viernes, 6 de mayo de 2016

La Universidad que nos atrevemos a soñar

ROCIO BUSTAMANTE

Es indudable que la UMSS ha entrado en una crisis institucional de difícil resolución…pero las crisis son siempre una oportunidad para el repensar las cosas y hacer cambios radicales.  Esa transición entre lo que actualmente es la UMSS y lo que soñamos que sea depende en gran medida del proyecto educativo que se tiene entendiendo la educación como algo que de acuerdo a Sábato “…no se lleva a cabo en abstracto, ni es validad para cualquier época o civilización, sino que vale en concreto, (y) se hace con vistas a un proyecto de ser humano y de comunidad”.   Y la pregunta que aún queda por responder es: ¿qué tipo de ser humano y de comunidad queremos formar en la UMSS…? Esta pregunta que tiene un trasfondo mas filosófico todavía no ha sido planteada, menos aún pensada seriamente ni respondida, pero es fundamental porque resolver el “problema universitario” no solo depende de cuestiones técnicas (normativas, legales, institucionales, etc.) sino también de “los presupuesto que la sociedad mantienen acerca de su realidad y su destino y que, de una manera u otra definen una manera de vivir y de morir, una actitud ante la felicidad y el infortunio” (Sábato, 1979)

Son estos presupuestos los que van a determinar cómo se entiende y que se quiere de la universidad, y en consecuencia que se esperaría de los docentes, los investigadores y los estudiantes. Es a partir de ellos que se va a definir si la educación universitaria va a conseguir profesionales mediocres que no piensan por si mismos o seres humanos dignos, críticos y respetuosos del otro y de su entorno.  Es a partir de ahí, que se establecerá que tipo de docentes se necesitan, con que aptitudes, experticia, motivaciones y compromisos. Y finalmente, es a partir de estas definiciones que se puede también precisar qué tipo de institucionalidad, normas, políticas, prácticas, estilos, etc. se quieren instituir en las relaciones de la comunidad académica que se establezca y de esta con el resto de la sociedad.

Es importante no dejarnos arrastrar por las urgencias y aprovechar lo que está pasando para pensar y repensar en lo que es importante: una transformación radical de la UMSS desde la academia y no desde los intereses mezquinos de ciertos sectores o la ideología.  Solo de esta forma podremos resguardar la Universidad como el espacio donde es posible ejercer la libertad de pensar en la búsqueda del conocimiento y la verdad.


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