viernes, 8 de junio de 2012

Terrorismo

MARIA GALINDO

Fue Banzer durante la dictadura y bajo el amparo de la CIA y el imperialismo quienes idearon la doctrina de seguridad nacional para plantear la presencia de un enemigo interno que debe ser aniquilado. Bajo ese presupuesto es que se constituyó una de las vocaciones más profundas de las Fuerzas Armadas en Bolivia que fue perseguir, asesinar, torturar y encarcelar en nombre de la patria.

Quienes acariciamos la democracia como un bien por el que lucharon generaciones anteriores a la nuestra y por la que luchamos nosotras mismas con todas nuestras fuerzas pensábamos que el militarismo y sobre todo la doctrina del enemigo interno pertenecían al pasado dictatorial y que las dolorosas lecciones de ese pasado jamás retornarían a la sociedad.

En la década de los 90 esa misma doctrina se reactualizó bajo la figura del terrorismo y bajo esa figura todo el grupo del EGTK integrado por el actual Vicepresidente fue perseguido y obligado a auto incriminarse bajo tortura. Ellos propugnaron la lucha armada, pero su organización era insípida y no constituía en sí ningún riesgo, sino para la integridad física de sus integrantes, alguno de los que perdió una mano queriendo volar una torre eléctrica.

Me entere por prensa del apresamiento y procesamiento en pocos días de un grupo de “anarquistas” procesados por terrorismo y enviados a la cárcel. Un hombre y una mujer que es además mamá de una de las wawas que frecuentan el centro infantil “Mi mamá trabaja”, que llevamos adelante las Mujeres Creando hace mas de siete años.

Se los presentó como peligrosos subversivos rodeados de policía militar encapuchada. La presentación de los dos acusados se hizo violando sus más elementales derechos, pues no fue durante una audiencia con defensa, sino en una conferencia de prensa donde fueron expuestos y condenados por el ministro de Gobierno como si de un juez se tratase.

Se habló de vínculos internacionales como si las relaciones internacionales para los movimientos sociales fueran un delito y como si las fronteras no fueran realmente una ficción que el movimiento indígena, el movimiento feminista, el movimiento homosexual, el movimiento ecologista y el propio socialismo con las diferentes internacionales socialistas no hubiesen siempre puesto en cuestión.

Yo me quedé muda frente a semejante patraña que no termino de entender.

¿Estamos frente a algún llunku que quiere ganar méritos en la Policía o en el Ministerio de Gobierno persiguiendo a un grupo más que inofensivo de changos?

¿Estamos frente a un proceso de fascistización del Gobierno que pretende a través de estos dos jóvenes amedrentar a quienes manifiestan críticas y formas organizativas propias por fuera de los movimientos oficiales considerados los únicos portavoces del sentimiento popular?

¿Estamos frente al amedrentamiento de los grupos urbanos que calientan su rebeldía alrededor de la marcha en defensa del TIPNIS?

Tampoco entiendo la criminalización que se hace de estos jóvenes cuando en estos días el senador Peredo ha sido homenajeado en el Senado Nacional con la bandera del ELN, Ejército de Liberación Nacional, y el propio Vicepresidente ha aprovechado para enaltecerlo como un guerrillero. ¿No es ése un acto frente a los jóvenes de montar un falso heroísmo en torno de la lucha armada para engrandecer su propia figura?

¿Qué clase de discurso confuso y perverso se monta de cara a la sociedad en torno de la tesis del terrorismo; cuándo es legítimo cuestionar al Estado y cuándo no lo es?

Soy anarquista y no tengo permiso del Ministerio de Gobierno para serlo. Considero que el Estado es enemigo de la sociedad. Esa mirada es uno de los hilos conductores de la crítica y el análisis social que realizo y me preocupa mucho que estemos frente a la criminalización de la rebeldía. Quiero dejar claro que nosotras como movimiento consideramos que la violencia no es jamás un instrumento de transformación social y no la vamos a justificar en ninguna de sus formas. Justamente en torno de esa discusión versaban nuestras insalvables discrepancias con el EGTK. Pido públicamente el respeto de los derechos de los dos acusados y un juicio justo, público y fundamentado. De lo contrario estamos frente a una acción de terrorismo sí, pero desde el Estado.

María Galindo es miembro de Mujeres Creando.

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