jueves, 8 de julio de 2021

ALIMENTARSE EN LA CICLOVÍA, SUS IMPACTOS Y MANTENIMIENTO. Fotoreportaje V Carlos Crespo Flores (INCISO-UMSS)

Comideras

Un particularismo de la cultura del valle, que atraviesa clases y estratos sociales, es la seducción gastronómica. En el entorno inmediato a la ciclovía norte se pueden encontrar varios puestos de comida. Ubicados en lugares estratégicos, como nodos de conexión, encontramos principalmente platos “mañaneros” así como almuerzos, a precios populares. En algún caso, se aprovecha el arbolado a manera de protección solar. A estos lugares acuden trabajadores de la zona (albañiles, por ejemplo), gente haciendo trámites y transeúntes.





 












 Asimismo, encontramos kioscos, como el de Tupuraya.


El mayor impacto ambiental generado son los residuos, no siempre recolectados adecuadamente. Por otro lado, la higiene del servicio no es de las mejores.

 Comportamientos ciudadanos negativos

En el recorrido de la ciclovía norte, es común observar residuos tirados sobre la vía y los bordes. Es la expresión de un comportamiento ciudadano ambientalmente negativo, que afecta el paisaje y la calidad ambiental. Falta de educación? Percepción que no valora el entorno? Hay más de una explicación para tales actitudes.





 Asimismo, se lo puede ver como un ejemplo de “tragedia de los comunes”: un espacio público, donde, ante la falta de reglas claras y operando, los actores socializan las “externalidades” (los residuos), luego de un beneficio privado (el consumo).

 Mantenimiento de la ciclovía

A fines de los 60’s vivía en la zona de Las Cuadras. Entre mis amigos se encontraban hijos de trabajadoras barrenderas de la Alcaldía, seguramente el oficio más bajo y estigmatizado de la estructura institucional municipal. Las llamábamos “pichiris”, palabra derivada del quechua, “pichay” que significa “barrer”.


Las “pichiris” del siglo XXI tienen a la ciclovía como uno de sus territorios laborales. Martes y jueves las podemos ver, acompañadas por un varón “carretillero”, afanosas, esgrimiendo con maestría la tradicional escoba de paja.





Otro noble oficio de los servicios municipales, aunque poco valorada, son las jardineras. La mayoría son mujeres. Mantener el pasto, plantas ornamentales, arbolado, arbustos, es su tarea principal.


En ambos casos, estamos hablando de trabajos del cual dependen la limpieza y calidad ambiental de la ciclovía. Un adecuado mantenimiento contribuye a mejorar el paisaje no cementado, por tanto, al equilibrio físico y mental de los usuarios.



“Pichiris” y jardineras, dos oficios que en lenguaje de David Graeber[1], aportan al bienestar de la sociedad, por tanto, son necesarios para el común.

 Complementariedad de área verde con ciclovía

En la ciclovía norte encontramos varios espacios verdes protegidos (parques y áreas verdes). Ambos proveen servicios ecosistémicos, que se complementan y potencian sinérgicamente. La imagen es de un área verde cerca al “Pueblito”. Su ubicación y facilidad de acceso la torna complementaria al recorrido de la ciclovía, como espacio de descanso. 


 

Cochabamba, julio 2021



[1] Graeber, David (2018) Trabajos de mierda. Una Teoría. Editorial Ariel. 432 pp.

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