Fue compañero de armas de Bob Marley en los Wailers. Como buen rastafari, cultivó la estética de la ganja. Cantó a la hierba y demandó su legalización. “Legalicen la marihuana/aquí en la dulce Jamaica”[1].
En el fondo, Tosh estaba pidiendo aplicar un principio liberal: el Estado no debe involucrase en tu vida privada, ideas y sentimientos, menos con tu cuerpo.
Al mismo tiempo, en sus canciones problematizó la represión policial al consumo, principalmente juvenil. Con la legalización, “no habrá más brutalidad policial”, exclama en Bush Doctor. Un matiz en el argumento proviene de Antonio Escohotado, para quien, antes que legalizar la mota, se debe evitar perseguirla, criminalizarla.
El Doctor de las hierbas, como se autodefine Tosh, no solo defiende la marihuana por sus propiedades medicinales (cura el glaucoma, señala), sino también porque puede fortalecer la economía, y fundamentalmente permite salir de la mentalidad servil o de esclavos.
Respecto al debate de la legalización de la hierba (y las drogas en general), los ultraliberales de hoy, conocidos también como “anarcocapitalistas”, no son coherentes con su pasado, pues reproducen las tesis prohibicionistas y represivas, a nombre de la salvaguarda de la familia y los “valores occidentales”.
Entre los anarquistas, por su parte, practicando su autonomía, hay quienes la utilizan sin pedir permiso a nadie, menos al Estado, o demandar su legalización. Al mismo tiempo, hay ácratas que promueven la abstinencia de alcohol y drogas, pues las consideran un obstáculo a la autonomía individual; de hecho, es una corriente en el punk, el straight edge.
Mientras
tanto, Peter Tosh, continúa cantando, Legalicenla. Falleció el 11 de septiembre de 1987.
Cochabamba,
capital de la Tiquipaya Golden, septiembre 2025
[1] Recuerda al verso de William Blake en Jerusalén,
cuando habla de los “agradables pastos de Inglaterra”.
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