lunes, 6 de marzo de 2023

Rameo en Illataco EL ILLATAQUEÑO

 


Dos trabajadores uniformados de pardo (y con las infaltables franjas reflectantes) cortan ramas de árboles taras (tienen troncos delgados y copas ralas con hojas compuestas, dan unas vainas anaranjadas que, parece, se usan para curtir cuero) por encargo de la OTB, me dice uno de ellos, subido al árbol que mutila, para abrir paso a las luminarias y así (entiendo yo) hacer visibles a lo que, dice el trabajador, son "muchos maleantes". Usan machetes y son desprolijos: los lugares de corte corren con rajaduras hasta abajo. ¿Retoñarán bien esos árboles que están a una cuadra abajo de donde vivo?

Ayer domingo fue uno el rameador, justo al frente de donde, sentado bajo sombra, estoy ahora, que se metió con uno o dos de los cinco molles que hay ahí (de los que depende en parte mi bienestar) y con un tocón seco, usando también machete y también empujado, me dijo, por la OTB, que le dijo que hay que "limpiar la calle".

Entiendo que esa es la estética boliviana occidental (talvez boliviana a secas, talvez urbana y listo): espacio abierto para que los vigilantes (dotados de perros, de miradores elevados, de luces contaminantes y de cámaras excluyentes) por cuenta de los dueños vean a los aproximantes con anticipación suficiente como para disuadirlos de amenazar sus propiedades. Esto, uno; y dos, lugares modificados a gusto y capricho de los "dueños", con naturaleza controlada, disciplinada, usando para ello máquinas a combustible fósil y mano de obra contratada.

Lo exageradamente boliviano es la extensión de la uniformación, la compulsión universal por obedecer y la obediencia casi unánime. (Recuerdo la primera vez que unos ciclistas nos juntamos, hace 13 años, para salir en masa crítica. El segundo o tercer asunto, cochabambinamente propuesto: nuestro uniforme... Ay.)

Hace veinte años que me di cuenta de que es la familia pobre la que, con sus perros y su desvelo, muchas veces sin ser pagados, cuida en la cuadra la propiedad de los ricos. El virus de la propiedad privada, bolivianizado, hecho cuerpo, a partir del miedo socializado. La crueldad en el diseño urbano. Dios mío, líbranos del mal.

El dueño del lote donde vivo resiste hace unos años a la intención municipal de ampliar en 4 metros y medio el ancho de esta calle, que hace unas décadas era tan angosta como para sólo permitir el paso de gente a pie.

Hace unos meses en el lote frente a las taras atacadas hoy, a lo largo de 30 metros, bajaron a dos metros la altura de su seto vivo, que antes pasaba de los tres metros, por la misma razón vigilante patronal.
                                                                    Illataco, 6 de marzo 2023
IMAGEN: fruto de la tara


sábado, 11 de febrero de 2023

AUTONOMÍA Y ESTÉTICA EN OSCAR WILDE. A propósito de un artículo de Jorge Zabala[1]

 

"El esteticismo y la ironía de Oscar Wilde fueron el camino

para el gran rechazo contemporáneo"

(Jorge Zabala)

 Carlos Crespo Flores[2]

La proximidad de Oscar Wilde con el anarquismo ha sido analizada por los estudiosos como Peter Marshall. El historiador mostró que Gran Bretaña, en el marco de una fuerte tradición liberal, produjo muchos grandes pensadores libertarios, entre ellos Oscar Wilde (Marshall, 2008:163). Marshall ubica a Wilde junto con artistas británicos, como William Morris, Edward Carpenter, entre los que condenaban la propiedad privada y avizoraban un mundo sin gobierno. (Marshall, 2008:163). Por ello, el escritor irlandés es considerado uno de los libertarios más importantes de fines del S XIX.

Para el escritor cochabambino Jorge Zabala, Oscar Wilde es parte del canon de lo que se podría denominar un anarquismo estético. En 1967, en un artículo sobre el tema, escribió: “el esteticismo y la ironía de Oscar Wilde fueron el camino para el gran rechazo contemporáneo” (Zabala, 1967:17)[3]. Tres años después publicó el artículo “La política de Oscar Wilde”[4]. Allá sintetiza las ideas fuerza de lo que sería una “teoría estética anarquista” (Zabala, 1970:18), analizando principalmente el ensayo El alma del hombre bajo el socialismo (Wilde, 1891/s/f):

“vibra siempre aquella voz de Lord Henry que predica “vivir intensamente la vida, buscando sin cesar nuevas sensaciones”. Su rechazo del oficialismo como inhumano para la vida moderna. La necesidad de agitadores para una civilización. El deseo de liberar al hombre de las presiones de grupo, mediante la asociación voluntaria, la conversión de la propiedad privada en patrimonio público y la utopía y goce de ocios encantadores en un “Palacio del Pueblo”, la ausencia de gobierno para el artista, son todos rasgos de una teoría estética anarquista” (Zabala, 1970:18).

Veamos los temas.

INTENSIDAD Y CAMBIO. Lord Henry es el protagonista de Dorian Gray, inspirado en el mismo Wilde y su vida llena de sensualidad y arte. La frase de Zabala se aproxima a un slogan del movimiento punk, también de un corte altamente estético: “muere joven, vive intensamente”.

NO CONTROL. El control estatal y sus dispositivos, sobre el individuo y la sociedad, ya era avizorado por Wilde. Para la creación y la ebullición artística es fundamental un ambiente libre y tolerante.

AGITADORES. No jefes, sino sujetos autónomos. Él mismo era un agitador, de una nueva estética y arte, de otra manera de vivir, interactuar y relacionarse.

VOLUNTARIEDAD. Nadie puede obligar, dirigir, ordenar al otro, para organizar la sociedad. Esta debe ser fundada en la asociación voluntaria.

LO PÚBLICO. La salida a la propiedad privada. En ningún caso es su estatalización, como aplican los marxistas en el poder.

OCIO. Manfred Max Neef decía que el ocio, mejor si son “ocios encantadores”, es una necesidad humana fundamental, algo que ya Wilde y Zabala lo reflexionaban y practicaban.

Pero, ¿cuál era el canon anarquista en el periodo victoriano (fines siglo XIX), donde Wilde escribe sus textos más importantes? Para saberlo, Kristian Williams recomienda leer el primer número de la revista anarquista Freedom, el año 1886 (Williams, 2020:11):

“Somos socialistas, no creyentes en la Propiedad, defensores de la igualdad de demandas para cada hombre o mujer, de trabajar para la comunidad como le parezca bien a él o ella -sin llamar a ningún hombre amo-, y la igual demanda de cada uno a satisfacer, como le parezca bien, sus necesidades naturales del stock de riqueza social. . . . Somos anarquistas, no creyentes en el gobierno del hombre sobre el hombre, en cualquier forma y bajo cualquier pretexto. . . . Soñamos con la libertad positiva, que es esencialmente una con el sentimiento social; de libre cauce para los impulsos sociales, ahora deformados y comprimidos por la Propiedad, y su guardián la Ley; de una esfera de acción libre para ese sentido individual de responsabilidad, de respeto por sí mismo y por los demás, el cual es violado por toda forma de injerencia colectiva, desde la ejecución de contratos hasta el ahorcamiento de criminales; de libertad de acción para la espontaneidad e individualidad de cada ser humano, cuando es imposible cuando una línea dura y firme se ajusta a toda conducta. . . . Desaprobamos como negativo a la naturaleza humana, individual y por lo tanto colectivamente, todo uso de la fuerza con el propósito de coaccionar a otros; pero afirmamos el deber social de cada uno de defender, por la fuerza si es necesario, su dignidad de ser humano libre, y la dignidad análoga en los demás, de toda forma de insulto y opresión” (cit. en Williams, 2020:10-11).

Antiestatistalismo y anti propiedad privada, igualdad hombre mujer, no dominación y voluntariedad del trabajo, expansión de la individualidad, son algunos de los temas que aparecerán a lo largo de su obra. El mismo Wilde expresó en por lo menos dos oportunidades, su inclinación libertaria. En 1893, dos años después de publicar El alma del hombre bajo el socialismo, Wilde respondió a un cuestionario de un periódico francés: “En el pasado era un poeta y un tirano. Ahora soy un artista y un anarquista” (Williams, 2020: 13). El segundo momento es la primavera de 1894, cuando durante una entrevista afirmó: "todos somos más o menos Socialistas, en estos días...Pienso que soy más que un Socialista. Soy algo como un Anarquista. Creo, pero, por supuesto, la política de la dinamita es verdaderamente absurda" (Ellman, 1988:290; Marshall, 2008:177).

El académico David Goodway lo define como “un anarquista algo reticente" (Goodway, 2012:199). De hecho, la solidaridad de los anarquistas fue evidente, los queer entre ellos, cuando Wilde fue puesto en prisión, en 1895. Fueron de los pocos que se opusieron a la condena del escritor (Jeppesen & Nazar, 2012: 162-191)[5].

“Vale la pena hacer ciertos sacrificios en aras del estilo”, leemos, citando a Carl Jung, en el epígrafe del artículo de Zabala mencionado. Es que Zabala saca a relucir la estética del dandy de Oxford. Wilde admiraba a William Morris como poeta y diseñador de libros[6]. Su preocupación por la libertad estaba inspirada principalmente por su desvelo por el arte y su deseo de crear una vida bella. Wilde y Morris se dieron cuenta que "el arte por el arte" era un criterio insuficiente, pues creían que debe haber un contexto social y político en el estetismo, y no solo llamar a la beatificación de la vida. Wilde concluyó que solo en una sociedad libre, sin gobierno, podría un artista ser capaz de expresarse totalmente (Marshall, 2008:175).

Para Wilde, el socialismo debe hacer florecer la personalidad. En una obra de teatro escrita en su juventud, llamada El Nihilista, consideraba el socialismo no una nivelación hacia abajo, sino el florecimiento de la personalidad (Marshall, 2008:176). En ese sentido, el socialismo constituye el medio para un fin: el desarrollo pleno de la personalidad (Marshall, 2008:178).

El anti estatismo de Wilde es explícito. Afirmaba que todas las formas de gobierno “están equivocadas. Son “acientíficos, porque buscan alterar el ambiente natural del hombre; son inmorales porque, al interferir con el individuo, producen las formas más agresivas de egoísmo; son ignorantes, porque pretenden difundir la educación; son autodestructivos, porque engendran anarquía” (citado en Marshall, 2008:176). De ahí que consideraba que "La forma de gobierno más adecuada para un artista es la ausencia total de gobierno." (Wilde, el alma, 26)

Kropotkin, en una carta, hizo referencia del "artículo que O. Wilde escribió sobre el Anarquismo" (Goodway, 2012: 199), seguramente refiriéndose a El alma del hombre bajo el socialismo, donde Wilde expande su visión política. El texto fue muy influyente en el movimiento anarquista: traducido en muchas lenguas, probó ser particularmente influyente en la Rusia Zarista (Marshall, 2008:176). Jorge Luis Borges, para ratificar que “Wilde, casi siempre, tiene razón”, señaló que The Soul of Man under Socialism “no sólo es elocuente; también es justo” (Borges, 1974:692). Y el escritor Jorge Zabala afirmaba que “nos abre las puertas de la revolución estética e intelectual. Este es un socialismo libertario, en el que se percibe la influencia del Príncipe ruso anarquista Kropotkin” (Zabala, 1970:18).

Wilde conocía a Kropotkin (Mac Laughlin, 2017), y fue influido por sus tesis del apoyo mutuo. En De Profundis, escribió: “Dos de las vidas más perfectas que he conocido son las de Verlaine y el príncipe Kropotkin, y ambos pasaron años en la cárcel: el primero es el único poeta cristiano desde Dante, el segundo un hombre con el alma de ese hermoso Cristo blanco que parece salido de Rusia." (Wilde,1897/2012:291).

Bibliografía

Borges, Jorge Luis (1974) “Sobre Oscar Wilde”. En Obras Completas. 1923-1972. Buenos Aires: Emece Editores. Pp. 691-693

Ellman, Richard (1988) Oscar Wilde. New York: Vintage Books. 680 pp.

Goodway, David (2012) “Literature and Anarchism”. pp. 192-211. En Ruth Kinna. The Continuum Companion to Anarchism.

Jeppesen, Sandra and Nazar, Holly (2012) “Genders and Sexualities in Anarchist Movements”. pp 162-191. En Ruth Kinna, The Continuum Companion to Anarchism. London: Continuum.

Mac Laughlin, Jim (2017) Kropotkin y la tradicion intelectual anarquista. Barcelona: Editorial Ariel. 284 pp.

Marshall, Peter (2008) Demanding the Impossible. A History of Anarchism. London: Harper Collins. 818 pp.

Wilde, Oscar (1891/sf) “El Alma del hombre bajo el socialismo”. En Oscar Wilde, El Arte y el artesano. Buenos Aires: Editorial Tor. Pp 91-158.

Wilde, Oscar (1897/2012) De Profundis. En Oscar Wilde, El secreto de la Vida. Ensayos.  pp. 234-313. Editorial Lumen.

Williams, Kristian (2020) Resist Everything Except Temptation. The Anarchist Philosophy of Oscar Wilde. AK Press. 268 pp.

Zabala, Jorge (|967) Mundo Compartido. Cochabamba: 78 pp.

Zabala, Jorge (1970) Exorcismos. La Paz: Editorial Camarlingui.



[1] Extracto de uno de los ensayos de un libro sobre anarquismo en/desde Bolivia, en preparación. El texto forma parte de un estudio sobre la vida, obra y pensamiento del escritor cochabambino Jorge Zabala, actualmente en curso.

[2] Investigador del INCISO/FACSO -UMSS

[3] Se refiere al texto Teoría estética anarquista, reescrito en Exorcismos (1970), como Las maneras anarquistas.

[4] Era parte del libro Exorcismos, publicado ese año.

[5] El editor anarquista Benjamin Tucker fue el primero en EEUU en publicar el trabajo de Wilde, sobre su experiencia en prisión, La Balada de la cárcel de Reading. Más aun, Emma Goldman fue una de las que defendió desde el principio a Wilde, y reimprimió su trabajo en su revista, Mother Earth, luego de su arresto (Jeppesen & Nazar, 2012: 162-191).

[6] Wilde y Morris compartían la amistad común con el revolucionario populista ruso Stepniak. Colaboró con los anarquistas. Se hizo famoso por haber asesinado al jefe de la policía secreta zarista.


miércoles, 16 de noviembre de 2022

Por qué se debe establecer el CONSENSO como criterio de toma de decisiones en el III Congreso de la UMSS

 

A los congresistas:

Lo primero colegas, aprendamos de los congresos universitarios pasados, su proceso y resultados. ¿Y que vemos? El aparatismo de los grupos partidarios. Grupos de presión conectados con partidos políticos, o las redes del poder universitario, que buscan tener mayoría en el congreso, y desde allí, por mayoría, establecer las conclusiones, previamente redactadas. Es el riesgo que ahora se repita.

 Al ser producto de una mayoría partidaria, las conclusiones de los congresos, no sirvieron mucho en el curso de la mierdificación[1] del trabajo académico en San Simón, la debacle en la calidad de profesionales que formamos y la desinstitucionalización generalizada. Somos una universidad zombi, como la define el colega Cesar Soto.

 Con este antecedente, estimados colegas, es imperativo establecer el CONSENSO, como el criterio de toma de decisiones del III congreso universitario.

 De acuerdo a la RAE, el CONSENSO es el acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos.

 Ello significa, en el horizonte del congreso, que solo se aprueba en lo que el conjunto de los asambleistas está de acuerdo. Llegar a ello implica construir acuerdos: en lo que estamos de acuerdo, aprobamos. Donde haya desacuerdo, se lo descarta.

 De esta manera tendremos conclusiones realistas: es lo que todos estamos de acuerdo y estamos comprometidos a cumplir y hacer cumplir.

 Y lo más saludable, rompemos los aparatos partidarios, las mafias del pasillo, pues, en un escenario de CONSENSO, se trata de convencer al otro, al diferente, desde el argumento, el diálogo socrático. En suma, aplicar una verdadera democracia.

 

Carlos Crespo Flores

Docente universitario

IMAGEN: Jorge Crespo, "El observatorio"

 



[1] Para la noción de mierdificación del trabajo, ver el libro de David Graeber, Trabajos de Mierda. Ariel. 2019.

sábado, 29 de octubre de 2022

El triunfo del oxímoron: la democracia autoritaria[1] Carlos Crespo Flores DOCENTE FACSO

 A principios de los 80's, un grupo de jóvenes universitarios, creamos PRIMERA LÍNEA. La carrera de Sociología fue un ariete de esta t'ojpa, que rompió con los manuales de hacer política en San Simón. Pero, nuestra postura independiente y autónoma de los poderes partidarios, no fue del agrado de la izquierda toda, dominante en esa época. En lo que coincidían comunistas, trotskistas, guevaristas, socialistas, miristas y UDPistas en general, era en calificarnos como "derechistas" o "aliados de la derecha", debido al énfasis que poníamos en cuestionar el autoritarismo de los poderes estudiantiles partidarios, y reivindicar un criterio democrático, plural y académico, en la política universitaria. 

Más aún, un principio defendido por las ovejas negras, era que los representantes estudiantiles debían ser los mejores estudiantes, reconocidos por sus bases, por sus valores académicos y solidarios. La izquierda autoritaria nos acusaba entonces de “elitistas”, a nosotros, los pobres meritorios. 

40 años después, algunos docentes, de pensar y actuar independiente, tomando en cuenta la extrema debilidad de la FACSO y la necesidad de estar cohesionados con una agenda común, apoyamos el pedido de estructurar una sola lista al III Congreso Universitario. Esta lista debería ser elegida en asamblea y luego ratificada en voto. De esta manera, tendríamos una representación plural, con un mandato, fruto de un acuerdo facultativo. 

Pero no, como en el pasado, la izquierda oficial, esta vez con antifaz "plurinacional" y "descolonizado", hoy entronada en nuestra Asociación de Docentes, se ha opuesto a nuestra participación como parte de la lista única. ¿Y cuál su argumento? Que somos "pititas", es decir, para recordárselo:  insurrectos democráticos creyentes de la no violencia que manifestaban la indignación contra el fraude electoral con pititas (apelativo con el que nos bautizó el caudillo bárbaro EMA que nos quería enseñar a hacer un “verdadero” bloqueo violento).  La doctrina y la táctica marxista-autoritaria es exactamente la misma que la utilizada hace un siglo (¡) para ahogar en sangre a la vanguardia del octubre rojo en Kronstadt que se había atrevido a exigir el ejercicio de la democracia consejista, soviética, con la grosera acusación de ser parte del Ejercito blanco. 

Es grave, pues evidencia que, como comunidad académica, otrora pionera, no hayamos aprendido nada y al contrario hayamos sepultado una reflexión enriquecedora de las culturas y prácticas pluralistas, es decir democráticas radicales.  La cultura política autoritaria, en estricto rigor, reaccionaria, se ha vuelto a instalar en la facultad. Seguimos incapaces de practicar la democracia, el pluralismo. Se discurre sobre ello, hasta tiene nuevos denominativos (“democracia intercultural” es uno de ellos), pero no se lo practica, siguiendo el libreto de la neolengua orwelliana.  Y se continúan reproduciendo las viejas maniobras de pasillo, decimonónico know how del marxismo autoritario.  Camaradas colegas, la caridad comienza por casa. 

Lamentablemente nuestras autoridades hicieron poco para neutralizar esta actitud sectaria de la Asociación de Docentes, que ha puesto en riesgo los acuerdos logrados hasta hoy con la transformación académica de la FACSO.  En mi caso, ¿cómo puedo ser parte de una comisión de transformación académica, cuando sus representantes y autoridades, tienen otra agenda? Sin duda, existe el interés de consolidar su poder y la "azulificación" de nuestra malhadada facultad. 

Por este motivo, aprovecho para hacer conocer mi renuncia a la comisión facultativa de transformación académica. Desde fuera, junto a mis colegas librepensadores, continuaré defendiendo las propuestas expuestas en su momento en la comisión. Mientras tanto, no espero mucho de nuestra representación en el congreso, algunos de los cuales seguramente terminarán siendo parte de la maquinaria de voto inducido desde “altas esferas”. 

En la década del 60’, en plena fiebre de guerrilla guevarista, el cronopio ensayista cochabambino Jorge Zabala, -en la antropología poética/ética de Julio Cortázar- visualizaba la idea de un “mundo compartido”, donde el “otro”, diferente, fuese reconocido. Mundo “compartimentado” más bien es que el que estamos viviendo. 

Finalmente, está claro que mientras la FACSO no construya un hábitat para estructurar acuerdos desde la diversidad discursiva, mientras la intolerancia y la exclusión del “otro” sean una práctica política normalizada, la mediocridad académica e institucional de nuestra facultad se reproducirá.

 

Cochabamba, octubre 2022

 






[1] Agradezco a Canario por los agudos aportes; y a Pope, por las sugerencias.

jueves, 27 de octubre de 2022

La juventud universitaria de Cochabamba en los 80’s, según la novela Muerta Ciudad Viva CARLOS CRESPO FLORES (INCISO/FACSO-UMSS)

Ya no soy el universitario
ahora soy un vagabundo
con mi canto alegraré a todo el mundo
con mi canto a todos haré caer

La novela Muerta ciudad viva, de Claudio Ferrufino es una excelente etnografía de la sociedad cochabambina de principios de los 80’s, incluyendo la juventud universitaria, y un buen ejemplo de literatura que puede ser leída con ojos sociológicos. En esta oportunidad quiero detenerme en la imagen de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), donde el escritor cochabambino estudió, pero más que todo amó y bebió intensamente.

 Un día, el protagonista llega a la UMSS por el lado de “un parque a dos cuadras de Economía”. Debe ser la conocida como plazuela El Triángulo, ubicada en la intersección de las calles Ricardo Terrazas, Armando Méndez y Av. Oquendo (IMAGEN 1): 





IMAGEN 1. Plazuela de El Triángulo, hoy. Como en los 80’s, aun acoge a alcohólicos de la zona.

 “Entro por el portón de atrás. En las canchas de fulbito nunca faltan jugadores. Cruzo por el comedor universitario. Cartelones de toda índole presentan candidatos para mil y una elecciones. Marx, Lenin, Trotski, rostro pegado a rostro, dan prueba de la vitalidad de la Cuarta Internacional. Un Che eternamente joven (jamás nadie podrá hablar de un Che viejo) va quedando cubierto por propaganda de diverso tipo. Mayormente política, pero también de cursillos de computación, kermesses de beneficio, y anuncios de clases de recuperación de matemáticas y física para los que se aplazaron en el examen de ingreso” (pp. 83). 

El joven universitario enamorado continua la caminata hacia la facultad de Humanidades, donde “los eucaliptos de cincuenta metros guardan unas aves extrañas en sus copas. No existen en otro lado. Zancudas por lo grandes digo en ornitología básica” (pp. 84). Llega a la carrera de Lingüística: “escalones, pasillo, más escalones. Puerta a la derecha, puerta a la izquierda. Suena, chirría y asciendo” (pp. 84) (IMAGEN 2). Allá dejará un poema a la mujer amada, de donde saldrá hacia la “Plaza Sucre, Avenida Oquendo” (pp. 84) (IMAGEN 3). 



 









 

IMAGEN 2. Una tarde de septiembre del 2022. Los pasillos y gradas que llevan a las oficinas de la carrera de Lingüística, donde el héroe trágico de la novela dejará un poema a su amada, a principios de los 80’s. 

 

IMAGEN 3. La salida de la Facultad de Humanidades, donde funciona la carrera de Lingüística, hacia la plazuela Sucre, en la actualidad.

 Son radicales las transformaciones del paisaje descrito por Claudio. Las canchas de fulbito de Economía eran míticas, por el tipo de asfalto (durísimas para las lesiones) y los apasionados campeonatos universitarios que se llevaban a cabo. Sobre ella, han construido un horrible edificio facultativo (IMAGEN 4).

 

IMAGEN 4. Edificio de la facultad de Economía, que ha sustituido a las míticas canchas de fulbito y básquet.

 El comedor universitario, en esa época muy politizada por la influencia de estudiantes de las minas, era un lugar importante en la escena estudiantil local. Hoy, continua ahí (IMAGEN 5)

IMAGEN 5. De fondo, el comedor universitario en la actualidad. En primer plano, la ruta que siguió el protagonista de la novela, hacia la facultad de Humanidades. 

Solo queda un eucalipto de los descritos (IMAGEN 6) y las zancudas han cambiado de hábitat.

IMAGEN 6. El único eucalipto, de la variedad globulus, en el campus central de San Simón, que ha quedado de los señalados en la novela. 

El “Che” y otros líderes políticos que solían estar pintados en el muro de la calle Jordán, de ingreso a la universidad, han sido tapados por los puestos de comercio y kioscos (IMAGEN 7)

IMAGEN 7. El ingreso a la UMSS, por la calle Jordán, lugar de los murales descritos en la novela, cubiertos por el creciente comercio informal.

 Los anuncios de cursos y eventos perviven, pero ya no se observan los afiches izquierdistas; los trotskistas están semidesaparecidos del escenario político sansimoniano y los guevaristas (junto con el resto de la izquierda oficial) son parte del gobierno plurinacional.

 En otro momento de la novela, cuando “Cochabamba estaba radiante de sol (y) la universidad hervía de estudiantes” (pp. 92) el protagonista está leyendo en un banco de San Simón”, donde observa “miríadas de estudiantes (que) pasaban delante de las oficinas de la federación universitaria” (pp. 92) (IMAGEN 8). Seguramente se refiere al ingreso antiguo por la calle Sucre (IMAGEN 9).  

IMAGEN 8. El abandono que evidencia el edificio de la Federación Universitaria Local (FUL) y su entorno inmediato refleja la pérdida de importancia que tiene actualmente la organización estudiantil. Reducida a un espacio de poder de las autoridades, solo repite el guion oficial. 

IMAGEN 9. En los 80’s, el ingreso por la calle Sucre esquina Oquendo, era el más importante. Había unas bancas, donde nuestro protagonista leía. No existen más y este ingreso ha sido cancelado. 

La universidad ha sido un espacio de amores y desamores estudiantiles. Intensos en muchos casos, como si la vida se nos fuera en ella. Y Claudio sabe mucho de aquello. Es en unas “escaleras de la universidad” donde se atreve a conversar con una de sus pasiones, para terminar en un “eucaliptar donde nos juntamos abruptamente como animales” (pp. 22)[1]. En otra escena, un día que había retornado a la universidad “luego de haber perdido ya el semestre” (pp. 120), la enamorada le comunica que no va más, y, pensando en ella, expresa su temor: “la tarde en que pasarás a mi lado en la universidad ignorándome” (pp. 154). 

Los intelectuales y universitarios de la época eran seducidos por la política, el poder, a veces con un fanatismo de sello judeo cristiano. El escritor los conoce: “Hombres ilustres, según decían, poblaban nuestro entorno universitario. Cada quien aspiraba no menos que a la presidencia, o a un martirologio del cual se hablaría por generaciones en los libros” (pp. 17). El protagonista, a diferencia de las tendencias políticas dominantes de la época, consideraba las movidas políticas como parte del “embuste que siempre han sido izquierdas y derechas” (pp. 92). Para el alter ego de Ferrufino, la jerga revolucionaria universitaria era “un mero atajo hacia un arribismo descarado, amén de mujeres y prestigio” (pp. 159); duda que “alguno” de sus defensores “llegue a empuñar otra arma que no sea su miembro para mear; incluyo a las mujeres. Arte del pavoneo. Bebida gratis. Promiscuo equivale a socialista en esta jerga universitaria” (pp 159).

 Él y sus amigos son escépticos del ambiente de “cambio social” imperante en la época:

“No cambia. Y hablando del futuro, entre nosotros somos pesimistas de que algo vaya a cambiar. En la universidad por el entorno febril de los estudiantes a ratos creo que sí. Pero andando por el barro y oyendo a borrachos o moribundos farfullar en los callejones estoy seguro de lo contrario” (pp 109).

 “Ir al pueblo”, decían los populistas rusos, mientras los universitarios de izquierda en Bolivia hablaban de “la universidad al servicio del pueblo”. Nuestro héroe ironiza tal sentimiento cuando se abraza y besa en la boca con un músico del valle, “…culminando el precioso encuentro de los jóvenes universitarios con su pueblo” (pp. 18).  

Pero, la universidad también ha sido un espacio donde los jóvenes sin trabajo, y sin esperanza de conseguirlo, pueden mantenerse ad infinitum. Claudio y sus amigos estaban al corriente:

“Ninguno trabaja. Si quisiéramos, tampoco. Matamos las horas con picadas de fulbito. Estudiamos en la universidad ¿qué joven boliviano no lo hace? La universidad como colchón de aire que amaina el golpe de encontrarse con un país sin opciones. Venga, a por alcohol, que otra cosa no hay que hacer” (pp. 57).

 En los 80’s, un boliche de cerveza donde se reunían los universitarios con plata, principalmente docentes y administrativos, era el Anexo América, de la calle Bolívar. Es el lugar donde el protagonista se cita con sus amigos, “a donde solíamos ir cuando Raúl cobraba en la universidad. Chop. Delicioso chop, sin gas, posible de beberse por litros sin hincharse” (pp. 124) (IMAGEN 10).

IMAGEN 10. El América, hoy, no tiene nada que ver con el otrora restaurant con pasto y arbolado. Otro indicador de la decadencia urbana de la ciudad de Cochabamba.

 Ese periodo, las universitarias de clase media, principalmente de clases medias, muchas de ellas “chicas bien”, gustaban del radicalismo izquierdista y del exotismo de la borrachera con los “progres”, antes de volver al rebaño familiar y de clase. Ferrufino duda de ellas:

“Yo miro a una muchacha universitaria extasiada del ambiente. Esta mierda significa su ida al pueblo. Dormirá mejor creyendo formar parte de una élite pensante y destinada a mandar. Abrirá las piernas a otro compañero de clase de origen dudoso. Con ello volverá a sentir que sus pasos en la vida tienden a memorables, que habrá conocido el vientre de Leviatán y lo habrá deglutido antes de que el monstruo la devore” (pp. 110). 

Mientras entre los sectores populares, estudiar en la universidad era la posibilidad de mejores ingresos, pero también ascenso, reconocimiento y estatus social. Hoy, lo es menos, pues hay otras maneras de lograrlo. Aunque, en una sociedad judicializada, la imagen reverenciada del abogado es lo que pervive. Ferrufino lo recuerda: “los universitarios se consideraban una casta apreciable. A muchos les gustaría ofrendar a sus hijas a los brazos de profesionales por venir, tal vez el único camino de movilidad social disponible” (pp. 171). Haber estudiado en la universidad como signo de estatus, de intentar salir de su clase popular, lo vemos es una escena de chichería, donde un profesional, borracho, “licenciado entre licenciados, con cerveza y botellas de San Pedro, caído por el alcohol en el segmento de clase que quiere olvidar y de donde proviene la mayoría. Yo no soy chusma, repite, soy doctor universitario…” (pp. 66).

 “El libre acceso a las universidades”, se halla entre los argumentos del “discurso moral” que un funcionario de la oficina estatal de protección al menor, haciéndose pasar por abogado, esgrime ante la dueña de un burdel clandestino, junto a “la necesidad de cambiar las estructuras del país, afianzar la educación, permitir y proveer de trabajos que permitan la subsistencia” (106). Al día siguiente, los amigos comentaban “sobre la incursión de la noche anterior en el lupanar. Irónicos, reímos de nuestros títulos universitarios, como si uno se pasara las horas y devorase los libros para conseguir un culo de alquiler” (pp. 110). 

Si bien el paisaje del campus se ha transformado, con el crecimiento de infraestructuras cementadas y la reducción del arbolado antiguo, este retrato pesimista de la universidad pública cochabambina se ha modificado muy poco; las pasiones estudiantiles y sus excesos etílico sexuales continúan, el autoritarismo de políticos y autoridades se reproduce como la hiel, la calidad académica no ha mejorado, por el contrario. Parafraseando a Silvia Rivera, hoy la universidad es un espacio de las apariencias: hacer como si se enseñara y se estudiara. El protagonista de Muerta ciudad viva, estaría de acuerdo con Cesar Soto, cuando define a la UMSS como la “universidad zombi”. El desierto se expande, camaradas.


[1] “De los árboles, no sé si de ellos o de los cercanos álamos, copos blancos volaban por el aire dando al pecado color angelical” (pp. 20).

martes, 14 de junio de 2022

GENTRIFICACIÓN VERDE EN EL PARQUE FIDEL ANZE Y CICLOVÍA NORTE[1] Carlos Crespo Flores INCISO/FACSO-UMSS

Cala Cala, Queru Queru, son dos tradicionales barrios de la ciudad de Cochabamba, que se han transformado radicalmente, desde el 52’. Las memorias autobiográficas de Germán Díaz, sociólogo cala caleño, “Gotas de piel sin asfalto”, retratan la identidad y territorialidad cala caleña. Ya Adela Zamudio, en su cuento “Violín y Guitarra, mostraba las disputas amorosas y espaciales, entre Cala Cala y Queru Queru (Zamudio, 2021: 214.229).

 En esta zona se encuentra el parque Fidel Anze, y ha sido parte de también de un largo proceso de gentrificación: hasta los 50’s una zona de agricultores piqueros, que aprovisionaban con verduras frescas a la ciudad (conviviendo con casa de campo y quintas), que paulatinamente fueron vendiendo sus propiedades a las nacientes urbanizaciones, promovidas por la alcaldía municipal y su plan regulador, acelerado a partir de los 80’s (ver Crespo, 2021).

 Hoy la zona es de las mejores urbanizaciones cerradas, condominios y de casas lujosas, en la ciudad de Cochabamba. Por acá atraviesa la ciclovía Norte.

 La gentrificación es una forma de segregación. En el presente texto, me interesa problematizar los corredores biológicos urbanos (CBU), tema de la investigación en curso en la red de Biodiversidad de la UMSS, desde el concepto de gentrificación, y específicamente desde la llamada GENTRIFICACIÓN VERDE.

 La Gentrificación verde es el proceso de desplazamiento espacial (o simbólica), de poblaciones locales antiguas, de menores ingresos, por sectores de clase media y alta, producto del mejoramiento, recuperación, rehabilitación ambiental, de una zona o espacio verde.

 En que medida, el mejoramiento del parque Fidel Anze y su entorno, incluyendo esta parte de la ciclovía Norte, su recuperación ambiental, ¿ha profundizado la gentrificación verde?

El parque Fidel Anze y su entorno de la ciclovía, es considerado parte de un corredor biológico urbano, que debe ser conservado y protegido. Al mismo tiempo, es preciso tomar atención que los proyectos de mejoramiento ambiental de estas áreas verdes, no profundicen la ya existente segregación.

 Esta área verde es un referente de las luchas ambientalistas locales. Los vecinos, con apoyo de ambientalistas como No a la Tala de Árboles en Cochabamba, lo han defendido para manener su carácter de parque, frente al intento de la Alcaldía Municipal, por implementar una cancha deportiva. Con la acción colectiva, se ha (re)forestado el área.

 

Paradójicamente, la recuperación del área verde y su mejoramiento forestal, reivindicado por ambientalistas y vecinos, ha profundizado, directa o indirectamente, la gentrificación del lugar. Se observa una fiebre por construir edificios y casas de lujo.

 





 Actualmente, el m2 en el parque Fidel Anze y su entorno, puede llegar a costar hasta 1000 $US, constituyendo, junto con el parque Lincoln (otro espacio verde protegido) y la Avenida América[2], entre las más caras y exclusivas de la ciudad. Por tanto, estamos hablando de una zona segregada y gentrificada.

 La profundización de la gentrificación asociada al mejoramiento del área verde, en el parque Fidel Anze, se ha observado, cuando, luego de haber sido recuperado el área, originalmente una cancha deportiva de tierra, que debía ser cementada por la HAM, alrededor de ella se ha incrementado la construcción de edificios[3].  Paradójicamente, los vecinos antiguos utilizaban la cancha deportiva intensamente, con campeonatos barriales; asimismo, era el lugar de celebración religiosa barrial de una virgen. Con la consolidación como espacio arborado, todas estas actividades han desaparecido; “ya no hay vecinos antiguos”, afirma un antiguo residente[4].

 Que hacer en este caso? Cual es más importante, el arbolado o el área verde[5]? El espacio verde protegido, con los servicios ambientales que brinda, no solo al barrio, sino a la ciudad, o la cancha deportiva, como tradicional espacio de socialización local? Era posible conciliar ambas escalas y funciones del área, como recomendaría el enfoque multicriterial de una urbanización inclusiva, abierta y flexible? Richard Sennett diría más plazas, menos aparcamientos, más árboles. Todo ello, orientado a reducir la gentrificación.

 


Pero, hay un matiz en la gentrificación nuestra. El sociólogo chileno Francisco Sabatini destaca la importancia de tomar en cuenta los matices y diferencias en la gentrificación de países no anglosajones (regiones donde emergió el concepto y se realizaron los principales estudios), con otras tradiciones culturales (Sabatini, et.al. 2017). Afirma que el mestizaje en nuestros países brinda un aspecto particular a la gentrificación. Es el caso de Cochabamba, sin duda. Para Sabatini, la gentrificación por estos lares, debido entre otros factores al mestizaje, no tiene el carácter de exclusión social radical, en muchos casos racializada, que se evidencia en los barrios norteamericanos o ingleses.

 En el parque Fidel Anze, a pesar de sus rasgos de gentrificación, se observa una lavandería popular, donde gente de escasos recursos lava su ropa (o para otras personas, como fuente de ingreso- probablemente de los vecinos del entorno):


En la ciclovía, parte del entorno del parque Fidel Anze, existe mucha actividad, aun en la noche. Circula gente de sectores sociales populares, para hacer sus actividads, como el señor de la foto. No solo "jailones" o brasileros, sino otros sectores sociales también acceden a la ciclovía. Ello matizxa la gentrificación.





Asimismo, en la esquina de la ciclovía, vemos una señora vendiendo pizza para los borracohs que llegaran más tarde noche, o los jóvenes.


Concluyo. La recuperación del área verde, la existencia de la ciclovía, ha continuado una historia post 52’ de gentrificación verde, desaplazando las culturas/identidades barriales locales, profundizando la segregación espacial urbana; a pesar de ello, se obsevan intersticios de acceso, uso por parte otros sectores sociales, matizando la lógica de radical exclusión social en los casos anglosajones de gentrificación.

 

Referencias bibliográficas

Crespo Flores, Carlos (2021) Segregación espacial y conectividad de hábitats en la ciclovía Norte de la ciudad de Cochabamba. Ponencia al I Congreso de Urbanismo. 29 pp.

 Díaz, Germán (2021) Gotas de piel sin asfalto. Memorias de un llajtamasi. Cochabamba: s/e.

 Sabatini, Francisco, et.al. (2017) Promotores inmobiliarios, gentrificación y segregación residencial en Santiago de Chile. Revista Mexicana de Sociología 79,2: 229-260.

 Zamudio, Adela (2021) “Violín y Guitarra”. En Obra Reunida. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional. Pp 214-229.



[1] Imágenes tomadas la noche del 27-V-2022

[2] Director de la inmobiliaria JAPEBU, comunicación personal.

[3] Renato Crespo, sociólogo ambiental residente en la zona. Comunicación personal.

[4] Marcelo Herbas, arquitecto, docente UMSS. Residente local. Intervención en conversatorio “Energía, vivienda y cambio climático”. IIACH-UMSS. 2022.

[5] Agradezco a Raquel Crespo, arborista urbana, por ayudar a construir los argumentos de este acápite.