sábado, 29 de junio de 2013

Las calles de quien? Anarquismo, tecnología y estado petromoderno (extracto)

Michael Truscello and Uri Gordon

Aproximadamente existen 200,000 a 300,000 toneladas de residuos provenientes de plantas nucleares en el mundo, y estos residuos estarán allá alrededor de unos 100 000 años[i]. Casi un millón de metros cúbicos de residuos radiactivos han sido vertidos en los océanos. Casi el 90% de la basura en el océano es plástico[ii], dispersos en millones de millas cuadradas, y puede tomar un siglo en biodegradarse. El material que se biodegrada más rápidamente libera sustancias químicas tóxicas que interfieren con los sistemas reproductivos[iii]. Un estudio del 2011 del Programa Internacional sobre el Estado de los Océanos (IPSO) advirtió que la vida en los océanos está al borde de las peores extinciones masivas en millones de años[iv]. 'Como va el océano, así va la vida”, nos recuerda  Alanna Mitchell[v]. Los ahora efectos familiares del cambio climático global crecientemente parecen haber sido subestimados, y el clima "extraño" y otras consecuencias desastrosas se han convertido en algo común. El pico del petróleo. Pico del suelo. Pico del Agua. "Durante los próximos 100 años más o menos hasta la mitad de las especies de la Tierra, lo que representa una cuarta parte del patrimonio genético del planeta, estará funcional si no completamente desaparecido", escribe Stephen Meyer. “Nada –ninguna ley nacional o internacional, bioreservas globales, planes de sostenibilidad local, o incluso fantasías de "tierras silvestres" – puede cambiar el curso actual. El amplio camino de la evolución biológica está ahora preparado para los próximos millones de años”[vi]. Los científicos llaman a esto el Antropoceno, un nombre que denota el impacto de los seres humanos en los ecosistemas globales. Muchos consideran esta la edad del "Colapso"[vii], una fatalidad de la que las únicas preguntas que uno puede promover una preocupación es su "ritmo y consecuencias"[viii].

La película de terror del capitalismo global, siglos en la fabricación, puede parecer que
está llegando a su fin - lo que el filósofo ubicuo Slavoj Žižek llama su "punto-cero apocalíptico”[ix], con una combinación de rápido agotamiento de los recursos, declinación ecológica y crisis financiera. Sin embargo, cualquier expectativa de que tales condiciones
necesariamente generarán las fuerzas revolucionarias necesarias para trascender el capitalismo es mucho optimismo. El capital siempre ha prosperado en la catástrofe, a partir de sus propios subproductos de estimular más crecimiento económico y ajuste, mientras que una masa crítica de revuelta se ha movilizado solo esporádicamente. Atestigua la relativa timidez de la resistencia popular en los países industrializados después de los rescates bancarios por $US 16 trillones entre 2007 y 2010[x] o el escándalo de la manipulación de tasa de interés LIBOR  afectando
$ 350 trillones de dólares en derivados. Las múltiples crisis del capitalismo, global en escala y letal para todas las formas de vida en el planeta, no han convencido a la mayoría de las personas que participan en las economías capitalistas de retirarse del precipicio. A medida que el punto de inflexión para el cambio climático fuera de control se cierne, y con la sexta extinción masiva en la historia del planeta tierra en pleno apogeo, la rebelión pública sustancial y prolongada se sustituye por la resignación, el tecno-optimismo y el repliegue reaccionario. No, este no es el Fin de los Tiempos. Es el comienzo de un desastre atenuado asegurado por las tendencias materiales de la petromodernidad[xi], formas de "violencia lenta 'como el calentamiento global[xii], extinciones en masa y contaminación nuclear, que habitaran en el futuro imaginable hasta cierto punto no importa lo que hagan los seres humanos.

En el contexto de crisis prolongadas, las relaciones entre política anarquista y las tecnologías del siglo XXI surgirán continuamente como elementos críticos de la práctica y la teoría. Los anarquistas debemos teorizar conjunciones revolucionarias con la tecnología, aun si experimentamos con la invención tecnológica y la destrucción.

Esperamos que este número de Anarchist Studies proporcione incentivos para que otros puedan ampliar la discusión sobre anarquismo y tecnología, provocando mayor interés en la tradición anarquista para los estudiosos de la tecnología, y más interés en la historia, la filosofía y la política de la tecnología para los estudiosos anarquistas y activistas.

FUENTE DE TRADUCCION: Michael Truscello and Uri Gordon (2013) Whose Streets? Anarchism, Technology and the Petromodern State; Anarchist Studies; Vol 21. No 1; pp 9-21.
Para descargar texto completo en inglés:

 NOTAS



[i] Duncan Geere, ‘Where do you put 250,000 tonnes of nuclear waste?’ Wired.com, September 20, 2010. Online: http://www.wired.co.uk/news/archive/2010-09/20/into-eternity-nuclear-waste-finland
[ii] Kenneth R. Weiss, ‘Plague of Plastic Chokes the Seas’, L.A. Times, August 2, 2006. Online: http://www.latimes.com/news/la-me-ocean2aug02,0,4917201.story.
[iii] Carolyn Barry, ‘Plastic Breaks Down in Ocean, Aft er All – And Fast’, National
[iv] Ocean life on the brink of mass extinctions: study’, Reuters, June 21, 2011. Online:
[v] Alanna Mitchell, Seasick: Ocean Change and the Extinction of Life on Earth (Chicago:
University of Chicago Press, 2009), p. 2.
[vi] Stephen M. Meyer, Th e End of the Wild (Cambridge, MA: MIT Press, 2006), pp. 4-5.
[vii] Jared Diamond, Collapse: How societies choose to fail or survive. (New York: Viking,
2005).
[viii] Uri Gordon, ‘Dark tidings: Anarchist politics in the age of collapse’, in Contemporary Anarchist Studies: An Introductory Anthology of Anarchy in the Academy, Randall Amster, Abraham DeLeon, Luis A. Fernandez, Anthony J. Nocella, II, and Deric Shannon, eds (New York: Routledge, 2009), p. 250.
[ix] Slavoj Žižek, Living in the End Times (London: Verso, 2010), p. x
[x] Matthew Cardinale, ‘First Federal Reserve Audit Reveals Trillions in Secret Bailouts’, CommonDreams.org, August 28, 2011. https://www.commondreams.org/headline/2011/08/28-3.
[xi] Michael Truscello, ‘The New Topographics, Dark Ecology, and the Energy Infrastructure of Nations: Considering Agency in the Photographs of Edward Burtynsky and Mitch Epstein from a Post-Anarchist Perspective’, Imaginations: Journal of Cross-Cultural Image Studies 3.2: 188-205.
[xii] Rob Nixon, Slow Violence and the Environmentalism of the Poor (Cambridge, MA: Harvard University Press, 2011).


jueves, 27 de junio de 2013

Pensamiento y acción : A propósito de Octavio Alberola



Bajo el sugerente título Pensar la utopía en la acción –Trazas de un anarquista heterodoxo, Octavio Alberola acaba de ofrecernos un nutrido compendio de artículos que publicó entre 1950 y 2013. El título no deja de ser sugerente porqué la intensa relación entre la utopía y la acción constituye efectivamente una constante en la actividad militante de Octavio. Esto explica que sus textos, lejos de constituir meras especulaciones intelectuales, estén arraigados por lo general en un contexto de acción.

Se trata de textos que podríamos calificar de circunstanciales, en el buen sentido de que nacen de la acción y se orientan hacia la acción. Constituyen por lo tanto escritos de combate que articulan análisis y propuestas destinadas a producir efectos prácticos en las luchas por la libertad. No hay duda, escribir y pensar es para Octavio una forma más de actuar y esto no deja de recordarnos la insistencia con la cual tanto Proudhon como Bakunin sostenían que para el anarquismo la idea tiene un origen y un valor practico, nace en un contexto de acción y se orienta hacia la producción de efectos prácticos por medio de la acción que propicia.

El extenso periodo de tiempo, casi 65 años, transcurrido entre el primero y el último de los artículos recogidos en este libro, junto con la estrecha vinculación que mantiene el autor entre pensamiento y acción, hacen que desfile bajo nuestra mirada un variado panorama social y político que nos aporta datos tanto sobre el periodo histórico vivido por Octavio como sobre sus preocupaciones y actividades militantes. Los artículos se reagrupan en tres bloques, el periodo mexicano durante los años cincuenta, el periodo de la clandestinidad y de la lucha antifranquista, desde principios de los sesenta hasta 1975, y el tercero desde la muerte de Franco hasta hoy. Habiendo conocido a Octavio a principios del periodo de la clandestinidad (a finales de 1963) creo poder testimoniar que la tentativa de coherencia entre pensamiento y acción que Octavio reivindica en el epílogo de su libro es sin duda una de las características de su trayectoria vital y esto justifica sin duda el respeto que se ha ganado en amplios sectores del movimiento libertario.

Volviendo al título elegido por Octavio Alberola debo decir que hay un segundo motivo por el cual resulta sugerente. En efecto, la lucha contra diversas formas de dogmatismo y de sectarismo, incluso en el propio ámbito del anarquismo y de sus organizaciones, ha acompañado desde muy pronto la trayectoria militante de Octavio,
situándolo en la esfera de esos anarquistas heterodoxos que, por suerte, agitan las aguas del anarquismo impidiendo que se estanquen.

Tomás Ibañez


Octavio Alberola (2013) Pensar la utopía en la acción. Trazas de un anarquista heterodoxo. Bombarda Edicions.

Descarga gratuita del libro desde :    www.fvillagrasa.wix.com/villagrasa

Para la versión papel (10 €) solicitar a : bombarda.ediciones@gmail.com


miércoles, 26 de junio de 2013

¿Qué significado tendrá mañana el anarquismo?

Para responder a esta pregunta debo comenzar con una serie de aserciones sobre la historia del anarquismo:
  1. Como ideología política, la anarquía fue formulada en el siglo XIX por sus padres fundadores, los cuales, como los de las otras versiones del socialismo ─marxista, fabiana, socialdemócrata─ tenían la visión optimista de un proceso inevitable que llegaría a la meta que ellos se prefijaban. Estaban todos igualmente convencidos del hecho que la conquista del poder por parte del ‘pueblo’, sea por vía parlamentaria, o en virtud de una acción directa en las calles y fábricas, o mediante la lucha armada, llevaría a los cambios que ellos auguraban para la sociedad. Cuando consideremos la no lograda consecución de estos objetivos por parte de los anarquistas, no debemos olvidar, sin embargo, que también el socialismo burocrático de estado, tanto en versión socialdemócrata como en la de tipo marxista, ha fallado sus objetivos. Los anarquistas pueden en realidad afirmar sin duda que setenta años de experiencia de socialismo de estado han producido para la causa del socialismo un retraso de un siglo.
  2. La posición de los anarquistas del siglo XIX ha sido única por el rechazo, no sólo del capitalismo, sino del Estado mismo. En general, esta posición ha sido considerada como una prueba de no se les podía tomar en serio. Pero toda la historia del siglo XX les ha dado la razón. Ha sido el siglo de la guerra total, en el que la eliminación de civiles se ha hecho una consecuencia aceptada por el desarrollo de unas armas cada vez más sofisticadas, mientras las grandes potencias han rivalizado una contra otra para vender sus medios de destrucción a cada pequeño dictador local del mundo. Ha sido un siglo en que el exterminio de masas se ha convertido en una política aceptada por los estados civilizados.
  3. Los anarquistas del siglo XIX miraban con confianza el advenimiento de revoluciones populares que abrirían el camino a la que pensaban sería ‘una sociedad libre’. La realidad ha sido distinta. La revolución mejicana de 1911 ha tenido como resultado la muerte y glorificación póstuma de héroes anarquistas como Zapata o Magón, y el dominio por ochenta años de una fuerza de nombre grotesco como el Partido Revolucionario Institucional.

    La revolución rusa de 1917 desemboca en la brutal supresión de los anarquistas y de todos los disidentes hasta 1921, a lo que han seguido setenta años de dictadura leninista-stalinista, de la cual sólo recientemente ha podido salir una nueva generación de anarquistas.

    La revolución española de 1936 llevó a la supresión de los anarquistas antes de que la guerra misma hubiese acabado, y fue seguida por 40 años de dictadura fascista. ¿Cómo responderían hoy los mejicanos, los rusos o los españoles a exhortaciones revolucionarias?
  4. Hacia finales del siglo XIX algunos anarquistas comenzaron a formular la doctrina del anarcosindicalismo, tratando de transformar cada conflicto en los lugares de trabajo en una batalla por el control de los medios de producción. Ellos denunciaron como una traición el acuerdo que los sindicatos reformistas alcanzaban en relación al salario, al horario y a las condiciones de trabajo. Los éxitos obtenidos por los sindicatos se han hecho en sus países parte integrante de la legislación (tanto en la España de Franco como en la Suecia socialdemócrata). En los años 90 nos encontramos con que los patronos del trabajo de toda Europa tratan de dar la vuelta a los reglamentos con el fin de reducir el costo del trabajo a los niveles existentes en Taiwán o en Colombia.

    Todo operario de la Ford es consciente del hecho de que cualquier actividad sindical a nivel de empresa dará como resultado el traslado de la producción por parte de la multinacional a otro país. Sobre este argumento está basada la ley del gobierno británico destinada a abolir los acuerdos que prevén un salario mínimo, puesta en marcha en correspondencia a la decisión de la Hoover, en el momento en que escribo, de transferir sus instalaciones de Francia a Inglaterra, así como el rechazo por parte del gobierno británico del ‘Protocolo Social’ previsto en el Tratado de Maastricht; se trata de un argumento destinado a ejercer influencia sobre las estrategias futuras de la izquierda política, (ivi) incluidos los anarquistas.
  5. Los anarquistas del siglo XIX, así como toda la izquierda, daban por descontado que el nacionalismo era una superstición que el siglo XX dejaría a la espalda. La misma opinión había en lo concerniente a las creencias religiosas. La última cosa que ellos habrían podido imaginarse era el resurgir a finales del siglo XX de los fundamentalismos religiosos militantes, sean cristianos, hebreos, islámicos o hinduistas. El resultado ha sido que, como otras personas no religiosas y no nacionalistas, no disponemos de un modo de acercarnos a este indeseable problema debemos atacar el resurgir religioso, con el peligro de alimentar, antes que reducir, el potencial divisorio? ¿O bien debemos, como anarquistas, y por eso como personas fuertemente hostiles al Estado, encontrarnos defendiendo el Estado espectacular contra estas minorías organizadas que lo quieren usar para sus propios fines? Se trata de una situación que podría no concernirnos a nosotros, pero que es sin duda actual en los EE.UU., donde se nos haya defendiendo el Estado secular contra Born Again Christians (Cristianos Renacidos), o para los anarquistas israelíes, que defienden el Estado secular contra los hebreos ultra-ortodoxos, o bien para los anarquistas egipcios, que defienden las instituciones estatales contra el fundamentalismo islámico, o también para los que en la India defienden el Estado secular.
¿En mi opinión, estos cinco puntos sobre la diferencia entre el mundo de los anarquistas a finales del siglo XIX y el XX, indican la necesidad de adoptar un estilo distinto para la propaganda anarquista, en el umbral del siglo XXI? Ante el eclipse no sólo del anarquismo, sino también del gran filón del socialismo, me parece importante subrayar como hice ya hace 20 años en el libro Anarchy Action, que la anarquía no es una teoría de la utopía, sino de la organización. Estoy de acuerdo con Paul Goodman cuando observa que «una sociedad libre no puede estar en la sustitución por un “nuevo orden” del viejo orden; ella debe ser la extensión de la esfera del libre actuar, hasta que haya cambiado la mayor parte de la vida social». Esta convicción me excluye automáticamente de la fila de aquellos que piensan en términos de revolución de masas (cuyas primeras víctimas, desde China a Cuba han sido los anarquistas), sino que me pone entre aquellos que, como en la útil polarización propuesta por Murray Bookchin, creen en la ecología social más bien que en la ecología profunda. Pienso que la anarquía sacará un mayor apoyo en el siglo XXI no por los partidos verdes, sino por el más amplio movimiento de los verdes.
Las ideas anarquistas del siglo XIX eran inevitablemente eurocéntricas, también cuando eran llevadas a Japón, China y las ciudades de América Latina por estudiantes e inmigrantes. Pero una de las mayores ampliaciones de finales del siglo XX está representada por la contribución aportada por uno de los estilos distintos del pensamiento anarquista, con una etiqueta distinta, que es la del movimiento Savodaya en la India[1] y por la transformación de las iniciativas de autosuficiencia y de autoorganización en África, Asia y América Latina.[2]
Los éxitos obtenidos por la economía no oficial, que permiten a la sociedad ir adelante en el clima desesperado de América del Sur, ante una clase gobernante depredadora y una casta militar que pasa periódicamente al terrorismo de Estado, son ahora comúnmente definidos como basismo, esto es, como una sociedad que debe ser construida por la base.[3]
Estoy convencido que un anarquismo inteligente del siglo XXI continuará haciendo más densos sus vínculos con el mundo de los movimientos verdes y con las economías no oficiales e informales del mundo pobre, así como con la de los pobres en el interior del mundo rico, con el fin de sacar de ellos lecciones anarquistas sobre la supervivencia humana. Pienso que las lecciones impartidas del siglo XXI darán mayor fuerza al mensaje anarquista, pero nuestro lenguaje debe tener en cuenta las nuevas y complicadas realidades sociales.
[1] Geoffrey Ostergaard. Indian Anarchism: the case of Vinoba Bhave in The Raven, vol. 1, nº 2 agosto 1987 (Londres, Freedom Press).
[2] Ver por ejemplo, Jorge Hardoy y David Sattertwaite, Squatter Citizen: live in the urban third world (Londres, Barthscan, 1989) y Berta Turner (a cargo de) Building Community: a third world case book (Londres BCB, 1988).
[3] Ver el capítulo final de Basismo, as if Reality Really Mattered, or Modernisation From Below en David Lehmann. Democracy and Decelopment in Latin America (Cambridge, Polity Press, 1990).
Fecha: 2008
Temas:Anarquismo
Notas: Artículo aparecido en la revista inglesa Freedom y en A-Revista Anárquica. Traducción del italiano de Pablo Serrano.


martes, 25 de junio de 2013

Brasil - ¡Lxs anarquistas de Porto Alegre responden, desmienten y denuncian!



* Carta abierta de la Coalición Anarquista y Libertaria de Porto Alegre en respuesta al gobernador de Rio Grande do Sul Tarso Genro

Esta carta, elaborada por diversos colectivos anarquistas, en nombre de la Coalición Anarquista y Libertaria de Porto Alegre, es para contestar las afirmaciones irresponsables y equivocadas del gobernador Tarso Genro en relación a la militancia anarquista. El gobernador demuestra una comprensión erronea y una mala intencion en relación a la militancia anarquista, acusándola de “vandálica, violenta, desorientada, antidemocrática e inclusive de fascista”. Como anarquistas, repudiamos vehementemente estas declaraciones. El anarquismo es una filosofía política seria, con una gran producción teórica y una rica historia de luchas sociales, organización popular y reinvención de prácticas de libertad. Está presente en Porto Alegre desde hace más de un siglo y va a continuar actuando en la lucha por una sociedad libre de cualquier forma de dominación y autoritarismo.

El anarquismo no es antidemocrático, sino radicalmente democrático. La militancia anarquista tiene como pilares la democracia directa, la autogestión y la horizontalidad en la organización de los procesos colectivos de toma de decisiones. Y cabe destacar que es precisamente en nuestro compromiso profundo con la democracia directa donde reside el principal punto de discordancia de la militancia anarquista con partidos políticos que se identifican de “izquierdas”, dado que estos operan de manera burocrática y vertical. Defendemos el mantenimiento de nuestros valores de toma de decisión horizontal, mientras que los gobiernos, incluso los constituidos por partidos de izquierdas, pasan demasiado tiempo preocupando en hacer alianzas para conquistar o mantener el poder, y parece que sólo escuchan a la población cuando esta sale a gritar en las calles.

El anarquismo no lucha contra las instituciones democráticas, sino por la democratización radical de estas instituciones. La militancia anarquista está en la génesis de la formación de sindicatos y del fortalecimiento de la clase trabajadora, que incluso hoy en algunos países continúa alineada con el anarcosindicalismo, construyendo sindicatos fuertes que toman las decisiones de manera horizontal y repudian los privilegios y negociaciones de los dirigentes de los sindicatos. La militancia anarquista también ha construido escuelas racionalistas y libertarias, centros de cultura y bibliotecas libres en favor de una educación libre de autoritarismo y accesible a todos y todas. En una época en la cual el sistema escolar era segregado por sexos y dominado por la Iglesia Católica y por la Educación Moral y Cívica, lxs anarquistas creaban escuelas mixtas, sin exámenes y libres de castigos corporales. Esas bellas iniciativas que marcaron nuestra Historia sólo fueron cerradas por ataques promovidos por el gobierno brasileño de la época, que desmanteló escuelas, bibliotecas y sindicatos. Como minoría política, sufrimos en nuestra história innúmerables episodios de persecusión y terror promovidos por capitalistas y gobernantes de diferentes nacionalidades. Pero siempre resurgimos. Hoy el anarquismo está presente en la autogestión de fábricas y en el campo, en escuelas, hospitales y comunidades. Mantenemos bibliotecas, compartimos conocimiento, promovemos debates, revindicamos justicia, nos organizamos de acuerdo con nuestros valores, vivimos construyendo autonomía en relación a este sistema capitalista injusto. En Grecia, tenemos la experiencia actual de hospitales que operan autogestionadamente gracias al compromiso de voluntarios, trabajadores y pacientes que toman decisiones sobre el funcionamiento de cada hospital, en un contexto en el cual la salud pública ha sido atendida con negligencia o abandonada por el gobierno.

El anarquismo también está radicalmente en contra de todas las formas de violencia y opresión. Luchamos contra el racismo, el machismo, la homofobia, la xenofobia, los desplazamientos forzados, el extermínio de lxs jóvenes que viven el las periferias, y la explotación del trabajo salarial. Estamos en contra de toda forma de violencia institucionalizada como los manicomios, prisiones y cuarteles, y a favor de la libertad de todas las personas. Lxs anarquistas están siempre presentes en la lucha contra el fascismo en cualquier lugar del mundo, integrando frentes antifascistas y luchando del lado de las poblaciones oprimidas. Estamos en contra de las diversas formas de violencia, humillación, prejuicio, acoso, explotación y castigo y nos posicionamos a favor del fin de las opresiones. En Grecia, por ejemplo, grupos anarquistas ofrecen abrigo y apoyo a inmigrantes que son perseguidos por la extrema derecha, mientar que la izquierda partidista no se pronuncia ni hace nada respecto a estas agresiones motivadas por la xenofobia.

Al contrario de lo que el gobernador y las élites creen, la comunicación entre anarquistas a nivel internacional no es una relación nueva, y si una de las bases históricas del anarquismo. El internacionalismo es un valor preciado en la militancia anarquista que significa afirmar la experiencia de compasión, solidaridad y aprendizaje que supera las barreras físicas, culturales o lingüísticas, y la identificación con toda la humanidad independientemente de la nacionalidad. No creemos en fronteras y mantenemos la comunicación con muchas personas que también se identifican con el anarquismo, para intercambiar experiencias sobre formar de organización y lucha contra las opresiones, para circular diferentes lecturas, relatos de experiencias y pedir y manifestar solidaridad, asi como esperamos que otros grupos políticos dedicados a luchar por una justicia social también lo hagan. Apoyamos a las poblaciones oprimidas por todo el globo en sus luchas contra la opresión y en favor de la autodeterminación.

Cabe destacar que eso no tiene relación alguna con “tácticas de guerrilla” o “terrorismo”. Repudiamos cualquier acto terrorista, pues terrorismo es una opresión y trata las vidad humanas como objetos; y somos contrarios a cualquier forma de objetificación. No nos alistamos en ejércitos, sean oficiales o paramilitares, pues repudiamos el terror que los militares y otros grupos armados imponen a las poblaciones civiles desde que llegaron a este y otros continentes.

No es necesario ser anarquista para defenderse, basta con no aceptar ni naturalizar una agresión. Incluso si algunxs jóvenes y adolescentes usan símbolos y banderas anarquistas en las manifestaciones, la resistencia en las calles no es algo exclusivo de los anarquistas: se trata de prácticas comunes en todas las poblaciones que se sienten agredidas por aparatos represores. El uso de escudos y bastones que el gobernador y la Brigada Militar llaman de “tácticas de guerrilla orientadas por anarquistas internacionales”, son en verdad bastante bien conocidas desde la antigüedad. En los últimos años estas prácticas han sido registradas en vídeos de manifestaciones y protestas en otros países como en Turquía, y divulgadas masivamente a través de Internet y de los medios de comunicación de gran circulación. Mas allá de la filosofía política anarquista, las prácticas de autodefensa están relacionadas con el instinto de supervivencia.

En el caso de que el gobernador esté en contra de que la población se proteja de la violencia policial y considere que divulgar la información de que el vinagre proteje de los efectos del gas lacrimógeno sea una “táctica de guerrilla”, tal vez signifique que según el gobierno los manifestantes deben sufrir estas agresiones indefensos. Tal vez, esta consideración del gobierno incluso acepte que se detenga de forma arbitraria a las personas por llevar vinagre (como ocurrió en Sao Paulo en la última semana), asi como las invasiones a espacios culturales (como ha ocurrido en Porto Alegre recientemente), agresiones físicas a los periodistas y encarcelamientos sin motivo. ¿Son estas las prácticas que concuerdan con la visión de democrácia de su partido? Desde un punto de vista libertario, ver que este y otros gobiernos no respetan las reglas de la própia democracia que dicen defender, sólo refuerza el convencimiento cada vez más obvio de que este modelo de democracia representativa no sólo no lleva a una sociedad más justa, sino que no pasa de una farsa.

Siguiendo la línea de criminalización de organizaciones populares y movimientos sociales, contestamos la absurda acusación de “coordinar los actos de violencia” y cuestionamos la propia capacidad de investigación de la policía y la fundamentación de tales hipótesis. Según el Consejo Nacional de Justicia, la policía archiva casi el 90% de los casos de homicídio, y consigue resolver menos del 5% de los casos. Si la policía no tiene competencia ni siquiera para investigar crímenes contra la vida (que se supone que son su prioridad), cómo podemos creer que tenga competencia para comprender los movimientos sociales, lo cual exige un profundo conocimiento teórico y reflexivo sobre Sociología, Historia y Teoría Política, además de experiencia en organizaciones horizontales? En lugar de conocer profundamente y tratar a los movimientos sociales de forma seria y con respeto, la Brigada Militar insiste en lanzar acusaciones sin fundamento ni autocrítica, demostrando su ideología autoritaria y contraria a las organizaciones populares.

Manifestamos nuestro rechazo a la intensificación de la persecución policial y las prácticas de espionaje sobre los movimientos sociales, en especial sobre la militancia anarquista. Debido a las grandes obras para los megaeventos de la Copa Mundial de Fútbol, el Estado brasileño ha intensificado la violencia sobre las poblaciones mas vulnerables y sobre los movimientos sociales. Según la Asociación Nacional de los Comités Populares de la Copa, la previsión es que 250 mil familias sean desalojadas a la fuerza durante los preparativos de la Copa en 2014 en Brasil. La Agencia Brasileña de Inteligencia divulgó un boletín el día 7 de Junio, en el cual anunciaba la intensificación de las prácticas de espionaje e infiltración de agentes provocadores dentro de los movimientos sociales con el claro objetivo de desmovilizar las organizaciones sociales, tal y como lo exige la FIFA. Considerando el gasto de 4 millones de R$ en la compre de armas llamadas erróneamente “no letales” que serán usadas en acciones de represión contra manifestaciones populares en el estado de Rio Grande do Sul, y la falta de posicionamiento del gobernador al respecto del Régimen de Excepción impuesto por la Ley General de la Copa, todo indica que el gobierno está de acuerdo con esta suspensión de la democracia y con la represión de las manifestaciones populares. Este proceso de militarización de la seguridad pública y la expansión del Estado de Vigilancia contribuye además con el aumento de la violencia sobre las poblaciones de las periferias y con la persecución de movimientos sociales, y consiste un brutal ataque a la libertad de expresión y de organización.

Cabe cuestionar también la complicidad del gobernador Tarso Genro con el grupo RBS, conocido por sus campañas de difamación y criminalización de los movimientos sociales e incluso del propio Partido de los Trabajadores; tantas veces criminalizado por esta compañía de comunicación y márketing del gran poder político. El mismo hecho de que las acciones desmedidamente violentas de la policía en Porto Alegre se den siempre que la manifestación se aproxima al edificio de la RBS ya denuncia el vínculo entre los intereses económicos del gobierno y esa empresa de comunicación. Las declaraciones del gobernador del pasado viernes 21 de junio parecen apuntar una creciente afinidad ideológica entre ellos. Estamos a favor de una política de decisión horizontal, una democracia directa y no al servicio de dirigentes de conglomerados empresariales y mediáticos.

Por fin, el anarquismo no es una doctrina, y si una filosofía política. No seguimos órdenes, dogmas o intereses de grupos empresariales a diferencia de otros grupos políticos verticalizados y centrados en el castigo, el miedo y la obediencia. Repudiamos cuanquier forma de silenciamiento y violencia, y llamamos a todxs a conocer más sobre la História del Anarquismo y acerca de sus prácticas de autogestión y democracia directa, con el fin de abolir prejuicios sobre el anarquismo como los expresados anteriormente, y construir una sociedad libre de cualquier forma de dominación y autoritarismo.