lunes, 29 de diciembre de 2008

Grecia: preambulo de una revoluciòn?

Uri Gordon

Traducido por Àngel Ferrero

Han pasado ya tres semanas desde el asesinato policial de Alexandros Grigoropoulos, de quince años, en Atenas, y no hay indicios de que los disturbios que han envuelto Grecia vayan a calmarse.

Aunque se espera que pronto se terminen la ocupaciones de las tres universidades de la capital (Económicas, Politécnica y Derecho), una gran manifestación estudiantil ha sido convocada para el próximo 9 de enero, y las protestas, enfrentamientos callejeros y ocupaciones de emisoras de radio y de televisión continúan a toda máquina.

Un blogger griego escribió esta semana: "Tenemos una tarea que hacer aquí, allí, en todos los sitios, en vez de volver a nuestros sofás como meros espectadores de la historia, volviendo al calor de nuestros hogares y el enfriamiento de nuestra consciencia."

Los efectos internacionales son palpables. Se han registrado manifestaciones de solidaridad y ataques a las embajadas griegas en todo el mundo, desde Moscú a Nueva York y desde Copenhague a Ciudad de México. Las declaraciones y manifiestos de las asambleas de estudiantes en Grecia son prácticamente traducidos al instante y subidos a la Red en inglés, francés, italiano, turco y serbio.

Durante los primeros días de la revuelta, los bloggers trataron de reunir una lista de todas las muestras de solidaridad que estaban teniendo lugar, pero la tarea se demostró imposible: había, literalmente, cientos de ellas; miles de personas habían tomado las calles. El último sábado, día mundial contra la violencia policial, hubo sonadas manifestaciones en más de 30 ciudades de todo el mundo.

La prensa corporativa ha salido con varias teorías para explicar las causas del malestar -frustración con un gobierno corrupto, crisis financiera mundial, y descontento de una juventud griega que encara unas magras perspectivas de trabajo seguro y con derechos-, siendo los disturbios una reacción precipitada hacia las condiciones objetivas.

Todas estas explicaciones son en realidad señuelos destinados a silenciar e ignorar las motivaciones declaradas de quienes se han rebalado.

Una declaración de los estudiantes que ocupan la Facultad de Económicas de Atenas era lo suficientemente clara al respecto: "un régimen de fachada democrática no asesina cada día a un Alex, porque mata a miles de Ahmets, Fatimas, Jorges, Jin Tiaos y Benajirs: asesina, sistemáticamente, a diario, y sin remordimientos, a la práctica población de todo el Tercer Mundo..."

"Las coordenadas por las que se movía con normalidad la sociedad saltaron por los aires cuando la bala disparada por el cerdo de [Epaminondas] Korkoneas [el policía que disparó a Grigoropoulos] violó la legalidad existente. ¿Pero quién desconoce a estas alturas que la fuerza de la ley es simplemente la fuerza de quienes detentan el poder? ¿Que la ley es la que permite el ejercicio de la violencia? El código legal es un libro vacío, nada significa, de principio a su fin; no busca otra cosa que camuflar la imposición del poder."

En otra declaración, esta anónima, encontramos lo siguiente: "¿Qué buscamos? Igualdad. Política, económica, social. Para todo el mundo. Nuestras posibilidades para convencer a los consumidores de que rechacen las mercancías que servilmente aceptan es más bien limitada. ¿Qué otra cosa podemos hacer, sino saquear los supermercados y distribuir las mercancías a todo el mundo, disolviendo así los mitos que refuerzan la desigualdad?"

No son protestas aisladas, no son quejas vagarosas. Esto anarquismo revolucionario de pura cepa.

Los medios de comunicación mayoritarios simplemente no pueden aceptar la noción de lo que está ocurriendo en Grecia es una revuelta social proactiva contra el mismo sistema capitalista y las instituciones del estado que lo refuerzan. Es hora de reconocer que el movimiento anarquista griego ha tomado con éxito la iniciativa después del asesinato de uno de sus miembros, presentando a la opinión pública los problemas de la sociedad griega de una manera atractiva a un público mayoritariamente joven.

Poca gente sabe que el movimiento anarquista griego es considerablemente el mayor del mundo en comparación con la población del país. También goza de un amplio apoyo social gracias a su legado de lucha y de resistencia contra la dictadura militar que existió en el país de 1967 a 1974. Las manifestaciones con enfrentamientos violentos son frecuentes en Grecia. Prácticamente cada dos meses se dan duras batallas campales entre la policía y los anarquistas en las calles de Tesalónica o Atenas. Los acontecimientos que ahora vemos sólo se diferencian por su amplitud y duración, no por su nivel de militancia.

Otro factor raramente tenido en cuenta es que Grecia es un país donde el aparato de seguridad del estado es relativamente mantenido a raya de la ciudadanía por la ciudadanía misma. Por ejemplo, el informe del 2007 de Privacy International sobre la vigilancia policial demostró que Grecia es el único país del mundo donde existen "defensas adecuadas" contra el abuso de la vigilancia gubernamental sobre sus propios ciudadanos. El legado de la dictadura ha creado una imagen duradera de la policía como algo inherentemente opresivo, incluso entre los estratos de la clase media.

¿Conducirán los disturbios en Grecia a una revolución anticapitalista? Sólo si el espacio que han abierto en el tejido social se amplía y profundiza, implicando a cada vez mayores sectores de la sociedad, creando instituciones enraizadas en la ciudadanía y destruyendo las viejas. Algo que no parece posible a corto plazo, mientras los sindicatos burocratizados y el Partido Comunista Griego traten de domesticar la revuelta y obtener sus réditos políticos reclamando el desarme de la policía.

Pero no cabe duda de que los disturbios en Grecia han establecido el punto de referencia de lo que puede ocurrir en los países occidentales durante la era que se avecina de crisis económica y deteriorio medioambiental. Los gobiernos europeos no dudarán en engrasar la maquinaria de sus políticas de vigilancia y represión anticipándose a un malestar civil que no hará más que acrecentarse. Pero puede que ni eso sea suficiente para someter a la población a medida que, crisis tras crisis, empieza a cuestionarse el actual orden de poder y privilegio.

Uri Gordon es el autor de Anarchy Live!: Anti-Authoritarian Politics from Practice to Theory (Pluto Press); www.anarchyalive.com

Enlace: http://www.haaretz.com/hasen/spages/1050296

jueves, 18 de diciembre de 2008

Feliz Navidad desde Atenas


El árbol de navidad continua siendo espacio de disputa y asedio por parte de la revuelta ateniense. Hoy, 18/XII tambien hubo demopstraciones grandes que terminaron en la represeiòn policial. En medio de la lucha, la noticia de el Mundo (España) señala que "este medio también mostró imágenes de policías heridos por las piedras que lanzaron los radicales, así como sus esfuerzos por proteger el nuevo árbol de Navidad instalado por el Ayuntamiento en una céntrica plaza de Atenas, en sustitución del quemado por los violentos la pasada semana".

jueves, 11 de diciembre de 2008

direcciones revuelta griega


Estimad@s amig@s,hace unos dìas la policia asesinò a un cumpa anarco en Atenas, la chispa que ha ha generado una revuelta que ya va por su quinto dìa, donde el movimiento anarquista es protagonista fundamental. Fotos e información en



Esta última, blog desde la misma Grecia, en español.SOLIDARIDAD CON LOS CC GRIEGOS!!

Al Jazeera responde quienes son los que protestan en Grecia?



Who are the protesters in Greece?
The fatal police shooting of a teenager in Athens on Saturday and its violent aftermath are in many ways a spill over of a decades-long conflict that has simmered between police and far-left anarchist groups.
The violence has also laid bare a deeper anger that has been gaining ground in Greece over the government's policies in slashing budget deficits and pushing on with unpopular reforms such as privatisations.
This anger has been exacerbated by a series of financial and political scandals among prominent members of the government of Costas Karamanlis, Greece's prime minister.
Meanwhile, Greece's manufacturing sector shrank at a record pace in November due to a fall in new orders and unemployment has risen sharply.
University and high school students in particular have been at the centre of the protests, angry at the poor standard of their educational system, the introduction of private universities and their lack of prospects in the current economic climate.
Political awakening
Speaking to Al Jazeera, John Psaropoulos, editor in chief of Athens News, a weekly newspaper, identified both political and social reasons for the violence taking place across the country.
Psaropoulos said: "The political reason is that some parties on the left are keen on making political capital out of any kind of mobilisation of this kind.
"We are talking about university students and even younger ages. A lot of kids of high school age have been turning up and taking part and that is very much a organised thing, it is not a spontaneous outpouring.
"But the social cause is more spontaneous, we saw enormous riots involving high school and university students during an attempt by the conservatives at reform two years ago in 2006.
"And that's where that age group acquired a renewed sense of its own power. That period also awakened in them that their quality of education is not the best, their professional prospects on graduating from university are not the best.
"And that age group does have a particular dissaffection with their educational and professional prospects".
Sacred right
Despite the riots in 2006, Karamanlis and his conservative New Democracy party won a second term in national parliamentary elections in September 2007. However, his majority was cut to one seat by the dismissal of a dissident legislator last month.
The prime minister's increasingly unpopular government has already faced a growing number of sometimes violent demonstrations against its economic and educational reforms.
Although not many people support street violence, demonstrations have a special place in Greece as the right to protest is considered sacrosanct by many citizens.
The anarchists who take part in the demonstrations tend to espouse general anti-capitalist and anti-establishment principles, and have a long-running animosity toward the police.
The movement partly has its roots in the fight against Greece's 1967-74 military regime and it is no accident that the current violence is centred around Athens Polytechnic.
In November 17, 1973, the army stormed the polytechnic and killed a number of striking students.
To this day, many Greeks hold the incident as reason enough to restrict the power of the country's security forces.
While violence between the police and anarchists is normally limited, previous fatalities during demonstrations have led to an escalation in violence.
The last fatal police shooting of a youth in 1985 sparked months of nearly daily clashes and the left-wing November 17 group bombed a bus full of riot police in retaliation.
Historical roots
Greek anarchism first surfaced in the last quarter of the 19th century amid economic and social turmoil in the country.
However, despite efforts by some individuals and very small groups, the movement initially remained amorphous.
The ideological mixture of members ranged from beliefs about individual terrorism to ideas involving Christian social mores.
It was only around the beginning of the 20th century that some anarchist groups tried to intervene in working-class struggles.
From the mid-1920s, and until the popular uprising in 1973 against the military regime and the showdown at the polytechnic in Athens, there was no organised anarchist activity barring some individual actions.
The main reason for this was the almost complete domination of the working-class movement by Greece's Communist party, the German occupation during World War Two and the later military regimes which suppressed any such activities.
Mass migrations to the USA, Canada and Australia also added to the anarchists' woes.
In the early 1960s some radical left-wing groups reappeared, only to go underground when a new military regime seized power in 1967.
Following the events of November 1973 and the fall of the country's military regime in 1974, some anarchist groups began to resurface.
They espoused a mixture of ideas dominated by the counter-culture movements of the 1960s.
The majority of those involved were university and high school students, with few real workers.
It is this same group that are now at the centre of the current violence and the future of Karamanlis' government, and the reforms that have angered so many, looks increasingly uncertain.
Source:
Al Jazeera

Concentracion Madrid solidaridad con cc griegos -11/XII
















martes, 9 de diciembre de 2008

“Nunca más la privatización del agua” La empresa mixta en la nueva constitución boliviana


“Nunca más la privatización del agua”
La empresa mixta en la nueva constitución boliviana[1]

Carlos Crespo Flores
CESU - UMSS

El gobierno ha difundido la noticia que la nueva CPE elimina la participación privada en el sector agua potable y alcantarillado, particularmente las concesiones. El viceministro de riego señalaba que en la nueva CPE “las concesiones se anulan, no hay más concesiones de recurso hídrico”[2]. La presidenta de la Asamblea Constituyente Silvia Lazarte afirma que “la constitución… aboga por la recuperación de los RRNN, como el agua, que no puede ser privatizada” ( http://abi.bo)/. Ratificando esta información, Amnistía Internacional alega que la aprobación de la constitución permitiría prohibir “la privatización del agua o su inclusión en acuerdos comerciales” (http://www.amnesty.org/es/news-and-updates/feature-stories/constitucion-bolivia-conflicto-civil-avances-sociales-20081121); en el mismo sentido, en la prensa electrónica boliviana, se lee: “La nueva Constitución Política del Estado garantiza que el agua no será privatizada ni sus servicios concesionados y adquiere categoría de derecho fundamental” (http://www.tarijalibre.tarijaindustrial.com/2008/03/nueva-constitucion-garantiza-que-el-agua-no-sera-privatizada/).

Se me ocurren dos maneras de eliminar efectivamente la privatización del agua en el texto constitucional; una, eliminar la figura privada en el sector, como en el modelo ecuatoriano, cuya asamblea constituyente ha definido que la gestión del agua es exclusivamente pública o comunitaria. La segunda es establecer que la gestión del agua y sus servicios constituyen un servicio, por tanto no tendrá fines de lucro, poniendo un candado a la participación privada. Veamos que sucede en el nuevo marco normativo constitucional boliviano.

La CPE señala claramente un rol protagónico al Estado en la gestión del agua: “… Es deber del Estado gestionar, regular, proteger y planificar el uso adecuado y sustentable de los recursos hídricos, con participación social, garantizando el acceso al agua a todos sus habitantes…” (Art. 374). Asimismo, se dice que “Los recursos hídricos… no podrán ser objeto de apropiaciones privadas y tanto ellos como sus servicios no serán concesionados y están sujetos a un régimen de licencias, registros y autorizaciones conforme a Ley. (Art. 373 inc. II). Es decir, el recurso no será privatizado, pero del servicio solo dice que no será concesionado, no hace referencia de otras formas de participación privada. El artículo 309 lo aclara, con la introducción de la empresa mixta dentro los objetivos de la forma de organización económica estatal (incluyendo a las empresas y otras entidades económicas de propiedad estatal):
“Administrar los servicios básicos de agua potable y alcantarillado directamente o por medio de empresas públicas, comunitarias, cooperativas o mixtas. (Art. 309).

De hecho, entre las formas de organización económicas reconocidas en la nueva CPE se hallan la comunitaria, estatal, privada y social cooperativa, las cuales “podrán constituir empresas mixtas (art. 306, inc. IV). En suma, contradiciendo lo afirmado por el gobierno e intelectuales orgánicos, a pesar de la mayor presencia estatal en la gestión de los recursos hídricos y sus servicios, la participación privada no solo que no desaparece, sino que se la constitucionaliza a través de la empresa mixta, figura jurídica que estaba ausente en la versión de la Asamblea Constituyente aprobada en Oruro, donde se decía que los servicios públicos serian administrados “directamente o por medio de empresas público-comunitarias” (art. 310).

Dos factores interrelacionados explican esta modificación. Por un lado, el generalizado fracaso de los modelos de privatización de los servicios de agua potable en el mundo, y la resistencia social que ha generado (donde la guerra del agua de Cochabamba ha constituido un referente y modelo a seguir para el activismo internacional del agua), ha obligado a la cooperación internacional repensar las vías de participación privada, y la más difundida es la llamada “sociedad público privada”, o empresas mixtas (Vives, et. al, 2007; FOMIN, 2005; Benavides, J & Vives, A, 2005). La forma clásica de privatización y/o concesión total del servicio es un figura que nadie defiende, pero sí las alianzas público privadas. Y Bolivia no es la excepción; la figura de la empresa mixta llega vía cooperación internacional. No olvidemos que el financiamiento del componente agua potable y saneamiento en el Plan Nacional de Desarrollo ($US 528 millones en programas y proyectos de pre inversión e inversión), fundamentalmente proviene de créditos y donaciones, de la cooperación internacional. Hoy, organismos como el BID y la GTZ/KfW, defensores y promotores de los modelos mixtos, son los principales financiadores del sector agua potable y riego[3]. Es evidente que el gobierno boliviano ha cedido a la presión que suponen las condicionalidades de estos soportes, aceptando la empresa mixta como modelo de gestión de los servicios de agua potable y alcantarillado. Este hecho sin duda puede orientar el futuro modelo de la empresa de agua en La Paz/el Alto, actualmente en discusión, y abrir la posibilidad de un empresa mixta en aquellas ciudades.

El dilema se plantea para las organizaciones sociales alteñas, particularmente la FEJUVE, líder de la resistencia a la empresa Aguas del Illimani/Suez: cuestionarán el marco normativo constitucional, hoy respaldado totalmente, aunque vulnere el principio antiprivatizador que orientó la lucha alteña del agua? Hoy, el movimiento nacional del agua, al haber decidido apoyar el gobierno y/o el proceso, en general está neutralizado en su capacidad de acción colectiva autónoma, por tanto difícilmente surgirá un movimiento crítico de la constitucionalización de la participación privada en el sector agua, esta vez como empresa mixta.

Finalmente, la defección del gobierno boliviano ante la cooperación internacional, en un tema fundamental como la participación privada en el sector agua, muestra dos cosas: más allá de la retórica anti imperialista de los gobernantes, Bolivia continua siendo un país sometido al poder supranacional de las corporaciones y los organismos de cooperación internacionales. Segundo, gobiernos autodefinidos como anti neoliberales y de izquierda, reivindicando una matriz indígena, como en el caso boliviano, no garantizan que el agua y sus servicios no sean mercantilizados, esto es su privatización y su articulación a la disciplina del mercado.

Bibliografia

- Benvides, Juan & Vives, Antonio (2005) Public private partnership: from plain vanilla to local flavour; Infraestructure and Financial Market review, Vol II, No 2. Pp 1-5.
- Fondo Multilateral de Inversión –FOMIN (2005) Plan de acción para grupos de proyectos del FOMIN. Apoyo a la competitividad mediante asociaciones público privadas; 12 pp.
- Vives, et. al. (2007) Estructuración financiera de proyectos de infraestructura en asociaciones público privadas: una aplicación a proyectos de agua y saneamiento; Washington: Banco Interamericano de Desarrollo. 99 pp.


[1] El texto forma parte de un ensayo inédito analizando el tema agua y recursos naturales en la nueva Constitución Política del Estado.
[2] Intervención en la conferencia “Cambios políticos en América Latina, nuevas políticas de agua? México DF, 26-28 noviembre 2008, organizado por la fundación Heinrich Boll.
[3] El BID financia por ejemplo, el programa nacional de riego, con enfoque de cuenca ($US 25 millones), el Programa de agua para pequeñas comunidades, (BO-L1013), $US 24,5 millones, Adicionalmente, el Programa de Revitalización y Desarrollo Urbano de La Paz, es un crédito del BID al gobierno municipal paceño. La KfW apoya proyectos de agua potable y saneamiento en pequeñas comunidades ($US 25 millones) o proyectos de riego ($US 12,1 millones).