Carlos Crespo Flores
Cooperar refiere al acto o proceso
autónomo de obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin o
interés común. Cotidianamente cooperamos entre nosotros para realizar una
acción, como afirma Colin Ward. El apoyo mutuo es parte de nuestra vida
cotidiana, de otra manera no sería posible la vida social. Se la puede
considerar una cooperación autónoma en tanto los sujetos cooperantes, tienen
dominio de la interacción en la que se hallan, incluyendo las reglas de la
cooperación. Es el interés común que ha animado a los campesinos del valle
cochabambino a cooperar para organizar sistemas autogestionarios de riego, o a
los productores y/o transformadores rurales de alimentos en organizaciones
económicas campesinas (OECAS): en un caso organizar el acceso, uso y
disponibilidad del agua y sus servicios para riego y en otro producir,
transformar y/o comercializar asociativamente.
Pero también está la noción de
cooperación como dispositivo de dominación, es decir obrar favorablemente a los
intereses o propósitos de alguien: “Si cooperas te dejaremos en libertad”;
“cooperar con el enemigo” o con tu dominador para “salvarte”, como asume el
dilema del prisionero.
Una de las formas institucionales de la
cooperación es la cooperativa, pero no siempre la más feliz. Richard Sennett
defiende la cooperativa como una organización alternativa al capitalismo
flexible, y señala ejemplos exitosos como John Lewis en Inglaterra. En Bolivia,
introducida por el Estado del 52’ y la cooperación norteamericana, en general
ha promovido la emergencia de nuevas elites o logias locales (Cesar Soto
refiriéndose a COMTECO o COBOCE) o emprendimientos capitalistas camuflados
altamente flexibilizados y explotadores, como es el cooperativismo minero.
La cooperación es diferente de la
reciprocidad. Esta es una práctica o comportamiento de intercambiar cosas entre
personas o grupos para beneficio propio, donde cada persona o grupo da o recibe
algo del otro. Hacia adentro de un grupo autónomo, la reciprocidad es una
relación entre sujetos autónomos, como parte de interacciones simbólicas y de
cooperación. Hacia afuera del grupo, no solo se desplegaran relaciones de
reciprocidad autónomas, sino como estrategia para lograr acuerdos con sujetos
más poderosos. Este es el caso del pacto de reciprocidad (Tristan Platt) o
tregua pactada (Silvia Rivera) entre las sociedades alto andinas y el estado
español. En la reciprocidad, su forma más autoritaria es la reciprocidad
asimétrica, donde uno de los involucrados define los términos del intercambio,
como sucedió por ejemplo en el “pacto militar campesino” durante los gobiernos
militares post 52’ y hoy el estado plurinacional con las sociedades indígenas.
Cooperación y reciprocidad son prácticas
sociales, pero, mientras la cooperación opera como un método organizativo, la
reciprocidad es un tipo de relación social, que puede ser, o no, parte de un
dispositivo de cooperación.
Por su parte la
solidaridad, como define la Real Academia Española, es una adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros.
Debido a que apoyo o me adhiero a tu causa, interés o fin, lo expreso de una
manera material o simbólica. En la solidaridad no existe la “obligación” o
compromiso moral de devolver el “don”, como sí existe en la reciprocidad (Dominique
temple). Es la actitud que muestran individuos o colectivos urbanos con la
resistencia indígena contra la carretera por medio del TIPNIS o la construcción
de la presa de El Bala, se adhieren a estas causas o interés de justicia
ambiental (Joan Martínez Alier).
Finalmente, es preciso diferenciar la
cooperación del altruismo, entendido como el beneficio o preocupación
desinteresada por la felicidad y el bienestar de otro (individual o colectivo),
aun a costa del propio. El poeta cochabambino Man Césped afirmaba que el
altruismo es el “socialismo de las élites”, asociándolo a la filantropía.
Pero también la cooperación es un
aprendizaje, en ese sentido es una construcción social, pues la sociedad
autónomamente reproduce la cooperación; es desde el entorno social, de
comunicación, que aprendemos a ayudarnos mutuamente. Por ello, la cooperación
no solo es un tema de ciudadanía frente al Estado, sino más bien es de
construir, hoy, desde lo micro (estoy convencido que “lo pequeño es hermoso”),
otro tipo de relaciones sociales, no estatalizadas, no gubernamentalizadas.
Francisco de Goya: "Niños trepando a un árbol"
Rasgo inherente a la condición humana o estrategia espontánea de sobrevivencia. En todo caso ajena al patrimonio del aparato.
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