lunes, 1 de abril de 2013

FEMINISMO Virginie Despentes: la rubia que pateó al gorila


La diva punk de las letras francesas, exprostituta, autora de la censurada película Fóllame, lanzó con su libro Teoría King Kong un grito de alarma liberador y revolucionario

«Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica. Y empiezo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada, ni vengo a quejarme».

Así comienza Teoría King Kong (2006), un texto polémico que unos consideran el manifiesto de un nuevo feminismo y otros un ajuste de cuentas personal con los hombres. Es una mezcla de ensayo y autobiografía que habla de violación, prostitución y pornografía desde un punto de vista tan crudo como polémico.

Transgresora y deslenguada, Virginie Despentes (Nancy, Francia, 1969) pasó de ser una escritora marginal a convertirse en una de las voces más destacadas de su generación. La popularidad le llegó en 1993 con su novela Fóllame, llevada al cine en 1998, que cuenta la violenta historia de dos prostitutas convertidas en asesinas en serie. Despentes extrae de su biografía –en la que figuran la violación, la prostitución y los trabajos basura– buena parte de su material de ficción y también de reflexión.

Esta proletaria de la feminidad, educada en el punk-rock, renovó con frescura el pensamiento feminista al indicar un camino no tan burgués, posicionado en la marginalidad, donde las excluidas entre las excluidas y las parias entre las parias osan tomar la palabra. La autora habla de pornografía y de prostitución, paseándose por su biografía para descansar en una reflexión más amplia que lo puramente individual; reflexión ambiciosa que cuestiona la emancipación masculina, la hipocresía de los mass-media, el paternalismo del Estado, los géneros, las condiciones de trabajo de las prostitutas o de las actrices porno, de las que nadie, nunca, dice nada.

Teoría King Kong apareció en un contexto en el que el feminismo «políticamente correcto»parece no tener ya mucho que conquistar; un momento en el que la trampa del «qué-maravilloso-es-ser-mujer» fomenta una nueva forma de alienación en la sociedad occidental de mujeres y madres aparentemente emancipadas, e impide reconocer y designar los numerosos grilletes de la feminidad y de la masculinidad que hemos integrado. Por eso, su proposición final sobre el feminismo como aventura colectiva para todos hace de esta Teoría un grito no sólo necesario, sino sobre todo liberador y revolucionario.

Fóllame, el comienzo
El libro tuvo su origen en la historia de la película Fóllame y en la polémica y las entrevistas que le siguieron, en las que tuvo que teorizar mucho acerca de la violación, la pornografía, la violencia femenina. Para Despentes era importante tratar sobre la pornografía, cuyo control es para ella la primera fase del control de la sexualidad masculina. Codirigida con la ex actriz porno Coralie Trinh Thi, la película fue acusada de “confiscar” la sexualidad de los hombres. Para la escritora, la represión de la homosexualidad masculina se halla en el centro de todos los conflictos en torno al sexo y a su representación. Según este razonamiento, que levantó ampollas, a los hombres no les apetece realmente practicar el sexo con mujeres, y por eso el sistema se dedica a vigilarles desde la cuna y machacarlos sin cesar con propaganda heterosexual, para que se resignen a copular con el otro género.

Su última película, Bye bye Blondie (2011), trata sobre una relación lésbica de la adolescencia que revive veinte años después. Con ella la autora quiso crear una fábula en la que plasmaba lo que queda de los 15 cuando se llega a los 45. La adolescencia como momento mágico, trágico, intenso, y los personajes que narran cómo Despentes pudo
vivirla, o sobrevivirla.

Femenina o masculina
La autora no escribe para honrar ni deshonrar su femineidad, sino en un contexto preciso y sobre emociones que no poseen género. Ni siquiera cree en ella, un supuesto despliegue biológico o químico de cualidades particulares en todas las mujeres, como tampoco cree en la virilidad que reuniría a todos los hombres. Para ella, dividir a la humanidad en dos partes para tener la sensación de haber hecho un buen trabajo le resulta algo grotesco. «Yo hablo como proletaria de la feminidad (…). Cuando estaba en el paro no sentía vergüenza alguna de ser una paria, sólo rabia. Siento lo mismo como mujer: no siento ninguna vergüenza por no ser una tía buena (…). Yo, como chica, soy más bien King Kong que Kate Moss. Yo soy ese tipo de mujer con la que no se casan, con la que no tienen hijos, hablo de mi lugar como mujer siempre excesiva, demasiado agresiva, demasiado ruidosa, demasiado gorda, demasiado brutal, demasiado hirsuta, demasiado viril, me dicen».

Camille Paglia, la influencia

Despentes ha hablado en muchas ocasiones de las lecturas que la han marcado, en especial la de la feminista americana Camille Paglia y del impacto que tuvo en ella su visión de la violación como el riesgo necesario a asumir en el recorrido de la mujer contemporánea emancipada.

Camille Paglia es una crítica social, intelectual, escritora y profesora estadounidense. Entre otras muchas definiciones, ha sido considerada como «la feminista a la que las otras feministas odian», una «feminista post-feminista» o, en sus propias palabras, «una egomaníaca feminista bisexual».

Se hizo famosa en 1990 con la publicación de su primer libro Sexual Personae: arte y decadencia de Nefertiti a Emily Dickinson. Su notoriedad le facilitó el poder escribir sobre cultura popular y feminismo en los principales periódicos y revistas del mundo.

Sexual Personae es la historia de la prometeica personalidad occidental a través del arte, desde la Prehistoria y Egipto hasta finales del siglo XIX, desde los momentos estelares de la Grecia Helenística o el Renacimiento italiano, hasta sus secuelas contemporáneas en el Hollywood glamouroso, el rock-and-roll y la cultura pop. El libro relata la eterna conflagración entre los principios apolíneos masculinos y los dionisíacos femeninos –la productiva lucha entre el razonamiento simple y directo, expuesto con sencillez y claridad solar, de lo apolíneo, y el apasionamiento romántico, lleno de metáforas poderosas y recursos narrativos, de lo dionisíaco– que marca la personalidad occidental, psicológica, artística, social e históricamente. cipadas, e impide reconocer y designar los numerosos grilletes de la feminidad y de la masculinidad que hemos integrado. Por eso, su proposición final sobre el feminismo como aventura colectiva para todos hace de esta Teoría un grito no sólo necesario, sino sobre todo liberador y revolucionario

Fuente: Periódico CNT; No 398; marzo 2013. Sección CULTURA: pp 4.



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