lunes, 10 de julio de 2023

LAS DOS CARAS DEL FOLKLORE -Jorge Agrícola-

 A fines de marzo de 1989, el grupo boliviano KHONLAYA tocó en Cochabamba. JORGE ZABALA, con su popular seudónimo de JORGE AGRÍCOLA, escribió un original comentario.

Quiero recordar también al escritor ÁLVARO ANTEZANA (RIP), amigo de los integrantes del grupo, quien popularizó a KHONLAYA entre los amigos.

LAS DOS CARAS DEL FOLKLORE

Jorge Agrícola

Los Tiempos, 26/III/1989

 El grupo Khonlaya -que podemos llamar los hijos del trueno- fue iniciado en la música autóctona en La Paz, con el fin de arrojar luz sobre el pasado y futuro de la cultura andina a través de recitales de poesía, representaciones teatrales y exposiciones pictóricas de la propia tierra.

Después tuvo un viraje marcado hacia la música urbana, sin por eso pierda su acento andino. Comprendió que debía buscar un “contacto cultural” con las influencias de ultramar, sin por ello negar las raíces mágicas de su producción, para en el choque buscar una liberación musical. Se trata de lanzar al espacio lo que ya fue para estar en lo que va a ser. Lo estático se torna dinámico y lo dinámico se torna estático en las dos caras del folklore mestizo del charango y guitarra acústica de Javier Melgarejo.

Participó en el festival de música y danza de Tacna del Perú en 1979, compartiendo el primer premio con Chile y Perú. Estuvo en el Ateneo de Caracas el 81’ con “Matrimonio Aymara” y la puesta en escena de Jaime Sevillano. Esta obra se dio en La Paz con una incursión en el “folklore moderno”. Estos experimentos no dejaron de provocar condenación en el ambiente musical -fueron vistos como una engañosa impostura. Tanto en los europeos que tienen una lujuria con el pasado andino, como en los bolivianos que sienten una “nostalgia del Rock”, cual prisioneros de algún espejo ajeno. Más allá de altaneras poses intelectuales conservadoras o revolucionarias, lo que cabe es señalar que los músicos, son “cazadores del sentido” que buscan una liberación del folklore de su mala fe o inautenticidad, lejos del doblez propio de formalismos musicales.

El grupo Khonlaya se presentará en vivo el miércoles 29 y el jueves 30 en la Casa de la Cultura, para mostrar las creaciones que despertaron controversias interminables. Estará también en el Pub y en un festival mundial en Lima, Perú, después. La portada de sus discos estuvo a cargo del pintor paceño Diego Torrez. Muchas de las composiciones del disco Khonlaya corresponden a los guitarristas Jorge Komori y Javier Melgarejo y las llamaremos aquí “música sincrética” o una combinación de “folk-rock”.

Nos gustaron estos profesores de la melancolía aymara, que tiene los ritos circádicos de la noche y el día y todos esos azares de las alturas. Nos sentimos en un sabat andino, poseídos por el olor negro de sus brujas encantadas por un aquelarre altoperuano, por estas cosas y contracosas del Nuevo Mundo.

En “Ilusión Herida” con la voz de Jorge Rivero, el arreglo excepcional de O. Córdova en “El Encuentro”, el gesto épico de “Sobre el camino” y el aire milenario de la “Plegaria a la Oscuridad”. En la otra cara de Khonlaya nos agradaron los coros en los que participa Jenny Cárdenas, libres ya de equívocos radiales, donde Oriente y Occidente, abren puentes para un encuentro que es una utopía pero ¡ay¡ en la fabulosa tierra de nadie.

IMAGEN: Tapa del disco Expreso de KHONLAYA



 

 


miércoles, 5 de julio de 2023

EL ANARQUISMO EN BOLIVIA DESPUÉS DE LA REVOLUCIÓN DE 1952. UNA PERIODIZACIÓN (1952-2022) -Introducción- CARLOS CRESPO FLORES

 EL ANARQUISMO EN BOLIVIA DESPUÉS DE LA REVOLUCIÓN DE 1952. UNA PERIODIZACIÓN (1952-2022),  es un documento que se presentará como ponencia en la mesa “Anarquismos en Bolivia: Un abordaje desde la diversidad política y epistémica”, coordinada por Ivanna Margarucci y Laura Arraya, en el marco del XI Congreso de  la Asociación  de Estudios Bolivianos (AEB), Sucre, julio de 2023. A continuación, la introducción al texto.


Introducción

Mientras escribo estas líneas, el movimiento libertario anarquista en Bolivia casi ha desaparecido de la escena pública. La crisis política de 2019 terminó por fragmentarlo aún más. Este es un proceso que se viene dando desde 2012, cuando se dio el infame “Caso Bombas”. ¿Qué pasó? ¿Qué factores o destinos se han confabulado para llegar a esta situación? Estas divagaciones me llevaron a la necesidad de conectarme con el pasado inmediato, posterior a la revolución de 1952, hito histórico a partir del cual el anarquismo boliviano también pasó a la clandestinidad. Este ensayo es un esquema de interpretación, que pretende incentivar futuros trabajos sobre el movimiento libertario en el país, luego de la revolución de 1952. 

Existen varios estudios sobre la historia del anarquismo boliviano, que se remontan a la revolución de abril (Lehm y Rivera, 1988; Rodríguez, 2010; Margarucci & Godoy Sepúlveda, 2018; Margarucci, 2021), donde se evidencia que el proceso revolucionario, hegemonizado por nacionalistas y comunistas, liquidó el movimiento anarquista. Su principal expresión organizada, la Federación Obrera Local (FOL), desapareció del escenario político, reemplazada por la Central Obrera Boliviana (COB) y sus sedes departamentales.

 ¿Pero, cual ha sido la trayectoria posterior del anarquismo boliviano? ¿Es un destino que los anarquistas bolivianos sean “los perdedores de la historia”, como sugiere un libro sobre el movimiento, previo a la revolución de abril? Es un campo a investigar.  El presente texto, pretende contribuir a dar respuesta a estas problemáticas y preguntas. Con este propósito, se propone una periodización, entre 1952-2022, distinguiendo cuatro periodos, donde se observan ciclos de emergencia y esplendor, con los de aislamiento, paso a las “catacumbas” y hasta clandestinidad.

 En lo que sigue buscaré operacionalizar el concepto de “generación del eslabón perdido” (missing link generation) trabajado por Dana Williams y Jeffrey Shantz en su biografía del ecólogo anarquista Howard J. Ehrlich. Generación del eslabón perdido hace referencia a los activistas anarquistas activos entre los 70’s y el periodo pre Seattle (1998). Era la coyuntura Reagan-Thatcher, autoritario, conservador, y de aislamiento del movimiento anarquista. Pero, hubo algunos colectivos e individualidades que implementaron actividades que permitieron mantener y reproducir las ideas anarquistas, o introdujeron muchas novedades teóricas, estratégicas y tácticas, que luego sustentaron o inspiraron la posterior resurgencia libertaria. Una de ellas fue la revista Social Anarchism, que impulsó Ehrlich, se nos dice ( Williams & Shantz, 2016).

 Mucho de lo narrado, desde finales de los años 80, es producto de mi participación, como investigador y activista, en el movimiento libertario, hasta el día de hoy. De ahí el mayor énfasis en Cochabamba, bioregión de donde vengo y de donde proviene mi experiencia. La mayor parte de la bibliografía , en particular fanzines (ver Bibliografía para una lista revisada) y revistas, forman parte del archivo documental de la Biblioteca Cesáreo Capriles (Paukarpata). Agradezco a Gustavo Soto, por los comentarios y aportes al documento.

Carlos Crespo Flores

INCISO/FACSO-UMSS