De una revisión de las notas de categorización No 3063 y 3064 de dos viaductos, de los cuatro planificados para la zona a lo largo de la Av. 6 de Agosto, se me ocurren algunos temas.
Las notas enviadas por la Dirección de RRNN y MA como autoridad ambiental competente, dependiente de la gobernación, comunican al alcalde Edwin Castellanos que ambos viaductos han sido “identificado en el nivel de EIA correspondiente a la Categoria III, "por lo que en aplicación del Art. 51 del RPCA, deberá presentar el planteamiento de las Medidas de Mitigación (MM) y el Plan de aplicación de Seguimiento Ambiental (PASA) para el proyecto mencionado, en un plazo de 6 meses...". Con la presentación de ambos documentos, la autoridad ambiental otorgará la licencia ambiental, esto es, la luz verde para iniciar las obras.
Es preciso señalar que la Categoría III exime al constructor, en este caso la Alcaldía de Cercado, de realizar un estudio de impacto ambiental que incluya la consulta pública, como señala el mencionado artículo 51, si se hubiera definido como categoría I, como es el caso.
Bajar de categoría a las “obras estrella” es una práctica común de la gestión municipal desde la implementación misma de los reglamentos de la ley del medio ambiente. En general los viaductos, pasos a desnivel, carreteras han sido construidos bajo esta modalidad, ignorando de esta manera a las poblaciones locales y vecinos que son los principales afectados por estas mega obras.
La magnitud de las infraestructuras viales a ser construidas en la Av. 6 de Agosto definitivamente transformarán el espacio urbano y la calidad de vida de los habitantes de la zona, por tanto requieren evaluaciones técnicas cuidadosas y decisiones que incluyan a los y las vecinas y otros sectores que serán afectados por las obras.
La zona es altamente compleja como ecosistema urbano, más aún por la presencia de la Cancha, por tanto los viaductos producirán también efectos integrales y conectados, cuyas magnitudes en muchos casos no podemos determinar aunque ya podemos sentirlas y visualizarlas en los viaductos previamente construidos, y que sirven también para sintetizar los principales problemas de estas “obras estrella” del transporte.
- Los vecin@s del entorno inmediato estarán expuestos a mayores niveles de contaminación atmosférica y sonora por el incremento de motorizados en circulación.
- Se incrementará la percepción colectiva de inseguridad en la zona, debido a la escasa circulación de peatones, el mayor flujo vehicular a alta velocidad, la emergencia de “zonas liberadas” y “espacios muertos”.
- Mayores dificultades para l@s vecin@s de acceder al transporte público debido a la velocidad de circulación motorizada.
- Como parte de los equipamientos, se implementan áreas o espacios verdes, pero que no son utilizados como espacios recreativos y lúdicos, sino como “zonas liberadas”.
- Contaminación paisajística por los inmensos letreros comerciales que hacinan estos espacios de circulación de vehículos, muchos de ellos vandalizados incrementando aun más la sensación de deterioro ambiental.
En suma, asistiremos un deterioro generalizado de la calidad ambiental urbana de la zona y la calidad de vida de sus habitantes. Más aún, son l@s vecinos quienes asumen los “costos ambientales” de las “obras estrella” viales.
Para el ecosistema urbano de la ciudad, estas vías son parte de un enfoque de política municipal que basa su idea de progreso urbano en facilitar la expansión del automóvil y su cultura, y los viaductos son uno de sus medios. Si estamos de acuerdo en que la ciudad debe ser para los seres humanos no para el automóvil, los viaductos constituyen una contradicción.
Los viaductos de la Av. 6 de Agosto, como en otros proyectos similares, son construidos para reducir la congestión vehicular en la zona y liberar el flujo vehicular de este a oeste en la Av. 6 de agosto, como afirmaban los técnicos del municipio en la audiencia última, es decir facilitar a los motorizados sus desplazamientos.
Los efectos de la dictadura del automóvil en Cochabamba son dramáticos. De acuerdo al plan departamental de desarrollo, en el departamento circulaban alrededor de 87 mil vehículos, en cambio para el 2010 el parque automotor ascendió a más de 223 mil vehículos, lo cual representó un incremento del 235 %, con una tasa acelerada de crecimiento anual promedio del 10 %. (pp. 78).
Como han mostrado los casos previos, los pasos a desnivel, viaductos como los planificados, si bien amainan el problema de congestión vehicular por un tiempo, al “invitar” a utilizar el automóvil, en el corto plazo incrementan nuevamente el numero de automóviles en desplazamiento y amplían la escala y magnitud del problema hacia otras zonas. Estas opciones son ecológicamente no sustentables, por tanto no podemos seguir alimentándolas.
Para resolver la congestión vehicular es necesario quitar espacio al automóvil, reducir físicamente la cantidad de motorizados en la ciudad, antes que obligar a l@s vecin@s asumir los “costos ambientales”.
En la ya mencionada audiencia, los técnicos municipales reconocieron que estaban en proceso de elaboración el plan de movilidad urbana; otra contradicción pues el plan debería decirnos si se requieren, o no, los viaductos y no construirlos previamente a su formulación.
Cochabamba, Marzo 2013
La maqueta del proyecto presentado a los vecinos en audiencia pública por la HAM de la ciudad de Cochabamba el 26 de febrero del presente
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