sábado, 27 de enero de 2024

Apuntes sobre Anarcocapitalismo y Democracia CARLOS CRESPO FLORES


1.      Patrón común uno. La izquierda y la derecha en Bolivia, sus intelectuales y operadores, históricamente han sido estadocentristas. Liberales y comunistas bolivianos han reivindicado la idea de que estructurar la nación supone construir un estado fuerte y centralizado, De ahí la pulsión nuestra por crear normas, leyes, derechos. Por ello, también, no entendieron a las sociedades indígenas sin(contra) Estado, o colectivos, asociaciones, individuos, antiestatales y autónomos; la voluntad centralista del estado boliviano, ha destruido, perseguido, combatido, tales prácticas y formas de organización. Es la historia del Estado boliviano. 

2.      Patrón común dos. En el contexto de un Estado centralista, anti autonomista y autoritario, un régimen democrático liberal, el ejercicio y funcionamiento de libertades democráticas, es lo más revolucionario que el país ha logrado en su vida republicana. Durante las dictaduras, los disidentes y opositores, en particular la izquierda, deben protegerse, pasar a la clandestinidad, en una lógica defensiva. El ejemplo es la movida anarquista post 52': en periodos de dictadura, como hoy, el anarquismo boliviano es perseguido, se torna subterráneo, totalmente defensivo. Mientras, durante las "primaveras democráticas", florecen y se expanden las ideas, se establecen otro tipo de relaciones y prácticas sociales e individuales y experimentos culturales, no mediatizados por el Estado.

3.      Como académico y activista he interactuado con los dos paradigmas estatales dominantes de los últimos 40 años: el Estado Neoliberal y el Estado Plurinacional. Los he estudiado, negociado, intentado hacer "incidencia". Mi conclusión es: prefiero el también llamado Gonismo como interlocutor, que el plurinacionalismo. Solo una evidencia.  Durante el neoliberalismo, los indígenas, en particular de tierras bajas, en una inteligente estrategia de presión y negociación, lograron consolidar casi todos sus territorios. Durante Evo y sucesores, nada (o casi), por el contrario, los han abierto a la colonización y la explotación petrolera, minera. Son las nuevas (o reloaded) formas de genocidio cultural y ecológico. 

4.      Es muy difícil negociar con los denominados Azules. Su concepto es, "te adecuas, si o si" pues, como buenos marxistas, buscan la hegemonía, en ningún caso construir acuerdos o consensos entre actores diferentes. Un factor determinante acá es que las organizaciones sociales, otrora autónomas y con voz propia, presionaban al gobierno neoliberal. Hoy, convertidos en "movimientos sociales", han sido cooptados, corrompidos, articulados a los tentáculos del Estado Plurinacional. Por tanto, incapacitados de cualquier postura diferente al guion estatal.

5.      El fenómeno Milei es Gonismo versión argentina? Si es así, sería el tránsito por un proceso inverso al nuestro: Argentina está saliendo de su "socialismo del siglo XXI" (léase Estado Plurinacional) para ingresar a su neoliberaismo de shock, como fue para nosotros el periodo.

6.      Que une al anarquismo con Milei? Nicolás Walter decía que el anarquismo “deriva en verdad del liberalismo y del socialismo”[1]. Efectivamente, una de sus fuentes ha sido el liberalismo, en particular su antiestatismo. Si consideramos que el Estado es una relación social, se trata, para los anarquistas, como Colin Ward, Gustav Landauer, Paul Goodman, de construir autónomamente, hoy, otro tipo de relaciones sociales, fuera o más allá del horizonte estatal. De esta manera, un escenario de acción directa anarquista es reducir todo tipo de relaciones de dominación (incluidas las de explotación), en particular la influencia estatal en nuestras vidas: cuanto menos Estado, mejor.

7.      Vinculado a lo anterior, la reducción de normas, leyes. Menos Estado, menos leyes que jodan al ciudadano. Este es otro punto que conecta con el anarquismo clásico: su defensa del individuo, de su autonomía. De hecho, el anarquismo individualista norteamericano, suele ser considerado como una forma de “anarco-liberalismo”. Hasta ahí, pues en el resto, el anarquismo es disímil del anarcocapitalismo, o su versión porteña, el mileismo.

8.      Desde mi experiencia en el tema agua, doy un ejemplo actual. La ley de Riego, en Bolivia, aprobada por el “gobierno de los movimientos sociales”, ha debilitado la organización de los sistemas de riego y el funcionamiento de los "usos y costumbres" como criterio organizativo y de gestión del agua y sus servicios. Antes de la ley, los sistemas construían sus acuerdos autónomamente, tanto al interior, como en el nivel de la cuenca y más; estructuraban sus autoridades de agua de manera independiente, realizaban el mantenimiento permanente de canales y la fuente. Hoy, es el Estado el que construye los acuerdos, otorga ayudas clientelistas, él tiene toda la iniciativa. Los sistemas de riego deben acudir al aparato estatal para todo, en una lógica de política de demanda. Es un modelo de planificación del agua, de arriba abajo, centralista. Más grave aún, la aplicación del principio de los derechos, solo ha promovido la emergencia de conflictos de derechos: es mi derecho frente al tuyo el que se impone. Allá los consensos están ausentes. Ahí, en un gobierno liberal radical como el de Milei, es más probable que se negocie la eliminación de tal ley, y se vuelva a los principios de los "usos y costumbres", fuera del escenario estatal (o por lo menos, con la menor influencia posible).

9.      Una contradicción con los anarcocapitalistas, es que estos no creen en la cooperación y el apoyo mutuo, sino en la competencia, en la versión más reduccionista del darwinismo. El mercado lo arregla todo, y es en la competencia en el mercado donde la sociedad, los grupos sociales e individuos, se organizan.

10.  Tampoco creen en el Bien Común. Continúan defendiendo las tesis de Garret Hardin, sobre la "tragedia de los comunes": los comunes solo llevan al desastre y la crisis. Elinor Ostrom y la economía ecológica, han mostrado que existen otras formas de acceso y uso a la naturaleza y sus recursos, basados en la cooperación, que permiten salir del círculo de la “tragedia de los comunes”; los anarco capitalistas sostienen, por ejemplo, que, para proteger a las ballenas, es necesario otorgar derechos de propiedad, esto es privatizarlas.

11.  Los mileistas van más allá: no creen en la crisis ambiental y climática, o por lo menos la minimizan, considerada como una “externalidad”. Asesorados por científicos (evidenciando que la ciencia solo genera más incertidumbre, antes que reducirla), consideran que es parte de ciclos ecológicos naturales, que la industria y automotores no influyen. O si reconocen su relación, recomiendan la aplicación de mecanismos de mercado para resolverlas: mercados de carbono, privatización y mercantilización de la naturaleza y sus servicios. Estas medidas ya han sido aplicadas, por cierto, sin resultados eficaces;  se podría decir que solo son “licencias para matar”. Para un anarquista, el éxito del capitalismo es gracias a la destrucción de su base material, ergo generando la crisis ambiental y climática; ello es impensable para el mileismo.  

12.  El antiestatismo mileista no es contradictorio con su apuesta por el uso de dispositivos de control y represión, sobre los ciudadanos, frente a comportamientos considerados anómicos. Como yapa, el mileismo va asociado a ideologías ultraconservadoras en temas sensibles, como el aborto o las drogas.

Cochabamba, enero 2024




[1] Afirmaba que los anaquistas “somos liberales pero lo somos más, y somos socialistas pero lo somos más”.

viernes, 12 de enero de 2024

La fábrica de sueños Por Jorge AGRÍCOLA Los Tiempos, 21 VII 87’ (con prólogo del editor)

 Prólogo del editor. La Machuyunga en los ojos de Jorge Zabala y Augusto Guzmán

 La Sima Fecunda es la primera novela de Augusto Guzmán, escrita antes de alistarse en la Guerra del Chaco, en 1932. De origen Totora, es probable que tenga un contenido autobiográfico, pues en la época Totora era un pueblo próspero, gracias a la economía de coca. Guzmán, en entrevista, recordó que

"La novela fue un resultado espontáneo de mi encuentro con esa geografía. Fui allí de excursión, a caminar, pero la experiencia fue tan prodigiosa que me sentí obligado a reproducirla tejiendo un argumento” (Gumucio Dagrón, 1977:113).

 A quienes tenían tierras o propiedades en los Yungas de Vandiola, región donde se desarrolla la novela, todavía se les llama "yungueños". Podemos suponer, entonces, que el lugar y su entorno son reales, aunque el idilio sea "supuesto, imaginado a partir de una imagen real, la de una mujer muy joven" (Gumucio Dagrón, 1977:113).

 Como prueba iniciática de todo buen totoreño, el protagonista, Jorge Peñaranda, decide ir a la Yunga. Antes del Chapare, la coca vandiola era la hoja tradicional del departamento de Cochabamba. El Inca Huayna Kapac estableció allí cocales, producidos por mitimaes traídas del valle de Cochabamba, principalmente, que estaban destinados a la corte y rituales religiosos (Meruvia, 2000). De hecho, para Guzmán, el mérito de la novela es “haber incorporado a la literatura de la época, una región ignorada, Los Yungas, y específicamente los Yungas más antiguos, los más antiguos del Collasuyo: Machuyunga” (Gumucio Dagrón, 1977: 113).

 La fábrica de los sueños , publicado en 1987 por Jorge Zabala como Jorge Agrícola , es la reseña de la novela de Guzmán y primera referencia a la coca y su cultura, demostrando que desde finales de los años 80 el tema había estado en su mente, lo que culminará en su último libro. , Las Hojas del Adivino , recién en 1994.

 La novela es una precisa descripción etnográfica del sistema de producción cocalero yungueño, llamado "zanjeo", probablemente de origen precolonial. No sólo se describen aspectos del manejo, mantenimiento, cosecha del cultivo, sino también facetas de la cultura material en torno a la coca.

 En la novela, si bien hubo alguien que vivió como Tolstoi -don Felipe- (Guzmán, 1946:86), la Machuyunga también fue escenario de explotación despiadada por parte de sus dueños, quien es interpretado por Augusto Guzmán.

 El autor y sus amigos están saliendo del pueblo de Totora, hacia los yungas de Vandiola, la Machuyunga. Suben el cerro del Calvario, y en la cumbre divisan el paisaje urbano, ubicada en una “hondonada áspera y disconforme”. Frente a ellos, élevase el cerro Tunturi, “enorme, gigantesco y trunco, haciendo la impresión de un monstruo degollado, descabezado por un cataclismo” (Guzmán, 1946:9). Hoy, el Tunturi, es parte del circuito turístico totoreño, desde “donde se puede ver Mizque, Pocona e Incallajta[1].

 Cuál es esa "montaña espesa cortada por ríos caudalosos", que embriaga a Zabala y Guzmán? Están subiendo hacia las “cumbres de Laymetoro” (Guzman, 1946:33). Y a ambos lados del camino, resaltan una flores blancas, pequeñas, dispuestas en racimo” (Ídem, 1946:33); ahí es donde Zabala señala que “el aire tiene un sabor a menta”, “inolvidable y helado perfume”, dirá Guzmán. Es muña (Minthostachys mollis), planta medicinal altoandina, pero que a Jorge le altera sensualmente los sentidos, en “candorosa felicidad” (Ídem, 1946:34).

 Cuando el camino se vuelve sendero, la cuesta se pone más dura, “el sendero subía, subía siempre” (Ídem, 1946:38); es la cuesta del Derrumbado, señalada por Zabala.  

 Zabala habla de hacer oculto un “cuerno con derroteros”, en la cima del cerro Jilbani. En realidad, Jorge Peñaranda recuerda que en la memoria popular, ese lugar, Baltasar de Peramás, el emprendedor que reavivó la explotación cocalera en la Yunga desde 1765, “sepultó un cuerno con derroteros”. De acuerdo a la historiadora Gabriela Behoteguy, sería el cuerno de una taruca (ciervo andino), y “quizá lo realizó siguiendo la costumbre española de enterrar cuernos de vaca para atraer la abundancia agrícola” (Behoteguy, 2021:36). Pero, en estas alturas es donde uno es aquejado del sorojche, el mal de altura; por “el vértigo y la angustia que provoca”, afirma Zabala, “ha sido llamado “el mal cósmico"”.

 Cuando empiezan a descender, observan que el paisaje es “un tajo abierto como una llaga interminable en la carne pétrea de las montañas” (Guzmán, 1946:41); en los costados, como observa Zabala, emergen “frescos retoños del kuri avanzando en varillas lánguidas desde la fronda inclasificable”. El Kuri es el otro nombre de la tacuara (Guadua cf. weberbaueri Pilger) (Thomas & Vandebroek, 2006:191). Junto al arbusto, en las rocas, encuentran “el grueso y tupido colchón formado por el musgo de la montaña, empapada de humedad” (Ídem, 1946:43). Es de color rosado y verde con fragancia de “altar de navidad”. Es la planta de k’oa (Diplostephium cinereum Cuatrec), muy utilizada en los rituales andinos.

 En el descenso por las “escaleras gigantescas de piedra” “tapizadas de musgos” (Zabala), llegan a  Cocapata, “cumbre dominadora de horizontes, la más alta que puede verde desde los yungas”, “desde donde se divisa la cuenca del Chimoré”, “…una sola selva compacta, inverosímil, monstruosa…” (Ídem, 1946:44).

 Desde esa “paradoja entre la imagen y aquello a lo que está destinada la cosa que nos deja sin aliento”, nos guía Zabala. “En ese abismo verde oscuro, cortado por ríos oceánicos, crece la Coca”, “En ese gran escenario de la Jungla, en esa sima del olvido, está el bello país de la coca”. Si, es el Machuyunga, territorio de la seductora y poderosa coca, de la cual el botánico británico Abraham Cowley, ya había dicho, en el siglo XVIII (traducida por el mismo Zabala): “cada hoja es fruto, y tan sustancial pasaje,/ no fruto a su lado se atreverá a rivalizaría” (Zabala, 1994)[2]. Tanto que el mate de coca es considerado por Zabala ideal “para vencer la melancolía azulada que dejan mujeres engañosas”.

 Zabala define el paradisiaco amanecer yungueño “como el primer día de la creación, la génesis del Sol fulgurante”. Ya Guzmán lo había pintado como “la fiesta bárbara y única” (Ídem, 1946:55). En ese maravilloso paisaje de ríos que tienen un “encanto venturoso”, las enfermedades, en ese tiempo crónicas, de la anemia, la malaria/paludismo, parecen irreales, un “olor a inquisición literaria”, nos dice el crítico cochabambino. Pero están presentes; a lo largo de la novela abundan las descripciones de los residentes, famélicos y pálidos: a los de la Machuyunga los llama “pobladores amarillos” (Ídem, 1946:112), una mujer de “expresión intensa de fiebre en aquella cara blanquecina” (Ídem, 1946:59) es una “k’ella” (en realidad k’ellu, amarillo), “una mujer amarilla que vive de su trabajo” (Ídem, 1946:60).

 Por otro lado, la referencia a “la épica invasión de los yuracarés”, considerados por Zabala como “magníficos bárbaros”, no se produce el momento de la novela, sino que es un recuerdo del protagonista, casualmente homónimo de Zabala, Jorge, de su lectura del texto de W. Soria Galvarro, Rasgos históricos sobre la Provincia de Totora (1916), donde se habla de los yuracarés, que aparentemente estaban siendo adecuadamente evangelizados, pero tuvieron un “intempestivo alzamiento”, en 1650, se convirtieron nuevamente en sociedades “sin fe, sin rey, sin ley” (Pierre Clastres), e irrumpieron violentamente en la región, “arrasándolo todo con una furia vandálica e incontenible” (Guzmán, 1946:139). Llegaron al pueblo de Pocona y amenazaron a la misma Arani, rememora Guzmán. Solo “las innumerables fogatas en la planicie”, que tradicionalmente se encienden en San Juan, “ahuyentaron a los salvajes” (Idem, 1946:139). Este hecho, habría sido fundamental para el despoblamiento de la yunga, durante casi un siglo. Otros estudios ratifican, más de una revuelta yuracaré, a lo largo del siglo XVII (Meruvia, 2000, PROEIB,2011).

 Hasta ahora, a través de Zabala, hemos visto la importancia del libro como fuente para conocer y/o estudiar los yungas de Vandiola: su biodiversidad, sus diversos paisajes yungueños, la coca y su cultura material, las incursiones bélicas yuracarés, pero, existen otras problemáticas dignas de ser mencionadas, presentes en La Sima Fecunda de Augusto Guzmán.  

Debería ser incorporada a las “novelas del Chaco”, como su libro posterior, Prisionero de guerra. La movilización llega al último rincón del país. El ambiente de la contienda llega a la Yunga y permea las interacciones entre los protagonistas; los discursos optimistas de los gobernantes, como son recepcionados por la gente común, y como empiezan a matizarse con las noticias de las derrotas.

 Guzmán demuestra una gran sensibilidad con el entorno en el que se desplaza; de ahí que podemos disfrutar de fotográficas referencias y descripciones de facetas de la vida material yungueña, como las viviendas y otras construcciones con recursos locales; o la gastronomía:  frutas, lawas, charques y pescados pasan por nuestros sentidos. Asimismo, escenas festivas, con mucha chicha y licores de caña, atravesada por la música local, donde la sensualidad emerge optimista. O la práctica de casarse entre parientes próximos, muy común en los pueblos como Totora: Jorge se enamora de la prima Sofía.

 Pero, hijo de la época evidencia los prejuicios y prácticas no conservacionistas en la región. Un acápite dedicado a la pesca con dinamita, muestra los graves impactos que genera. O la indignación que siente al ver un grupo de murciélagos durmiendo entre los árboles: “indignos de tal morada”, “acometer a machetazos contra aquella fauna repulsiva” (Guzmán, 1946:73), son algunos de los epítetos que exclama.

 Me alejo caminando por la senda yungueña, con una frase zabaliana: “Se necesita humor en esta transición para lo religioso y puede ser su máscara, esa gran caverna de ruiseñores y jaguares.”

 Carlos Crespo Flores

INCISO

2023

 

Bibliografía

Behoteguy Chávez, Gabriela (2021) Totora: Dinámicas producción cocalera y estrategias de la homogeneización cultural. Takhi MUSEF. Caminos del MUSEF. No 4. Pp 20-46.

Gumucio Dagrón, Alfonso (1977) Arte y oficio del testimonio: Augusto Guzmán. En Alfonso Gumucio Dagrón, Provocaciones. Pp. 105-123.

Meruvia, Fanor (2000) Historia de la coca. Los yungas de Pocona y Totora (1550-1900). La Paz:Plural Editores/CERES/Alcaldía de Totora. 263 pp.

Plaza Martínez, Pedro (coord.) (2011) Historia, lengua, cultura y educación en la Nación Yurakaré. Cochabamba: FUNPROEIB Andes y CEPY. 353 pp.

Soria Galvarro, Waldo (1916) Rasgos históricos sobre la Provincia de Totora. Totora: El Porvenir. 24 pp.

Thomas, Evert & Vandebroek, Ina (2006) Guía de Plantas Medicinales de los Yuracarés y Trinitarios del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure, Bolivia. Santa Cruz, Herbario Nacional de Bolivia, Instituto de Ecología, Universidad Mayor de San Andrés. 525 pp.

García, Magdalena et. Al.  (2018) “Kóa, entidad andina de una planta y otros cuerpos. Una posibilidad interpretativa para ofrendas funerarias en la arqueología de Arica”. Chungará. Vol 50, No 4, págs. 537-556.

Zabala, Jorge (1994) Hojas del Adivino. La Paz: Plural Editores.

 

La fábrica de sueños

Por Jorge AGRÍCOLA

Camino a Totora, que es donde se publicó la novela de Augusto Guzmán, "La Sima Fecunda", en 1932, el autor divisa, al modo de una gran pirámide trunca al Tunturi y atravesando las colinas llega a un pueblo de serranía incrustado en una quiebra, que es un puesto de descanso entre Cochabamba y Santa Cruz. El autor se dirige al Yunga que es "una montaña espesa cortada por ríos caudalosos". Sigue hasta la cumbre y el aire tiene un sabor a menta. En los bordes de la cordillera se acerca a la cuesta del derrumbado, subiendo por elevaciones hasta el monte de la ceja y en la cima de Jilbani, donde hace oculto un cuerno con derroteros.

En el gran descenso se abre el sendero Kuri, alfombrado de musgo por gigantescas escaleras de piedra, se eleva la Cocapata, desde donde se divisa la cuenca del Chimoré. En ese abismo verde oscuro, cortado por ríos oceánicos, crece la coca. Hace falta humor en este tránsito a lo religioso y puede ser su máscara, esa gran caverna de ruiseñores y jaguares. Hay una paradoja entre la imagen y el propósito de la cosa que nos deja sin aliento.

El amanecer de Yungue fue como el primer día de la creación, la génesis del Sol abrasador. En ese gran escenario de la Selva, en ese pozo del olvido, está la hermosa tierra cocalera, a la sombra de las montañas que intercambian sus relámpagos como en una guerra de gigantes. El sol se vuelve piadoso y sabático. Los ríos sublimes " tienen un amuleto de suerte " y las plagas de malaria, paludismo y pantanos de serpientes venenosas, olor a inquisición literaria.

En este telón de fondo de Totora se desarrolla la épica invasión de los yuracarés, esos magníficos bárbaros ahuyentados por el fuego de San Juan, como un conjuro de fantasmas serranos como el sorojche que por el vértigo y la angustia que provoca, ha sido llamado "el mal cósmico". Y para superar la melancolía azulada que dejan las mujeres engañosas, está la coca mate.

 

 




[2] Ver también UN POEMA SOBRE LA COCA DEL SIGLO XVII TRADUCIDO POR JORGE ZABALA Carlos Crespo Flores.

 https://anarquiacochabamba.blogspot.com/2022/02/un-poema-sobre-la-coca-del-siglo-xvii.html

 

sábado, 6 de enero de 2024

LA POLÍTICA DE LA TELEVISIÓN Jorge Zabala (con prólogo del editor)

 

LA POLÍTICA DE LA TELEVISIÓN

Jorge Zabala

Prólogo del editor

 A pesar de la brevedad del artículo “La política de la televisión”, escrito por Jorge Zabala en 1989, encuentro más de una problemática, e ilustra la originalidad de su pensamiento. El presente ensayo, es parte del esfuerzo por comprender e interpretar el pensamiento zabaliano. Y disfrutar de su lectura.


 Como Jorge Zabala, Umberto Eco fue muy crítico de la televisión y la cultura de masas. Ya en 1983 había afirmado, “(r)omántica o científica, la T.V. está con nosotros, nos influye y roba nuestro pensamiento” (Zabala/Agrícola, 1983). Y es el tono del comentario que el escritor cochabambino realiza del libro de Eco, en 1989, al inicio de su columna. Se trata de “Estrategia de la ilusión”[1], originalmente publicado en 1983.


 
Eco analiza lo que denomina “industria de lo falso”, particularmente en EEUU; Disney World podría ser un ejemplo donde, según Jorge, “la risa y el llanto se confunden”. La hiperrealidad norteamericana es la expresión mayor de lo falso absoluto, la mentira total. Al mismo tiempo, esta ilusión o irrealidad, produce realidad, y la televisión es uno de sus paradigmas. Para Eco, la televisión, no describe hechos, sino que los produce, diluyendo la información y la ficción, en una puesta en escena; la TV habla menos de los hechos y más de sí misma.

 

Parte de la “industria de lo falso”, sería su consideración de los telediarios, donde, el o la lectora de las noticias, debe mantener una sonrisa a medias; Zabala denomina “efecto Gioconda”, un verdadero dispositivo “para ahogar las noticias”.

 Y una clásica frase Zabaliana: Para los futuristas la guerra era la única higiene del mundo” para calmar los horrores corrientes, de una información embrujada.

 La televisión, al ser el medio de comunicación más importante en los 80’s, un dispositivo lingüístico de flujo de información, tendría una fuerte influencia en las prácticas y comportamientos culturales, tomando en cuenta la “situación social del destinatario y las disposiciones psicológicas del momento”. Destaca como la TV diseña sus programas en función a nichos o franjas de mercado, según situación social, educación, disposiciones psicológicas; en la era digital, esta tendencia se ha profundizado como criterio de funcionamiento del mercado. El tipo de información que difunde, apunta el librepensador cochabambino, es “política” y de “crónica” (deportiva o cultural), resúmenes y entrevistas.

 

La ficción generada por la TV, tiende a ““suspender la incredulidad”, su importancia es cultural y su técnica parabólica”, afirma en una típica frase zabaliana. A través del presentador, sostiene, se “asegura un sentido de realidad”. Para ello, la TV incorpora al televidente, lo convierte en sujeto de comunicación; la presencia del teléfono en el set, nos dice Jorge, es el medio. En ese periodo, era el dispositivo por el cual la gente común se involucraba en el proceso comunicacional, de tal manera que, “televisión y el público sean uno, solo, el nosotros y el vosotros un todo”.

 

Para Marshall McLuhan, “posiblemente, uno de los efectos de la tecnología de Gutenberg haya sido la separación de los sentidos y la consiguiente interrupción de su interacción en sinestesia táctil” (McLuhan, 1961:34). En el arte, y citando a Hildebrand, argumenta que ...la tactilidad es una especie de sinestesia o interacción de los sentidos y, como tal, la esencia de los más ricos efectos en arte. Porque las imágenes escultóricas de contornos poco definidos obligan al espectador a desempeñar un papel de participación activa” (Ídem, 1962:74).

 

Sinestesia hace referencia a la interacción de los sentidos. Efectivamente, la sinestesia es una noción importante en el argumento de McLuhan en La Galaxia Gutenberg. Habla de “nuestra tendencia actual hacia la sinestesia y la riqueza audio táctil de la experiencia…” (Ídem, 1962:81-82). Recuerda que el lenguaje de Joyce, en Finnegans Wake “sólo se hace vivo cuando se lee en voz alta, creando una sinestesia o interacción de los sentidos” (Ídem, 1962:143). Las emociones en interacción, están relacionadas “a la sinestesia, o interacción de los sentidos. Por eso, le parece correcta la definición de Huizinga, de la última parte de la Edad Media “como la de un período de violencia emocional y decadencia, así como de intensa tendencia visual” (Ídem 1962:231). La imaginación es aquella proporción entre las percepciones y las facultades que se da cuando no están encamadas o exteriorizadas en tecnologías materiales. Cuando así se exteriorizan, cada sentido o facultad se convierte en un sistema cerrado. Antes de darse tal exteriorización, hay una completa interacción de experiencias. Esta interacción o sinestesia es una especie de tactilidad, tal como Blake la buscó en la línea de contorno de la forma escultórica y del grabado” (Ídem, 1962:422).

 

McLuhan era optimista de las posibilidades comunicativas de la TV. Para McLuhan, la tactilidad del nuevo ambiente eléctrico es reactivada por el entonces nuevo medio, particularmente por la TV, agente táctil que transforma la conciencia de la gente. Al implicar a todos los sentidos simultáneamente, la TV exige “participación, implicación y compromiso, puede envolver a toda una población en un proceso ritual, siendo capaz de lograr una amplia participación colectiva en un acontecimiento determinado...” (Colina, s/f). Como afirmaba McLuhan: "La TV proyecta las imágenes sobre usted. Usted es la pantalla. Las imágenes lo envuelven. Usted es el punto de visión. Esto crea una especie de interioridad, algo así como una perspectiva invertida, que tiene mucho en común con el arte oriental".

 

En la Edad Media, la Iglesia era la dueña del conocimiento y la información, sintetizada, retratada en las catedrales, por tanto, convertida en “el gran libro de piedra, la televisión de la Edad Media”. Zabala ironiza con la sinestesia del sistema nervioso y su relación con fenómenos como la TV, la “audición coloreada”, formando una imagen de mosaico que corresponde a una Edad Bizantina y equívoca. Es la TV convertida en “el gran libro de piedra”, como las catedrales medievales.

 Retornando a Umberto Eco, Zabala señala que el semiólogo italiano no llega al pesimismo de Giambattista Vico; por el contrario, “intenta exorcizar el mal gusto” de estos medios, “con sentido del humor italiano”.

 

¿Y de qué trata el pesimismo de Vico? Influido por la mitología griega, pensaba que, en la historia operan ciclos o eras “de refinamiento y logros civilizados dentro eras de nueva barbarie”. Un ejemplo, nos dice Jorge, es que, a la caída de Roma, siguió “la Edad Oscura” medieval.

 Efectivamente, al inicio, afirma Vico, “los hombres, movidos por el miedo, crearon los dioses, naciendo así el primer estadio de la civilización, la «edad de los dioses»”. Cuando los padres de familia debieron concertar “para dominar a los siervos, dio origen a los órdenes patricio y plebeyo. Así nació el

“segundo estadio de civilización o «edad de los héroes». Los plebeyos fueron conquistando privilegios a los héroes, dando paso al último de los ciclos, la «edad de los hombres», caracterizada por las repúblicas democráticas. Pero, la igualdad acarreó el declinar del espíritu público y la decadencia acompañó a este proceso de humanización. Así se regresa a la barbarie, como ocurrió al final del imperio romano” (Josep Carner, 1941:2).

 Para Zabala, estamos viviendo una época de caída, de “nueva barbarie”. Lo expresa la “época industrial y la televisión que va con ella”. Siguiendo a Eco, afirma que estamos viviendo una Nueva Edad Media.

 

El escritor cochabambino hace referencia a un ensayo de 1973, escrito por Umberto Eco, La Edad Media ha comenzado ya[2]. Entre los rasgos que señala, se halla el derrumbe de una gran Paz a nivel internacional: “(U)n gran poder estatal internacional que había unificado el mundo en cuanto a lengua, costumbres, ideologías, religiones, arte y tecnología y que, en determinado momento, por su propia complejidad ingobernable, se derrumba (Eco, 1974: 15), generando una sensación general de inseguridad. La «Inseguridad» es una palabra clave” para Eco, y la ubica dentro del cuadro de las angustias milenaristas: el mundo está a punto de acabarse, una catástrofe final pondrá fin al milenio… el miedo al fin… Por lo que se refiere a nuestros días, los temas, que se repiten una y otra vez, de la catástrofe atómica y de la catástrofe ecológica (además de la presente) bastan para indicar vigorosas corrientes apocalípticas” (Eco, 1974:23).

 Asimismo, las ciudades no son devastadas por “bárbaros beligerantes ni resulta devasta­da por incendios”, (pero), sufre de escasez de agua, de crisis de energía eléctrica disponible, de parálisis…” (Ídem, 1974:21). Por otro lado, la Europa medieval estaba surcada por caminos de pere­grinaje…, de igual forma que nuestros cielos están surcados por líneas aéreas que hacen que sea más fácil ir de Roma a Nueva York que de Spoleto a Roma” (Ídem, 1974:22-23). Complementariamente, en “esos territorios dominados por la insecurttas, vagan bandas de marginales, místicos o aventureros” (Ídem, 1974:24).

 

A los temas señalados con la “medievalización del territorio”, “síntomas del desorden y la disipación latina”, Zabala añade la “búsqueda de la felicidad química”, las drogas y las diversas formas de alterar los sentidos. En el medioevo, los alquimistas encuentran el alcohol (Escohotado, 1989:61). Asimismo, aparece la bruja, vinculada a “fármacos, pero además de confeccionar cosméticos, filtros y remedios, usa ungüentos para inducir vuelos mágicos y otras operaciones típicas del chamanismo y la hechicería de posesión” (Escohotado, 1989:123).

 En una época industrial desacralizada, y bajo “la sombra de satélites futuristas”, los medios de comunicación constituyen un nuevo discurso religioso, un “retorno de los dioses”. Pero también lo es, afirma Zabala, la síntesis cultural brasilera, entre el “carnaval y el fútbol”.

 

Ahora bien, ¿a qué se refiere Jorge, cuando habla del “Giambattista Vico”? También llamada “hipótesis de Sapir-Whorf”, proviene del campo de la lingüística, y está relacionada con la influencia de un determinado idioma, con sus estructuras gramaticales y su léxico, sobre la visión del mundo de una comunidad lingüística: “la lengua da forma al pensamiento”, nos dicen. La estructura del lenguaje que habla una persona condiciona su forma de pensar[3]. En suma, Whorf asigna una primacía a la lengua, dentro de los demás elementos que constituyen la cultura (Carr, 2007:15).

 


En este artículo, Zabala realiza originales consideraciones sobre el fútbol. Combinado con el carnaval, es parte del “sincretismo brasileño”, de su mestizaje. Más aún, el balompié es una afición “agonística”[4]. Esto es, una relación antagónica entre dos equipos, donde opera la recíproca incitación y lucha, una permanente provocación (Foucault, 2001/1982:254). Zabala compara la disputa futbolística con el doble rostro de Jano, dios protector de la ciudad de Roma[5];  que evidencia la doble naturaleza de cada uno” (Chinchilla, 2015). Es el yin y el yang que se encuentran. Dicen que “Jano podía ver el futuro y el pasado. La guerra y la paz” (Chinchilla, 2015). En este caso, como finaliza el partido. Es el sentido de su afirmación de que el discurso deportivo es el sucedáneo más fácil del discurso político sobre la Ciudad y sus fines. Un espacio de disputa y encuentro a la vez.

 Pero, la imaginación de Zabala desborda. Como buen hombre de teatro, compara la transmisión de un partido, con una “puesta en escena intencional”. Zabala venía de la cultura de la radio, desde los 60’s, donde los relatores, con su actuación oral, hacían soñar el partido. Carlos Dalence, Toto Arévalo, Oscar Galdo, para mencionar algunos.

 Y luego, destaca el lado oscuro del deporte, como engrandecedor, exaltador de la “agresividad”, donde se eleva a un grado superior a la “fuerza” sobre la “inteligencia”. Más aun, “el deporte mejora la raza”. Y el jugador, nos dice el visionario escritor, seguramente viendo la creciente homogeneidad de tácticas, culto al físico frente a la inteligencia, desincentivo al jugador técnico, en favor del equipo, le lleva a decir que este se halla en “un proceso en serie, con la homogeneidad y continuidad”.

 Finalmente, una apostilla sobre lo que denomino frase zabaliana. De acuerdo a la Enciclopedia Británica, uno de los sentidos de la palabra nonsense es aquel lenguaje que no tiene sentido, o tiene resistencia a cualquier interpretación racional o alegórica (https://www.britannica.com/art/nonsense-verse). Implica que el escritor vea la realidad desde el otro lado, con humor, con una alta capacidad de preguntar ¿y si? ¿Y si todo fuera al revés, o incluso si se cambiara sólo este pequeño detalle? En un texto del nonsense, el lector exclama: "¡Pero no es posible que sea así!" (Jennings, 1979:16-19).

 


En la literatura anglosajona, existe una larga tradición del nonsense, poemas o prosa que no tienen sentido, significado o ideas inteligibles. Una expresión es Lewis Carroll. En A través del Espejo, luego de leer el poema del Galimatazo (Jabberwocky), Alicia dice “—Me parece muy bonito —… sólo que es algo difícil de comprender… Es como si me llenara la cabeza de ideas, ¡sólo que no sabría decir cuáles son! (Carroll, 2004/1871:20). Lo que denomino frase zabaliana es muy próxima al nonsense carroliano: aquel texto rizomático, con agudo sentido del humor, donde cabe más de un tema o idea, no necesariamente conectada una con otra Es similar la sensación que el lector tiene, luego de leer una frase de Jorge Zabala; nos está diciendo muchas cosas, nos conmueve, solo que no llegamos a descifrarlas.

 


 Carlos Crespo Flores (INCISO-FACSO)

2023

 

Bibliografía

Carr, David Charles (2007) “La hipótesis Sapir-Whorf: una evaluación crítica”. Caleidoscopio. No 22, pp. 7-26.

Carroll, Lewis (2004) A través del espejo. Y lo que Alicia encontró allí. Buenos Aires: Ediciones del Sur. 155 pp.

Chinchilla Sánchez, K. (2015). Jano: El dios de los inicios y el dios de las puertas. Revista De Filología Y Lingüística De La Universidad De Costa Rica26(1), 227–241. https://doi.org/10.15517/rfl.v26i1.21013

Colina, Carlos Eduardo (s/f) McLuhan y las tecnologías de la comunicación. HUMÁNITAS.Portal temático en Humanidades. http://www.uco.es/ciencias-juridicas/filosofia-derecho/diego/nuevode/doctorado/comunicacion/McLuhan.pdf

Eco, Umberto (1974) “La Edad Media ha comenzado ya”. En U. Eco et. al, La nueva Edad Media. Madrid: Alianza. Pp. 9-34.

Escohotado, Antonio (1989) Historia general de las Drogas. Madrid: Alianza Editorial.

Foucault, Michel (2001/1982) “El sujeto y el poder”. En Hubert L. Dreyfus & Paul Rabinow, Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la hermenéutica. Posfacio de Michel Foucault Con una entrevista a Michel Foucault. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Pp. 241-259

Jennings, Paul (1979) “Introduction”. En Paul Jennings (editor) The Book of Nonsense. London: William Collins. Pp. 15-22.

Mautner, Thomas (2000) The Penguin Dictionary of Philosophy. London: Penguin Books.

MacLuhan, Marshall (1962) La Galaxia Gutenberg. 1998.

Zabala/Agrícola, Jorge (1983) La TV tiene alma?. Los Tiempos, 18/VI/83’.

 

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 Umberto Eco explora lo falso absoluto, donde la risa y el llanto se confunden. Es la industria de la televisión y la cultura de masas que investiga en su libro "Estrategia de la Hiperrealidad" (1986) donde intenta exorcizar el mal gusto con sentido del humor italiano; sin caer en el pesimismo de Vico, que privilegiaba la historia y sus diversas fases derivadas de la mitología griega, reconociendo que la sociedad recae de eras de refinamiento y logros civilizados dentro eras de nueva barbarie. La Edad Oscura que siguió la caída de Roma son un ejemplo.

 Así tal vez sea nuestra propia época industrial y la televisión que va con ella. En esta Nueva Edad Media asistimos a la medievalización del territorio, no otra cosa son los castillos y las guerrillas, la erosión, la angustia del milenio, que va en pos de la felicidad química, esos eran los síntomas del desorden y la disipación latina. La catedral era el gran libro de piedra, la televisión de la Edad Media, el archivo de lo fantástico. Los medios de masas marcan el retorno de los dioses, ante la soledad y la mecanización americanas o el sincretismo brasileño, mezcla del carnaval y el futbol, bajo la sombra de satélites futuristas.

 La información es aún una industria pesada En el código de Whorf nuestras categorías conceptuales están en parte determinadas por la estructura de nuestra lengua nativa. O dicho de otro modo, la televisión es la ideología industrial avanzada. El código es la situación social del destinatario una educación recibida y las disposiciones psicológicas del momento. La información tiende a ser política, de crónica de sucesos deportivos, culturales o resumen y entrevista. La ficción tiende a "suspender la incredulidad", su importancia es cultural y su técnica parabólica. El presentador asegura un sentido de realidad a un programa difuso. El teléfono hace que la televisión y el público sean uno, solo, el nosotros y el vosotros un todo.

 La manía del fútbol es un acontecimiento que sucede por razones agonísticas. Se lo identifica con Jano, el dios de las dos caras. La transmisión interpreta el partido, a través de una puesta en escena intencional. El deporte mejora la raza, sublima la agresividad en un sistema y la fuerza en inteligencia. El discurso deportivo es el sucedáneo más fácil del discurso político sobre la Ciudad y sus fines. El jugador está en un proceso en serie, con la homogeneidad y continuidad. En los telediarios el efecto Gioconda es una sonrisa en medio de grandes risas, para ahogar las noticias. Para los futuristas la guerra era la "única higiene del mundo” para calmar los horrores corrientes, de una información embrujada.

 El hallazgo de McLuhan es que una sinestesia permea todo el sistema nervioso y nos da fenómenos como la "audición coloreada", formando una imagen de mosaico que corresponde a una Edad Bizantina y equivoca.

 Los Tiempos, 11 I 89’

 

 



[1] Zabala pone como título “Estrategia de la Hiperrealidad”, y data 1986 como fecha de edición, en español.

[2] El texto aparece también en la versión española de “Estrategia de la ilusión”, versión que seguramente Zabala leyó. 

[3] Por ejemplo, la percepción que uno tenga del tiempo y la puntualidad depende de cuántos tiempos verbales distinga su lengua materna. En casos extremos como la lengua hopi, hablada por algunos indios de Arizona, no hay tiempos verbales y, por tanto, pensaba el lingüista, esos indios carecen de concepto de tiempo. Es lo que se conoce como hipótesis de Whorf: las ideas humanas están moldeadas por la gramática.

https://elpais.com/diario/2004/08/24/revistaverano/1093298417_850215.html

[4] En filosofía política, el agonismo (del griego ἀγών, agón, "conflicto, disputa"). Es una teoría política que enfatiza los aspectos potencialmente positivos de ciertas (pero no todas) formas de conflicto político, difiriendo de la descripción de la democracia como la búsqueda de consensos. Acepta la existencia de un espacio permanente para tal conflicto, pero busca mostrar cómo se puede aceptar y canalizarlo positivamente. 

[5] Controlaba, protegía, los ingresos y salidas de la ciudad.