miércoles, 3 de octubre de 2012

Carta desde Obrajes Nina Mancilla 2012


Carta desde Obrajes
Nina Mancilla
        2012


Han pasado 4 meses desde que fui allanada y detenida en mi casa en
presencia de mi hijo de 3 años, mi vida cambió radicalmente en 2 días.

El 29 de Mayo allanaron mi casa, me llevaron al CEIP a declarar y por la
noche a la FELCC. El 30 de Mayo nos presentaron en una conferencia de
Prensa en el Ministerio de Gobierno a Henry y a mí, minuto antes de entrar
a dicho acto escuchamos las acusaciones por 17 atentados, fue ahí donde me
enteré realmente de qué nos acusaban y entendí que era mi “muerte civil” y
que era mi oportunidad para defenderme públicamente cuando entramos
esposad@s con deltas por detrás, me presentaron como la cabecilla de una
organización internacional armada, de inmediato reaccioné y dije: “Soy
inocente, no soy criminal ni delincuente, no he robado ni he matado a
nadie, ¿Desde cuándo ser defensora de los derechos de las mujeres, los
niños y la pachamama es ser terrorista?, soy madre, soy inocente, pido
justicia y exijo mi libertad”. Que quede claro que fuimos presentados
públicamente como responsables de los atentados, sin un juicio justo ni
previo, ni las debidas investigaciones para lanzar una acusación tan
grave.

Luego nos llevaron a las celdas judiciales a la espera de nuestra
audiencia cautelar que fue el 31 de Mayo, donde después de dicha audiencia
totalmente manipulada nos dieron detención preventiva a Henry y a mí, y a
otros les dieron arresto domiciliario por “colaborar con la investigación”
en palabras de los fiscales.

Desde ese día estoy recluida en el Centro de Orientación Femenina de
Obrajes, intentando entender cuál es el fondo de estas acusaciones y de
estos atentados ¿Quiénes están detrás? Me han hecho llegar muchos
comentarios, impresos de manifiestos a favor y en contra, y otros
adjudicándose estos actos.

Desde ese día estoy pidiendo la cesación a mi detención preventiva, con 5
audiencias suspendidas por una y mil excusas, y una llevada a cabo donde
me negaron la cesación. Los rumores, especulaciones sobre una y otra
persona, sus actitudes, acciones y reacciones respecto a este caso, han
marcado mi incertidumbre de no saber “quién es quién” ¿A quiénes he
llamado compañer@s, amig@s y herman@s todos estos años?

Hice una declaración ampliatoria, donde aclaré cuáles eran mis actividades
en las fechas que se me acusaba, mis vínculos con personas que igualmente
están siendo procesadas, pero llegado el momento comenzaron las
advertencias: “ayúdate, si quieres ver a tu hijo”. Sobre la información
que tenían de ciertas personas y lugares acoté algo, en base a los
manifiestos y pronunciamientos, rumores y especulaciones dije lo que
sabía, no sé cuán acertada haya sido esta decisión que me ha traído más
perjuicios que beneficios y que ha levantado otra ola de rumores y
acusaciones sobre mí.

No negaré nunca lo que he sido y lo que soy, fui activista
anarquista-feminista y lo sigo siendo, formé parte de un colectivo de
mujeres: “Las Niñas Dinamiteras” que nunca tuvo que ver con explosivos ni
nada por el estilo, nuestro nombre iba dirigido a dinamitar, interpelar,
cuestionar y desmoronar ideas preestablecidas respecto a la mujer; junto a
ellas sacamos varios números de fanzines (ahora secuestrados) durante 5
años, luego formamos una banda que tocaba desde punk hasta cumbia,
precisamente porque no queríamos encasillarnos en ningún estilo, nuestra
crítica era obviamente a la sociedad reflejada en nuestros propios
compañeros de lucha que varias veces tenían actitudes y reacciones
machistas y misóginas, así también nos llamaban “Las Malditas Dinamiteras”
por eso asumimos el nombre en respuesta a su rechazo. Teníamos problemas
con colectivos de jóvenes que recién se iniciaban en el anarquismo,
seguros que los punks eran los primeros y últimos anarquistas, creyendo
que al repetir un discurso automáticamente su vida y su práctica cotidiana
cambiaba; criticaban nuestro feminismo, nuestra liberación y nuestras
propias formas de ser y vestir. Desde esos años tuvimos diferencias tanto
ideológicas como generacionales con la Comunidad Anarco Punk que luego se
dividió y quedó como OARS, de la que es parte Renato Vincentti quien me
acusó y dizque reconoció como la persona que aparece en “el video”,
sabiendo que no soy yo y que la persona en cuestión era una ex compañera
con la que él y su hermano tuvieron, y tienen más relación que conmigo.
¿Qué esconden?

Estando aquí recluida soy consciente de la terrible acusación de la que
somos víctimas, tanto los que estamos dentro, como los que están afuera, a
mi parecer nunca fuimos un movimiento, sino una juntucha de varios
colectivos, que teníamos algunas actividades en común, con mucha
diferencias internas que a la vez no nos permitían concretar varios
objetivos, por tanto nunca respondimos a actitudes autoritarias de
partido, mucho menos de comando.

Personalmente he simpatizado y he tratado de aplicar el anarquismo y
feminismo en mi vida cotidiana, ese que me libera de mis propias ataduras;
creo que con un poco de coherencia entre mi discurso y accionar puedo
cambiar mi presente y mi futuro, no es fácil romper las estructuras pero
tampoco es imposible. Como socióloga que soy, también trato de aplicar a
mi trabajo mis pensamientos, he trabajado con mujeres, recuperando sus
historias intentando coadyuvar en su presente, si bien hay cosas que se
pueden lograr colectivamente creo profundamente que el cambio comienza por
un@ mism@ a partir de nuestras críticas e interpelaciones personales,
también creo que lo más libertario es asumir nuestras decisiones con todo
lo que implica, por eso creo que l@s autores y partícipes detrás de estos
atentados deben responsabilizarse por sus actos y no pensar o dejar como
ellos mismos dicen: “que alguien tiene que pagar por el movimiento”, como
si ese “alguien” no tuviera vida, familia, decisiones y objetivos propios.

No termino de entender cuál es el trasfondo de todas estas acusaciones;
del Estado como tal representado en éste y anteriores gobiernos nunca
esperé nada bueno, siempre supe que la justicia era subjetiva y que en
este sistema ésta se supedita al poder político y económico, ahora yo lo
estoy viviendo en carne propia. Las acusaciones que me hacen no tienen
fundamento ni prueba algunas, poniendo en evidencia una vez mas que se
detiene y luego se investiga, prevaleciendo mas el Principio de la
Culpabilidad que el de Inocencia, entonces me pregunto: ¿Cuán peligrosa
puedo ser yo para la seguridad de este Estado y la Sociedad?

Hay un video que hasta hoy no he podido ver y que menciono anteriormente,
sólo pude ver una imagen congelada de una persona que fue muy cercana a mí
hace unos años, que formó parte del colectivo y la banda, a la cual llamé
compañera y hermana en algún momento, no puedo decir lo mismo ahora, ya
que ella sabe cuál es mi situación legal y emocional, sabe que estoy aquí
por ella, por tener un supuesto “parecido”.

Si bien estas acusaciones que me hace el Ministerio Público se debieron y
deben a una coyuntura política, tampoco se puede negar que estos
“atentados” ocurrieron, prueba de ello son los manifiestos donde ellos
mismos se adjudican los hechos. Personalmente no creo que con bombas de
humo se pueda atacar o destruir alguna estructura sistémica, mucho menos
un Estado, lo único que se ha logrado es alentar y estimular al poder para
que descargue su furia sobre nosotr@s, nos amedrente, nos divida y nos
enfrente entre colectivos y nos separe de los movimientos sociales con los
que fuimos y somos solidarios, compartimos y apoyamos causas.

Creo que cuando un grupo de personas idea, planea estos actos, asume los
riesgos, las consecuencias, la protección y la resistencia de l@s que
participarán. En mi caso nada de esto pasó, nunca fui parte de estos
planes, no sé quiénes están detrás de estos atentados pero estoy acusada y
detenida por éstos, soy una de las personas más afectadas por tanto
interesada en aclarar los hechos. ¿Por qué debería callar? ¿Para proteger
a quién? Se ha dicho de mí que soy una soplona, que me quitan su
solidaridad porque “por salvarme he acusado a otros”, por lo que veo es
muy fácil llenarse la boca de discursos muy radicales, hablar de lealtad y
resistencia detrás de un teclado, escribir pronunciamientos estrellándose
contra el Estado, la sociedad y todos l@s que no piensan como ell@s solo
para tener palestra pero ¿quién se pone en mi lugar?, ¿quién vive conmigo
el día a día aquí adentro?, ¿quién soporta las humillaciones y
amedrentamiento del que he sido blanco estos 4 meses?

Pocas pero valerosas son las personas que me han apoyado y se han
solidarizado de verdad conmigo, no solo hablo de l@s que me visitan, sino
también de l@s que desde la distancia me hacen llegar su fuerza y apoyo; a
ell@s mi agradecimiento más profundo.

Para terminar quiero decir que no me interesa el papel de una heroína o
mártir del anarquismo, no creo en estos protagonismos ni en esas falsas
famas, no creo en esos manifiestos que se adjudican los atentados, que
alzan mi nombre y me incriminan más, queriendo hacer parecer que soy parte
de ell@s.

Solo quiero recuperar mi libertad, retomar mi vida al lado de mi hijo y mi
madre, vivir mi vida como yo creo correcta, quiero volver a mi casa, a mi
huerta, a cosechar los frutos que sembré antes que ocurriera esta
pesadilla.

Para l@s que entiendan mis palabras bien, para l@s que esperaban otra cosa
bien también, soy honesta y me gusta ser clara, no quiero vender discursos
ni llenarme la boca de palabras que creen falsas ilusiones, mi lucha es
por la verdad con un@ mism@, mi lucha es en el día a día, la gente que me
conoce sabe como soy, si el resto que no me conoce quiere juzgarme allá
ell@s, solo pido que asuman sus decisiones y sus actos, no se puede jugar
así con la vida, la seguridad y estabilidad emocional y material de las
personas y menos de un niño. Si ell@s no tiene nada que perder, yo sí.


La Paz, 30 de Septiembre del 2012

1 comentario:

Cañerías dijo...

El ejercicio de la violencia siempre ha sido un tema áspero y que ha causado no pocas divisiones a lo largo de la historia del anarquismo. Más allá de eso, están las conductas humanas frente a la más cruel de la opresiones ejercidas por el Estado: la privación de la libertad y el quiebre de la voluntad a través de humillaciones y rupturas afectivas. Esas conductas, NO PUEDEN NI DEBEN SER JUZGADAS; l@s compañer@s que caen como rehenes del estado en sus cárceles, son seres humanos, con sus temores, sus valentías, sus agachadas y sus corajeadas. Todos sabemos que esto es así y para todos. ¡no te dejes caer! Piensa que es solo un aspecto, una batalla -la más dura o de las más duras- de toda tu lucha social. Tus conductas no deberían ser objeto de ningún juicio de ningún compañero, sino solo la comprensión y la solidaridad, tanto como sea posible. Una vez que todos estén libres, cada compañero decidirá en quién ha de confiar en el futuro. Pero primero, es necesario que quienes están presos recuperen su libertad. Y para ello, se precisa de tod@s l@ compañer@s, los que tienen miedo y los que no. Después de todo, el miedo es tan humano como la libertad y el anarquismo. ¡Salud y pronta Libertad!