lunes, 18 de abril de 2016

AUTONOMIA UNIVERSITARIA Y LA CRISIS DE LA UMSS

Carlos Crespo Flores


UNO. El “Waldazo” y sus efectos
El "Waldazo" fue una medida de campaña electoral, pues como se sabe buscaba re elegirse (está de moda entre los líderes políticos, no?) En el cálculo político del rector y su equipo asesor, la titularización por decreto de 900 docentes, aseguraría su victoria electoral. La resolución de consejo universitario fue tan desatinada, que recibió la condena pública, incluyendo del "académico" vicepresidente de la república, quien señaló que estaba plenamente de acuerdo con los exámenes de competencia “porque sino es mucha mediocridad”.

Y las decisiones de las asambleas docentes legitimaron el desatino de las autoridades y la dirección gremial. Allá se resolvía continuar con el apoyo a la resolución del Consejo Universitario de decretar la titulación docente por antigüedad, popularmente conocido como el "waldazo".

El estallido de este año permitió evidenciar además la alianza táctica aunque calculada entre los dos bloques dominantes del sector, los Rojos y los Azules, que se han estado distribuyendo el poder universitario los últimos veinte años. La gran capacidad de resiliencia de estas verdaderas logias universitarias, seguramente harán que los veamos en las próximas contiendas electorales.

DOS La UMSS  opera como el Estado en chiquito
La lucha estudiantil por los exámenes de competencia ha sacado a la luz solo una astilla de la podredumbre en la que ha ingresado la UMSS. La universidad sintetiza al Estado, y tiene los rasgos corruptos de este. "Esta estructura funciona como una red de Poder basada en el clientelismo y la prebenda, que atraviesa todos los estamentos de la universidad y sus expresiones políticas", como señalaba un documento del movimiento universitario Cesáreo Capriles, ya el año 2007[1][1]; un ejemplo, las prácticas corruptas de otorgación de cargos, materias y horas, como ha evidenciado el movimiento estudiantil. El efecto es que el "poder corrupto de la universidad constituye una estrategia sistemática dirigida a liquidar la investigación en la UMSS y toda posibilidad de producir conocimiento" (Ídem, 2007).

TRES. Corrupción
La corrupción del sistema de gobierno de la UMSS es tan grave, que está destruyendo, no solo la base económica de la UMSS, sino los elementos de cohesión interna de la comunidad universitaria.

Yo he sido víctima del sistema corrupto que impera en el régimen docente. Soy titular en una materia de la carrera de economía desde el año 1994, obtenida mediante examen de competencia.  Por un tema burocrático –no haber presentado una carta de solicitud de permiso sin goce de haberes por un año académico- se me ha quitado la titularidad de la materia, y se la ha distribuido entre docentes afines a los poderes facultativos. Por qué me ha sucedido aquello? Como me explicó claramente el jefe de carrera de Economía, no soy parte de ninguno de los grupos políticos dominantes en la UMSS, por tanto no tengo quien me defienda. Conozco de un ex rector, quien durante los cinco años de su gestión no envió ninguna carta de permiso en la carrera donde es docente, pero cuando decidió retornar, las autoridades facultativas no tuvieron ningún problema en hacerlo

CUATRO. El Pikuchismo
Un amigo vinculado a la UMSS desde hace casi 40 años ha definido a esta red de poder corrupto como “pikuchismo”, pues sería el ya finado rector Jorge Trigo, conocido popularmente como ”Pikucho” quien implemento este sistema de clientelas, cooptación de dirigentes. De hecho, el rector saliente y el dirigente del gremio docentes son auténticos “hijos del Pikuchismo”.

Más aún, fue don Pikucho, en una medida populista con la izquierda de moda en la época, quien extendió el cogobierno universitario paritario docente estudiantil a todas las instancias, principalmente académicas, pues hasta ese momento solo era el consejo universitario y facultativos donde había co gobierno, dejando así en manos de los políticos de turno la razón de ser de la universidad, la formación e investigación. El argumento fue la necesidad de “profundizar la democracia en la UMSS”. Sus efectos nefastos los estamos viviendo.

El pikuchismo tenía una estructura altamente centralizada, todo terminaba en el poder rectoral. Frente al reclamo de las facultades, particularmente las más grandes, a partir de la década del 90’ se descentraliza el gobierno universitario hacia las facultades, aplicando el criterio de la Ley de Participación Popular (LPP), por el cual las facultades reciben su asignación presupuestaria de acuerdo al tamaño de su población. De esta manera, y como sucedió con la LPP, las carreras pequeñas, como Sociología, con población estudiantil menor, se volvieron más pobres y las  numerosas las más “ricas”. Al mismo tiempo, cada facultad ha establecido su “pikucho” donde el decano y su grupo de poder es un verdadero rey chiquito. La descentralización ha significado también desconcentrar las redes del poder corruptas, aunque articuladas al poder central rectoral.

CINCO. Autonomía en la UMSS
Tres sentidos de la autonomía que para el propósito del trabajo se entienden de manera conectada. Primero, la capacidad del sujeto, individual o colectivo, para darse normas a uno mismo, de tomar decisiones y actuar sin influencia de presiones externas o internas. “La capacidad de iniciar una tarea y hacerlo en la manera de uno” diría Paul Goodman. La segunda, un sistema es autónomo si utiliza su propia información para modificarse a sí mismo y su entorno/ambiente para mejorar su supervivencia, en respuesta a estímulos ambientales e internos para modificar sus funciones básicas y aumentar su viabilidad. La tercera considera que la autonomía es el dominio de las interacciones; “la autonomía supone conexión y a la vez alteridad, intimidad y anonimato”, afirma el sociólogo Richard Sennett.

Por qué es fundamental defender la autonomía universitaria hoy?

Porque, a pesar de la intervención estatal de facto, la UMSS y en general la universidad pública es uno de los pocos espacios que queda de pensamiento independiente, en un país donde la libertad de pensamiento está seriamente vulnerada. Se criminaliza el disenso, ONGs que desaparecen o son perseguidas por haber apoyado la lucha del TIPNIS o proveer información sobre el verdadero rostro del gobierno de “los movimientos sociales”; la prensa cooptada o adquirida por el gobierno; intelectuales estigmatizados por decir lo que piensan de la “Bolivia del Cambio”. Más grave aún, intelectuales y activistas que se autocensuran pues, por sus actividades laborales, trabajan o coordinan con instituciones gubernamentales. En ese marco, la universidad pública es una isla de diversidad discursiva, amparada en la libertad de cátedra y de conocimiento que brinda la autonomía universitaria.

La paradoja es que a ninguno de los liderazgos de la UMSS les interesa defender realmente la autonomía universitaria

El representante de la FUL, Alejandro Mostajo, en un momento del conflicto, interpeló al vicepresidente de la república pidiendo que “interponga sus buenos oficios” para conversar con el rector de la UMSS, Waldo Jiménez, respecto a la titularización de docentes por resolución y protestó por el encarcelamiento del universitario Jarlin Coca."[2][2] El dirigente estudiantil estaba demandando que el Estado intervenga en la solución del conflicto.

Por su parte, el respaldo jurídico del "Waldazo" es la ley general del trabajo: los docentes, no solo tienen derecho al trabajo, como reconoce la CPEP, sino que están protegidos por la ley general del trabajo; es decir, se acude a una norma estatal para definir las relaciones laborales en el régimen docente. Si la universidad es autónoma, desde esa capacidad debe establecer las reglas de funcionamiento y los términos de la relación laboral con sus docentes. La titularización de docentes basados en criterios administrativos -la antigüedad- establecida por la ley del trabajo, no solo que vulnera el propósito fundamental de la universidad, la formación y producción de conocimiento, sino que renuncia a su autonomía como institución.

De hecho, la intervención estatal sobre la UMSS ha ido in crescendo, desde las regulaciones administrativo financieras que la universidad pública debe cumplir, pasando por la definición de agendas de investigación y formación subordinadas al gobierno central.

Hoy, para la crisis de San Simón, existe el riesgo de una intervención estatal directa en la solución: ya que la UMSS no resuelve su conflicto autónomamente, el estado impondrá la salida. El ex ministro de gobierno Hugo Moldis adelantó algunas: los docentes deben dar examen de competencia, pero no puede haber estudiantes 20 años en la universidad[3][3], esto es, exámenes de competencia para docentes y reglamento de permanencia estudiantil para estudiantes.

SEIS. "Detrás de mí viene el caos"
Esa frase parece sintetizar el temor a los “troskos” que se ha convertido en dominante a lo largo de la crisis; es decir, "si no se acepta nuestra posición y se impone la no aplicación del "waldazo”, lo que se viene son los "troskos", quienes aplicarán el voto universal e instalaran una dictadura estudiantil". Lograr el apoyo mediante el temor, una ideología autoritaria -de cuño judeocristiano-, no es el mejor argumento para pacificar la UMSS. Pero, si hoy ya vivimos una dictadura "stalino-maoista"- para hablar en la jerga de los 80's; de qué estamos hablando?

SIETE. Esperanza son los jóvenes?
Cuando era estudiante estaba extendida la noción que el cambio en la universidad solo podía venir de los jóvenes, como muestra el Mayo Francés, por ejemplo, o la misma revolución universitaria boliviana de 1927.

Hoy, el movimiento estudiantil se mueve entre su adhesión o apoyo a los “troskos” y el “nomeimportismo”, egresar rápido y como sea, incluida esa estafa a la educación como son los cursos de verano o invierno.

Al mismo tiempo, es preciso reconocer que los liderazgos estudiantiles son parte del problema, antes que de la solución. La FUL, hoy dirigida por los trotskistas, no solo tiene un poder simbólico, sino material: no solo que tienen por lo menos 500000 Bs de ingresos semestrales, sino que controlan negocios de fotocopiado, comercio minorista en el entorno del ingreso a la UMSS, la guardería, las becas IDH -que les permite contar con una base estudiantil movilizada bajo esta relación clientelista. Su pésima gestión en la Facultad de Ciencias Sociales, reproduciendo las prácticas clientelistas, autoritarias que critican, está poniendo en riesgo la existencia misma de las carreras de Sociología y Antropología.

Por ello, tendrá que venir un sacudón en el sector estudiantil para lo cual es necesario un movimiento estudiantil autónomo, más allá de la dictadura trotskista, masista, o de cualquier partido de izquierda o derecha, que recupere la autonomía en la UMSS de las logias, caudillos, partidos corruptos.

Qué hacer?
La autonomía es un método organizativo antes que un ideal. Como organizar la UMSS como entidad autónoma? Es el desafío para el futuro congreso y la comunidad universitaria, pero para ello debe desembarazarse de las redes de poder corruptas, herencia del pikuchismo.

El año 2001, el pueblo argentino, cansado de la corrupción de sus gobernantes y del sistema político, sintetizó en esta frase su indignación: ¡Que se vayan todos! La revuelta en el país de Riquelme culminó con la renuncia del gobernante de turno. Necesitamos soñar en otra universidad, que desde su autonomía sea capaz de formar y producir conocimiento. Para ello es necesario aplicar la frase “que se  vayan todos”.

A Francisco Varela le preguntaron su percepción del futuro, él respondió que los días lunes miércoles y viernes era optimista, el resto no lo era. Yo estoy en el mismo dilema, entre la confianza en la posibilidad, o no, de una reforma universitaria, al estilo épico de las generación de 1927 o 1970. Estas reformas terminaron en la reproducción de redes de poder corruptas, aunque permitieron fortalecer la autonomía universitaria

La otra posibilidad, no contradictoria, es estructurar islas de autonomía académica, donde se pueda formar, producir y construir comunidades de conocimiento. Doy un ejemplo, en mi vida laboral dentro la UMSS destaco mi participación del Programa de Desarrollo en Energía Solar (PDES), unidad liderizada por un físico con sensibilidad social, quien estructuró un equipo de profesionales junior y tesistas brillantes, y del cual no solo surgieron las instituciones más importantes en Bolivia del tema energías renovables, ENERGETICA, CINER, sino también emprendimientos privados en el sector (Phocos), académicos y expertos en energía renovables; sus miembros influyeron en la organización de políticas públicas en energía renovables en los últimos 20 años. El PDES logró mantener su autonomía de acción, se conectó con redes de colaboración, en un entorno altamente politizado como es la FCyT, y del cual emergieron resultados altamente productivos.

Creo, con Nelson Ferrufino, que es posible tomar medidas administrativas, sin necesidad de congreso universitario, que podrían transformar radicalmente la academia en la UMSS, y del cual seguramente les hablará mañana; solo menciono uno: organizar las carreras en base a investigadores a tiempo completo, quienes serían la base del plantel docente, y no como ahora con docentes que tienen sus “horitas”, pero no tienen compromiso institucional para construir una comunidad académica.

Finalmente, si se desea reconstruir el tejido de cohesión en la UMSS es necesario quitar el poder corporativo a los gremios, y recomponerla desde las carreras, en un proceso de abajo hacia arriba.



Cochabamba, Noviembre 2015








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