LA POLÍTICA DE LA TELEVISIÓN
Jorge Zabala
Prólogo del editor
A pesar de la brevedad del artículo “La política de la televisión”, escrito
por Jorge Zabala en 1989, encuentro más de una problemática, e ilustra la
originalidad de su pensamiento. El presente ensayo, es parte del esfuerzo por comprender
e interpretar el pensamiento zabaliano. Y disfrutar de su lectura.
Como Jorge Zabala, Umberto Eco fue muy crítico de la
televisión y la cultura de masas. Ya en 1983 había afirmado, “(r)omántica o científica, la T.V. está con nosotros, nos
influye y roba nuestro pensamiento” (Zabala/Agrícola, 1983). Y es el tono del comentario que el escritor cochabambino realiza del libro de
Eco, en 1989, al inicio de su columna. Se trata de “Estrategia de la ilusión”,
originalmente publicado en 1983.
Eco analiza lo que denomina “industria de lo falso”, particularmente en
EEUU; Disney World podría ser un ejemplo donde, según Jorge, “la risa y el
llanto se confunden”. La hiperrealidad norteamericana es la expresión mayor de
lo falso absoluto, la mentira total. Al mismo tiempo, esta ilusión o
irrealidad, produce realidad, y la televisión es uno de sus paradigmas. Para
Eco, la televisión, no describe hechos, sino que los produce, diluyendo la
información y la ficción, en una puesta en escena; la TV habla menos de los
hechos y más de sí misma.
Parte de la “industria de lo falso”,
sería su consideración de los telediarios, donde, el o la lectora de las
noticias, debe mantener una sonrisa a medias; Zabala denomina “efecto Gioconda”,
un verdadero dispositivo “para ahogar las noticias”.
Y una clásica frase Zabaliana: Para
los futuristas la guerra era la “única higiene del mundo” para calmar
los horrores corrientes, de una información embrujada.
La televisión, al ser el medio de comunicación más importante en los 80’s,
un dispositivo lingüístico de flujo de información, tendría una fuerte
influencia en las prácticas y comportamientos culturales, tomando en cuenta la
“situación social del destinatario y las disposiciones psicológicas del momento”.
Destaca como la TV diseña sus programas en función a nichos o franjas de
mercado, según situación social, educación, disposiciones psicológicas; en la
era digital, esta tendencia se ha profundizado como criterio de funcionamiento
del mercado. El tipo de información que difunde, apunta el librepensador
cochabambino, es “política” y de “crónica” (deportiva o cultural), resúmenes y
entrevistas.
La ficción generada por la TV, tiende a ““suspender la incredulidad”, su
importancia es cultural y su técnica parabólica”, afirma en una típica frase
zabaliana. A través del presentador, sostiene, se “asegura un sentido de
realidad”. Para ello, la TV incorpora al televidente, lo convierte en sujeto de
comunicación; la presencia del teléfono en el set, nos dice Jorge, es el medio.
En ese periodo, era el dispositivo por el cual la gente común se involucraba en
el proceso comunicacional, de tal manera que, “televisión y el público sean
uno, solo, el nosotros y el vosotros un todo”.
Para Marshall McLuhan, “posiblemente, uno de los efectos de la tecnología
de Gutenberg haya sido la separación de los sentidos y la consiguiente
interrupción de su interacción en sinestesia táctil” (McLuhan, 1961:34). En el
arte, y citando a Hildebrand, argumenta que “...la tactilidad es una especie de sinestesia o
interacción de los sentidos y, como tal, la esencia de los más ricos efectos en
arte. Porque las imágenes escultóricas de contornos poco definidos obligan al
espectador a desempeñar un papel de participación activa” (Ídem, 1962:74).
Sinestesia hace referencia a la interacción de los sentidos. Efectivamente,
la sinestesia es una noción importante en el argumento de McLuhan en La
Galaxia Gutenberg. Habla de “nuestra tendencia
actual hacia la sinestesia y la riqueza audio táctil de la experiencia…” (Ídem, 1962:81-82). Recuerda que el lenguaje de Joyce, en Finnegans Wake “sólo se hace
vivo cuando se lee en voz alta, creando una sinestesia o interacción de los
sentidos” (Ídem, 1962:143). Las
emociones en interacción, están relacionadas “a la sinestesia, o interacción de
los sentidos. Por eso, le parece correcta la definición de Huizinga, de la
última parte de la Edad Media “como la de un período de violencia emocional y
decadencia, así como de intensa tendencia visual” (Ídem 1962:231). La
imaginación es aquella proporción entre las percepciones y las facultades que
se da cuando no están encamadas o exteriorizadas en tecnologías materiales.
Cuando así se exteriorizan, cada sentido o facultad se convierte en un sistema
cerrado. Antes de darse tal exteriorización, hay una completa interacción de
experiencias. Esta interacción o sinestesia es una especie de tactilidad, tal
como Blake la buscó en la línea de contorno de la forma escultórica y del
grabado” (Ídem, 1962:422).
McLuhan era optimista de las posibilidades comunicativas de la TV. Para McLuhan,
la tactilidad del nuevo ambiente eléctrico es reactivada por el entonces
nuevo medio, particularmente por la TV, agente táctil que transforma la
conciencia de la gente. Al implicar a todos los sentidos simultáneamente, la TV
exige “participación, implicación y compromiso, puede envolver a toda una
población en un proceso ritual, siendo capaz de lograr una amplia participación
colectiva en un acontecimiento determinado...” (Colina, s/f). Como afirmaba
McLuhan: "La TV proyecta las imágenes sobre usted. Usted es la pantalla.
Las imágenes lo envuelven. Usted es el punto de visión. Esto crea una especie
de interioridad, algo así como una perspectiva invertida, que tiene mucho en
común con el arte oriental".
En la Edad Media, la Iglesia era la dueña del conocimiento y la información,
sintetizada, retratada en las catedrales, por tanto, convertida en “el gran
libro de piedra, la televisión de la Edad Media”. Zabala ironiza con la
sinestesia del sistema nervioso y su relación con fenómenos como la TV, la
“audición coloreada”, formando una imagen de mosaico que corresponde a una Edad
Bizantina y equívoca. Es la TV convertida
en “el gran libro de piedra”, como las catedrales medievales.
Retornando a Umberto Eco, Zabala señala que el semiólogo italiano no llega
al pesimismo de Giambattista Vico; por el contrario, “intenta exorcizar el mal
gusto” de estos medios, “con sentido del humor italiano”.
¿Y de qué trata el pesimismo de Vico? Influido por la mitología griega,
pensaba que, en la historia operan ciclos o eras “de refinamiento y logros civilizados dentro eras de nueva
barbarie”. Un ejemplo, nos dice Jorge, es que, a la caída de Roma, siguió “la
Edad Oscura” medieval.
Efectivamente, al inicio, afirma Vico, “los hombres, movidos por el miedo,
crearon los dioses, naciendo así el primer estadio de la civilización, la «edad
de los dioses»”. Cuando los padres de familia debieron concertar “para dominar
a los siervos”, dio origen a los
órdenes patricio y plebeyo. Así nació el
“segundo estadio de civilización o «edad de los héroes». Los plebeyos
fueron conquistando privilegios a los héroes, dando paso al último de los
ciclos, la «edad de los hombres», caracterizada por las repúblicas
democráticas. Pero, la igualdad acarreó el declinar del espíritu público y la
decadencia acompañó a este proceso de humanización. Así se regresa a la
barbarie, como ocurrió al final del imperio romano” (Josep Carner, 1941:2).
Para Zabala, estamos viviendo una
época de caída, de “nueva barbarie”. Lo expresa la “época industrial y la
televisión que va con ella”. Siguiendo a Eco, afirma que estamos viviendo una
Nueva Edad Media.
El escritor
cochabambino hace referencia a un ensayo de 1973, escrito por Umberto Eco, “La Edad Media ha comenzado ya”.
Entre los rasgos que señala, se halla el derrumbe de una gran Paz a nivel
internacional: “(U)n gran poder estatal internacional que había unificado el
mundo en cuanto a lengua, costumbres, ideologías, religiones, arte y tecnología
y que, en determinado momento, por su propia complejidad ingobernable, se derrumba (Eco, 1974: 15), generando una
sensación general de inseguridad. La «Inseguridad» es una palabra clave” para
Eco, y la ubica dentro del cuadro de las angustias milenaristas: el mundo está
a punto de acabarse, una catástrofe final pondrá fin al milenio… el miedo al
fin… Por lo que se refiere a nuestros días, los temas, que se repiten una y
otra vez, de la catástrofe atómica y de la catástrofe ecológica (además de la
presente) bastan para indicar vigorosas corrientes apocalípticas” (Eco,
1974:23).
Asimismo, las ciudades no son devastadas por “bárbaros beligerantes ni
resulta devastada por incendios”, (pero), sufre de escasez de agua, de crisis
de energía eléctrica disponible, de parálisis…” (Ídem, 1974:21). Por otro lado,
la Europa medieval estaba surcada por caminos de peregrinaje…, de igual forma
que nuestros cielos están surcados por líneas aéreas que hacen que sea más
fácil ir de Roma a Nueva York que de Spoleto a Roma” (Ídem, 1974:22-23).
Complementariamente, en “esos territorios dominados por la insecurttas, vagan
bandas de marginales, místicos o aventureros” (Ídem, 1974:24).
A los temas señalados con la “medievalización del territorio”, “síntomas
del desorden y la disipación latina”, Zabala añade la “búsqueda de la felicidad
química”, las drogas y las diversas formas de alterar los sentidos. En el
medioevo, los alquimistas encuentran el alcohol (Escohotado, 1989:61).
Asimismo, aparece la bruja, vinculada a “fármacos, pero además de confeccionar
cosméticos, filtros y remedios, usa ungüentos para inducir vuelos mágicos y
otras operaciones típicas del chamanismo y la hechicería de posesión”
(Escohotado, 1989:123).
En una época industrial desacralizada, y bajo “la sombra de satélites
futuristas”, los medios de comunicación constituyen un nuevo discurso
religioso, un “retorno de los dioses”. Pero también lo es, afirma Zabala, la
síntesis cultural brasilera, entre el “carnaval y el fútbol”.
Ahora bien, ¿a qué se refiere Jorge, cuando habla del “Giambattista Vico”? También
llamada “hipótesis de Sapir-Whorf”, proviene del campo de la lingüística, y está relacionada con la influencia de un determinado idioma, con sus
estructuras gramaticales y su léxico, sobre la visión del mundo de una
comunidad lingüística: “la lengua da forma al pensamiento”, nos dicen. La estructura del lenguaje que habla una persona
condiciona su forma de pensar. En suma, Whorf asigna
una primacía a la lengua, dentro de los demás elementos que constituyen la
cultura (Carr, 2007:15).
En este artículo, Zabala realiza originales consideraciones sobre el fútbol.
Combinado con el carnaval, es parte del “sincretismo brasileño”, de su
mestizaje. Más aún, el balompié es una afición “agonística”.
Esto es, una relación antagónica entre dos equipos, donde opera la recíproca
incitación y lucha, una
permanente provocación (Foucault, 2001/1982:254). Zabala compara la disputa
futbolística con el doble rostro de Jano, dios protector de la ciudad de Roma; “que
evidencia la doble naturaleza de cada uno” (Chinchilla, 2015). Es el yin y
el yang que se encuentran. Dicen que “Jano podía ver el futuro y el pasado.
La guerra y la paz” (Chinchilla, 2015). En este caso, como finaliza el
partido. Es el sentido de su afirmación de que el discurso deportivo es
el sucedáneo más fácil del discurso político sobre la Ciudad y sus fines. Un
espacio de disputa y encuentro a la vez.
Pero, la
imaginación de Zabala desborda. Como buen hombre de teatro, compara la
transmisión de un partido, con una “puesta en escena intencional”. Zabala venía
de la cultura de la radio, desde los 60’s, donde los relatores, con su
actuación oral, hacían soñar el partido. Carlos Dalence, Toto Arévalo,
Oscar Galdo, para mencionar algunos.
Y luego, destaca el lado oscuro del deporte, como engrandecedor, exaltador de
la “agresividad”, donde se eleva a un grado superior a la “fuerza” sobre la
“inteligencia”. Más aun, “el deporte mejora la raza”. Y el jugador, nos dice el visionario escritor,
seguramente viendo la creciente homogeneidad de tácticas, culto al físico
frente a la inteligencia, desincentivo al jugador técnico, en favor del equipo,
le lleva a decir que este se halla en “un proceso en serie, con la homogeneidad
y continuidad”.
Finalmente, una
apostilla sobre lo que denomino frase zabaliana. De acuerdo a la Enciclopedia
Británica, uno de los sentidos de la palabra nonsense es aquel lenguaje
que no tiene sentido, o tiene resistencia a cualquier interpretación racional o
alegórica (https://www.britannica.com/art/nonsense-verse). Implica que el
escritor vea la realidad desde el otro lado, con humor, con una alta capacidad de
preguntar ¿y si? ¿Y si todo fuera al revés, o incluso si se cambiara sólo este
pequeño detalle? En un texto del nonsense, el lector exclama: "¡Pero no es
posible que sea así!" (Jennings, 1979:16-19).
En la literatura
anglosajona, existe una larga tradición del nonsense, poemas o prosa que
no tienen sentido, significado o ideas inteligibles. Una expresión es Lewis Carroll. En A través del Espejo, luego de leer el poema del Galimatazo (Jabberwocky), Alicia dice “—Me parece muy bonito —… sólo que es algo difícil
de comprender… Es como si me llenara la cabeza de ideas, ¡sólo que no sabría
decir cuáles son! (Carroll, 2004/1871:20). Lo que denomino frase zabaliana es muy
próxima al nonsense carroliano: aquel texto rizomático, con agudo sentido del
humor, donde cabe más de un tema o idea, no necesariamente conectada una con
otra Es similar la sensación que el lector tiene, luego de leer una frase de
Jorge Zabala; nos está diciendo muchas cosas, nos conmueve, solo que no
llegamos a descifrarlas.
Carlos Crespo Flores (INCISO-FACSO)
2023
Bibliografía
Carr, David Charles (2007) “La hipótesis Sapir-Whorf: una evaluación
crítica”. Caleidoscopio. No 22, pp. 7-26.
Carroll, Lewis (2004) A través del espejo. Y lo que
Alicia encontró allí. Buenos Aires: Ediciones del Sur. 155 pp.
Chinchilla Sánchez,
K. (2015). Jano: El dios de los inicios y el dios de las puertas. Revista
De Filología Y Lingüística De La Universidad De Costa Rica, 26(1),
227–241. https://doi.org/10.15517/rfl.v26i1.21013
Colina, Carlos Eduardo (s/f) McLuhan y las tecnologías de la
comunicación. HUMÁNITAS.Portal temático en Humanidades. http://www.uco.es/ciencias-juridicas/filosofia-derecho/diego/nuevode/doctorado/comunicacion/McLuhan.pdf
Eco, Umberto (1974) “La Edad Media ha comenzado ya”. En U. Eco et. al, La
nueva Edad Media. Madrid: Alianza. Pp. 9-34.
Escohotado, Antonio (1989) Historia general de las Drogas. Madrid:
Alianza Editorial.
Foucault, Michel (2001/1982) “El sujeto y el poder”. En Hubert L. Dreyfus
& Paul Rabinow, Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la
hermenéutica. Posfacio de Michel Foucault Con una entrevista a Michel Foucault.
Buenos
Aires: Ediciones Nueva Visión. Pp. 241-259
Jennings, Paul (1979) “Introduction”. En Paul Jennings (editor) The
Book of Nonsense. London: William Collins. Pp. 15-22.
Mautner, Thomas (2000) The Penguin
Dictionary of Philosophy. London: Penguin Books.
MacLuhan, Marshall (1962) La Galaxia
Gutenberg. 1998.
Zabala/Agrícola, Jorge (1983) La TV tiene alma?. Los Tiempos,
18/VI/83’.
yyyyyyyyy
Umberto Eco explora lo falso
absoluto, donde la risa y el llanto se confunden. Es la industria de la
televisión y la cultura de masas que investiga en su libro "Estrategia de
la Hiperrealidad" (1986) donde intenta exorcizar el mal gusto con sentido
del humor italiano; sin caer en el pesimismo de Vico, que privilegiaba la
historia y sus diversas fases derivadas de la mitología griega, reconociendo
que la sociedad recae de eras de refinamiento y logros civilizados dentro eras
de nueva barbarie. La Edad Oscura que siguió la caída de Roma son un ejemplo.
Así tal vez sea nuestra propia época
industrial y la televisión que va con ella. En esta Nueva Edad Media asistimos
a la medievalización del territorio, no otra cosa son los castillos y las
guerrillas, la erosión, la angustia del milenio, que va en pos de la felicidad
química, esos eran los síntomas del desorden y la disipación latina. La
catedral era el gran libro de piedra, la televisión de la Edad Media, el
archivo de lo fantástico. Los medios de masas marcan el retorno de los dioses,
ante la soledad y la mecanización americanas o el sincretismo brasileño, mezcla
del carnaval y el futbol, bajo la sombra de satélites futuristas.
La información es aún una industria
pesada En el código de Whorf nuestras categorías conceptuales están en parte
determinadas por la estructura de nuestra lengua nativa. O dicho de otro modo,
la televisión es la ideología industrial avanzada. El código es la
situación social del destinatario una educación recibida y las disposiciones
psicológicas del momento. La información tiende a ser política, de
crónica de sucesos deportivos, culturales o resumen y entrevista. La ficción
tiende a "suspender la incredulidad", su importancia es cultural y su
técnica parabólica. El presentador asegura un sentido de realidad a un
programa difuso. El teléfono hace que la televisión y el público sean
uno, solo, el nosotros y el vosotros un todo.
La manía del fútbol es un
acontecimiento que sucede por razones agonísticas. Se lo identifica con Jano,
el dios de las dos caras. La transmisión interpreta el partido, a través
de una puesta en escena intencional. El deporte mejora la raza, sublima la
agresividad en un sistema y la fuerza en inteligencia. El discurso deportivo es
el sucedáneo más fácil del discurso político sobre la Ciudad y sus fines. El
jugador está en un proceso en serie, con la homogeneidad y continuidad. En los
telediarios el efecto Gioconda es una sonrisa en medio de grandes risas,
para ahogar las noticias. Para los futuristas la guerra era la "única
higiene del mundo” para calmar los horrores corrientes, de una información
embrujada.
El hallazgo de McLuhan es que una
sinestesia permea todo el sistema nervioso y nos da fenómenos como la
"audición coloreada", formando una imagen de mosaico que corresponde
a una Edad Bizantina y equivoca.
Los Tiempos, 11 I 89’
Zabala pone como título “Estrategia de la
Hiperrealidad”, y data 1986 como fecha de edición, en español.
El texto aparece también en la versión española de
“Estrategia de la ilusión”, versión que seguramente Zabala leyó.
Por ejemplo, la percepción que uno tenga del tiempo y la puntualidad
depende de cuántos tiempos verbales distinga su lengua materna. En casos
extremos como la lengua hopi, hablada por algunos indios de Arizona, no hay
tiempos verbales y, por tanto, pensaba el lingüista, esos indios carecen de
concepto de tiempo. Es lo que se conoce como hipótesis de Whorf: las ideas
humanas están moldeadas por la gramática.
https://elpais.com/diario/2004/08/24/revistaverano/1093298417_850215.html
En filosofía
política, el agonismo (del griego ἀγών, agón, "conflicto,
disputa"). Es una teoría política que enfatiza los aspectos potencialmente
positivos de ciertas (pero no todas) formas de conflicto político, difiriendo
de la descripción de la democracia como la búsqueda de consensos. Acepta
la existencia de un espacio permanente para tal conflicto, pero busca mostrar
cómo se puede aceptar y canalizarlo positivamente.
Controlaba, protegía,
los ingresos y salidas de la ciudad.