viernes, 25 de febrero de 2011

Movimientos sociales y autonomía según Raúl Zibechi

Raúl Zibechi se halla entre los intelectuales latinoamericanos que han valorado la importancia de la autonomía para los pueblos indígenas, como mecanismo “para proteger su cultura, su cosmovisión, su mundo como algo distinto y diferente al mundo hegemónico”. (Zibechi, 2007: 129). Afirma que la autonomía o la autodeterminación suponen el derecho de los pueblos a gobernarse a sí mismos en todos los aspectos: «decidir su forma de gobierno propio, su vida sociocultural y su organización económica» (Zibechi 2007:141)

Desde una visión latinoamericana de los llamados nuevos movimientos sociales, ha incluido entre los patrones que los caracterizarían, la búsqueda de la autonomía, “tanto de los Estados como de los partidos políticos, fundada sobre la creciente capacidad de los movimientos para asegurar la subsistencia de sus seguidores” (Zibechi, 2007:23; ver también Zibechi, 2003). Según el intelectual argentino, “los comuneros, los cocaleros, los campesinos sin tierra y cada vez más los piqueteros argentinos y los desocupados urbanos, están trabajando de forma consciente para construir su autonomía material y simbólica”. (Zibechi, 2007:23)

El 2007 creía que el debate sobre el estado se iba a profundizar en los movimientos sociales “en la medida en que las fuerzas progresistas lleguen a ocupar los gobiernos nacionales” (27), y con optimismo afirmaba “parece ir ganando fuerza, como sucedió ya en Brasil, Bolivia y Ecuador, la idea de deslindar campos entre las fuerzas sociales y las políticas. Aunque las primeras tienden a apoyar a las segundas, conscientes de que gobiernos progresistas pueden favorecer la acción social, no parece fácil que vuelvan a establecer relaciones de subordinación. (Zibechi, 2007:27)

Incluía a Bolivia entre los países que luego de “una década larga de levantamientos, revueltas y motines”, se ha logrado “ la ampliación de los espacios de autonomía de hecho, no instituidos”.

“La región boliviana que circunda al lago Titicaca –donde se establecieron los cuarteles generales aymaras– y la propia ciudad de El Alto se hallan entre los lugares mencionados por el autor, que “presentan la forma de territorios donde se practica una autonomía implícita, en espacios donde el Estado nacional tiene poca o nula incidencia (habiendo sido explícitamente expulsado como en el caso boliviano) o está siendo sustituido por las redes de supervivencia de la población. La existencia de estos espacios es lo que ha permitido a los sectores populares sobrevivir a los efectos aniquiladores del neoliberalismo…” (Zibechi, 2007:90).

Zibechi observa una perspectiva no estatalista en el pueblo ayamara: “El sector aymara, liderado por Quispe y la central campesina (CSUTCB), pero que cuenta con fuerte apoyo en las juntas vecinales de El Alto (FEJUVE), tiene como objetivo la construcción de la «nación aymara». … no hablan de Estado sino de nación; no pretenden ocupar o tomar el Estado boliviano sino sustituirlo por una nación autogobernada por las comunidades. Estamos ante un proyecto muy diferente, mucho más radical que los que defienden los indios chiapanecos y ecuatorianos, pero también mucho más difícil de implementar. Por esa razón, la relación de los aymaras con el Estado boliviano es muy conflictiva y sin aparente solución de no mediar una guerra civil social que, de
hecho, ya han declarado”. (Zibechi, 2007:285-86).

Dos comentarios:

1. Para los pueblos indígenas y sistemas autogestionados, la autonomía es el principio orientador de las luchas contra el estado, forma parte de la historia larga de resistencia anticolonial y postcolonial, por tanto no es un rasgo particular de las llamados “nuevos movimientos sociales”. Al provenir de la tradición marxista, Zibechi esta analizando como novedad algo que los anarquistas han estado diciendo y practicando mucho tiempo ha. La Federación Obrera Local (FOL) en las primeras décadas del S XX estaba apoyando las luchas indígenas aymaras por defender la autonomía de los territorios indígenas frente a la expansión y despojo por parte de los “k’aras” criollo mestizos, mientras la izquierda estaba conspirando para derrocar gobiernos y “tomar el poder” a nombre de los indios.

2. Zibechi ha sido optimista del proceso Evo Morales, considerado como una “fuerza progresista en el gobierno”. Espero no lo sea más. Este optimismo no le ha permitido visualizar la cooptación que ha sufrido organizaciones como la CSUTCB, vulnerando la autonomía que el autor correctamente destaca.


Fuentes:
Zibechi, Raúl (2007) Autonomías y emancipaciones. América Latina en movimiento; Lima: Programa Democracia y Transformación Global/UNMSM; 314 pp.
Zibechi, Raúl (2003). Los movimientos sociales latinoamericanos: tendencias y desafíos. En: OSAL : Observatorio Social de América Latina. No. 9 (ene. 2003- ). Buenos Aires : CLACSO.

Peter Gelderloos, "Cómo la no violencia protege al Estado"


Abajo encontraran la dirección para bajar el libro de Peter Gelderloos, "Cómo la no violencia protege al Estado". Cumpa anarquista norteamericano que ha apoyado la implementación del centro social en la ciudad de Cochabamba. Buen cuate.
http://www.nodo50.org/albesos/uploads/textos/noviolencia.pdf

Índice
Prólogo de Edicions Anomia p. 9
Introducción a la edición en castellano p. 11
Introducción p. 15
Capítulo 1. La no violencia es inefectiva p. 21
Capítulo 2. La no violencia es racista p. 39
Capítulo 3. La no violencia es estatista p. 61
Capítulo 4. La no violencia es patriarcal p. 81
Capítulo 5. La no violencia es táctica y
estratégicamente inferior p. 97
Capítulo 6. La no violencia es un engaño p. 133
Capítulo 7. La alternativa: posibilidades para
un activismo revolucionario p. 153

Del prólogo:

Me hace mucha ilusión que aparezca una edición en castellano de How
Nonviolence Protects the State. Pero es un texto que debe mucho al contexto en
el que surgió: los movimientos anarquista, anti-guerra y antiglobalización en
los Estados Unidos, en los primeros cinco años de las últimas décadas. Desde los
años 90, el anarquismo estadounidense ha ido creciendo desde la nada, construyéndose una base teórica y práctica. Aunque el movimiento había sido muy fuerte
hace cien años, desapareció casi totalmente antes de la Segunda Guerra Mundial.
Quienes no fueron deportadxs entre 1920 y 1921, murieron con las milicias en
España o se convirtieron al comunismo.
Afortunadamente, hoy en día ya no contamos con demasiadxs estalinistas
o trotskistas, pero con lo que sí contamos es con ONG’s. Las ONG’s juegan
un papel preponderante en los movimientos ecologistas, feministas, antiracistas
y antibelicistas de los que resurgió el anarquismo en mi país, y entre los que el
anarquismo conforma el ala radical. Lo que han conseguido las ONG’s, junto con
la cultura oficial del castigo y su “Guerra Contra el Crimen” es pacificar la rebelión social. Además, se ha manipulado la potente historia de resistencia de este
país para sembrar la mentira en la mente de cada rebelde, basada en que todas las
victorias conseguidas por los movimientos sociales se deben a la no violencia. Es
un Estado que no permite ninguna autonomía dentro de sus fronteras (ni afuera,
considerando la experiencia de America Latina), y la no violencia funciona como
el Estado dentro de la resistencia.
Es un contexto poco parecido al del Estado Español. Pero en todo caso, el
texto puede servir para dar información sobre el movimiento en los EEUU y sus
debates internos, y también para ilustrar hasta dónde puede llegar el pacifismo si
dejáis que se desarrolle. Es muy probable que el fortalecimiento de la Unión Europea conlleve el disciplinamiento de la sociedad civil y de los movimientos sociales,
por parte de las ONG’s y del Estado en sí, y esta intervención normalizará la no
violencia y el ciudadanismo.
Es absolutamente necesario que no nos gane el terreno, que no se pierda
el ataque, que la gente, fuera del guetto, siga acostumbrada a la violencia de la
rebelión y que el simple hecho de resistir sin permiso no nos aísle de lxs demás.
Y es más, que ampliemos el apoyo popular para la rebelión, y normalicemos los ...

jueves, 24 de febrero de 2011

“El principio esencial de la anarquía es la autonomía individual” EMMA GOLDMAN


En el Congreso Internacional Anarquista de Amsterdam en 1907, Emma Goldman (1869-1940) habló (junto a Max Baginski, 1864-1943) sobre la relación entre el individualismo, la autonomía y organización, apoyando una concepción de la organización que respete la autonomía individual; la intervención ha sido publicada en el volumen 1 del libro Anarchism: A Documentary History of Libertarian Ideas.

Emma Goldman: Yo también estoy a favor de la organización, en principio. Sin embargo, me temo que tarde o temprano caerá en el exclusivismo.

Dunois (*) ha hablado en contra de los excesos del individualismo. Pero estos excesos no tienen nada que ver con el verdadero individualismo, como los excesos del comunismo no tienen nada que ver con el comunismo real ... Yo también aceptaré la organización anarquista con una sola condición: que esté basada en el respeto absoluto a todas las iniciativas individuales y no obstruya su desarrollo o evolución.

El principio esencial de la anarquía es la autonomía individual. La Internacional no será anarquista a menos que respete totalmente este principio.


(*) El anarcosindicalista Amadeé Dunois en una intervención previa en el congreso había señalado que el individualismo era opuesto a las organizaciones anarquistas

Fuente:
http://robertgraham.wordpress.com/2009/10/31/emma-goldman-max-baginski-individuality-autonomy-organization-1907/

miércoles, 23 de febrero de 2011

BREVES AVENTURAS DE LA AUTONOMÍA Y LA AUTOGESTIÓN




Juan Pérez

Desde hace mucho tiempo la autonomía es un tema recurrente cuando se presentan grandes acontecimientos en el escenario de la política nacional. Pero esta autonomía planteada desde los escenarios del poder funciona como simple discurso del amo. No es aquella, como la entiende el movimiento federalista socialista antiautoritario, para quienes autonomizarse significa federarse, unirse, aliarse, mancomunarse; no es la dimensión del esfuerzo que aspira a la autoinstitución como rechazo a las representaciones, heredadas e instituidas, es decir, simplemente heterónomas; tampoco es la visión por la cual los organismos son fundamentalmente un proceso de constitución de una identidad, y tal identidad emergente del organismo como algo que proporciona lógica y mecánicamente, el punto de referencia para un dominio de interacciones.

La autonomía que proponen las oligarquías bolivianas son viejos cinismos para hacer de su prepotencia regional un poder absoluto.

A través del simulacro de la Asamblea Constituyente, la autonomía se convertirá en una engañifa autoritaria en la que el centro regional engavilla todo lo que puede y delega lo que se le escapa o amenaza con escapársele, es decir, se asistirá a una repetición hasta la náusea de los mismos males de la política centralista y caduca, enmascarada a través de poderes regionales como si fuese una novedad democrática. La intención es obvia: rearticular los dispositivos de una biopolítica racista a costa prostituir las reinvindicaciones que propuso la guerra del gas.

La iniciativa de la oligarquía de cipayos microfascistas se basa en explotar ciertas formas de alineación regional para hacer más fácil, la apropiación y usufructo egoísta de los recursos naturales en favor de empresarios inescrupulosos e incompetentes. Increíblemente, la autonomía es un fenómeno del discurso del amo.

Hay una profusión del término autonomía en las esferas del poder estatal y las oligarquías regionales; ésta se caracteriza por un uso inflacionario y mixtificador que significa, en la actual coyuntura de recomposición del poder estatal, una taimada prostitución del término para reducir sus sentidos y articularla cínicamente a una estrategia de poder separada de sus bases.

Para los espíritus libertarios, la autonomía individual y colectiva de la lucha y de la vida son metáforas de la autogestión, y esta a su vez es sinónimo de anarquía y autogobierno. Es por esta razón, que en lugar de hablar autonomía, utilizaremos la autogestión para evitar confusiones.

La palabra autogestión nace del término samo-pravlenija que Bakunin utilizaba para referirse a la autoadministración y al autogobierno.

Después de la guerra del agua y de la guerra del gas, hay una multiformidad de la demanda social de autonomía o autogestión en todos los niveles, que se traduce en una desestructuración del poder en todos los sistemas en el que el poder se manifiesta.

La aspiración de autogestión es la correspondencia libertaria en términos de poder de aquello que es la aspiración socialista igualitaria en términos de propiedad. La autogestión individual o colectiva exige una radical socialización del poder.

A nivel de la autogestión de grupo, la socialización del poder conduce a la forma política más refinada, democrática y unitaria: el federalismo anarquista, que es una amplia organización democrática que abarca al conjunto del país, de las actividades y los hombres. Federarse anárquicamente es unirse, de abajo hacia arriba, en la práctica de la cooperación y de la solidaridad, es organizarse entre los que tienen comunidad de intereses y de sentimientos libertarios para formar una comunidad sin autoridad, ni coacción de ninguna naturaleza.

La autogestión federalista significa un poder socializado que no esté concentrado o monopolizado en roles sociales determinados, sino mas bien extendido a todas las articulaciones del cuerpo social con función universal e igual. Un anarquista vale lo mismo que otro anarquista, poco importa si este es indio, camba, blanco, cholo, trabajador intelectual o manual.

En la actual coyuntura reflexionar sobre la autogestión significa cavilar sobre las formas libertarias e igualitarias que han adquirido los conflictos sociales desde la guerra del agua a la guerra del gas, y sobre las respuestas que se han ido fraguando a partir de los dispositivos biopoliticos de dominación. Paralelamente, pensar la autogestión implica reflexionar sobre la anarquía posible en tanto reestructuración global del tejido comunitario según formas no jerárquicas.

El ámbito propio de la autogestión es el ámbito intermedio del método, que engarza como si fuese una cremallera, las relaciones de la teoría y la práctica, de los medios y los fines. La autogestión es un modo de investigar, un analizador lógico y operativo para expresar la coherencia de los útiles y los fines en formas organizativas alternativas a la jerarquía y a la burocracia que imponen el estado y el capital.

La autogestión generalizada estructura una dimensión cultural en la que confluyen las rebeldías individuales y colectivas contra cualquier forma de relaciones de dominación. Es un intento para experimentar y organizar la vida colectiva sobre nuevas bases, una oportunidad para actualizar ideales y pulsiones emotivas irreductibles a las necesidades conocidas y más o menos satisfactorias de los sistemas jerárquicos.

Un verdadero debate en torno a la autonomía o autogestión debería darse en el ámbito del análisis de los mecanismos de decisión colectivos, para saber cómo en las estructuras organizativas autoritarias, jerárquicas se determina y ejerce el poder; y cómo será posible organizar, por conversión, la participación igualitaria de todos los ciudadanos en los procesos decisorios de la lógica social.

La raíz de todo sistema de dominación es la división jerárquica del trabajo social; por consiguiente, la autonomía (o la autogestión) será una envoltura hueca si no presupone la integración anarquista del trabajo manual e intelectual.

Juan Pérez es miembro del G.A.M.S.


2004

Autonomía frente al estado en dos procesos históricos: Pacto colonial y guerra del agua

Carlos Crespo

El estado nación, tanto en el periodo colonial y postcolonial, ha significado para las sociedades indígenas en Bolivia el debilitamiento y hasta destrucción de identidades culturales y económicas, como señala Colin Ward para las sociedades campesinas del S XVI europeos, que fueron incorporadas a estados naciones (Ward, 1992:2).

Al mismo tiempo han desarrollado estrategias de resistencia para reducir la presencia del estado en sus territorios; en las regiones aymaras andinas una fue la estructuración de pactos o acuerdos con el estado; el pacto colonial o pacto de reciprocidad entre la sociedad aymara y el estado es un tema muy trabajado por la historiografia boliviana a partir del trabajo clásico de Tristan Platt sobre el norte de Potosí (Estado y Ayllu Andino, 1982).

La mayoría de los estudios sobre las sociedades andinas parten del estado como referente de análisis, horizonte a seguir, son estadocéntricas Hay quienes sostienen que el pacto colonial fue una estrategia de los indios para obtener derechos ciudadanos; el problema del discurso de la ciudadanía es que nos remite al estado, por tanto quiere entender con categoría estatolatras a sociedades sin/contra el estado como los ayllus nortepotosinos, por ejemplo; más grave aún, se tiende a reducir las luchas indígenas anticoloniales a disputas por derechos.

Volviendo al pacto colonial, desde una lectura anarquista de la historia andina, se podría afirmar que, el pacto colonial de la sociedad aymara con el estado colonial y luego republicano, no fue por obtener derechos de ciudadanía, sino para MANTENER Y REPRODUCIR LA AUTONOMIA DE LOS AYLLUS PARA MANTENER SU FORMA ORGANIZACION Y COHESION SOCIAL, REDUCIENDO LA INTROMISION DEL ESTADO Y SUS PRACTICAS DE DOMINACION Y EXPLOTACION, COMO LA MITA; formalmente, a cambio del tributo, los ayllus tenían acceso a sus tierras, pero no es solo eso, es también la posibilidad de auto organizar su vida como sociedad, tener un mayor control de sus vidas y su cultura, es decir ser autónomos.

De esta manera, los ayllus nortepotosinos lograron evitar la mita. No les interesaba tener más derechos sino mantener la autonomía que habían logrado con el estado inka.

El mismo reduccionismo se observa en los análisis de la guerra del agua de Cochabamba. Son quienes sostienen que la revuelta cochabambina del 2000 fue la lucha por derechos ciudadanos de consumidores, o por la aplicación del DDHH al agua. Tales comprensiones estatolatras ignoran o subestiman que la base material, organizativa y de movilización contra la privatización y mercantilización del agua y sus servicios, estaba en los diversos sistemas comunitarios de riego y agua potable urbanos, que se movilizaron por defender su autonomía en el manejo del agua y sus servicios. Comités, cooperativas, asociaciones de agua, sistemas comunitarios y asociativos de riego, que administran el agua con normas elaboradas por ellos mismos ("usos y costumbres"), y donde el estado ha estado ausente; este aparece para destruir la autonomía de estas formas de autogestión del agua.

La estrategia del MAS y Evo Morales está orientado a vulnerar y destruir las diversas formas y escalas de autonomías que operan en las sociedades indígenas, urbanas y rurales, fuera o contra el estado, por ello es un proyecto altamente peligroso. Está orientada a incorporar a los pueblos indígenas al horizonte estatal; por ejemplo, la llamada autonomía indígena en realidad es parte de la historia larga del estado boliviano por vulnerar y destruir la autonomía de las sociedades indígenas, e involucra un proceso de cooptación por parte del estado sobre las formas organizativas indígenas; se convierte a los gobiernos indígenas en parte de la correa de transmisión estatal y sus representantes en funcionarios de estado. Uno de los mecanismos para esta cooptación es la política de los "derechos": hoy se trata de otorgar derechos, fortaleciendo el rol del estado y sus dispositivos de control y vigilancia para “hacer cumplir los derechos”.

La autonomía es contradictoria con los derechos; los derechos son externos al individuo y nos remiten al estado, como señala Nestor el Negro, la autonomía nos remite a las capacidades de los sujetos de administrar sus vidas y sus interacciones.


Referencias
Platt Tristan (1982) Estado y Ayllu Andino; Lima: IEP.
Ward, Colin (1992) The anarchist Sociology of freedom; Freedom Junio-Julio; wwwnothingness.org; 9 pp

martes, 15 de febrero de 2011

SAUL NEWMAN: POSTANARQUISMO Y AUTONOMIA



La perspectiva nietzscheana de entender el poder como una relación es una huella seguida posteriormente por el anarquismo, como Landauer, Foucault, Goodman, Ward, Bey. Construir prácticas de libertad (Foucault) es construir la anarquía hoy, e implica incrementar nuestros niveles de autonomía, colectiva e individual (Ward), estructurar zonas o espacios autónomos, temporales o permanentes (Bey) donde se construyen y practican otro tipo de relaciones sociales (Landauer).

Saúl Newman, autodefinido “post-anarquista”, influido por los filósofos franceses llamados “post estructuralistas” como Deleuze, Foucault, Derrida, Ranciere. es de los que destaca la importancia de la autonomía en el pensamiento y práctica anarquista contemporánea.

Newman señala:

What defines anarchism, then, is the refusal of state power, even of the revolutionary strategy of seizing state power. Instead, the focus of anarchism is on self-emancipation and autonomy, something which cannot be achieved through parliamentary democratic channels or through revolutionary vanguards, but rather through the development of alternative practices and relationships based on free association, equal liberty and voluntary cooperation. (Newman, 2010:6)

“Lo que define al anarquismo es, por tanto, el rechazo del poder del Estado, incluso la estrategia revolucionaria de la toma del poder estatal. En cambio, el foco del anarquismo es auto-emancipación y autonomía, algo que no puede lograrse a través de los canales democráticos parlamentarios o a través de las vanguardias revolucionarias, sino más bien mediante el desarrollo de prácticas alternativas y relaciones basadas en la libre asociación, igualdad de oprtunidades y la cooperación voluntaria (Newman, 2010:6).

Fuente
Newman, Saul (2010) Voluntary Servitude Reconsidered: Radical Politics and the Problem of Self-Domination; 8 pp; http://www.anarchistlibrary.org/
Foto 1: Saul Newman, académico de la Universidad de Londres.
Foto 2: La tapa de uno sus libros recientes, “La política del postanarquismo”.

lunes, 14 de febrero de 2011

Autonomía y Autoridad

Robert Paul Wolff es uno de los que ha profundizado la reflexión sobre la autonomía en relación con la autoridad. En su famoso ensayo “In Defence of Anarchism” , Wolff caracterizó a la autoridad del Estado como «el derecho de mandar" y la "obligación correlativa de obedecer a la persona que emite la orden”. Cuando los individuos sujetos a la autoridad se comportan de cierta manera no porque los crean justificadas o correctas, sino simplemente porque se les ha mandado a hacerlo. El ejercicio de la autoridad “no es una cuestión de hacer lo que alguien te dice que hagas. Se trata de hacer lo que te dice que hagas porque te dice que lo hagas”. Wolff contrasta autonomía con autoridad: la "libertad y responsabilidad" que definen la conducta humana digna. La autonomía permite a las personas hacer lo que otros les dicen que hagan, pero sólo porque han hecho un juicio sobre la rectitud de la instrucción, y no porque se les ordena hacerlo. Junto con estas ideas, Wolff sostuvo que la autoridad es incompatible con la autonomía. Porque él también sostuvo que los individuos tienen el deber de ser autónomos, concluyó que el concepto de un Estado legítimo era una contradicción en los términos (en Kinna, 2005:53-54).

Fuente
Kinna, Ruth (2005) Anarchism. A beginner’s guide; Oxford; Oneworld Publications; 180 pp.

Foto: tapa del libro de Wolff

jueves, 10 de febrero de 2011

Bakunin y la autonomía absoluta





Colin Ward señala que en 1863, Bakunin discutía con el movimiento nacionalista de Mazzini en Italia, al cual se oponía reivindicando la autonomía comunitaria y el federalismo (Ward, 2004:20).

En 1868 Bakunin escribe Federalismo, Socialismo y Antiteologismo, donde leemos
“Conforme al sentimiento unánime del Congreso de Ginebra, debemos proclamar:…
“en el punto 7: 7. Reconocimiento del derecho absoluto de toda nación, grande o pequeña, de todo pueblo, débil o fuerte, de toda provincia, de toda comuna a una completa autonomía, siempre que su constitución interior no sea una amenaza y un peligro para la autonomía y la libertad de los países vecinos. (Bakunin, 1868:10)

En un discurso de Mijail Bakunin en la Asociación Internacional de Trabajadores durante el sexto congreso de la Internacional en 1869 afirmaba “Queremos la autonomía absoluta de cada individuo, cada federación de trabajadores, cada asociación de federaciones, y cada pueblo para ser lo que quiera ser, organizándose desde abajo hacia arriba de acuerdo con el principio intocable de la libertad. (pp.2).


Referencias
Bakunin, Mijail (1868) Discurso de Mikhail Bakunin en la Asociación Internacional de Trabajadores durante el sexto congreso de la Internacional en 1869. pp.2.
Bakunin, Mijail (1868) Federalismo, Socialismo y Antiteologismo ; 79 pp. http://sovmadrid.cnt.es/textos/Mijail%20Bakunin%20-%20Federalismo,%20Socialismo%20y%20Antiteologismo.pdf
Imagen 1. Bakunin en el congreso de la Internacional de 1869
Imagen 2. Tapa del libro de Bakunin "Federalismo, Socialismo y Antiteologismo"

miércoles, 9 de febrero de 2011

LOS ENFOQUES DE LA AUTONOMIA EN EL ANARQUISMO. Algunos apuntes



Carlos Crespo

La autonomía tiene acepciones diversas; una de ellas parte de una perspectiva reactiva, donde la autotomía está relacionada con la resistencia, negación y/o protección frente al estado, el mercado, los estilos de desarrollo (Bohm, S., Dinerstein, A. C. and Spicer, A, 2010); la autonomía involucra lucha permanente y continua con cada uno de estos sectores y/o procesos (Ídem, 2010); pero también se la plantea desde una vertiente proactiva, como procesos de auto institución (Castoriadis, 1975) o autopoiesis (Maturana y Varela, 1973/1995).

Otra entrada al concepto es desde el dualismo individual/colectivo. La tradición kantiana establece la autonomía individual como la capacidad de producir su propio set de principios morales; John Rawls fue más allá y señaló que actuar autónomamente es actuar desde principios que consentiríamos como seres racionales y libres (Bohm, S., Dinerstein, A. C. and Spicer, A, 2010); pero desde el anarquismo y la tradición libertaria, se ha profundizado la noción comunitaria y social de la autonomía (Bohm, S., Dinerstein, A. C. and Spicer, A, 2010).

Una tercera perspectiva de la autonomía es desde “el gobierno de si” (Foucault, 1987), como capacidad de autogobierno (Bohm, S., Dinerstein, A. C. and Spicer, A, 2010). Paul Goodman, va más allá y señala que la autonomía, entendida como la capacidad de iniciar una tarea y hacerlo a su manera, es más importante que la libertad (Goodman, cit en Ward, 2004:68-69).

Mientras la noción de autogobierno plantea la autonomía desde “dentro” del sujeto, individual o colectivo, Juan Pérez complejizando el concepto señala que la autonomía es el dominio y/o control de las interacciones (Juan Pérez, 2004), es decir la capacidad de relacionarse, interactuar, conectarse, pero fundamentalmente el dominio de estas. No es posible la autonomía en solitario. Como operan estas interacciones, en tamaño, tipo y alcances y el control de estas definirá el grado de autonomía. A su vez, la interacción nos introduce a la noción de relaciones sociales, específicamente al tipo de relaciones de poder que se establecen, entendiendo el poder como una relación (Foucault, 1976) antes que una posesión. Las relaciones de poder a su vez estructuran formas de cohesión o conflicto que inciden en el grado de autonomía de los sujetos involucrados; de esta manera, el cambio social está vinculado con la posibilidad de incrementar la autonomía de los sujetos y reducir su sujeción a la autoridad externa (White, 2007:13).

Las interacciones entre los sujetos operan en forma de red. En su forma más simple, una red no es nada más que un conjunto de elementos discretos y un conjunto de conexiones que vinculan los elementos. Los elementos y sus conexiones pueden ser casi cualquier cosa (Newman, Barabási and J. Watts, 2006: 2-3). Una red, de acuerdo a Gregory Bateson, son relaciones que se articulan a través de la comunicación (Bateson, 1998), por tanto todos los procesos pueden ser entendidos como redes (Halpin & Summer, 2008: 56). La red es la forma organizativa por excelencia que caracteriza a la sociedad de la información y su dinámica globalizadora (Castells, 1996). Los dispositivos reticulares no solo están presentes en el funcionamiento de las corporaciones capitalistas, sino también en las tácticas y estructuras organizativas del llamado movimiento antiglobalización (Hardt & Negri, 2001), que planifican y desarrollan sus acciones desde redes descentralizadas.

Las lecturas no autoritarias entienden la red como un racimo de individuos (looser cluster), a menudo sin acuerdo coherente en política, quienes se juntan basados en afinidad, para llevar a cabo alguna forma de acción (Halpin & Summer, 2008: 53). En este tipo de redes descentralizadas hay mayor participación, porque se requieren menos acuerdos políticos (Halpin & Summer, 2008: 53). La autonomía desde las redes está relacionado con la capacidad de conectar y comunicar, crear concentradores de información, flexibilidad y resilencia, conexión de los menos o no conectados, crear una inteligencia y memoria colectiva (Halpin & Summer, 2008) y finalmente la coherencia de medios y fines en este propósito (Crespo, 2010).

Bibliografía
- Bateson, Gregory (1998) Pasos hacia una ecología de la mente; Buenos Aires: Editorial Lohlé-Lumen; 549 pp.
- Castoriadis, Cornelius (1975) La institución imaginaria de la sociedad; Buenos Aires: Tusquets Editores, Colección Acracia, 2 Vol.
- Ward, Colin (2004) Anarchism: A Very Short Introduction. Oxford: Oxford University Press; 128 pp.
- Castells, Manuel (1996) The Network Society. The Information Age: Economy, Society and Culture, v.2), Malden (Mass)-Oxford: Blackwells.
- Crespo, Carlos (2010) “Elementos para el análisis de redes. La Comisión para la Gestión Integral del Agua en Bolivia (CGIAB) como una red”; XXXX; en prensa.
- Halpin, Harry & Summer, Kay (2008) “Network organisation for the 21st century”; Turbulence; No 4. www.turbulence.org.uk ; pp 55-64.
- Mendez, Nelson y Valotya, Alfredo (2006) “Una perspectiva anarquista de la autogestión”. Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales. vol.12, no.1 [citado 13 Diciembre 2010], p.59-72.
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-64112006000100004&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1315-6411.
- Bo¨hm, S., Dinerstein, A. C. and Spicer, A. (2010) The (Im)possibilities of Autonomy. Social Movements in, against and beyond state, capital and development, Social Movement Studies, 9 (1), 17-32.
- Foucault, Michel (1987) Historia de la sexualidad. La inquietud de sí. T III. México DF: Siglo XXI Editores. 232 pp.
- Foucault, Michel (1976) Historia de la sexualidad. La voluntad de saber. T I. México DF: Siglo XXI Editores.
- Maturana Humberto y Varela, Francisco (1973-1995) De Máquinas y Seres Vivos: Una teoría sobre la organización biológica. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
Perez, Juan (2004) “Breves aventuras de la autonomía y la autogestión”; Opinión, 16/12/2004.
- White, Stuart (2007) 'Making anarchism respectable? The social philosophy of Colin Ward'; Journal of Political Ideologies,12:1,11 - 28

martes, 8 de febrero de 2011

Eduardo Colombo y la anarquía para y a través de la autonomía




La autonomía como fundamento de la práctica anarquista está presente en la definición de anarquía realizada por Eduardo Colombo:

“La anarquía es, entonces, la figura de un espacio político no jerarquizado, organizado para y a través de la autonomía del sujeto de la acción (la autonomía del sujeto humano, sujeto construido como forma individual o colectiva)” (Colombo, 2006:35)

Colombo, Eduardo (2006) La voluntad del pueblo: Democracia y anarquía - 1a ed. - Buenos Aires: Tupac Ediciones, 110 pp.
Foto 1: tapa del libro de Eduardo Colombo
Foto 2: Colombo en Chile

Vivir autónomamente según Jamie Heckert



Para Jamie Hackert de lo que se trata es que en vez que un pequeño grupo demande las autoridad para tomar decisiones por otros, el anarquismo involucra alimentar o nutrir la autonomía.

Los rasgos de la autonomía desde el anarquismo para Heckert, son o involucran:
- democracia directa en las comunidades, el lugar de trabajo, escuela y hogar
- crear culturas que esten profundamente alimentadas, profundamente nutridas, satisfaciendo las necesidades (alimentación, vivienda, comunidad, intimidad) de todos
- apoyarse unos a otro para desarrollar nuestras capacidades de escuchar, cooperar, conectar, compartir, imaginar
- empoderamiento, entendiendo que el poder no es algo que otros tienen, sino algo que hacemos juntos: poder en autonomía significa trabajar juntos, escuchando uno a otro cuidando uno al otro (Heckert, 2009:4)

Heckert, Jamie (2009) Nurturing autonomy, 7 pp. www.theanarchistlibrary.
Dibujo: Clifford Harper.

lunes, 7 de febrero de 2011

Paul Goodman sobre la Autonomía




Foto 1. Colin Ward
Foto 2. Tapa del libro de C. Ward
Foto 3. Paul Goodman

Colin Ward recuerda que Paul Goodman en su último artículo en la prensa estadounidense, escribía:

“para mí, el principio fundamental del anarquismo no es la libertad, sino la autonomía, la capacidad de iniciar una tarea y hacerlo en la manera de uno. La debilidad de "mi" anarquismo es que el ansia de libertad es un poderoso motivo para el cambio político, mientras que la autonomía no lo es. Las personas Autónomas se protegen a si mismas obstinadamente, pero por otros medios menos vigorosos, incluyendo un montón de resistencia pasiva. Lo hacen a su manera de todos modos. El pathos de los pueblos oprimidos, sin embargo, es que, si se liberan, no saben qué hacer. No habiendo sido autónomo su Anarquismo, ellos no saben como es, y antes que aprendan, tienen nuevos gerentes que no tienen prisa en abdicar. . . (Ward, 2004:68-69)

Goodman forma parte de las perspectivas pragmáticas del anarquismo, aquellas que priorizan la práctica anarquista en la vida cotidiana sin esperar el advenimiento de la revolución social.

Por otro lado, la autonomía es un tema fundamental en el debate anarquista contemporáneo. Es más importante la lucha por la revolución social o por incrementar los niveles de autonomía en nuestras vidas, hoy, como proponen, a su manera, Colin Ward y Paul Goodman? De esto tratarán futuros envíos.

Ward, Colin (2004) Anarchism - A Very Short Introduction; Oxford: Oxford University Press; 126 pp.