viernes, 4 de enero de 2013

DE VIRGINIA AILLÓN


Me llamo Virginia Aillón y aprovecho este espacio para referirme a varios comunicados, algunos firmados por personas que están detenidas y la mayoría anónimos. En ellos nos han acusado a Nina y a mí de pedir se entreguen a la policía quienes han realizado los atentados en cajeros automáticos, es decir nos han tachado de delatoras. En primer lugar, ni Nina ni yo hemos pedido tal cosa (para ello remitirse a la carta de Nina y mi artículo).

Lo que yo he pedido y mantengo es que estas personas asuman su responsabilidad, que sean consecuentes consigo mismos y con nosotros. ¿Cuál es la delación? Tengo derecho a pedirlo porque conozco a una de las personas con la que hemos construido muchas cosas en muchos años. Por razones básicas respeto su decisión pero deploro, por ello mismo, que no digan nada ante las acciones policiales de inculpar a quienes no comparten esa decisión. Si ellos no quieren asumirlo, yo tengo derecho a pedirlo porque creo en las relaciones personales de otro tipo. A propósito, en uno de los comunicados alguien recuerda que las compañeras de la FOL nunca pidieron que se entreguen aquellos por cuyas acciones fueron asesinados Zacco y Vanzetti, ojalá el autor del comunicado hubiera tomado más atención a la pelea de las de la FOL, con sus propios compañeros, por relaciones más humanas y menos patriarcales.

Por otra parte, no entiendo por qué se insiste en mentiras o manipulaciones, aunque otorgo que puede tratarse de desconocimiento. Y, en tanto fui protagonista aclaro: los plantones de 9, 19 y 29 de cada mes fueron planteados, desde un inicio, como solidaridad con Heny y Nina ante las dudas que ambos, y especialmente Henry, nos plantearon por la actuación de krudo, y a las compañeras que exigían que estos actos incluyan a krudo les explicamos repetidas veces la razón. Con todo, nunca hicimos nada contra krudo y al menos una vez tomamos alguna medida de apoyo. Posteriormente, Henry nos manifestó su malestar con Nina y pidió que no se hiciera nada que lo relacione con ella. Y así lo hicimos. ¿Dónde se asienta la idea que “abandonamos a Henry”? Por eso esta aclaración va para  quienes vieron que “repentinamente solo hacia plantones por Nina”, lo “repentino” tuvo como base la voluntad de Henry. Y, por supuesto, cuando pudimos, aún “contra” la opinión de Henry, apoyamos algunas acciones por su libertad. De eso sí Henry puede reclamarme, de haberlo apoyado a pesar suyo.

El grupo de apoyo a Henry y Nina, fundamentalmente se conformaba por familiares y amigos de Nina, activistas de derechos humanos y también anarquistas. Yo asumo plenamente la responsabilidad de haber incluido el nombre de Henry en estas acciones porque aprendí a creer en él  y su lucha, en las jornadas de vigilia de la marcha del TIPNIS y creo en su inocencia. Henry se molestó con el comunicado que redacté y la última vez que lo vi me reclamó el párrafo en que yo pido que quienes participaron en los ataques a los cajeros asuman su responsabilidad. Él dijo que en ese párrafo yo pedía que ellos se entreguen a la policía. También me dijo que lo que yo había escrito era execrable porque defendía la democracia que era un producto burgués. Releyendo mi comunicado no encuentro ni la palabra democracia ni nada que lo asimile, la palabra volvió a mí, sin embargo, leyendo el último comunicado del Sub Comandante Marcos.

Las personas que defienden a krudo, recordarán que les dije en algunas oportunidades que había un “hueco negro” que no lograba comprender en todo esto: ¿quién delató a los compañeros?, ¿quién ayudó a la policía en la conformación de la lista? Este es un tema del que nunca se habló, se volvió un “punto aparte”. Sin embargo el comunicado titulado “Cuando el silencio se vuelve el aliado del olvido: Reacción al próximo Encuentro Libertario en Bolivia”, que en un momento dice “En tal sentido, omitir de su programa el surgimiento innegable del insurreccionalismo en Bolivia, es taparse los ojos frente a una nueva posición política frente al poder y la autoridad”, me ha aclarado que, tal como lo expresan, hay algo en lo que yo no estoy, algo que está sucediendo de lo que no formo parte. Tal vez por eso alguien dijo que “no aceptamos en nuestras filas a Nina y Vicky” y claro que no pueden aceptarme porque yo no lo pedí, no lo solicité. Y así como no solicité esta adscripción, no pueden tampoco reclamarme el no haber cumplido con las reglas y normas de ese lugar en el que no estoy. Se me ha dibujado con claridad, entonces, que la rabia por mi proceder es por lo que supuestamente debía hacer y no he hecho. ¿Qué hice? Pedir que quienes deciden hacer algo lo asuman ante las personas  (y no cualquier persona, compañeros aunque sólo sea de hacer música) con quienes se compartían espacios (y no cualquier espacio, aunque sólo sea de amistad femenina, que no es poco) y se los ponía en peligro “por la causa”. Pucha! Al menos advertirles! Que los que no comparten las decisiones de quienes hicieron lo que hicieron deban pagar por “la causa”, es al menos autoritario. Nadie, nunca, pidió que se entreguen a la policía. ¿Dónde dice eso? ¿Infiere Usted? Es su derecho. Y el mío explicarme.

¿Qué nos daría el derecho de actuar sobre la vida de otro en función de nuestros objetivos? Este derecho sólo lo tiene el Dios autoritario, omnipresente e injusto. ¡Me vale lo que pase con los otros si es en función de “la causa (¿?)”. El argumento en contra dice que “nosotros” no comprendemos que es el Estado el que detiene. Pero estos argumentos no completan la frase y por tanto se quedan en la consigna, no dicen nada sobre la injusticia de “envolver” a quienes no participaron en tales hechos. Entiendo que muchos no comprendan nuestro reclamo de autoresponsabilidad  porque no todos los lectores ni lectoras conocen historias antiguas de amistad y acciones libertarias que juntan  a unos y otros. Entonces, ¿debemos rendirnos ante lo que uno o una decidió como camino o “causa” y poner nuestras vidas a su servicio? ¿Por qué? Por “la causa”, dirá el izquierdismo. Sólo así se entiende que se banalice el reclamo de Nina de estar con su hijo, recuerdo que alguien, en estos meses, a mi alusión a que Nina tenía un hijo que lo mantenía sola, me respondió “y eso qué, varios tenemos hijos”. De acuerdo, pero la percepción que Ud. tiene de la maternidad no puede ser la regla. Habemos algunas que hemos optado por otro tipo de vida con y para nuestros/as hijos/as. ¿Nos hace eso burguesas? Su opinión, a la que Ud. tiene derecho. Mas yo tengo la mía. Hay un tono tremendamente agresivo de esos comunicados en los que si algo se lee es un machismo recalcitrante, no es casual que seamos dos compañeras las agredidas.

Pero tal vez lo que más me llama la atención y provoca mi rechazo, por supuesto, es esa constante de calificar,  medir y decidir quién es anarquista y quién no. Definitivamente hay diferentes formas de concebir y vivir el anarquismo y hay quienes se instalan en la cúpula para mirar y calificar a quienes “no llegamos” a su comprensión.

Todos estos ataques me han afectado, claro, soy una persona que siente aunque haya quien lo dude, pero no me han hecho olvidar de mi “pasado combativo” y aunque el mismo comunicado alude a la jubilación, y mi edad ya da para eso, estos ataques no han logrado alejarme de mis creencias. Duele, por supuesto, el alejamiento de amigos y amigas, más que eso, compañeros y compañeras de rebeldía. No es la soledad un miedo, en estas edades ya se ha entendido eso. Tal vez mi práctica molesta a los/as más jóvenes, eso es una alerta para mí. Sola seguiré no más, no queda otra cuando se ha hecho una forma de vida la rebeldía.

Tal vez me “expulsen” del anarquismo tal cual alguna vez lo hicieron los de la izquierda, tal vez me hagan un juicio o me agredan, ya no con comunicados. Pasa que soy convencida de la autoresponsabilidad que es base de la autonomía y creo que la imposición es autoritaria, siempre. 

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