viernes, 25 de febrero de 2011

Movimientos sociales y autonomía según Raúl Zibechi

Raúl Zibechi se halla entre los intelectuales latinoamericanos que han valorado la importancia de la autonomía para los pueblos indígenas, como mecanismo “para proteger su cultura, su cosmovisión, su mundo como algo distinto y diferente al mundo hegemónico”. (Zibechi, 2007: 129). Afirma que la autonomía o la autodeterminación suponen el derecho de los pueblos a gobernarse a sí mismos en todos los aspectos: «decidir su forma de gobierno propio, su vida sociocultural y su organización económica» (Zibechi 2007:141)

Desde una visión latinoamericana de los llamados nuevos movimientos sociales, ha incluido entre los patrones que los caracterizarían, la búsqueda de la autonomía, “tanto de los Estados como de los partidos políticos, fundada sobre la creciente capacidad de los movimientos para asegurar la subsistencia de sus seguidores” (Zibechi, 2007:23; ver también Zibechi, 2003). Según el intelectual argentino, “los comuneros, los cocaleros, los campesinos sin tierra y cada vez más los piqueteros argentinos y los desocupados urbanos, están trabajando de forma consciente para construir su autonomía material y simbólica”. (Zibechi, 2007:23)

El 2007 creía que el debate sobre el estado se iba a profundizar en los movimientos sociales “en la medida en que las fuerzas progresistas lleguen a ocupar los gobiernos nacionales” (27), y con optimismo afirmaba “parece ir ganando fuerza, como sucedió ya en Brasil, Bolivia y Ecuador, la idea de deslindar campos entre las fuerzas sociales y las políticas. Aunque las primeras tienden a apoyar a las segundas, conscientes de que gobiernos progresistas pueden favorecer la acción social, no parece fácil que vuelvan a establecer relaciones de subordinación. (Zibechi, 2007:27)

Incluía a Bolivia entre los países que luego de “una década larga de levantamientos, revueltas y motines”, se ha logrado “ la ampliación de los espacios de autonomía de hecho, no instituidos”.

“La región boliviana que circunda al lago Titicaca –donde se establecieron los cuarteles generales aymaras– y la propia ciudad de El Alto se hallan entre los lugares mencionados por el autor, que “presentan la forma de territorios donde se practica una autonomía implícita, en espacios donde el Estado nacional tiene poca o nula incidencia (habiendo sido explícitamente expulsado como en el caso boliviano) o está siendo sustituido por las redes de supervivencia de la población. La existencia de estos espacios es lo que ha permitido a los sectores populares sobrevivir a los efectos aniquiladores del neoliberalismo…” (Zibechi, 2007:90).

Zibechi observa una perspectiva no estatalista en el pueblo ayamara: “El sector aymara, liderado por Quispe y la central campesina (CSUTCB), pero que cuenta con fuerte apoyo en las juntas vecinales de El Alto (FEJUVE), tiene como objetivo la construcción de la «nación aymara». … no hablan de Estado sino de nación; no pretenden ocupar o tomar el Estado boliviano sino sustituirlo por una nación autogobernada por las comunidades. Estamos ante un proyecto muy diferente, mucho más radical que los que defienden los indios chiapanecos y ecuatorianos, pero también mucho más difícil de implementar. Por esa razón, la relación de los aymaras con el Estado boliviano es muy conflictiva y sin aparente solución de no mediar una guerra civil social que, de
hecho, ya han declarado”. (Zibechi, 2007:285-86).

Dos comentarios:

1. Para los pueblos indígenas y sistemas autogestionados, la autonomía es el principio orientador de las luchas contra el estado, forma parte de la historia larga de resistencia anticolonial y postcolonial, por tanto no es un rasgo particular de las llamados “nuevos movimientos sociales”. Al provenir de la tradición marxista, Zibechi esta analizando como novedad algo que los anarquistas han estado diciendo y practicando mucho tiempo ha. La Federación Obrera Local (FOL) en las primeras décadas del S XX estaba apoyando las luchas indígenas aymaras por defender la autonomía de los territorios indígenas frente a la expansión y despojo por parte de los “k’aras” criollo mestizos, mientras la izquierda estaba conspirando para derrocar gobiernos y “tomar el poder” a nombre de los indios.

2. Zibechi ha sido optimista del proceso Evo Morales, considerado como una “fuerza progresista en el gobierno”. Espero no lo sea más. Este optimismo no le ha permitido visualizar la cooptación que ha sufrido organizaciones como la CSUTCB, vulnerando la autonomía que el autor correctamente destaca.


Fuentes:
Zibechi, Raúl (2007) Autonomías y emancipaciones. América Latina en movimiento; Lima: Programa Democracia y Transformación Global/UNMSM; 314 pp.
Zibechi, Raúl (2003). Los movimientos sociales latinoamericanos: tendencias y desafíos. En: OSAL : Observatorio Social de América Latina. No. 9 (ene. 2003- ). Buenos Aires : CLACSO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una aclaración: cuando Zibechi habla de "fuerzas progresistas" o de "progresismo", no lo dice como conceptos valorativos, sino más bien como categorías de análisis. Es su forma de llamar a los nuevos gobiernos latinoamericanos de centroizquierda, de la misma manera que el trotskismo los llamará "nacionalistas burgueses" o "bonapartistas". De hecho, varias veces ha señalado que dichos gobiernos "progresistas" han mantenido el neoliberalismo, etc.