sábado, 6 de enero de 2024

LA POLÍTICA DE LA TELEVISIÓN Jorge Zabala (con prólogo del editor)

 

LA POLÍTICA DE LA TELEVISIÓN

Jorge Zabala

Prólogo del editor

 A pesar de la brevedad del artículo “La política de la televisión”, escrito por Jorge Zabala en 1989, encuentro más de una problemática, e ilustra la originalidad de su pensamiento. El presente ensayo, es parte del esfuerzo por comprender e interpretar el pensamiento zabaliano. Y disfrutar de su lectura.


 Como Jorge Zabala, Umberto Eco fue muy crítico de la televisión y la cultura de masas. Ya en 1983 había afirmado, “(r)omántica o científica, la T.V. está con nosotros, nos influye y roba nuestro pensamiento” (Zabala/Agrícola, 1983). Y es el tono del comentario que el escritor cochabambino realiza del libro de Eco, en 1989, al inicio de su columna. Se trata de “Estrategia de la ilusión”[1], originalmente publicado en 1983.


 
Eco analiza lo que denomina “industria de lo falso”, particularmente en EEUU; Disney World podría ser un ejemplo donde, según Jorge, “la risa y el llanto se confunden”. La hiperrealidad norteamericana es la expresión mayor de lo falso absoluto, la mentira total. Al mismo tiempo, esta ilusión o irrealidad, produce realidad, y la televisión es uno de sus paradigmas. Para Eco, la televisión, no describe hechos, sino que los produce, diluyendo la información y la ficción, en una puesta en escena; la TV habla menos de los hechos y más de sí misma.

 

Parte de la “industria de lo falso”, sería su consideración de los telediarios, donde, el o la lectora de las noticias, debe mantener una sonrisa a medias; Zabala denomina “efecto Gioconda”, un verdadero dispositivo “para ahogar las noticias”.

 Y una clásica frase Zabaliana: Para los futuristas la guerra era la única higiene del mundo” para calmar los horrores corrientes, de una información embrujada.

 La televisión, al ser el medio de comunicación más importante en los 80’s, un dispositivo lingüístico de flujo de información, tendría una fuerte influencia en las prácticas y comportamientos culturales, tomando en cuenta la “situación social del destinatario y las disposiciones psicológicas del momento”. Destaca como la TV diseña sus programas en función a nichos o franjas de mercado, según situación social, educación, disposiciones psicológicas; en la era digital, esta tendencia se ha profundizado como criterio de funcionamiento del mercado. El tipo de información que difunde, apunta el librepensador cochabambino, es “política” y de “crónica” (deportiva o cultural), resúmenes y entrevistas.

 

La ficción generada por la TV, tiende a ““suspender la incredulidad”, su importancia es cultural y su técnica parabólica”, afirma en una típica frase zabaliana. A través del presentador, sostiene, se “asegura un sentido de realidad”. Para ello, la TV incorpora al televidente, lo convierte en sujeto de comunicación; la presencia del teléfono en el set, nos dice Jorge, es el medio. En ese periodo, era el dispositivo por el cual la gente común se involucraba en el proceso comunicacional, de tal manera que, “televisión y el público sean uno, solo, el nosotros y el vosotros un todo”.

 

Para Marshall McLuhan, “posiblemente, uno de los efectos de la tecnología de Gutenberg haya sido la separación de los sentidos y la consiguiente interrupción de su interacción en sinestesia táctil” (McLuhan, 1961:34). En el arte, y citando a Hildebrand, argumenta que ...la tactilidad es una especie de sinestesia o interacción de los sentidos y, como tal, la esencia de los más ricos efectos en arte. Porque las imágenes escultóricas de contornos poco definidos obligan al espectador a desempeñar un papel de participación activa” (Ídem, 1962:74).

 

Sinestesia hace referencia a la interacción de los sentidos. Efectivamente, la sinestesia es una noción importante en el argumento de McLuhan en La Galaxia Gutenberg. Habla de “nuestra tendencia actual hacia la sinestesia y la riqueza audio táctil de la experiencia…” (Ídem, 1962:81-82). Recuerda que el lenguaje de Joyce, en Finnegans Wake “sólo se hace vivo cuando se lee en voz alta, creando una sinestesia o interacción de los sentidos” (Ídem, 1962:143). Las emociones en interacción, están relacionadas “a la sinestesia, o interacción de los sentidos. Por eso, le parece correcta la definición de Huizinga, de la última parte de la Edad Media “como la de un período de violencia emocional y decadencia, así como de intensa tendencia visual” (Ídem 1962:231). La imaginación es aquella proporción entre las percepciones y las facultades que se da cuando no están encamadas o exteriorizadas en tecnologías materiales. Cuando así se exteriorizan, cada sentido o facultad se convierte en un sistema cerrado. Antes de darse tal exteriorización, hay una completa interacción de experiencias. Esta interacción o sinestesia es una especie de tactilidad, tal como Blake la buscó en la línea de contorno de la forma escultórica y del grabado” (Ídem, 1962:422).

 

McLuhan era optimista de las posibilidades comunicativas de la TV. Para McLuhan, la tactilidad del nuevo ambiente eléctrico es reactivada por el entonces nuevo medio, particularmente por la TV, agente táctil que transforma la conciencia de la gente. Al implicar a todos los sentidos simultáneamente, la TV exige “participación, implicación y compromiso, puede envolver a toda una población en un proceso ritual, siendo capaz de lograr una amplia participación colectiva en un acontecimiento determinado...” (Colina, s/f). Como afirmaba McLuhan: "La TV proyecta las imágenes sobre usted. Usted es la pantalla. Las imágenes lo envuelven. Usted es el punto de visión. Esto crea una especie de interioridad, algo así como una perspectiva invertida, que tiene mucho en común con el arte oriental".

 

En la Edad Media, la Iglesia era la dueña del conocimiento y la información, sintetizada, retratada en las catedrales, por tanto, convertida en “el gran libro de piedra, la televisión de la Edad Media”. Zabala ironiza con la sinestesia del sistema nervioso y su relación con fenómenos como la TV, la “audición coloreada”, formando una imagen de mosaico que corresponde a una Edad Bizantina y equívoca. Es la TV convertida en “el gran libro de piedra”, como las catedrales medievales.

 Retornando a Umberto Eco, Zabala señala que el semiólogo italiano no llega al pesimismo de Giambattista Vico; por el contrario, “intenta exorcizar el mal gusto” de estos medios, “con sentido del humor italiano”.

 

¿Y de qué trata el pesimismo de Vico? Influido por la mitología griega, pensaba que, en la historia operan ciclos o eras “de refinamiento y logros civilizados dentro eras de nueva barbarie”. Un ejemplo, nos dice Jorge, es que, a la caída de Roma, siguió “la Edad Oscura” medieval.

 Efectivamente, al inicio, afirma Vico, “los hombres, movidos por el miedo, crearon los dioses, naciendo así el primer estadio de la civilización, la «edad de los dioses»”. Cuando los padres de familia debieron concertar “para dominar a los siervos, dio origen a los órdenes patricio y plebeyo. Así nació el

“segundo estadio de civilización o «edad de los héroes». Los plebeyos fueron conquistando privilegios a los héroes, dando paso al último de los ciclos, la «edad de los hombres», caracterizada por las repúblicas democráticas. Pero, la igualdad acarreó el declinar del espíritu público y la decadencia acompañó a este proceso de humanización. Así se regresa a la barbarie, como ocurrió al final del imperio romano” (Josep Carner, 1941:2).

 Para Zabala, estamos viviendo una época de caída, de “nueva barbarie”. Lo expresa la “época industrial y la televisión que va con ella”. Siguiendo a Eco, afirma que estamos viviendo una Nueva Edad Media.

 

El escritor cochabambino hace referencia a un ensayo de 1973, escrito por Umberto Eco, La Edad Media ha comenzado ya[2]. Entre los rasgos que señala, se halla el derrumbe de una gran Paz a nivel internacional: “(U)n gran poder estatal internacional que había unificado el mundo en cuanto a lengua, costumbres, ideologías, religiones, arte y tecnología y que, en determinado momento, por su propia complejidad ingobernable, se derrumba (Eco, 1974: 15), generando una sensación general de inseguridad. La «Inseguridad» es una palabra clave” para Eco, y la ubica dentro del cuadro de las angustias milenaristas: el mundo está a punto de acabarse, una catástrofe final pondrá fin al milenio… el miedo al fin… Por lo que se refiere a nuestros días, los temas, que se repiten una y otra vez, de la catástrofe atómica y de la catástrofe ecológica (además de la presente) bastan para indicar vigorosas corrientes apocalípticas” (Eco, 1974:23).

 Asimismo, las ciudades no son devastadas por “bárbaros beligerantes ni resulta devasta­da por incendios”, (pero), sufre de escasez de agua, de crisis de energía eléctrica disponible, de parálisis…” (Ídem, 1974:21). Por otro lado, la Europa medieval estaba surcada por caminos de pere­grinaje…, de igual forma que nuestros cielos están surcados por líneas aéreas que hacen que sea más fácil ir de Roma a Nueva York que de Spoleto a Roma” (Ídem, 1974:22-23). Complementariamente, en “esos territorios dominados por la insecurttas, vagan bandas de marginales, místicos o aventureros” (Ídem, 1974:24).

 

A los temas señalados con la “medievalización del territorio”, “síntomas del desorden y la disipación latina”, Zabala añade la “búsqueda de la felicidad química”, las drogas y las diversas formas de alterar los sentidos. En el medioevo, los alquimistas encuentran el alcohol (Escohotado, 1989:61). Asimismo, aparece la bruja, vinculada a “fármacos, pero además de confeccionar cosméticos, filtros y remedios, usa ungüentos para inducir vuelos mágicos y otras operaciones típicas del chamanismo y la hechicería de posesión” (Escohotado, 1989:123).

 En una época industrial desacralizada, y bajo “la sombra de satélites futuristas”, los medios de comunicación constituyen un nuevo discurso religioso, un “retorno de los dioses”. Pero también lo es, afirma Zabala, la síntesis cultural brasilera, entre el “carnaval y el fútbol”.

 

Ahora bien, ¿a qué se refiere Jorge, cuando habla del “Giambattista Vico”? También llamada “hipótesis de Sapir-Whorf”, proviene del campo de la lingüística, y está relacionada con la influencia de un determinado idioma, con sus estructuras gramaticales y su léxico, sobre la visión del mundo de una comunidad lingüística: “la lengua da forma al pensamiento”, nos dicen. La estructura del lenguaje que habla una persona condiciona su forma de pensar[3]. En suma, Whorf asigna una primacía a la lengua, dentro de los demás elementos que constituyen la cultura (Carr, 2007:15).

 


En este artículo, Zabala realiza originales consideraciones sobre el fútbol. Combinado con el carnaval, es parte del “sincretismo brasileño”, de su mestizaje. Más aún, el balompié es una afición “agonística”[4]. Esto es, una relación antagónica entre dos equipos, donde opera la recíproca incitación y lucha, una permanente provocación (Foucault, 2001/1982:254). Zabala compara la disputa futbolística con el doble rostro de Jano, dios protector de la ciudad de Roma[5];  que evidencia la doble naturaleza de cada uno” (Chinchilla, 2015). Es el yin y el yang que se encuentran. Dicen que “Jano podía ver el futuro y el pasado. La guerra y la paz” (Chinchilla, 2015). En este caso, como finaliza el partido. Es el sentido de su afirmación de que el discurso deportivo es el sucedáneo más fácil del discurso político sobre la Ciudad y sus fines. Un espacio de disputa y encuentro a la vez.

 Pero, la imaginación de Zabala desborda. Como buen hombre de teatro, compara la transmisión de un partido, con una “puesta en escena intencional”. Zabala venía de la cultura de la radio, desde los 60’s, donde los relatores, con su actuación oral, hacían soñar el partido. Carlos Dalence, Toto Arévalo, Oscar Galdo, para mencionar algunos.

 Y luego, destaca el lado oscuro del deporte, como engrandecedor, exaltador de la “agresividad”, donde se eleva a un grado superior a la “fuerza” sobre la “inteligencia”. Más aun, “el deporte mejora la raza”. Y el jugador, nos dice el visionario escritor, seguramente viendo la creciente homogeneidad de tácticas, culto al físico frente a la inteligencia, desincentivo al jugador técnico, en favor del equipo, le lleva a decir que este se halla en “un proceso en serie, con la homogeneidad y continuidad”.

 Finalmente, una apostilla sobre lo que denomino frase zabaliana. De acuerdo a la Enciclopedia Británica, uno de los sentidos de la palabra nonsense es aquel lenguaje que no tiene sentido, o tiene resistencia a cualquier interpretación racional o alegórica (https://www.britannica.com/art/nonsense-verse). Implica que el escritor vea la realidad desde el otro lado, con humor, con una alta capacidad de preguntar ¿y si? ¿Y si todo fuera al revés, o incluso si se cambiara sólo este pequeño detalle? En un texto del nonsense, el lector exclama: "¡Pero no es posible que sea así!" (Jennings, 1979:16-19).

 


En la literatura anglosajona, existe una larga tradición del nonsense, poemas o prosa que no tienen sentido, significado o ideas inteligibles. Una expresión es Lewis Carroll. En A través del Espejo, luego de leer el poema del Galimatazo (Jabberwocky), Alicia dice “—Me parece muy bonito —… sólo que es algo difícil de comprender… Es como si me llenara la cabeza de ideas, ¡sólo que no sabría decir cuáles son! (Carroll, 2004/1871:20). Lo que denomino frase zabaliana es muy próxima al nonsense carroliano: aquel texto rizomático, con agudo sentido del humor, donde cabe más de un tema o idea, no necesariamente conectada una con otra Es similar la sensación que el lector tiene, luego de leer una frase de Jorge Zabala; nos está diciendo muchas cosas, nos conmueve, solo que no llegamos a descifrarlas.

 


 Carlos Crespo Flores (INCISO-FACSO)

2023

 

Bibliografía

Carr, David Charles (2007) “La hipótesis Sapir-Whorf: una evaluación crítica”. Caleidoscopio. No 22, pp. 7-26.

Carroll, Lewis (2004) A través del espejo. Y lo que Alicia encontró allí. Buenos Aires: Ediciones del Sur. 155 pp.

Chinchilla Sánchez, K. (2015). Jano: El dios de los inicios y el dios de las puertas. Revista De Filología Y Lingüística De La Universidad De Costa Rica26(1), 227–241. https://doi.org/10.15517/rfl.v26i1.21013

Colina, Carlos Eduardo (s/f) McLuhan y las tecnologías de la comunicación. HUMÁNITAS.Portal temático en Humanidades. http://www.uco.es/ciencias-juridicas/filosofia-derecho/diego/nuevode/doctorado/comunicacion/McLuhan.pdf

Eco, Umberto (1974) “La Edad Media ha comenzado ya”. En U. Eco et. al, La nueva Edad Media. Madrid: Alianza. Pp. 9-34.

Escohotado, Antonio (1989) Historia general de las Drogas. Madrid: Alianza Editorial.

Foucault, Michel (2001/1982) “El sujeto y el poder”. En Hubert L. Dreyfus & Paul Rabinow, Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la hermenéutica. Posfacio de Michel Foucault Con una entrevista a Michel Foucault. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Pp. 241-259

Jennings, Paul (1979) “Introduction”. En Paul Jennings (editor) The Book of Nonsense. London: William Collins. Pp. 15-22.

Mautner, Thomas (2000) The Penguin Dictionary of Philosophy. London: Penguin Books.

MacLuhan, Marshall (1962) La Galaxia Gutenberg. 1998.

Zabala/Agrícola, Jorge (1983) La TV tiene alma?. Los Tiempos, 18/VI/83’.

 

yyyyyyyyy

 Umberto Eco explora lo falso absoluto, donde la risa y el llanto se confunden. Es la industria de la televisión y la cultura de masas que investiga en su libro "Estrategia de la Hiperrealidad" (1986) donde intenta exorcizar el mal gusto con sentido del humor italiano; sin caer en el pesimismo de Vico, que privilegiaba la historia y sus diversas fases derivadas de la mitología griega, reconociendo que la sociedad recae de eras de refinamiento y logros civilizados dentro eras de nueva barbarie. La Edad Oscura que siguió la caída de Roma son un ejemplo.

 Así tal vez sea nuestra propia época industrial y la televisión que va con ella. En esta Nueva Edad Media asistimos a la medievalización del territorio, no otra cosa son los castillos y las guerrillas, la erosión, la angustia del milenio, que va en pos de la felicidad química, esos eran los síntomas del desorden y la disipación latina. La catedral era el gran libro de piedra, la televisión de la Edad Media, el archivo de lo fantástico. Los medios de masas marcan el retorno de los dioses, ante la soledad y la mecanización americanas o el sincretismo brasileño, mezcla del carnaval y el futbol, bajo la sombra de satélites futuristas.

 La información es aún una industria pesada En el código de Whorf nuestras categorías conceptuales están en parte determinadas por la estructura de nuestra lengua nativa. O dicho de otro modo, la televisión es la ideología industrial avanzada. El código es la situación social del destinatario una educación recibida y las disposiciones psicológicas del momento. La información tiende a ser política, de crónica de sucesos deportivos, culturales o resumen y entrevista. La ficción tiende a "suspender la incredulidad", su importancia es cultural y su técnica parabólica. El presentador asegura un sentido de realidad a un programa difuso. El teléfono hace que la televisión y el público sean uno, solo, el nosotros y el vosotros un todo.

 La manía del fútbol es un acontecimiento que sucede por razones agonísticas. Se lo identifica con Jano, el dios de las dos caras. La transmisión interpreta el partido, a través de una puesta en escena intencional. El deporte mejora la raza, sublima la agresividad en un sistema y la fuerza en inteligencia. El discurso deportivo es el sucedáneo más fácil del discurso político sobre la Ciudad y sus fines. El jugador está en un proceso en serie, con la homogeneidad y continuidad. En los telediarios el efecto Gioconda es una sonrisa en medio de grandes risas, para ahogar las noticias. Para los futuristas la guerra era la "única higiene del mundo” para calmar los horrores corrientes, de una información embrujada.

 El hallazgo de McLuhan es que una sinestesia permea todo el sistema nervioso y nos da fenómenos como la "audición coloreada", formando una imagen de mosaico que corresponde a una Edad Bizantina y equivoca.

 Los Tiempos, 11 I 89’

 

 



[1] Zabala pone como título “Estrategia de la Hiperrealidad”, y data 1986 como fecha de edición, en español.

[2] El texto aparece también en la versión española de “Estrategia de la ilusión”, versión que seguramente Zabala leyó. 

[3] Por ejemplo, la percepción que uno tenga del tiempo y la puntualidad depende de cuántos tiempos verbales distinga su lengua materna. En casos extremos como la lengua hopi, hablada por algunos indios de Arizona, no hay tiempos verbales y, por tanto, pensaba el lingüista, esos indios carecen de concepto de tiempo. Es lo que se conoce como hipótesis de Whorf: las ideas humanas están moldeadas por la gramática.

https://elpais.com/diario/2004/08/24/revistaverano/1093298417_850215.html

[4] En filosofía política, el agonismo (del griego ἀγών, agón, "conflicto, disputa"). Es una teoría política que enfatiza los aspectos potencialmente positivos de ciertas (pero no todas) formas de conflicto político, difiriendo de la descripción de la democracia como la búsqueda de consensos. Acepta la existencia de un espacio permanente para tal conflicto, pero busca mostrar cómo se puede aceptar y canalizarlo positivamente. 

[5] Controlaba, protegía, los ingresos y salidas de la ciudad.

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