Carlos Crespo Flores
UNO. El “Waldazo” y sus efectos
El "Waldazo" fue una medida de campaña
electoral, pues como se sabe buscaba re elegirse (está de moda entre los
líderes políticos, no?) En el cálculo político del rector y su equipo
asesor, la titularización por decreto de 900 docentes, aseguraría su victoria
electoral. La resolución de consejo universitario fue tan desatinada, que
recibió la condena pública, incluyendo del "académico" vicepresidente
de la república, quien señaló que estaba plenamente de acuerdo con los exámenes
de competencia “porque sino es mucha mediocridad”.
Y
las decisiones de las asambleas docentes legitimaron el desatino de las
autoridades y la dirección gremial. Allá se resolvía continuar con el apoyo a
la resolución del Consejo Universitario de decretar la titulación docente por antigüedad,
popularmente conocido como el "waldazo".
El
estallido de este año permitió evidenciar además la alianza táctica aunque
calculada entre los dos bloques dominantes del sector, los Rojos y los Azules, que
se han estado distribuyendo el poder universitario los últimos veinte años. La
gran capacidad de resiliencia de estas verdaderas logias universitarias,
seguramente harán que los veamos en las próximas contiendas electorales.
DOS La UMSS opera como el Estado en chiquito
La lucha estudiantil por los exámenes de
competencia ha sacado a la luz solo una astilla de la podredumbre en la que ha
ingresado la UMSS. La universidad sintetiza al Estado, y tiene los rasgos
corruptos de este. "Esta estructura funciona como una red de Poder basada
en el clientelismo y la prebenda, que atraviesa todos los estamentos de la
universidad y sus expresiones políticas", como señalaba un documento del
movimiento universitario Cesáreo Capriles, ya el año 2007[1][1]; un ejemplo, las prácticas corruptas de otorgación
de cargos, materias y horas, como ha evidenciado el movimiento estudiantil. El
efecto es que el "poder corrupto de la universidad constituye una
estrategia sistemática dirigida a liquidar la investigación en la UMSS y toda
posibilidad de producir conocimiento" (Ídem, 2007).
TRES. Corrupción
La
corrupción del sistema de gobierno de la UMSS es tan grave, que está
destruyendo, no solo la base económica de la UMSS, sino los elementos de
cohesión interna de la comunidad universitaria.
Yo
he sido víctima del sistema corrupto que impera en el régimen docente. Soy
titular en una materia de la carrera de economía desde el año 1994, obtenida
mediante examen de competencia. Por un
tema burocrático –no haber presentado una carta de solicitud de permiso sin
goce de haberes por un año académico- se me ha quitado la titularidad de la
materia, y se la ha distribuido entre docentes afines a los poderes
facultativos. Por qué me ha sucedido aquello? Como me explicó claramente el
jefe de carrera de Economía, no soy parte de ninguno de los grupos políticos
dominantes en la UMSS, por tanto no tengo quien me defienda. Conozco de un ex
rector, quien durante los cinco años de su gestión no envió ninguna carta de
permiso en la carrera donde es docente, pero cuando decidió retornar, las
autoridades facultativas no tuvieron ningún problema en hacerlo
CUATRO. El Pikuchismo
Un amigo vinculado a la UMSS desde hace casi 40
años ha definido a esta red de poder corrupto como “pikuchismo”, pues sería el
ya finado rector Jorge Trigo, conocido popularmente como ”Pikucho” quien
implemento este sistema de clientelas, cooptación de dirigentes. De hecho, el
rector saliente y el dirigente del gremio docentes son auténticos “hijos del Pikuchismo”.
Más aún, fue don Pikucho, en una medida populista con
la izquierda de moda en la época, quien extendió el cogobierno universitario
paritario docente estudiantil a todas las instancias, principalmente
académicas, pues hasta ese momento solo era el consejo universitario y
facultativos donde había co gobierno, dejando así en manos de los políticos de
turno la razón de ser de la universidad, la formación e investigación. El
argumento fue la necesidad de “profundizar la democracia en la UMSS”. Sus
efectos nefastos los estamos viviendo.
El pikuchismo tenía una estructura altamente
centralizada, todo terminaba en el poder rectoral. Frente al reclamo de las
facultades, particularmente las más grandes, a partir de la década del 90’ se
descentraliza el gobierno universitario hacia las facultades, aplicando el
criterio de la Ley de Participación Popular (LPP), por el cual las facultades
reciben su asignación presupuestaria de acuerdo al tamaño de su población. De
esta manera, y como sucedió con la LPP, las carreras pequeñas, como Sociología,
con población estudiantil menor, se volvieron más pobres y las numerosas las más “ricas”. Al mismo tiempo,
cada facultad ha establecido su “pikucho” donde el decano y su grupo de poder
es un verdadero rey chiquito. La descentralización ha significado también
desconcentrar las redes del poder corruptas, aunque articuladas al poder
central rectoral.
CINCO.
Autonomía en la UMSS
Tres
sentidos de la autonomía que para el propósito del trabajo se entienden de
manera conectada. Primero, la capacidad del sujeto, individual o colectivo,
para darse normas a uno mismo, de tomar decisiones y actuar sin influencia de
presiones externas o internas. “La capacidad de iniciar una tarea y hacerlo en
la manera de uno” diría Paul Goodman. La segunda, un sistema es autónomo si
utiliza su propia
información para modificarse
a sí mismo y su entorno/ambiente para mejorar
su supervivencia, en
respuesta a estímulos ambientales e internos para modificar sus funciones básicas y aumentar su
viabilidad. La tercera considera que la autonomía
es el dominio de las interacciones; “la
autonomía supone conexión y a la vez alteridad, intimidad y anonimato”, afirma
el sociólogo Richard Sennett.
Por qué es fundamental defender la
autonomía universitaria hoy?
Porque, a pesar de la intervención
estatal de facto, la UMSS y en
general la universidad pública es uno de los pocos espacios que queda de
pensamiento independiente, en un país donde la libertad de pensamiento está
seriamente vulnerada. Se criminaliza el disenso, ONGs que desaparecen o son
perseguidas por haber apoyado la lucha del TIPNIS o proveer información sobre
el verdadero rostro del gobierno de “los movimientos sociales”; la prensa
cooptada o adquirida por el gobierno; intelectuales estigmatizados por decir lo
que piensan de la “Bolivia del Cambio”. Más grave aún, intelectuales y
activistas que se autocensuran pues, por sus actividades laborales, trabajan o
coordinan con instituciones gubernamentales. En ese marco, la universidad
pública es una isla de diversidad discursiva, amparada en la libertad de
cátedra y de conocimiento que brinda la autonomía universitaria.
La paradoja
es que a ninguno de los liderazgos de la UMSS les interesa defender realmente la
autonomía universitaria
El representante de la FUL, Alejandro Mostajo, en
un momento del conflicto, interpeló al vicepresidente de la república pidiendo
que “interponga sus buenos oficios” para conversar con el rector de la UMSS,
Waldo Jiménez, respecto a la titularización de docentes por resolución y
protestó por el encarcelamiento del universitario Jarlin Coca."[2][2] El dirigente estudiantil estaba demandando que el
Estado intervenga en la solución del conflicto.
Por su parte, el respaldo jurídico del
"Waldazo" es la ley general del trabajo: los docentes, no solo tienen
derecho al trabajo, como reconoce la CPEP, sino que están protegidos por la ley
general del trabajo; es decir, se acude a una norma estatal para definir las
relaciones laborales en el régimen docente. Si la universidad es autónoma,
desde esa capacidad debe establecer las reglas de funcionamiento y los términos
de la relación laboral con sus docentes. La titularización de docentes basados
en criterios administrativos -la antigüedad- establecida por la ley del
trabajo, no solo que vulnera el propósito fundamental de la universidad, la
formación y producción de conocimiento, sino que renuncia a su autonomía como
institución.
De hecho, la intervención estatal sobre la UMSS ha
ido in crescendo, desde las
regulaciones administrativo financieras que la universidad pública debe
cumplir, pasando por la definición de agendas de investigación y formación
subordinadas al gobierno central.
Hoy, para la crisis de San Simón, existe el riesgo
de una intervención estatal directa en la solución: ya que la UMSS no resuelve
su conflicto autónomamente, el estado impondrá la salida. El ex ministro de
gobierno Hugo Moldis adelantó algunas: los docentes deben dar examen de
competencia, pero no puede haber estudiantes 20 años en la universidad[3][3], esto es, exámenes de competencia para docentes y
reglamento de permanencia estudiantil para estudiantes.
SEIS. "Detrás de mí viene el
caos"
Esa
frase parece sintetizar el temor a los “troskos” que se ha convertido en dominante
a lo largo de la crisis; es decir, "si no se acepta nuestra posición y se
impone la no aplicación del "waldazo”, lo que se viene son los
"troskos", quienes aplicarán el voto universal e instalaran una
dictadura estudiantil". Lograr el apoyo mediante el temor, una ideología
autoritaria -de cuño judeocristiano-, no es el mejor argumento para pacificar
la UMSS. Pero, si hoy ya vivimos una dictadura "stalino-maoista"-
para hablar en la jerga de los 80's; de qué estamos hablando?
SIETE. Esperanza
son los jóvenes?
Cuando era estudiante estaba extendida la noción
que el cambio en la universidad solo podía venir de los jóvenes, como muestra
el Mayo Francés, por ejemplo, o la misma revolución universitaria boliviana de
1927.
Hoy, el movimiento estudiantil se mueve entre su
adhesión o apoyo a los “troskos” y el “nomeimportismo”, egresar rápido y como
sea, incluida esa estafa a la educación como son los cursos de verano o
invierno.
Al mismo tiempo, es preciso reconocer que los liderazgos
estudiantiles son parte del problema, antes que de la solución. La FUL, hoy dirigida por los trotskistas, no solo tiene un poder
simbólico, sino material: no solo que tienen por lo menos 500000 Bs de ingresos
semestrales, sino que controlan negocios de fotocopiado, comercio minorista en
el entorno del ingreso a la UMSS, la guardería, las becas IDH -que les permite
contar con una base estudiantil movilizada bajo esta relación clientelista. Su
pésima gestión en la Facultad de Ciencias Sociales, reproduciendo las prácticas
clientelistas, autoritarias que critican, está poniendo en riesgo la existencia
misma de las carreras de Sociología y Antropología.
Por ello, tendrá
que venir un sacudón en el sector estudiantil para lo cual es necesario un movimiento
estudiantil autónomo, más allá de la dictadura trotskista, masista, o de cualquier partido de izquierda o derecha, que
recupere la autonomía en la UMSS de las logias, caudillos, partidos corruptos.
Qué hacer?
La autonomía es un método
organizativo antes que un ideal. Como organizar la UMSS como entidad autónoma?
Es el desafío para el futuro congreso y la comunidad
universitaria, pero para ello debe desembarazarse de las redes de poder
corruptas, herencia del pikuchismo.
El
año 2001, el pueblo argentino, cansado de la corrupción de sus gobernantes y
del sistema político, sintetizó en esta frase su indignación: ¡Que se vayan
todos! La revuelta en el país de Riquelme culminó con la renuncia del
gobernante de turno. Necesitamos soñar en otra universidad, que desde su
autonomía sea capaz de formar y producir conocimiento. Para ello es necesario
aplicar la frase “que se vayan todos”.
A
Francisco Varela le preguntaron su percepción del futuro, él respondió que los
días lunes miércoles y viernes era optimista, el resto no lo era. Yo estoy en
el mismo dilema, entre la confianza en la posibilidad, o no, de una reforma
universitaria, al estilo épico de las generación de 1927 o 1970. Estas reformas
terminaron en la reproducción de redes de poder corruptas, aunque permitieron
fortalecer la autonomía universitaria
La
otra posibilidad, no contradictoria, es estructurar islas de autonomía
académica, donde se pueda formar, producir y construir comunidades de
conocimiento. Doy un ejemplo, en mi vida laboral dentro la UMSS destaco mi
participación del Programa de Desarrollo en Energía Solar (PDES), unidad
liderizada por un físico con sensibilidad social, quien estructuró un equipo de
profesionales junior y tesistas brillantes, y del cual no solo surgieron las
instituciones más importantes en Bolivia del tema energías renovables,
ENERGETICA, CINER, sino también emprendimientos privados en el sector (Phocos),
académicos y expertos en energía renovables; sus miembros influyeron en la
organización de políticas públicas en energía renovables en los últimos 20
años. El PDES logró mantener su autonomía de acción, se conectó con redes de
colaboración, en un entorno altamente politizado como es la FCyT, y del cual
emergieron resultados altamente productivos.
Creo, con Nelson Ferrufino, que es posible tomar medidas
administrativas, sin necesidad de congreso universitario, que podrían
transformar radicalmente la academia en la UMSS, y del cual seguramente les
hablará mañana; solo menciono uno: organizar las carreras en base a
investigadores a tiempo completo, quienes serían la base del plantel docente, y
no como ahora con docentes que tienen sus “horitas”, pero no tienen compromiso
institucional para construir una comunidad académica.
Finalmente, si se desea reconstruir el tejido de
cohesión en la UMSS es necesario quitar el poder corporativo a los gremios, y
recomponerla desde las carreras, en un proceso de abajo hacia arriba.
Cochabamba,
Noviembre 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario