Lo que sigue es la introducción del texto, presentado como ponencia al II Encuentro de Filosofía y Humanidades (13-15/X/2008); Instituto Superior de Filosofía y Humanidades Luis Espinal; Cochabamba-Bolivia. el texto completo pueden encontrarlo en http://www.divshare.com/download/5840439-ad2
Salud y Anarquía
INTRODUCCION
Siguiendo a Gordon (2005ª), entiendo el anarquismo principalmente como un movimiento cuya forma hoy puede ser descrita como una red descentralizada, diversa y creciente, proveyendo comunicación y solidaridad activa entre nodos autónomos de lucha social. Uno de los rasgos de este, también llamado “nuevo anarquismo” (Graeber, 2002), es que no solo tiene sus raíces en el histórico movimiento anarquista, sino mas bien en una gran intersección de movimientos, indígenas, ecológicos, feministas, etc. y fundamentalmente en el movimiento antiglobalización y anticapitalista, donde se ha observado el revival de valores anarquistas, entre ellas el comunitarismo.
La idea de comunidad está presente en el pensamiento anarquista, desde su concepción; Kropotkin define el anarquismo como
“el principio o teoría de la vida y la conducta que concibe una sociedad sin gobierno, en que se obtiene la armonía, no por sometimiento a ley, ni obediencia a autoridad, sino por acuerdos libres establecidos entre los diversos grupos, territoriales y profesionales, libremente constituidos para la producción y el consumo, y para la satisfacción de la infinita variedad de necesidades y aspiraciones de un ser civilizado” (Kropotkin, 1905).
No jerarquía, acuerdos libres entre los individuos y grupos, estructurados en sistemas organizativos descentralizados, pero conectados en red, para satisfacer necesidades humanas fundamentales, esa es la visión kropotkiniana de la comunidad, y que ha influido en la práctica y ética anarquista. Pero, un debate al interior del pensamiento anarquista actual es si esta sociedad deseada se logrará solo cuando llegue la revolución social y haya desaparecido el Estado y sus poderes, como sugieren algunas corrientes libertarias insurreccionalistas. Pero, al mismo tiempo, desde su práctica, los anarquistas construyen y viven anárquicamente, es decir bajo principios anarquistas, en su vida cotidiana, social y política.
Como los anarquistas de hoy construyen comunidad, o formas de cohesión social comunitaria? Cuales son los campos de intervención de la práctica anarquista comunitaria? El presente texto discute estas preguntas, y para ello, siguiendo a Gordon, (2005ª) se analizan tres problemáticas en los que la práctica anarquista se halla inmersa, la lucha contra toda forma de dominación, la acción directa y las políticas prefigurativas, y finalmente la visión no teleológica de la comunidad. La segunda parte del documento, defendiendo la importancia de fortalecer la construcción de comunidad en el presente, desde la práctica anarquista, recupero los argumentos del anarquista alemán Gustav Landauer (1870-1919), sobre la relación entre estado y comunidad. La obra de Gustav Landauer hoy está siendo revisitada, en el contexto de la emergencia del llamado nuevo anarquismo (Graeber, 2002), entre otros aspectos crítico de la idea tradicional de revolución social (Gordon, 2005, 2005a; Day, 2005).
Como activista dentro el movimiento libertario boliviano[1], converso y participo de acciones y actividades, y el presente texto es resultado de esta experiencia, particularmente como parte del ya extinto Grupo de Apoyo a los Movimientos Sociales (GAMS) y actualmente con el programa de radio Salamandra (http://salamandraradio.blogspot.com/), cuyas entrevistas fueron fuente de información importante.
La idea de comunidad está presente en el pensamiento anarquista, desde su concepción; Kropotkin define el anarquismo como
“el principio o teoría de la vida y la conducta que concibe una sociedad sin gobierno, en que se obtiene la armonía, no por sometimiento a ley, ni obediencia a autoridad, sino por acuerdos libres establecidos entre los diversos grupos, territoriales y profesionales, libremente constituidos para la producción y el consumo, y para la satisfacción de la infinita variedad de necesidades y aspiraciones de un ser civilizado” (Kropotkin, 1905).
No jerarquía, acuerdos libres entre los individuos y grupos, estructurados en sistemas organizativos descentralizados, pero conectados en red, para satisfacer necesidades humanas fundamentales, esa es la visión kropotkiniana de la comunidad, y que ha influido en la práctica y ética anarquista. Pero, un debate al interior del pensamiento anarquista actual es si esta sociedad deseada se logrará solo cuando llegue la revolución social y haya desaparecido el Estado y sus poderes, como sugieren algunas corrientes libertarias insurreccionalistas. Pero, al mismo tiempo, desde su práctica, los anarquistas construyen y viven anárquicamente, es decir bajo principios anarquistas, en su vida cotidiana, social y política.
Como los anarquistas de hoy construyen comunidad, o formas de cohesión social comunitaria? Cuales son los campos de intervención de la práctica anarquista comunitaria? El presente texto discute estas preguntas, y para ello, siguiendo a Gordon, (2005ª) se analizan tres problemáticas en los que la práctica anarquista se halla inmersa, la lucha contra toda forma de dominación, la acción directa y las políticas prefigurativas, y finalmente la visión no teleológica de la comunidad. La segunda parte del documento, defendiendo la importancia de fortalecer la construcción de comunidad en el presente, desde la práctica anarquista, recupero los argumentos del anarquista alemán Gustav Landauer (1870-1919), sobre la relación entre estado y comunidad. La obra de Gustav Landauer hoy está siendo revisitada, en el contexto de la emergencia del llamado nuevo anarquismo (Graeber, 2002), entre otros aspectos crítico de la idea tradicional de revolución social (Gordon, 2005, 2005a; Day, 2005).
Como activista dentro el movimiento libertario boliviano[1], converso y participo de acciones y actividades, y el presente texto es resultado de esta experiencia, particularmente como parte del ya extinto Grupo de Apoyo a los Movimientos Sociales (GAMS) y actualmente con el programa de radio Salamandra (http://salamandraradio.blogspot.com/), cuyas entrevistas fueron fuente de información importante.
[1] Aunque hay quienes dudan de su fortaleza y hasta existencia. De hecho, en uno de los paneles del encuentro libertario de Cochabamba (julio, 2008), el tema de la discusión era si existía un movimiento anarquista en Bolivia, y como se articulaba.