ROCIO BUSTAMANTE
Es indudable que la UMSS ha entrado en una crisis institucional
de difícil resolución…pero las crisis son siempre una oportunidad para el
repensar las cosas y hacer cambios radicales.
Esa transición entre lo que actualmente es la UMSS y lo que soñamos que
sea depende en gran medida del proyecto educativo que se tiene entendiendo la educación
como algo que de acuerdo a Sábato “…no se
lleva a cabo en abstracto, ni es validad para cualquier época o civilización,
sino que vale en concreto, (y) se hace con vistas a un proyecto de ser humano y
de comunidad”. Y la pregunta que aún
queda por responder es: ¿qué tipo de ser humano y de comunidad queremos formar
en la UMSS…? Esta pregunta que tiene un trasfondo mas filosófico todavía no ha
sido planteada, menos aún pensada seriamente ni respondida, pero es fundamental
porque resolver el “problema universitario” no solo depende de cuestiones técnicas
(normativas, legales, institucionales, etc.) sino también de “los presupuesto que la sociedad mantienen
acerca de su realidad y su destino y que, de una manera u otra definen una
manera de vivir y de morir, una actitud ante la felicidad y el infortunio”
(Sábato, 1979)
Son estos presupuestos los que van a determinar cómo se
entiende y que se quiere de la universidad, y en consecuencia que se esperaría de
los docentes, los investigadores y los estudiantes. Es a partir de ellos que se
va a definir si la educación universitaria va a conseguir profesionales mediocres
que no piensan por si mismos o seres humanos dignos, críticos y respetuosos del
otro y de su entorno. Es a partir de
ahí, que se establecerá que tipo de docentes se necesitan, con que aptitudes,
experticia, motivaciones y compromisos. Y finalmente, es a partir de estas definiciones
que se puede también precisar qué tipo de institucionalidad, normas, políticas,
prácticas, estilos, etc. se quieren instituir en las relaciones de la comunidad
académica que se establezca y de esta con el resto de la sociedad.
Es importante no dejarnos arrastrar por las urgencias y
aprovechar lo que está pasando para pensar y repensar en lo que es importante:
una transformación radical de la UMSS desde la academia y no desde los
intereses mezquinos de ciertos sectores o la ideología. Solo de esta forma podremos resguardar la
Universidad como el espacio donde es posible ejercer la libertad de pensar en
la búsqueda del conocimiento y la verdad.
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