En *los* *días de la
selva*, siempre verdes y a veces lluviosos, con el vuelo infinitesimal de la
flotilla aérea del TIPNIS: los mosquitos, se viven historias tan extrañas como
las de Pato - pollito que en realidad es una pavita de monte que nació por el
cuidado empeñoso de una gallina ponedora, la cual cuidó al extraño hijo como un
pollo suyo. Pato-pollito descansa en la espalda de un gallo y sigue a su madre
gallina caminando imbuido de una actitud muy gallinácea. Y luego vimos a una
troperita de un mes que se cree perro, con su hocico alargado, alargado, como
lo es el mismo Río Mamoré. Mila, como le puso el señor anciano que la cuida, se pasea por la
comunidad todos los días, si se le rasca la panza se echa y en un arrullo
extraño muestra unos incipientes colmillos blancos.
Mas o menos siento que
como a Pato - Pollito y como a Mila, a nosotrxs nos adoptó una mujer de
cabellos y ojos negros con una fuerza muy grande con la que trabaja
incansablemente junto a su familia todos los días (ejem, así es, en franca y
abierta contradicción con los anuncios gubernamentales que dicen que allí nomas
hay gente "floja" e "improductiva"). Siento también la
calidez comunitaria de la gente de base que nos abrió su casa grande, la mesa grande y solidaria bajo las
impenetrables hojas de motacú, una mesa que siempre dispuesta a aceptar
comensales y polizones que llegan imprevistamente en embarcaciones que surcan
las ondulantes serpientes cristalinas que son los ríos Isiboro, Ichoa y Sécure.
Salud en resistencia y construcción!!!!!
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