- Hoy, la política ya no puede conciliar, pues su objetivo es dividir y excluir; unos son cooptados por el gobierno, otros por las “autonomías” de los comités cívicos (que son simples centralismos regionalistas), porque la base de la economía política boliviana es racista, rebaja a algunos y valora corruptamente a otros. Esta forma de organizar puntúa en los hechos, la supresión de derechos y de intereses económicos de las grandes mayorías poblacionales.
- En este momento de crispación política, sentimos la amenaza de una probable confrontación sangrienta entre bolivianos, violencia que no resolverá los problemas de la convivencia entre las culturas, sino más bien imprimirá fuertes resentimientos históricos, entre Oriente y Occidente, entre indios y mestizo-criollos, entre el área rural y urbana, que perversamente se da en confluencia con las demandas de autonomía basadas en el fortalecimiento de poder de las elites. De la misma manera decimos, que la reforma propuesta por el gobierno, solo alimenta desmesuradamente el poder de exclusión de sus élites, es por esto que no debemos otorgar el valor que hoy se da a lo político-institucional frente a la importancia de gestionar democráticamente a la población.
- Por tanto, es preciso desplazar el escenario de colisión de las fuerzas políticas hacia la organización del trabajo y la satisfacción de las necesidades básicas de la población. La política, hoy está sujeta a la ideología, mientras que la existencia política depende de la vida cultural de la sociedad, no de la actividad conspiradora de las elites y de los que entran a su juego.
- Este desplazamiento de la política implica también organizar a la sociedad, a partir de sus propias necesidades y demandas, en actual coyuntura, mediante la distribución de los alimentos y la seguridad ciudadana. Se suele decir, que “el poder nace de los fusiles”, habría que añadir también de los estómagos satisfechos; esto es lo que da confianza y legitimidad.
- En estas condiciones, desde el nivel de las organizaciones sociales autónomas se puede hacer promover a la organización de la sociedad para enfrentar los temas arriba señalados. Y si queremos construir seguridad, confianza y por lo mismo, cohesión social, sin enfrentamiento violento, el Estado debe distribuir alimentos básicos de la canasta familiar, coordinando al Ejército con las FEJUVEs, OTBs, para estructurar el control del territorio en términos reales. El gobierno debe realizar esta provisión en forma gratuita, hasta que termine el desabastecimiento. De esta manera, se enfrentará la manipulación de los grupos de conjurados respecto a los alimentos básicos. El Estado debe intervenir, a través del ejército, contra las redes de intermediarios, articulados a los grupos de presión de la derecha, además de brindar seguridad ciudadana, en coordinación con la policía, en las ciudades.
- Posteriormente el estado debe promover la organización de empresas productivas y la creación de puestos de trabajo, entre los grupos sociales más vulnerables como la mejor forma de integrar y cohesionar a la población boliviana.
Cochabamba, Marzo 2008
Movimiento Cesáreo Capriles
1 comentario:
Muy acertado este Post. Me agrada ver que todavia se puede escribir desde un punto de vista obejtivo, es realmente valorable, no como la mayoria de los blogs siempre parcializados (incluyendo el mio).
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