“El
futbol es un lenguaje con sus poetas y sus prosistas”
Pier Paolo Pasolini -
El fútbol, como todo el
mundo sabe fue inventado en Inglaterra, como deporte de amplia trayectoria fue
jugado en un principio por el proletariado y las clases más desfavorecidas de
la sociedad y luego exportado en el resto del mundo por los marineros, por los
obreros especializados, por la mano de obra barata, para regenerar días tras
días los capitales de la bolsa de valores de Londres. Era una forma de
integración y ayudaba a desarrollar un sistema en equipo, lo cual permitía una
camaradería entre los jugadores. En Buenos Aires jugaban al futbol los
trabajadores de los astilleros, los trabajadores ferroviarios y los panaderos,
los afiliados a la Federación Obrera Región Argentina, una unión capaz en sólo
tres años de declarar 775 huelgas. Y es a esta mítica Federación que hacen
referencias equipos tales como Los Mártires de Chicago, que más tarde se
convirtió en Los Argentinos Juniors, fundado el 15 de agosto de 1904 en una
biblioteca anarquista en el distrito de Avellaneda, el distrito proletario por
excelencia. El equipo Los Mártires empieza ganándole 2-1 al Sol de la Victoria
y el año después sufren la derrota más desastrosa contra el equipo de La Prensa,
propiedad del odiado diario reaccionario de Buenos Aires. Los Mártires llevan
una camisa de color negro con una estrella roja, mientras que el nombre
recuerda los cinco anarquistas condenados a muerte y colgados en Chicago el 4
de mayo de 1886. A pesar de que en todo el mundo nacían equipos de futbol con
una fuerte huella anarquista, como el Croata Hayduk de Spalato, que se llamaba
originalmente Anarkho o el Libertarios Futebol Clube de la ciudad portuaria de
Santos en Brasil, ciudad que el historiador Edgar Rodríguez bautizó como la
“Barcelona de Brasil”, el movimiento, adentro del ambiente futbolístico,
empieza a dividirse: con el desarrollo del sistema capitalista y con la
posterior mercantilización del mismo, el futbol empieza a vivir una doble
dualidad: una forma reconocida y amplia de generar riquezas y una forma incluso
de ascender socialmente en los estratos sociales. Convirtiéndose en una
profesión y en un potencial mercado de propaganda y publicidad. Los viejos
vecinos del Libertarios Futebol Clube, en el barrio de Campo grande, donde
tenía su sede el equipo, todavía cuentan historias sobre aquellos primeros partidos
de comienzos del siglo XX y en la actualidad existen dos equipos herederos de
la tradición anarquista, el Autonomous y el Primeiro de Maio.
Pero a los
trabajadores que practican un deporte, esos argumentos no le hacen daño,
tampoco a los anarquistas de Buenos Aires, ellos quieren seguir jugando al
fútbol. El equipo de Los Mártires pasa con gran facilidad de unas derrotas
desastrosas a victorias deslumbrantes, esta incertidumbre en los resultados no
es ajena a la forma de juego adoptada, el equipo se dispone con un 2-3-5, y con
un módulo de este tipo no se puede ir que por este camino. El 1º de enero de
1905, siempre en Avellaneda, nace el Independiente, el club fundado por los
empleados de un almacén inglés: el “Ciudad de Londres”, los cuales se proclaman
“independientes de los patrones”. Mientras tanto Los Mártires se habían hecho
ahora un nombre, entre los muchos clubes que estaban surgiendo en Buenos Aires,
tanto que en 1912 reciben la propuesta de hacer parte de la Liga Central.
Propuesta que los directivos y los jugadores rechazan con desdén, porque a la
Liga Central quieren llegar por méritos deportivos y no por decreto. Los Mártires
viven con siempre angustiosa espera el partido contra el Club Sportivo Palermo,
el Palermo es de hecho el equipo de la burguesía que vive y trabaja en el
barrio del mismo nombre, y es en ese barrio que el 25 de enero de 1923 Kurt
Gustav Wilckens mata al Coronel Varela, “Él mató a mis hermanos” dice a los
policías que lo arrestan, y todo el mundo entiende de inmediato lo que quiere
decir: Varela dos años atrás hizo matar en la Patagonia más de 2000
trabajadores. Nacen también otros equipos de fútbol de inspiración anarquista y
libertaria, como el fundado en Montevideo, el Atlético Basáñez, los colores
eran el rojo y el negro de los anarquistas y sus fans eran conocidos como los
“Defensores de la huelga”, ya que resguardaban los piquetes en las
manifestaciones obreras. El 1º de mayo de 1906 se fundó el equipo Chacarita
Juniors, en la biblioteca anarquista del barrio bonaerense de Independencia,
cerca del cementerio más grande de la ciudad, adonde fue enterrado Severino Di
Giovanni, el anarquista ejecutado el 1º de febrero del 1931 por la dictadura de
Uriburu. Más aún, el Newell’s Old Boys fue fundado en homenaje a Newell, otro
militante anarquista. ¿Sus colores? Nuevamente el rojo y el negro. Casi todos
sus adherentes eran miembros de la central anarcosindicalista FORA.
En 1925 fue
inaugurado en la Avenida San Martin y Punta Arenas el nuevo estadio, ya todo
está cambiando, en los años treinta empezaba a afirmarse el profesionalismo y el
proletariado en el fútbol va desapareciendo. Comenzaron los de River, cuando en
1932 compraron por una suma sin precedentes un delantero, de esta manera
tambien los Juniors se adaptan y empiezan a comprar y vender jugadores y abandonan
el barrio donde habían nacido, transfiriéndose al barrio Paternal, en el centro
Buenos Aires. Los Juniors comenzaron a ganar…adjudicándose el torneo de 1984,
el campeonato nacional de 1985 y lo de 2010; también ganaron una Copa
Libertadores y una Interamericana. Entre los muchos que jugaron con los Juniors
nadie olvidará el divino Diego Armando Maradona, que con 116 redes es también
el mejor goleador de la historia del Juniors. El club se convirtió en un equipo
como los demás y nadie se acuerda de lo que fue un tiempo, sin embargo, como
casi siempre sucede en la historia, hay algunos hilos sutiles difíciles de
desentrañar. De hecho existen aún clubes que hacen referencia a esos tempos: hoy
del fútbol que era de Los Mártires y de muchos otros equipos, se puede encontrar
rastros en Brasil, el equipo del Primeiro de Maio que se define
“anárquico-autónomo”; el equipo St. Pauli, de la ciudad de Hamburgo en
Alemania, fundado en el 1910, que agrupa fans izquierdistas, anarquistas y
antifascistas; la “Rash Skinheads Rojos y Anarquistas”, la red de los grupos skinheads
tiene grupos deportivos también en Oaxaca, la ciudad mexicana que durante años
se ha autogestionado y que resiste al estado mexicano. Y siempre en México el Atlas
que juega en la primera división tiene un escudo rojo y negro con una “A”
blanca en el medio (obra del artista austriaco Carlos Sthal), por su parte el
EZLN cuenta con su propio equipo de futbol al compás de rancheras y capucha,
llegando incluso a cuadrar un partido con el Internazionale de Milán. En España
equipos como el Barcelona y el Athlétic de Bilbao fueron símbolos de
resistencia anti-franquista durante mucho tiempo. En la Bahía de San Francisco
se encuentra el “Anarchist Soccer League” y el mejor equipo que participa en el
campeonato es el Kronstadt Football Club, así llamado en honor de los marineros
revolucionarios. Un compañero de la "Kronstadt", antes de un partido,
en respuesta a un intelectual pertinaz como suelen ser los de la izquierda, que
le preguntó si el fútbol no lo hacía apartar de la revolución, él contestó: “Si
no puedo jugar a fútbol no quiero tener nada que ver con tu
revolución”. No conocemos cuál fue el resultado final de ese partido, pero al
final no importa.
Extraído de Senza
Soste n.59 (abril 2011). Tradución: Maurizio
Bagatin
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