miércoles, 1 de marzo de 2017

El futbol y la anarquía. Pasión, poesía y libertad


                         “El futbol es un lenguaje con sus poetas y sus prosistas”
Pier Paolo Pasolini -

El fútbol, ​​como todo el mundo sabe fue inventado en Inglaterra, como deporte de amplia trayectoria fue jugado en un principio por el proletariado y las clases más desfavorecidas de la sociedad y luego exportado en el resto del mundo por los marineros, por los obreros especializados, por la mano de obra barata, para regenerar días tras días los capitales de la bolsa de valores de Londres. Era una forma de integración y ayudaba a desarrollar un sistema en equipo, lo cual permitía una camaradería entre los jugadores. En Buenos Aires jugaban al futbol los trabajadores de los astilleros, los trabajadores ferroviarios y los panaderos, los afiliados a la Federación Obrera Región Argentina, una unión capaz en sólo tres años de declarar 775 huelgas. Y es a esta mítica Federación que hacen referencias equipos tales como Los Mártires de Chicago, que más tarde se convirtió en Los Argentinos Juniors, fundado el 15 de agosto de 1904 en una biblioteca anarquista en el distrito de Avellaneda, el distrito proletario por excelencia. El equipo Los Mártires empieza ganándole 2-1 al Sol de la Victoria y el año después sufren la derrota más desastrosa contra el equipo de La Prensa, propiedad del odiado diario reaccionario de Buenos Aires. Los Mártires llevan una camisa de color negro con una estrella roja, mientras que el nombre recuerda los cinco anarquistas condenados a muerte y colgados en Chicago el 4 de mayo de 1886. A pesar de que en todo el mundo nacían equipos de futbol con una fuerte huella anarquista, como el Croata Hayduk de Spalato, que se llamaba originalmente Anarkho o el Libertarios Futebol Clube de la ciudad portuaria de Santos en Brasil, ciudad que el historiador Edgar Rodríguez bautizó como la “Barcelona de Brasil”, el movimiento, adentro del ambiente futbolístico, empieza a dividirse: con el desarrollo del sistema capitalista y con la posterior mercantilización del mismo, el futbol empieza a vivir una doble dualidad: una forma reconocida y amplia de generar riquezas y una forma incluso de ascender socialmente en los estratos sociales. Convirtiéndose en una profesión y en un potencial mercado de propaganda y publicidad. Los viejos vecinos del Libertarios Futebol Clube, en el barrio de Campo grande, donde tenía su sede el equipo, todavía cuentan historias sobre aquellos primeros partidos de comienzos del siglo XX y en la actualidad existen dos equipos herederos de la tradición anarquista, el Autonomous y el Primeiro de Maio.                      

Pero a los trabajadores que practican un deporte, esos argumentos no le hacen daño, tampoco a los anarquistas de Buenos Aires, ellos quieren seguir jugando al fútbol. El equipo de Los Mártires pasa con gran facilidad de unas derrotas desastrosas a victorias deslumbrantes, esta incertidumbre en los resultados no es ajena a la forma de juego adoptada, el equipo se dispone con un 2-3-5, y con un módulo de este tipo no se puede ir que por este camino. El 1º de enero de 1905, siempre en Avellaneda, nace el Independiente, el club fundado por los empleados de un almacén inglés: el “Ciudad de Londres”, los cuales se proclaman “independientes de los patrones”. Mientras tanto Los Mártires se habían hecho ahora un nombre, entre los muchos clubes que estaban surgiendo en Buenos Aires, tanto que en 1912 reciben la propuesta de hacer parte de la Liga Central. Propuesta que los directivos y los jugadores rechazan con desdén, porque a la Liga Central quieren llegar por méritos deportivos y no por decreto. Los Mártires viven con siempre angustiosa espera el partido contra el Club Sportivo Palermo, el Palermo es de hecho el equipo de la burguesía que vive y trabaja en el barrio del mismo nombre, y es en ese barrio que el 25 de enero de 1923 Kurt Gustav Wilckens mata al Coronel Varela, “Él mató a mis hermanos” dice a los policías que lo arrestan, y todo el mundo entiende de inmediato lo que quiere decir: Varela dos años atrás hizo matar en la Patagonia más de 2000 trabajadores. Nacen también otros equipos de fútbol de inspiración anarquista y libertaria, como el fundado en Montevideo, el Atlético Basáñez, los colores eran el rojo y el negro de los anarquistas y sus fans eran conocidos como los “Defensores de la huelga”, ya que resguardaban los piquetes en las manifestaciones obreras. El 1º de mayo de 1906 se fundó el equipo Chacarita Juniors, en la biblioteca anarquista del barrio bonaerense de Independencia, cerca del cementerio más grande de la ciudad, adonde fue enterrado Severino Di Giovanni, el anarquista ejecutado el 1º de febrero del 1931 por la dictadura de Uriburu. Más aún, el Newell’s Old Boys fue fundado en homenaje a Newell, otro militante anarquista. ¿Sus colores? Nuevamente el rojo y el negro. Casi todos sus adherentes eran miembros de la central anarcosindicalista FORA.   
                                                                                                                                   
En 1925 fue inaugurado en la Avenida San Martin y Punta Arenas el nuevo estadio, ya todo está cambiando, en los años treinta empezaba a afirmarse el profesionalismo y el proletariado en el fútbol va desapareciendo. Comenzaron los de River, cuando en 1932 compraron por una suma sin precedentes un delantero, de esta manera tambien los Juniors se adaptan y empiezan a comprar y vender jugadores y abandonan el barrio donde habían nacido, transfiriéndose al barrio Paternal, en el centro Buenos Aires. Los Juniors comenzaron a ganar…adjudicándose el torneo de 1984, el campeonato nacional de 1985 y lo de 2010; también ganaron una Copa Libertadores y una Interamericana. Entre los muchos que jugaron con los Juniors nadie olvidará el divino Diego Armando Maradona, que con 116 redes es también el mejor goleador de la historia del Juniors. El club se convirtió en un equipo como los demás y nadie se acuerda de lo que fue un tiempo, sin embargo, como casi siempre sucede en la historia, hay algunos hilos sutiles difíciles de desentrañar. De hecho existen aún clubes que hacen referencia a esos tempos: hoy del fútbol que era de Los Mártires y de muchos otros equipos, se puede encontrar rastros en Brasil, el equipo del Primeiro de Maio que se define “anárquico-autónomo”; el equipo St. Pauli, de la ciudad de Hamburgo en Alemania, fundado en el 1910, que agrupa fans izquierdistas, anarquistas y antifascistas; la “Rash Skinheads Rojos y Anarquistas”, la red de los grupos skinheads tiene grupos deportivos también en Oaxaca, la ciudad mexicana que durante años se ha autogestionado y que resiste al estado mexicano. Y siempre en México el Atlas que juega en la primera división tiene un escudo rojo y negro con una “A” blanca en el medio (obra del artista austriaco Carlos Sthal), por su parte el EZLN cuenta con su propio equipo de futbol al compás de rancheras y capucha, llegando incluso a cuadrar un partido con el Internazionale de Milán. En España equipos como el Barcelona y el Athlétic de Bilbao fueron símbolos de resistencia anti-franquista durante mucho tiempo. En la Bahía de San Francisco se encuentra el “Anarchist Soccer League” y el mejor equipo que participa en el campeonato es el Kronstadt Football Club, así llamado en honor de los marineros revolucionarios. Un compañero de la "Kronstadt", antes de un partido, en respuesta a un intelectual pertinaz como suelen ser los de la izquierda, que le preguntó si el fútbol no lo hacía apartar de la revolución, él contestó: “Si no puedo jugar a fútbol ​​no quiero tener nada que ver con tu revolución”. No conocemos cuál fue el resultado final de ese partido, pero al final no importa.


Extraído de Senza Soste n.59 (abril 2011). Tradución: Maurizio Bagatin

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