martes, 27 de enero de 2009

tarde valluna libertaria pro centro social


Estimad@s amig@s,con el propósito de recaudar fondos para la implementación de un centro social en la zona de El Abra, varios cc y colectivos de Cochabamba estamos organizando una tarde valluna y deportiva libertaria, la primera semana de marzo. La conovatoria circulará próximamente.Salamandra radio

miércoles, 21 de enero de 2009

Ivo responde

A los pies del Tunari, en el siglo XXI
votaré SI , por que apoyé la Constituyente y el resultado me parece intensamente provocativo.
Salió. Está. Negar todo el proceso y más aún el resultado es apoyar a la oligarquíapequeñoburguesaclericalyderechista, dándole oportunidad de reagruparse, de seguir mal informando y confabulando.
Votaré Sí por que es más motivante el nuevo curso de la historia, sus peligros y sus imlicaciones,,,,,..... Huele a fresco, a campo, a rocio, a posible. Y no más de lo mismo volviendo a pensar lo que en su momento se pudo haber dicho, hecho o criticadoen torno a la Nueva Constitución.
Sí, por que si.

Respuesta de Rocio

Yo no votare, no solo porque mi nombre ha sido depurado de las listas (por no haber votado en el ultimo referéndum), sino también y principalmente porque creo que y siento que votar no tiene sentido alguno en las actuales circunstancias.
La forma en que se llevo adelante el proceso de la Constituyente acabo siendo una traición a los mismos movimientos y organizaciones sociales que la habían promovido y que ahora están confrontados con el dilema de o conformarse con la versión mutilada de sus propuestas iniciales o volver a la lucha por sus reivindicaciones históricas.
Por otro lado, me parece que participar en este proceso a través del voto, implica darle una legitimidad que en realidad no tiene. Yo no votaría -aun si pudiera- porque no quiero ser parte – con el SI, el NO, el blanco o el nulo – de un proceso con el que no estoy de acuerdo en esencia.
Sin embargo me pregunto también si el acto de no votar, basado en una decisión individual y efectuado de forma aislada, es suficiente; o si debería tratar de darle una mayor significación política, planteando la autoexclusión como una forma de ejercicio de nuestra libertad. La cuestión que se plantea en relación a lo anterior, es que la autoexclusión no nos libera de ser afectados – de una u otra manera- por los resultados del proceso…o tal vez si…si nos atrevemos a pensar en que podría ser una forma de ejercer y vivir la libertad.
rocio.bust@gmail.com

martes, 20 de enero de 2009

LOS ANARQUISTAS DEBEMOS VOTAR EN EL REFERENDUM DEL DOMINDO 25 DE ENERO?


Estimad@s amig@s,

desde Salamandra Radio deseamos plantear la siguiente pregunta a propósito del referendum por la aprobación de la nueva constitución política del estado boliviano:

LOS ANARQUISTAS DEBEMOS VOTAR EN EL REFERENDUM DEL DOMINDO 25 DE ENERO?

Las respuestas que nos lleguen las difundiremos en el programa y haremos circular por la web. Escribir a este e mail o a nodios@hotmail.com


Salud y Anarquía

Salamandra Radio

domingo, 18 de enero de 2009

ANARQUISMO HOY. los viejos y jóvenes anarquistas


Encuentro una diferencia entre los viejos y nuevos anarcos bolivianos. Los primeros, particularmente anarcosindicalistas, anarcocomunistas o comunitaristas tienen como referente el Estado como objetivo a destruir, via revolución social, y todo el esfuerzo es dedicado a ello. Mienrtas que, los jóvenes tratan de construir la anarquía ahora, desde la práctica, sea comunicacional, productiva, de vida comunitaria, sin esperar ese momento heroico, que sabe dios si llegará. Es la matriz landaueriana del anarquismo que está reemergiendo vigorosamente en el siglo XXI.

A propósito del enfoque de anarquizar la sociedad, hoy, un texto interesante es “Making anarchism respectable? The social philosophy of Colin Ward”, de Stuart Christie, donde se analiza la obra del anarquista británico como un esfuerzo por desarrollar un “anarquismo pragmatico”, basado en la solución de problemas del mundo real. El texto explica la naturaleza de este “anarquismo pragmático” y lo ubica en su contexto histórico. Discute cuan exitoso ha sido el empeño de Ward en producir una filosofía que es genuinamente anarquista e “intelectualmente respetable (traducción libre del abstract).


Salamandra

White, Stuart (2007) “Making anarchism respectable? The social philosophy of Colin Ward”; Journal of Political Ideologies, 12(1), 11–28.

sábado, 17 de enero de 2009

PORQUE VOTAR POR EL SI SEGUN SILVIA RIVERA


Manuel y Ricardo.

El viejo Jim Morrison dijo (cuando era joven): Los señores estan dentro de nosotros, nacidos de la pereza y la cobardia. No hay cobardia en el Ricardo, pero quizas algo de pereza. No hay pereza en el Manuel, pero quizas algo de cobardia. Ponerse de un lado o de otro de la balanza es por cobardia y por flojera, pues equivale a pensar que el espacio que se ha creado en Bolivia se debe al Evo y no a la gente que como don Luciano o como yo o como la Primitiva no se emailean ni en sueños y no piensan con sus cabezas separadas de sus chuymas. Yo boy a botar por el SI porke no ay mas remedio. Es simplemente una forma de darse el espacio para seguir pensando y construyendo el cambio sin que nos aturullen ni nos achicopalen los fusiles y otros objetos punzocortantes. Y para que no nos hagan arrodillar a la fuerza. Rezo todos los dias para que todo eso no vuelva a ocurrir mas. Pero ahora mi rezo es en aymara y se llama botar por el Si, asi, con mala hortografia. Solo para darnos un cacho mas de espacio, a ver si logramos estar a la altura de nuestra propia gente, de esa que como hormiga laboriosa o nina nina furiosa se subio al vagon de la historia para botarlo a la autopista y zapatear encima una cueca chapaca. Porque pensar no equivalga a negar que la ambicion, la pereza y la cobardia habitan tambien en el gobierno y en el propio Evo, porque son la marca de fabrica del estado. Porque pensar no equivalga a ponerle un florero al Ego, sino tambien reconocer que esos demonios y esos patrones viven felices en las concavidades de nuestras viditas, agazapados para que nos volvamos mala gente al menor descuido (me incluyo che, por algo tendre 60 años y el amor propio se me quedo en una esquina rosada cuando me tropece el otro dia).


Asi que no me confundas, no hay fiel de la balanza porque la politica es miope y maniquea y deja muy poco margen de maniobra para ser como somos: demonios que gozosos se meten a las iglesias a besar los pies de la mama Candicha. Bolivia cambia aunque cumpla o no cumpla el Evo. A el le decian Ego los cocaleros de base cuando yo marchaba con ellos por la carretera a LPZ bajo el bombardeo de los graffitis de la Donna Hrinak en 1998. Y asi y todo al sullkajilata Ebo lo considero un sintoma del cambio y no su artifice o factotum. El cambio es lo que los ch'ixis de este pais deberiamos celebrar en nosotros mismos y no en fulano o mengano o perengano que no son mas que peras colgadas del arbol del poder. No hay forma de avanzar si nos polarizamos, y yo creo que hay que dejar el espacio abierto para seguir cambiando, sin gastar tanta saliva en putear contra los perezosos, los cobardes y los que nos quieren ver en un silencio de tumba o de asamblea del partido comunista. O en una algarabia populista de falsos profetas y de falsas ñustas.


Que tal por ejemplo si hicieramos volar nuestra imaginacion mediante una especie de test virtual: al dia siguiente del Si o al dia siguiente del No que harias vos? Se acabaria el mundo? A la pachamama le daria dolor de barriga? Seguire rezando a todos los Uywiris y Achachilas (incluido Cristo y Buda y Marx, que son achachilas menores) por el fin del monolitismo, del monoteismo y del monismo. Y a la Pachamama por el fin del dualismo y del motociclismo. Y a Cristo, a Marx y a Buda por el fin de la saliva como forma de hacer politica.Un qhumantawi desde un lugar muy lejano, cerca a las piedras del camino. Silvia Rivera Cusicanqui

jueves, 15 de enero de 2009

Oackland en llamas


A comienzos de la mañana del día de Año Nuevo, en la ciudad de Oakland –Estados Unidos. fue asesinado el joven Oscar Grant por el agente de policía de la BART (Bay Area Rapid Transit) Johannes Mehser, tayendo una oleada de dolor a toda la Bay Area (la Bahía de San Francisco) y recordó a todos el racismo y violencia, componentes endémicos de la sociedad norteamericana. La respuesta fue una revuelta espontánea popular, que duró varios días. La policía, como siempre echa la culpa a los anarquistas. El presente texto es un análisis escrito en colaboración con un grupo de anarquistas con base fuera de Oakland que juntos estuvieron presentes en todos los momentos durante la rebelión.


Oackland en llamas. Anarquistas, solidaridad y nuevas posibilidades en la rebelión de Oackland

Kara N. Tina. Traducido por alasbarricadas.org

"Siento que mi coche fuera quemado, pero la causa es muy triste." Ken Epstein, ayudante del editor de Oackland Post, que estaba terminando un artículo sobre la muerte de Grant, vio desde el 12º piso de su oficina entre la 14 y la calle Franklin cómo su Honda CR-V del 2002 se desintegraba en un mar de llamas.

El asesinato de Oscar Grant por el agente de policía de la BART (Bay Area Rapid Transit) Johannes Mehserle a comienzos de la mañana del día de Año Nuevo trajo una oleada de dolor a toda la Bay Area (la Bahía de San Francisco) y recordó a todos ese racismo y violencia policia que siguen siendo componentes endémicos de la sociedad de los EE.UU.. Durante los días siguientes, este dolor se transformó en una ira desbordante cuando se comenzaron a difundir en internet y en los medios múltiples videos grabados por testigos del hecho. Una semana más tarde del 7 de enero, más de mil personas de distintas comunidades de toda Oackland y del Bay Area se juntaron para mostrar su enfado y estar en presencia de otra gente que sentía lo mismo.
Esta manifestación casi sin planearlo, cerró la comisaría de policía de Fruitvale donde tuvo lugar el crimen, cuando orador tras orador se iban dirigiendo a la multitud. Sin ningún plan u organización, la gran mayoría de los que estuvieron escuchando pacientemente a los oradores por más de dos horas llevaron la manifestación a las calles con un una marcha combativa que se dirigió al centro de la ciudad cuando el sol se ponía.

Cuando la marcha llegó a la comisaría de Lake Merritt y el cuartel de la policía en el centro, comenzaron inmediatamente los enfrentamientos dejando una furgoneta de la policía destrozada junto con un container ardiendo. Los manifestantes se dispersaron por las calles cuando se oían las armas de la policía descargar y el aroma del gas lacrimógeno en el aire. Las horas siguientes fueron testigo de oleadas de disturbios y manifestaciones en todo el centro de Oackland que llegaron a forzar al alcalde Ron Dellums a salir a la calle y prometer la apertura de una investigación por homicidio en un fallido intento de calmar a la enfurecida multitud. Al día siguiente, una junta de dirección de la policía se vio sobrepasada más allá de su capacidad con miembros de la comunidad expresando su rabia indignada, sintiéndose claramente respaldados y animados a hablar por la rebelión de la noche anterior.

En los días siguientes al suceso, comenzaron a circular rumores de que los anarquistas habían manipulado el evento que en condiciones normales habría sido pacífico, y que eran responsables de desencadenar la 'violencia'. Un artículo en la portada del San Francisco Chronicle dos días después de los disturbios citaba a un organizador de la manifestación de Fruitvale diciendo que fue llevado a las lágrimas cuando su trabajo fue "destruido por un grupo de anarquistas". Esta peligrosa y manipuladora narrativa oscurece lo que realmente sucedió y porqué, en aquella tarde, en las calles de Oackland se desencadenó una muestra tan poderosa de resistencia y solidaridad que dio a muchos un poderoso impulso de nuevas posibilidades radicales.
Es cierto que había anarquistas presentes desde el comienzo hasta el final el miércoles. En contra de algunas generalizaciones que asumen que todos los anarquistas son blancos, aquellos que estaban allá el miércoles venían de diversos entornos. Participaron en una amplia variedad de formas; desde difundir la convocatoria de la movilización para conseguir una amplia asistencia, a pasar horas pintando pancartas, participando en acciones callejeras militantes, siendo rodeados por la policía y en ocasiones golpeados y arrestados. Entre los más de 100 miembros de la comunidad detenidos hay anarquistas que ahora afrontan cargos que van desde disturbios menores a distintas acusaciones.

La juventud afro-americana componía la mayoría de las personas implicadas en las acciones junto con un buen número de anarquistas así como otros jóvenes de color y gente activista que estuvieron codo con codo. Durante los disturbios, había un sentimiento de unidad en el aire y un ambiente desafiante entre todos los que se encaraban a la policía. Los anarquistas tienden a aparecer en todas las manifestaciones preparadas para actuar si la situación va a más, y este caso no era diferente. Incluso es simplemente incorrecto sugerir que había algún tipo de conspiración de anarquistas de 'fuera' que fueron capaces de manipular a la desesperada juventud de Oackland como parte de sus siniestros planes. Esto es una mala lectura paternalista y desalentador de lo que fue, incuestionablemente, un flujo de rabia, liderado por la juventud de color, creando un momento de fortalecimiento extremo para los participantes en las calles. Aquí, se hicieron alianzas temporales mientras que aquellos que estaban motivados a actuar en el momento, experimentaron un intercambio cultural único que trascendió a la fronteras sociales inhibitorias del día a día.

Las acusaciones sobre una absorción anarquista son destructivamente engañosas. En el mejor de los casos vienen de la ignorancia y en el peor, representan una ideología del cambio social defectuosa y divisiva que encarna supuestos paternalistas y racistas sobre aquellos que se implicaron en las acciones. Culpar a los anarquistas de lo que ocurrió es robar a la juventud negra marginalizada y oprimida su capacidad de acción y el poder de resistencia que demostraron aquella noche. También ignora la remarcable diversidad y solidaridad única en las calles que crearon, una experiencia liberadora que va mucho más allá de una concentración o una marcha.
Hubo algunos momentos en que algún anarquista, a nivel individual, intentó influenciar en el curso de los acontecimientos, pero estos ejemplos aún no concuerdan con los relatos que tanto los medios corporativos como algunos organizadores han decidido contar. En ese momento un grupo de jóvenes negros que estaban rompiendo los escaparates de un negocio local se animaron a atacar grandes corporaciones y bancos en lugar de las tiendas de "papá y mamá". Procedieron a hacer simplemente eso. Anarquistas además de jóvenes activos, y animaron a la gente a empujar los contenedores y otros objetos a las calles para prevenir el avance de la policía, una táctica que recogieron y utilizaron. Otros ejemplos de este tipo de intercambio fue cuando los anarquistas sugirieron a los jóvenes que participaban en las revueltas que se pusieran pañuelos para tapar sus caras, se cambiaran de ropa durante los momentos de calma y otras tácticas para ayudar a evitar el arresto o la identificación. Sin duda, el intercambio fue recíproco puesto que los anarquistas sacaron valiosas lecciones en cuestiones de movilidad, evasión, etc, a medida que trabajaban junto con los jóvenes durante toda la noche.

Sin embargo, nada de esto hace suponer que los anarquistas tuvieran algún tipo de control o que por sí solos determinaran los sucesos que ocurrieron. La rabia y energía que transformó el centro de Oakland en un momentáneo campo de batalla llegó de aquellos que se sentían más directamente afectados por el régimen de estado policial racista. Ningún grupo tuvo el control sobre lo que se desarrolló. Fue una rebelion espontánea que se extendió orgánicamente desde las calles de Oakland y, en retrospectiva, los anarquistas jugaron un rol importante pero relativamente menor.

La destrucción de propiedades y la rabia que ardió en todo el centro de Oakland a ratos fue indirecta y acabó dañando algunos pequeños negocios y coches junto con objetivos corporativos como "Sears" y "McDonald's". Sin embargo, algunos de los momentos más poderosos paralelos a la destrucción, fueron los enfrentamientos con la policía y las concentraciones espontáneas y enérgicas de la gente en la calle que se negaba a ser dispersada. Fue durante esos momentos cuando las consignas de la multitud estallaron, recordándonos a todos aquellos que estábamos presentes cuáles eran las motivaciones de todos aquellos que tomaron las calles aquella noche: que la política directa pide justicia para Oscar Grant y resistencia activa contra el sistema de estado policial racista en los Estados Unidos.

Es importante recordar que ninguna persona fue atacada durante las acciones y no hubo noticias de luchas o refriegas entre los grupos de jóvenes que resistieron a la policía y destruyeron propiedades en la noche. En este sentido, la rebelión no fue violenta. Es perturbador ver cómo compañeros organizadores y miembros de nuestras comunidades han adoptado, sin sentido crítico, la retórica de la derecha en sus confusas denuncias de destrucción masiva de propiedades como "violencia".

Por otra parte, el Departamento de Policía de Oakland, que cada día acosa, intimida y golpea a la juventud de Oakland, estaba dejando salir violencia real, aquella noche. La policía abrió fuego contra la gente con diferentes tipos de proyectiles no letales y en algunos casos, disparó botes de gas lacrimógeno directamente al cuerpo de la gente. Un profesor de Berkeley High fue golpeado en la cara durante el arresto y pasó la noche en el hospital antes de ser llevado de vuelta al centro. Un hombre que tomaba fotos fue atacado por la policía y su casco para montar en bicicleta se rompió mientras le golpeaban. Durante el arresto masivo al final de la noche, 80 personas fueron forzadas por la policía a estirarse boca-abajo en la 20 con Broadway, incluida una mujer muy embarazada que estaba gritando de dolor.

Lo que se manifestó durante la rebelión de Oakland fue un momento de intercambio y transformación revolucionaria que raramente ocurre dentro de los rituales de la izquierda organizada de la Bay Area. Entre los "organizadores de la comunidad" blancos superados por la culpabilidad en una impotente política de servitud, activistas profesionales precupados en informes anuales y ciclos de subvenciones, y las sectas marxistas vanguardistas buscando continuamente la manera de usar la siguiente manifestación como circuito de reclutamiento, algunos radicales se encontraron en un desierto de pensamiento y actividad revolucionaria. Desde este estéril paisaje, es raro encontrar nuevas posibilidades para un cambio social radical mientras se combate el racismo y la constante opresión del capitalismo. Resistiendo a la policía hombro con hombro, destruyendo propiedades (aunque con diferente énfasis), ayudándose los unos a los otros a evadir el arresto, intercambiando tácticas y gestos de solidaridad que atraviesan las barreras raciales empujando el deseo de un movimiento revolucionario multi-racial de aquí en adelante... más de lo que cualquier ponente en una concentración podría jamás.
Los anarquuistas están muy acostumbrados a acusaciones de echar a perder manifestaciones dirigidas cuidadosamente, y en algunos casos es cierto y necesario. La rebelión de Oakland fue una historia diferente. Aquellos que están verdaderamente compromentidos con un cambio revolucionario en esta ciudad necesitan apreciar el significado de lo que se desarrolló en las calles aquella noche y necesitan moverse hacia adelante sin caer en las comunes trampas sectarias.

Este análisis fue escrito en colaboración con un grupo de anarquistas con base fuera de Oakland que juntos estuvieron presentes en todos los momentos durante la rebelión.

miércoles, 7 de enero de 2009

ANTONIO GARCIA BARON HA MUERTO





A Antonio García Barón. In Memoriam

“El hombre es un pájaro de alas cortas. Yo en el Quiquibey he sido uno de alas largas, sin jaula”

Conozco con algún retraso la muerte del compañero Antonio García Barón acaecida el pasado día 17 de noviembre en Bolivia. A pesar de que contaba con 86 años, su muerte no ha dejado de soprender a aquellos que le conocíamos. Porque Antonio siempre fue un auténtico superviviente, un hombre duro.....de otra pasta

Formó parte de una generación que vivió en primera persona los principales acontecimientos de un siglo especialmente convulso. Aquellos tipos rozaron con las puntas de los dedos la utopía y pagaron con creces tamaña osadía. Perdieron y las pasaron canutas, pero ni se vendieron ni claudicaron. Ni tan siquiera se les oyó lamentar su amarga suerte.

Pero Antonio fue aún más allá y siguió batallando. Derrotada la sociedad de iguales, luchó por su propia libertad con un solo objetivo: Vivir al margen de las leyes de los hombres y sus miserias; lejos de sus amos y sus dioses. Y no cejó en su empeño hasta conseguirlo.


SEMBLANZA DE UN HOMBRE LIBRE

Antonio García Barón nace en Monzón, tierra proclive a las ideas libertarias, allá por el 1922. Con apenas 14 años, abandona el violín y agarra el fusil para subirse en marcha al vertiginoso tren de la Revolución cuando la Columna Durruti pasa por su pueblo. Combate al fascismo casi hasta el último día de la guerra conociendo, ya al otro lado de la frontera, la “hospitalidad” del gobierno socialista francés en forma de infames campos de concentración.

Se apunta a los batallones de trabajo del ejercito galo para salir de aquel terrible confinamiento y asiste en primera línea a la retirada aliada de Dunquerque. Apátrida, paria entre los parias, es rechazado cuando intentan subir a los barcos ingleses cayendo en manos de los nazis.

Merced a los turbios y siniestros acuerdos entre Franco y Hitler, dará con sus huesos en Mauthausen, al igual que varios miles de “rojos” españoles. El infierno de la Iglesia no existe, pero sin duda aquel era el de los humanos. Cuatro años y medio de torturas, de olor a carne humana quemada, del dolor del hambre. Antonio, ya un esqueleto humano con número, el 3422, ve desde su barracón las largas colas de judíos que marchan sumisas y ajenas a su suerte hacia las duchas letales.

El descenso a los infiernos no hace de Antonio peor persona....ni más sumisa. Llega la liberación y consigue un buen trabajo en París pero no es capaz de adaptarse a la nueva vida. Busca un territorio virgen donde empezar de cero, hastiado de injusticias y podredumbre humana. Gastón Leval le pone en la pista: la Amazonia boliviana.

No era hombre, Antonio, de pensarse las cosas dos veces. Se planta a orillas del rio Quiquibey y elige un pedazo de selva a varios días de navegación del pueblo más cercano. Desbroza y domeña la jungla; lidia con jaguares, alimañas, autoridades locales corruptas, indios hostiles y un cura aún más hostil, hasta conseguir establecerse. Constancia y empuje, sin arredrarse ante nada..... a la selva no le queda más remedio que hacerle un sitio.

Crea una familia y vive en paz consigo mismo y con un entorno duro pero enriquecedor. Sale cada día a “la despensa” a buscar alimento, caza y pesca y vive en armonía. Pierde una mano manipulando una trampa para jaguares pero le queda la otra y, sobretodo, una voluntad inquebrantable.

Y desde ese confín del mundo mantiene un cordón umbilical con el mundo: su transistor. Está al tanto de revoluciones maleadas, guerras y hambrunas. Se indigna y mantiene viva y con fuerza su rebeldía contra los poderosos y sus sempiternos desmanes.

Tuve el placer y la suerte de conocer a Antonio en la fase final de su vida. Lo visité dos veces y lo acompañé en su regreso a España a principios de milenio, seis décadas después de su partida hacia el exilio.
Recuerdo a Antonio subido en las largas cintas transportadoras del aeropuerto de Miami, donde nuestro vuelo hizo trasbordo. Acababa de dejar el Amazonas (después de cincuenta años de aislamiento) y se encontraba sumergido en la vorágine de uno de los aeropuertos con más tránsito y movimiento del mundo. Pero a él poco podía sorprenderle ya. Había visto cosas que pocos creerían y no noté en su semblante señal alguna de asombro ante aquella Babel humana y tecnológica.

Arregló unos asuntos familiares en Monzón, dió diferentes charlas en la Península y Mallorca y en cuanto pudo regresó a su cabaña a orillas del Quiquibey. En ningún momento se vio tentado a quedarse a vivir en España. Éste ya no era su mundo, su hogar estaba en la selva y en ella quería morir.

Caigo ahora en la cuenta de que nunca pensé en su muerte porque inconscientemente creía que los tipos como él no se morían. Siempre fue dueño de su destino y sorteó a la parca en varias ocasiones durante su intensa vida, así que no podía irse de cualquier manera. Aquejado de glaucoma tenía en los últimos años grandes dificultades para ver. Abandonó su tierra y se trasladó con su mujer al pueblecito de San Buenaventura. Él que devoraba libros y que acostumbraba jugar al ajedrez, que nunca dependió de nadie, que fue fuerte y autónomo, se sintió un estorbo, una sensación totalmente desconocida para él. Algo en su interior dijo basta. Comunicó a sus allegados que no seguía, que se marchaba. Y por primera vez en su vida dejó de luchar y bajó los brazos. A partir de ese día no ingirió alimento alguno y se fué despidiendo de la familia y de la vida. En dos semanas su enorme fuerza se apagó.

Hoy reposa a orillas del caudaloso Beni un hombre libre. Que la feraz tierra roja del Trópico boliviano le sea leve.


Pedro de Echave
(Guindilla)