Tipnis. Lógicamente, tuvo que desistir de su pedido porque se le dijo que vivimos en un país donde la libertad de expresión simboliza a la Democracia. Seguidamente, por una orden superior, el carro alegórico de la Reina del Carnaval (que estaba detrás de nosotros) quiso atropellarnos y gracias a Dios tuvo que detenerse ante la presión del público. Respetado nuestro espacio, uno de los militares pidió disculpas a la Comparsa y expresó que “no molestaría y que podíamos seguir tranquilos”. Cosa que efectivamente sucedió ante la desesperación de funcionarios de la Alcaldía que sacaban bandera roja de desaprobación y apuraban a la Comparsa para que se pasara el Palco con rapidez y el canal 7 cortaba su señal. Los rostros de los invitados del Palco reflejaban palidez e impotencia civil, algunos funcionarios de la Gobernación con una sonrisa de aprobación se aguantaban las ganas de aplaudir. Una solitaria voz se oyó: “Bravo!!!”
Ante el fracaso del “Plan de desarticulación de la Comparsa del Tipnis”, el señor presidente Evo Morales Ayma, el gobernador Edmundo Novillo, el alcalde Edwin Castellanos, siguieron al pie de la letra el protocolo de seguridad y se refugiaron en la Carpa VIP armada detrás del Palco. Algunos tenían el ánimo contrariado y otros disimularon su molestia, pero, principalmente, le recordaron al Presidente que todo “estaba bien” y que no hay nada que pueda detener el proceso de cambio. El resto no interesaba, eran pequeñeces, como el hecho de despreciar a una “pinche” Comparsa y a una Reina de Carnaval que seguramente esperaba el saludo afectuoso de las autoridades.
Afuera, la sabiduría popular retraba la realidad y le gritaba al Presidente la verdad: “El Pueblo no quiere carretera a través del Tipnis, el Pueblo no quiere tanta mentira, el Pueblo exige respeto a la Democracia, el Pueblo exige respeto al Carnaval”.
Cochabamba, 27 de febrero de 2012
Bibliografía
- Fritz, Max: La Muralla China
- Nietzche, Federico: El Superhombre
- El fascismo italiano en “Historia Universal”, Ediciones Norma
*Miembro de la Campaña en Defensa del Tipnis, blitorojas@hotmail.com

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