Carlos Crespo Flores
2015
UNO. Existe una tradición caudillista en la construcción del estado
boliviano, desde el Tata Belzu,
pasando por el dictador Melgarejo, Víctor Paz, Rene Barrientos, y hoy Evo
Morales. Octavio Paz decía que el culto al
caudillo y el mito revolucionario han
dominado la historia de América Latina.
DOS. El 2014,
durante una concentración en Sacaca, el Vicepresidente se dirigía a la
multitud: "si (el presidente) Evo Morales hubiera gobernado antes" del 2006,
Bolivia "sería una potencia" en el mundo; "El presidente
Evo Morales trabaja día y noche por todos y por eso estoy aquí trabajando a
favor de ustedes"; "cuando estaban los k'aras, los patrones, para
Sacaca, apenas habían 6 millones de bolivianos…Ha llegado el presidente Evo
Morales, que sabe de las necesidades de los pobres, y ha aumentado a 35
millones de bolivianos los recursos, seis veces más…Ha puesto en orden la casa
y ahora la plata es para las comunidades y el municipio". Por todo esto, García
Linera pedía a la población "cuidemos
al presidente Evo Morales y al Proceso de Cambio"[1]. Las connotaciones
pastorales de la exaltación a Evo son evidentes: Evo trabaja por nosotros
incansablemente, conoce nuestras penas/necesidades, cuida de nosotros, por eso nosotros
debemos cuidar de él. De esta manera, la revolución, el “proceso de cambio” se
va encarnando en el Líder, el “Jefazo”. De ahí a comparar al presidente
indígena con Jesucristo, estamos a un paso, como efectivamente lo hace el
sociólogo vicepresidente: en un evento de la CIDOB afín al gobierno afirmó que el presidente Evo Morales "es la resurrección del pueblo indígena, (el)
presidente Evo es como Cristo resucitado, es como el pueblo indígena que
resucita”[2].
Por tanto, si el “Jefazo” no solo es imprescindible, sino que es nuestro
pastor…como Cristo, entonces debemos re-elegirlo indefinidamente.
TRES. Durante el régimen estalinista, paralelo
al culto a Joseph y su entronización como el nuevo zar, corrían las purgas,
periódicas acciones de eliminación, no solo de individuos o poblaciones
consideradas opositoras, disidentes al régimen, sino también la limpieza
de potenciales competidores al líder
supremo, Stalin; de esta manera fueron ejecutados Grigori Zinóviev, Lev
Kámenev, Nikolái
Bujarin, León Trotsky y todo el comité central que liderizó
la revolución bolchevique. Es típico de
ideologías autoritarias, organizadas alrededor de caudillos: solo puede existir
una fe, por tanto un solo líder protector de la creencia. En el caso del
MAS, potenciales competidores al liderazgo de Evo Morales han sido
neutralizados, aislados, perseguidos, a medida que estos emergían; Abel Mamani,
Félix Patzi, Román Loayza, Alejandro Almaraz, Filemón Escobar, Rebeca Delgado…
Como en el partido leninista, el “Jefazo” no permite que haya alguien pensando
por cuenta propia, fuera de la línea oficial. Todo ello, en nombre de un “reino
de mil años”, llámese comunismo, socialismo comunitario o Vivir Bien, al cual
nunca se llega, pero se lo promete.
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