Ahora estoy trabajando
en el río Irrawady. Los ríos nos cuentan lo que el Homo Sapiens y los Estados
hacen a los fenómenos naturales en el mundo. La ingeniería y el represamiento muestran
cómo los humanos trabajan, violan el movimiento de la naturaleza o las aves
migratorias y también cómo los humanos dan forma a las tierras. El río Irrawady
es la autopista de la cultura birmana. Puedes subir y bajar kilómetros y aún
encontrar la misma cultura. Pero si vas 20 millas hacia las colinas, es una
cultura completamente diferente.
Las culturas se
cementan con el agua, como mostró Fernand Braudel con su trabajo en el
Mediterráneo. La integración a través de las aguas forma el conocimiento de
unos a otros. En 1800 antes del barco de vapor, era más rápido ir de Londres a
Sudáfrica, que por diligencia de Londres a Edinburgo, por lo que la gente
viajaba por mar.
Los mapas nos engañan
y es por eso que las juntas de agua son cruciales. Los estados antiguos siempre
se construyen cerca de ríos, costas o planicies aluviales, lo que permite la
agricultura (agricultura en terrazas, por ejemplo) y la independencia de otros
sistemas.
P: Hablando de agua,
¿cómo vería a los grupos que intentan escapar del sistema estatal
contemporáneo, como los piratas, algo que se discute en Zomia, el libro que escribió acerca de la gente de las montañas que
escapan del Estado en todo el sureste de Asia y el Himalaya?
J.S .: ¡Si tuviera
otra vida, trabajaría en la Zomia húmeda! Los pantanos, las marismas y las
costas de manglares son lugares donde las personas huyen y se esconden todo el
tiempo.
Veamos los cimarrones
del tenebroso Gran Pantano, en la frontera de Carolina del Norte y el norte de
Virginia en los Estados Unidos. Al comienzo de la guerra civil, eran 7.000
esclavos fugitivos que vivían en los pantanos. Muchos nacieron allí sin haber
visto nunca a un hombre blanco. Algunos no pudieron llegar a Canadá, así que
fueron al pantano para que nadie pudiera encontrarlos. Los pantanos tenían
mucho que ofrecer: caza y recolección, así como la cultura del maíz.
En las aguas de
Malasia vemos patrones similares. El Orang Laut, los gitanos del mar, han
estado huyendo del Estado gracias a sus barcos. De vez en cuando trabajaban
como mercenarios marinos o "corsarios", vendiendo sus servicios a los
sultanes malayos, pero estaban libres del Estado Nación. También viajaban y
vivían de una manera casi imposible de rastrear.
Los océanos, al igual
que las colinas, son espacios abiertos que dificultan a los Estados el
reclutamiento, imponer impuestos o limitar su libertad.
(2018)
Traducción: CCF
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