Durante su estadía en Cochabamba, Víctor Hugo Viscarra publicó la edición definitiva de su DICCIONARIO DEL COBA BOLIVIANO (1991). Para ello, estuvo trabajando en la Casa de la Cultura un tiempo. El escritor Adolfo Cáceres Romero realizó una ilustrativa entrevista, publicado en Los Tiempos.
VICTOR HUGO VISCARRA RODRIGUEZ:
"Diccionario del Coba
Boliviano”
-Por Adolfo Cáceres Romero
Como Baudelaire, pensamos que nuestro entrevistado no tuvo ni la vida ni el ambiente que se merecía. No, al menos en los años de su niñez, de su despertar a la vida que fue muy amarga y sacrificada. Maduro para el dolor, cuando nos habla de las muestras de amor que recibió nos expone sus cicatrices. De ahí que los escritos y las actitudes de conducta de Víctor Hugo Viscarra, destilen una amargura y rencor bacia todo lo que se manifiesta como fruto de ese amor. No puede asumir lo que le fue negado; sin embargo, a través de la literatura encontró un nuevo sentido a su vida. Se diría que su fortaleza es resultado de los golpes que lo forjaron; y así no sucumbió a su sino adverso. Ahora trabaja con ahínco en una serie de escritos. En cierto sentido, analizando sus estímulos y la temática de sus obras. Víctor Hugo es un escritor de rara estirpe, marginal y habitante de un submundo que muchos prefieren ignorar. Ahora le interesa el porvenir y no el pasado. Su testimonio vital no sólo está en el relato de sus experiencias, sino también, en su labor intelectual, como investigador de una lexicología particular; por eso conversamos con él sobre el "Diccionario del coba boliviano", que ha elaborado y que está en vísperas de ser publicado.
Podrías hablamos de los alcances del
Diccionario del coba boliviano"?
En vista de que el submundo marginal
boliviano es extenso y sus manifestaciones y connotaciones se pueden ver tanto
en las denominadas "zonas rojas" por la policía, como en las páginas
policiales de la prensa local, el acopio de términos clandestinos, modismos y
expresiones propias del ambiente marginal, en este caso del lenguaje secreto llamado
coba, abarcó temas que van desde el alcoholismo basta la drogadicción,
pasando por la sexualidad y, naturalmente, el mundo delictivo, con la
respectiva clasificación de las especialidades dentro del hampa boliviano.
¿Cuáles son las repercusiones de la
primera edición?
La primera edición fue lanzada al
mercado en el mes de noviembre de 1981. Aparte de que económicamente no me
reportó nada, el trabajo fue adoptado por la Policía Boliviana (en especial la
ex-Dirección de Investigación Nacional), como un texto oficial.
¿Existe una literatura y lenguaje
marginales?
Ahora bien, en mi opinión, creo que es
muy difícil hacer literatura sobre el ambiente marginal, sin antes no haber
conocido profundamente qué es lo que se quiere entender por “marginalidad”.
Para escribir este cuento no he necesitado utilizar palabras groseras. Me limito a mostrarlos tal cual son, y acaso sea por eso que es una muestra de que el castellano puede mostrar realidades sin salirse de las normas Cervantinas.
Pero, muchas veces me he preguntado, a las personas estigmatizadas por la marginalidad y el abandono, ¿les importará que se haga literatura acerca de ellos?
La respuesta parece ser no, ni siquiera les gusta que se hable de sus personas, porque como han sufrido en carne propia todo lo malo de esta vida (males ocasionados por la conducta que tienen), buscan en el anonimato la realización de sus vidas intrascendentes. Entonces, ante la carencia de una literatura identificada en la población menos importante del país, lo que pretendo es hacer un pequeño aporte que puede servir a desmitificar todo lo que se ha hecho hasta la fecha, sin que por esto yo quiera darme el título de innovador o cosas por el estilo. Mis relatos, cuentos, poemas y ensayos, son solamente eso: un aporte humilde a la literatura nacional.
¿Cuáles son los ámbitos socio-culturales
del coba?
-A mi juicio, el coba tiene un nacimiento humilde y hasta clandestino. Como cada palabra no va a hallar cabida en diccionarios o enciclopedias, su desarrollo y crecimiento es solapado y sutil. En los prostíbulos de baja categoría, en las cantinas de esas llamadas de "mala muerte", en las celdas policiales, en los mercados, cines y parques, sus parlantes lo pronuncian en voz baja: al poco tiempo, esas palabras de nacimiento incipiente son oídas en otros departamentos, y aún se las puede oír en aquellos círculos elitistas y sofisticados. El pantalón es "talón", la frazada "garra", el reloj, "bobina", la radio "cantora", el perro "roque", la mujer "germa", y quienes no pertenecen al submundo, no entienden ni un ápice de lo que se está hablando.
Fuente: Los Tiempos, 28/II/91’.
Suplemento CORREO/ Entrevista
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