martes, 18 de diciembre de 2012

Reflexiones sobre las "Zonas temporalmente autónomas"





IMAGENES. 1. Colin Ward. tapa del número de homenaje de la revista Anarchist Studies (2011). 2. Hakim Bey (también conocido como Peter Lamborn Wilson). 3. El texto más conocido de Bey,  Zona Temporalmente Autónoma (TAZ por su sigla en inglés)

Tengo una larga lista de libros que me gustaría leer o escribir y que por razones ordinarias, como por ejemplo tener un bajo sueldo, me quedo en casa a que alguien me los compre o escriba, dando una falsa imagen al exterior. Eso explica porqué anarquistas de varios países, como Francia, Alemania, los Países Bajos e Italia [y ahora Iberia], me han pedido mi opinión sobre los puntos de vista de Hakim Bey.

Me he avergonzado durante mucho tiempo del hecho de no tener ninguna idea sobre quién es y cuales son sus opiniones. Muchos de nosotros, incluyéndome a mí, vacilamos en revelar el extenso alcance de nuestra propia ignorancia. Ha habido dos fuentes que me han explicado de lo que hablaba. Uno, por supuesto, es el inestimable artículo publicado en Freedom “Food for Thought...and Action!” (1997), y el otro es el libro de Murray Bookchim Social Anarchism or Lifestyle Anarchism: An Unbridgeable Chasm (1995).

Bookchin y yo tenemos maneras opuestas de hacer frente a la gente que tiene ideas conectadas, en cierta forma, con las nuestras pero con quienes discrepamos. La suya consiste en pulverizarlas con la crítica de modo que no vuelvan a emerger. La mía sigue la actitud de Paul Goodman, quien por cierto había sido objeto del desprecio de Bookchin. A Goodman le gusta explicar lo siguiente:

Tom le dice a Jerry: “¿Quieres luchar? ¡Cruza esta línea!” y Jerry lo hace. “¡Ahora”, grita Tom, “estás en mi lado!”. Dibujamos la línea en sus condiciones pero procedemos en nuestras propias condiciones.

Como propagandista encuentro generalmente más útil proclamar como compañeros a gente cuyas ideas son parecidas a las mías, y así fortalecer nuestra posición frente a objetivos comunes, en lugar de debilitarnos.

Lo que he aprendido del libro de Bookchin es que el libro de Hakim Bey se titula TAZ: The Temporary Autonomous Zone, Ontological Anarchism, Poetic Terrorism (1991), que el nombre verdadero del autor es Peter Lamborn Wilson, y que su libro contiene un montón de conceptos y nociones que a la gente de la generación de Bookchin/Ward no atraería. Murray pregunta, después de la demolición que hace, “¿Que es en definitiva una zona temporalmente autónoma?” Lo explica con una cita de Hakim Bey que la describe cómo:
El TAZ es como una revuelta que no se engancha con el Estado, una operación guerrillera que libera un área -de tierra, de tiempo, de imaginación- y entonces se autodisuelve para reconstruirse en cualquier otro lugar o tiempo, antes de que el Estado pueda aplastarla.”

Y continúa citando del ensayo de Hakim Bey cómo en una TAZ podemos “realizar muchos de nuestros verdaderos deseos, aunque sea solamente para una estación, una breve Utopía Pirata, una zona libre arrancada del viejo continuo del espacio-tiempo” y cómo potencialmente una TAZ incluye “las reuniones tribales de los 60, los cónclaves de eco-saboteadores, la idílica Beltane de los neopaganos, las grandes conferencias anarquistas, los círculos gays...”, por no hablar menos de “los nightclubs, los banquetes, los grandes picnics libertarios”.

Murray Bookchin, naturalmente, comenta que “habiendo sido un miembro de la Libertarian League en los años 60, ¡le gustaría ver a Bey y a sus discípulos participar en un ‘picnic libertario de los de antes’!”
Y sigue con algunos comentarios sobre las alabanzas de Hakim Bey al “analfabetismo voluntario” y a los sin-techo como “un sentido de virtud, de aventura”. En mi opinión Murray comenta acertadamente que:

El homelessness puede ser una ‘aventura’ cuando uno no tiene un hogar cómodo al que volver, mientras que el nomadismo es el lujo de aquellos que puedan permitirse vivir sin ganarse el sustento diario. La mayoría de los nómadas que recuerdo de la época de la Gran Depresión sufrieron vidas desesperadas de hambre, de enfermedad y de indignidad, que generalmente morían prematuramente - como todavía pasa hoy en las calles de la América urbana.”

Bookchin nos gana con el severo realismo, pero ese concepto de las zonas temporalmente autónomas me es tan familiar, y probablemente a él también, que es digno de considerar fuera del contexto que le da Hakim Bey. Muchos de nosotros hemos estado en situaciones que reflejan ciertas experiencias que se parecen a la manera en que creemos sucederían las cosas si viviéramos en una sociedad anarquista.

Creo recordar que en 1970 un lector de Anarchy, Graham Whiteman, escribió en aquella misma revista sobre el equivalente de las zonas temporalmente autónomas que percibió en los macro festivales que comenzaron a suceder a partir de 1967, haciendo especial referencia a Woodstock (celebrado en el estado de Nueva York en agosto de 1969). Desde entonces ha habido muchos más en los años subsecuentes.

Una vez que el concepto de “zonas temporalmente autónomas” se aloja en tu mente, empiezas a verlas por todas partes: momentos efímeros de anarquía que ocurren en la vida cotidiana. En este sentido describe un concepto quizás más útil que el de una sociedad anarquista, puesto que las sociedades más libertarias de las que tengo conocimiento tienen elementos autoritarios, y viceversa.

Leía recientemente la biografía escrita por Michael Holroyd del pintor Augustus John, un anarquista declarado que tenía un versión particular de la anarquía. Holroyd describe la vuelta de John, a sus 73 años, en 1950 a St-Rémy (Francia), un lugar del que había salido apresuradamente en 1939:

Los alimentos franceses no eran lo que habían sido y el vino parecía haber desaparecido. Pero por la tarde, en el Café des Variétés, pudo obtener todavía ese peculiar equilibrio entre el espíritu y el cuerpo que describió como ‘detachment-in-intimacy’. La conversación giró alrededor de él, el acordeonista tocaba, y fue recompensado en algunos momentos ‘por la aparición de una cara o una parte de ésta, de un gesto o de la conjunción de formas que reconozco como perteneciendo a un mundo más verdadero y más armonioso que al que estamos acostumbrados’.”

La última frase del viejo pintor describe de forma maravillosa la sensación de lo que, otro contribuidor de Freedom, Brian Richardson, llamaba “momentos dorados”. Su inhabituada visión de un mundo más verdadero y armonioso es el significado que me inclino a atribuir al concepto “zona temporalmente autónoma”.
FUENTE: http://raksasa.bitacoras.com/archivos/2006/05/10/reflexiones-sobre-las-zonas-temporalmente-autonomas-por-colin-ward

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