Kropotkin en “El Apoyo Mútuo” mostró que la posibilidad de la vida en la naturaleza es producto de la cooperación, el apoyo mutuo, presentando diversas evidencias del mundo natural. Más de 100 años después la ciencia oficial está dando razón al “príncipe anarquista”, como ya lo destacó Colin Ward (1999/2012). Las tesis darwinistas reduccionistas que proclaman la competencia y la ley del más fuerte como eje de cohesión de la naturaleza y la sociedad, demandando por tanto la creación de derechos de propiedad, están llevando a la crisis ecológica que ya estamos viviendo, y Kropotkin las cuestionó tiempo atrás.
Profundizar las prácticas anarco kropotkinianas
del apoyo mutuo hoy se tornan en necesidad, y el artículo justamente muestra su
importancia: solo la cooperación es sostenible en términos evolutivos; al mismo
tiempo, el apoyo mutuo no es contradictorio con la autonomía individual, con la
actitud “egoísta” que denominan los investigadores. El estudio liderizado por Christoph
Adami lo evidencia.
Otra evidencia
fundamental es la importancia de la comunicación en los procesos de cooperación,
fenómeno estudiado previamente por Gregory Bateson (ver Pasos para una ecología
de la mente).
Referencia
Ward, Colin
(1999/2012) Autonomía Saludable. http://cesu.umss.edu.bo/areas-de-trabajo/medio-ambiente-y-desarrollo-sustentable/11-autonomia-saludable.
Publicado por primera vez en Freedom,
24 de julio 1999.
Se agradable. La
evolución te castigará si no lo eres, dice un estudio
Las personas
egoístas tienen ventaja en el corto plazo, pero la cooperación y la
comunicación ganan en el largo plazo
James Vincent
Viernes, 02 de
agosto 2013
Una nueva investigación ha desafiado la noción de que la evolución favorece el
interés propio por encima de la cooperación, sugiriendo en cambio que los
individuos egoístas finalmente “compiten entre sí por su existencia”.
El estudio, publicado en la revista Nature,
utilizó modelos de teoría evolutiva de juegos (TEJ) para mostrar cómo en el
largo plazo las poblaciones que cooperan son más exitosas que los egoístas.
Los investigadores
utilizaron computadoras para jugar a través de un gran número de
"juegos" simulando escenarios de cooperación y traición. Al ajustar
las estrategias de los jugadores virtuales fueron capaces de comparar los
comportamientos que dieron lugar a la supervivencia.
El estudio enfrentó
los jugadores siguiendo las llamadas estrategias "determinante cero"
(suma cero) (aquellos que actúan egoístamente) en contra de otros que tienen
enfoques más benévolos. Mientras los estrategas egoístas disfrutaron de una
breve ventaja, los opositores finalmente llegaron a reconocer y superar los
individuos egoístas.
"La
comunicación es fundamental para la cooperación - pensamos que la comunicación
es la razón para que la cooperación se produzca", dijo Christoph Adami,
profesor de la Universidad Estatal de Michigan y autor principal del artículo.
"En un entorno evolutivo, con poblaciones de estrategias, se necesita
información adicional para distinguirlas entre sí.
"Encontramos la
evolución te castigará si eres egoísta y cruel. Por un corto tiempo y en contra
de un conjunto específico de oponentes, algunos organismos egoístas pueden
salir adelante. Pero el egoísmo no es evolutivamente sostenible".
Gran parte de lo que
entendemos acerca del funcionamiento de la conducta egoísta y altruista en la
sociedad proviene de la teoría de juegos, una rama de las matemáticas
relacionadas con la toma de decisiones. Fue desarrollado a lo largo de la mitad
del siglo 20, pero saltó a la fama primero a través de las obras de John Nash y
luego como una ideología política guía durante la guerra fría.
Uno de los estudios más famosos de la teoría de juegos es el "dilema del prisionero", un escenario hipotético en el que a dos presos se les ofrece la libertad si informan sobre el otro. La explicación de Nash parecía mostrar que los individuos deben perseguir sus propios intereses, porque no pueden predecir cómo actuarán los demás.
El problema con
estos ejemplos es que son abstractos y teóricos - no toman en cuenta los muchos
matices de los escenarios del mundo real, donde las personas tienen la
oportunidad de evaluar cuan dignos de confianza son los otros, discutir sus
opciones, así como evaluar el comportamiento pasado de las otras personas.
A pesar del aparente mensaje humano de las conclusiones de la nueva
investigación, estas no contradicen el concepto del "gen egoísta" -
la teoría de que los organismos vivos sólo existen para propagar su material
genético.
En su lugar, los resultados pueden complementarlo, pues el comportamiento cooperativo beneficia a todas las especies y por lo tanto la existencia de un acervo genético más amplio. La cooperación dentro de un grupo no excluye el egoísmo fuera de ella.
1 comentario:
Muy interesante el artículo, me llevo esta frase para difundir: "La cooperación dentro de un grupo no excluye el egoísmo fuera de ella"
ArribA gente!!!!
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