A PROPOSITO DE
UN ARTICULO DE EMIR SADER[1]
Carlos
Crespo Flores
Emir Sader Quiere hacer creer que en Ecuador, con las
elecciones se decide “si el país seguirá su rumbo progresista o se sumará a los
gobiernos de restauración neoliberal”. Como en Bolivia, primero Sader debe demostrar que en Ecuador se vive
un “rumbo progresista”. La derecha está en el palacio de gobierno de estos “gobiernos
progresistas”, co gobernando con izquierdistas que creen que de estos procesos
saldrá algo emancipador. Más grave aun, la corrupción es la razón de estado de
estos “gobiernos progresistas”.
Sader critica a los intelectuales que hicieron
un manifiesto contra la política extractivista de Correa, y son solidarios con
la ONG Acción Ecológica, hoy obligada a disolverse por haber sido una voz
crítica a la destrucción ecológica que está realizando el regimen “progresista”
ecuatoriano. No se construirá la sociedad del “Sumaj Kausay” con medios
autoritarios, hecho que el intelectual marxista ignora.
Esta idea de “hacer juego a la derecha”, tan manida
por los comunistas latinoamericanos, sigue la vieja tesis stalinista del “si no
estas conmigo estas contra mí”. Maniqueismo político que se repite como hace 50
años.
Qué ha cambiado en la Argentina y
Brasil, luego de la caida de los “gobiernos progresistas” de Kichner y
Russef/Lula, defendidos por Sader –y llama a votar en el caso de Ecuador? Pues que
ahora no existe la legitimación de organizaciones sociales de las políticas
estatales extractivistas, pro capitalistas, a nombre de un futuro venturoso que
nunca llega ni llegará. No existe la ideología populista marxista de la
revolución o el vivir bien para justificar las catástrofes ecológicas y étnicas
que están realizando. Los gobiernos que los han seguido son pro capitalistas,
extractivistas, abiertamente, no lo tienen que justificar o “dorar la píldora”.
El artículo de Sader nos conovoca a discutir los
supuestos teóricos y conceptuales de los intelectuales funcionales a los “gobiernos
progresistas”, aquellos que construyen soportes discursivos de estos regímenes
autoritarios. En Bolivia los denominamos “intelectuales amarrawatos”.
Cochabamba, 30/12/16
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