Luis Salazar se ha convertido en estrella. Debe estar dialogando con el
agua, pues para Luis la naturaleza tiene vida. Conversar con el agua, seguir
sus flujos, es un principio para la vida. Sus amigos continuaremos este legado.
El aporte de Lucho promoviendo el sector agua y riego en el departamento es
inmenso. Junto con su colega y amigo, Humberto Gandarillas, desde el Programa
de Riego Intervalles (PRIV) impulsaron en el valle cochabambino proyectos de riego
diversos, desde presas hasta sistema de microriego. Más aun, formaron
profesionales en el sector y crearon una verdadera escuela de
"riegueros" y "preseros". Ese periodo conoció a Pierre De
Zutter, importante en la incorporación de la cosmovisión andina en sus ideas y
proyectos, en particular relacionados con el agua.
De esta manera, conectar la ciencia agronómica rieguera con el saber
campesino, su "racionalidad", fue parte de su quehacer cotidiano y
profesional; por lo demás, expresión de su profundo amor por la sociedad
campesina andina. Este diálogo es, sin duda, otro legado que Luchito nos deja.
Lo conocí personalmente (pues ya sabía de su prestigio como
"rieguero") durante la Guerra del Agua, del 2000. Yo asistía a las
negociaciones respecto a la cuestionada ley de Agua Potable y Alcantarillado
Sanitario (2029), como parte (más bien tesista) del equipo técnico de la
Coordinadora del Agua. Luis, entonces funcionario de la GTZ, participaba como
experto, para orientar la discusión con el gobierno.
A pesar de su espíritu abierto y negociador, ser conocido de los regantes, para
el equipo técnico de la Coordinadora, Luis era considerado afín a los
"adversarios", principalmente porque ese momento la GTZ estaba
impulsando, con la bendición del gobierno, las asociaciones público privadas en
las empresas de agua y sus servicios. Una forma travestida de privatización,
decíamos. Pero, el 2005, con la victoria del MAS, la Coordinadora, convertida
en movimiento nacional del agua, logra que el futuro gobierno implemente la
llamada "agenda social del agua", incluyendo la creación de un
ministerio del sector. El primer viceministro de riego, con apoyo de los
regantes (entonces un sector respetado y autónomo), fue Luis Salazar.
Desde el inicio fue uno de los pocos críticos del discurso de los derechos
de agua, convertidos en política de Estado, como criterio organizador del
sector. Esta propuesta, defendida por los regantes, ha sido nefasta para la
gestión del agua y sus servicios en el país. Luis lo sabía. Obviamente perdió
el apoyo del sector y tuvo que salir del viceministerio.
Posteriormente, estuvo en la gobernación de Cochabamba, dentro el sector
riego y cuencas. Lo más importante de su gestión, fue la implementación de la Agenda Departamental del
Agua, un esfuerzo innovador de planificación participativa, orientada a construir
acuerdos para resolver problemas del agua de manera integral y solidaria. Todo ello,
desde el enfoque de "conversar con el agua". Posteriores autoridades
no continuaron la experiencia. Quienes participamos del proceso, continuaremos
la huella de Luis, como otro legado.
Diría que su paso por la administración pública dentro el Estado
Plurinacional, fue frustrante, para decirlo menos. Las miserias de la política
partidaria y el caudillismo clientelista, impidieron operacionalizar las ideas
y propuestas de Luis. Más aún, su figura y prestigio fue utilizado, para dar
una imagen de profesionalismo dentro las instituciones creadas por el “gobierno
de los movimientos sociales”. Cuando ya no les fue útil, lo excluyeron.
Mejor Lucho, el Estado Plurinacional nunca te entendió, pues tu apertura y
pluralismo podía ser peligroso. Son los campesinos regantes, los productores
que utilizan y dialogan con el agua, quienes continuaran fluyendo, contigo. En
fin, como Maurizio Bagatin, creo
que “el Tata Luis… nos enseñó la alegría en el
trabajo, el placer de la convivialidad, la sonrisa siempre disponible”.
Cochabamba, 14 de junio 2023
Agradezco a Fernando Antezana y Maurizio Bagatin por las
sugerencias y comentarios.
Reforzado luego con su relación con gente del PRATEC (Perú),
como Eduardo Grillo y Julio Valladolid.
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