Peter Gelderloos
Traducido al
español y publicado originalmente por Bitácora Anarquista
Si la respuesta de los capitalistas verdes al
cambio climático solo le echará mas leña al fuego, y si el gobierno a la escala
mundial es incapaz de resolver el problema, como ya lo he argumentado en
artículos previos [1] [2], como los anarquistas sugerirían
reorganizar la sociedad para poder disminuir la cantidad de gases invernaderos
en la atmósfera, y sobrevivir a un mundo que ya ha cambiado?
No hay una sola posición anarquista, y muchos
anarquistas se niegan a ofrecer cualquier tipo de propuesta argumentando que si
la sociedad se libera del estado y el capitalismo, esta cambiara orgánicamente,
y no de acuerdo a un anteproyecto. Además, la actitud policial, de ver el mundo
desde arriba e imponer cambios, es inextricable a la cultura que es responsable
de destruir el planeta y oprimir a sus habitantes.
Sin embargo, quiero bosquejar una posible manera
de como podríamos organizar nuestras vidas, no dando una propuesta concreta,
sino porque las visiones nos hacen mas fuertes, y todos nosotros necesitamos el
coraje para romper de una vez por todas con las instituciones existentes y las
soluciones falsas que ofrecen. Siguiendo los propósitos de este texto, no voy a
entrar a ninguno de los importante debates con respecto a ideales – niveles
apropiados de tecnología, escala, organización, coordinación, y formalización.
Voy a describir como una sociedad ecológica y anti-autoritaria podría
manifestarse, fluyendo desde la complejidad social del momento presente. Por
razones de simplicidad, tampoco entraré en el debate científico sobre que es y
que no es sostenible. Esos debates y la información que presentan son
accesibles extensamente para quienes quieran hacer su propia investigación.
Baso la descripción de este posible futuro mundo
en lo que es físicamente necesario y lo que es éticamente deseable, en
concordancia con las siguientes premisas.
·
La extracción de combustibles fósiles y su
consumo deben detenerse por completo.
·
La producción de comida industrial debe ser
reemplazada por la cosecha sostenible de comida al nivel local.
·
Estructuras centralizadas de poder son
inherentemente explotadoras del medio ambiente y opresivas hacia la gente.
·
La mentalidad de valor cuantitativo, acumulación,
producción, y consumación – o mejor dicho, la mentalidad del mercado libre – es
inherentemente explotadora del medio ambiente y opresiva hacia la gente.
·
La ciencia médica esta infundida con un odio del
cuerpo humano, y aunque haya perfeccionado respuestas efectivas a nuestros
síntomas, es dañina para nuestra salud de la manera en que es practicada
actualmente.
·
La descentralización, la asociación voluntaria,
la auto-organización, el apoyo mutuo, y la no-coerción son viables y han
funcionado, dentro y fuera de la civilización occidental, innumerables veces.
Bienvenidos al futuro. Nadie hubiera pensado que
la sociedad global sería de esta manera. Su característica mas definitiva es su
heterogeneidad. Algunas ciudades han sido abandonadas, arboles crecen a través
de sus avenidas, ríos fluyen donde antes el asfalto cubría la tierra, y los
rascacielos se desmoronan mientras ciervos pastan en sus cimientos.
Otras ciudades prosperan, pero han cambiado hasta
volverse irreconocibles. Techos, lotes baldíos, y veredas han sido convertidas
en huertas. Arboles de frutas y nueces forman hileras en cada cuadra. Gallos
cantan cada amanecer. Alrededor de un décimo de las calles – las mas grandes
vías – permanecen pavimentadas o empedradas, y buses funcionando con biodiésel
las recorren con frecuencia. Otras calles han sido ampliamente invadidas por
jardines y huertas, aunque ciclovías recorren en el centro de estas. Los únicos
edificios que tienen electricidad las veinticuatro horas al día son las plantas
de tratamiento de agua, los hospitales, y las estaciones de radio. Los teatros
y los edificios comunitarios obtienen energía hasta tarde en rotación, para que
puedan quedarse abiertos para noches de cine u otros eventos. Todo el mundo
tiene velas y lámparas a cuerda, así que siempre hay alguna luz en muchas
ventanas hasta tarde. Pero no es nada parecido a como era antes; en la noche se
pueden ver las estrellas en el cielo, y los niños quedan boquiabiertos cuando
los mayores les dicen como la gente había abandonado ese placer.
La electricidad es producida por una red de
plantas de energía que queman desperdicios agrarios (como mazorcas de maíz por
ejemplo) y biocombustibles, y a través de una cantidad reducida de eólicas y
paneles solares. Pero la ciudad funciona con solo una fracción de lo que usaba
previamente. La gente calienta y enfría sus hogares por medio de un diseño
solar y eficiente, sin electricidad alguna. En las regiones mas frías, la gente
complementa esto en el invierno con la quema de combustibles renovables, pero
las casas están bien aisladas y los hornos están diseñados con la máxima
eficiencia, así que no se necesita mucho. La gente también cocina con hornos a
base de combustible, o en climas mas templados con hornos solares. Algunas
ciudades que utilizan mas electricidad para la industria manufacturera y para
mantener formas de generación de electricidad renovables (solar, eólica, y
energía de la marea) también cocinan con electricidad. Muchos edificios tiene
una lavadora colectiva, pero todas las prendas se secan a la antigua: en una
cuerda.
Nadie tiene un refrigerador aunque cada edificio
o piso tiene un congelador comunal. La gente aprovisiona alimentos perecederos
como yogurts, huevos, y vegetales en una nevera portátil o en el sótano,
y comen alimentos frescos o los enlatan. La gente cosecha la mitad de lo que
consume en las huertas de su cuadra. Casi todos alimentos que consumen son
cosechados a veinte millas de donde viven. Ningún alimento es genéticamente
modificado o producido con químicos, y todos son producidos por su sabor y
nutrición, no por su perennidad y facilidad de transporte. En otras palabras,
todos los alimentos saben mejor, y la gente es mucho más saludable.
Enfermedades cardiacas, diabetes, y cáncer, algunos de los mas grandes asesinos
de la sociedad capitalista, se han desvanecido. Los súper virus, creados
durante el capitalismo, que mataron a millones de personas durante el colapso,
han desaparecido por la mayor parte, y el uso de antibióticos ha casi
terminado, la gente vive en condiciones mas sanas globalmente y tienen sistemas
inmunes mas fuertes, y los viajes globales no son ni tan frecuentes ni tan
acelerados. La gente también tiene una mucha mayor consciencia con respecto al
medio ambiente y una conexión personal con la bioregión porque se alimentan de
lo que se produce en temporada y lo que se cosecha localmente, y también porque
son ellos mismos quien lo cosechan.
Cada hogar tiene un inodoro de abono y un
fregadero, pero no hay desagüe. Se ha vuelto un tipo de regla sobreentendida
alrededor del mundo que cada comunidad debe tomar responsabilidad de sus
propios desperdicios. Deshacerse de desperdicios con la corriente de un río se
ha vuelto el tabú mas grande. Las relativamente pocas fabricas que quedan usan
fungí y microbios en grandes terrenos forestales alrededor de las zonas
industriales para remediar cualquier contaminante que produzcan. Los barrios
convierten sus desperdicios en compost o combustible. La cantidad de agua es
limitada, por lo tanto los edificios están equipados con atrapa-lluvias para
las huertas. Los hogares que exceden por mucho la cuota recomendada del uso del
agua son públicamente abochornados. La cuota recomendada no es impuesta; es
simplemente una sugerencia distribuida por quienes trabajan en el sindicato de
agua, basada en la cantidad de agua que la ciudad esta permitida de desviar de
la fuente principal, y en concuerdo con todas las comunidades que comparten la
fuente.
En la mayoría de ciudades, la gente organiza
asambleas periódicas para el mantenimiento de huertas, vías, calles, edificios,
organizar guarderías, y mediar disputas. La gente también participa en
reuniones con cualquier sindicato o proyecto de infraestructura al cual quieren
dedicar su tiempo. Estos pueden incluir al sindicato de agua, el sindicato de
transporte, el sindicato de electricidad, el hospital, la unión de
constructores, la unión de enfermeros (la mayoría de la atención médica es
realizada por herboristas, naturistas, homeópatas, acupunturistas, masajistas,
parteras, y otros especialistas que visitan los hogares), o fábricas. La
mayoría de estas organizaciones están descentralizadas al máximo, confiando a
individuos y pequeños grupos de trabajo en como hacer su trabajo, aunque cuando
es necesario se coordina a través de reuniones que usualmente funcionan como
asambleas abiertas usando consenso, con una preferencia por compartir
perspectivas e información sin tomar decisiones siempre y cuando sea posible.
Algunas veces, reuniones inter-regionales (como por ejemplo la reunión de comunidades
que comparten la fuente de agua) son organizadas con una estructura de
delegaciones, aunque las reuniones siempre están abiertas a todo el mundo, y
siempre buscan el llegar a decisiones que satisfagan a todos ya que no
hay instituciones coercitivas y cualquier tipo de coerción es desaprobada
por tratas de “traer de vuelta los viejos tiempos”.
Como el poder está siempre localizado en la
medida que es posible, la gran mayoría de decisiones es tomada por
individuos o grupos pequeños que comparten afinidad y trabajan juntos
regularmente. Una vez que no hay énfasis para controlar y acumular poder, en
imponiendo homogeneidad o la singularidad de resultados, la gente descubre que
la mayor parte de la coordinación puede ocurrir orgánicamente, con gente diferente
tomando diferentes decisiones y resolviendo por si mismos como reconciliar sus
decisiones con las de los demás.
Aunque las sociedades de hoy están estructuradas
para crear sentimientos de comunidad y mutualidad, existe también espacio para
la privacidad y la soledad. Muchos barrios tiene cocinas comunales y comedores,
pero la gente puede y a menudo cocina y come por si mismos, cuando les da la
gana. Algunas sociedades tienen duchas públicas, y otros no, dependiendo de
diferencias culturales. La forzada comunalización de experimentos pasados en
utopías socialistas está ausente en este mundo. La propiedad privada ha sido
abolida en el sentido clásico de los medios de producción que la gente necesita
para su supervivencia, pero cualquiera puede tener cuantos objetos personales
puedan conseguir – ropa, juguetes, reservas de caramelos u otros manjares, una
bicicleta, etc.
Mientras mas pequeña la comunidad, la
probabilidad es mayor de que opere con una economía de regalo – cualquier cosa
que no uses lo das como regalo, reafirmando tus lazos sociales y aumentado la
cantidad de objetos en circulación – la cual es tal ves la economía mas común y
de mas larga trayectoria en la historia del ser humano. Mas allá del nivel
barrial, o cuando se trata de objetos raros o que no son producidos localmente,
la gente puede comerciar. Los sindicatos de algunas ciudades pueden utilizar un
sistema de cupones para la distribución de cosas que escasean o de producción
limitada. Si trabajas en el sindicato de electricidad, por ejemplo, puedes
obtener un numero de cupones que luego puedes utilizar para conseguir cosas de
la fabrica de bicicletas o de algún granjero fuera de la ciudad.
Los artículos mas comúnmente producidos en las
fabricas son bicicletas, herramientas de metal, ropa, papel, equipo medico,
biodiésel, y vidrio. Mas común que la fabrica es el taller, en el cual la gente
fabrica cualquier tipo de cosas, con una calidad mayor y a un ritmo mas lento y
digno (y saludable). Los talleres usualmente usan materiales reciclados
(después de todo, hay muchos antiguos centros comerciales llenos de cachivaches
y chatarra) y fabrican cosas como juguetes, instrumentos musicales, ropa,
libros, radios, generadores de electricidad, bicicletas, y partes de
automóviles.
El trabajo no es obligatorio, pero casi todo el
mundo trabaja. Cuando no tienen jefes y pueden hacer cosas que son útiles, la
gente tiende a disfrutar del trabajo. Aquellos que no contribuyen trabajando de
ninguna forma son a menudo despreciados o excluidos de los aspectos mas
agradables de vivir en sociedad, pero nunca es considerado aceptable el negar a
alguien comida o tratamiento médico. Porque no ayudan a sus prójimos, es poco
probable que consigan buenas comidas, consultas medicas, masajes, o
acupuntura a menos que tengan un problema específico, pero nunca se les dejara
morir de hambre. Es una pequeña carga de recursos para la comunidad, pero nada
comparado con el parasitismo de jefes, políticos, y fuerzas policiales del
pasado.
No hay más policías. Generalmente, la gente está
armada y entrenada en defensa propia, y la vida de todos incluye actividades
que incentivan sentimientos colectivos o comunales de interés propio. La gente
depende de la cooperación y el apoyo mutuo para sobrevivir y ser felices, así
que aquellos que dañan sus lazos sociales se insolan y se hacen daño. La gente
peleó por derrocar a sus opresores. Derrotaron a la policía y las fuerzas
armadas de las clases dirigentes, y recuerdan esta victoria. La imperativa de
nunca volver a ser gobernados forma una gran parte de su identidad hoy en día.
No serán intimidados por el ocasional psicópata o pandillas de mafiosos.
En breve, la ciudad tiene una desdeñable huella
ambiental. Una alta densidad de gente vive en una área determinada, que sin
embargo contiene gran diversidad, con muchas especies de plantas y animales
cohabitando la ciudad. No producen polución que no remedien ellos mismos. Toman
agua de la fuente, pero mucho menos que en una ciudad capitalista, y en acuerdo
con otras comunidades que usan esa misma fuente. Botan gases invernaderos a
través de la quema de combustible, pero la cantidad es menor a la que absorben
de la atmósfera por medio de su propia agricultura (pues todos sus combustibles
son de origen agrario, y el carbón que botan es el mismo que esas plantas
removieron de la atmósfera mientras crecían). Casi toda la comida es local y
producida sosteniblemente. Existe una pequeña cantidad de producción
industrial, pero la gran parte de esta usa materiales reciclados.
Afuera de la ciudad, el mundo ha cambiado mucho
más. Desiertos, selvas, regiones montañosas, pantanos, tundras, y otras áreas
que no pueden sosteniblemente soportar altas poblaciones humanas han regresado
a su estado natural. Ningún tipo de programa gubernamental fue necesario para
crear reservas naturales; simplemente no valía la pena quedarse en esos lugares
cuando la producción de combustibles fósiles se detuvo. Muchas de estas áreas
han sido reclamadas por sus habitantes indígenas originarios. En muchas de
estas, la gente vive como cazadores-recolectores, llevando a cabo la mas
inteligente forma de economía posible en esa bioregión y tornando la noción
convencional de lo que es futurístico de cabeza.
Algunas comunidades rurales son auto-suficientes,
sustentadas con la agricultura y la ganadería, o mas intencionalmente con la
permacultura. Mucha gente que dejó las ciudades durante el colapso formó estas
comunas, y son mas felices y sanos que durante el capitalismo. Algunas de las
comunidades permaculturales son compuestas de unidades familiares mas
tradicionales, con cada familia ocupada de uno o dos acres de tierra,
extendidos en una distribución homogénea sobre un vasto territorio. Otras
constan de un núcleo densamente poblado, con cientos de habitantes viviendo en
doce acres de campos intensamente cultivados, rodeados por arboles frutales y
prados con frutas, nueces, y ganado, rodeados a su vez por un anillo de
bosques naturales que sirven de amortiguador ecológico, y como espacio para la
ocasional tala de arboles, y la caza de animales. Estas comunidades rurales son
casi completamente auto-suficientes; tienen una relación sostenible con la
tierra, fomentan una alta biodiversidad, y su emisión de gases de efecto
invernadero netamente equivale a cero.
Las comunidades rurales en los estrechos radios
de las ciudades llevan a cabo una agricultura intensa, ayudada por algunos
productos manufactureros, enlazando una relación simbiótica con sus vecinos
urbanos. Cada semana, utilizando carruajes o camionetas biodiésel, traen comida
y biocombustibles hacia un barrio específico de la ciudad, y se llevan de
vuelta compost (la mayoría proveniente de inodoros ya que los restos de comida
sirven para alimentar a las aves urbanas). Con este nutritivo compost, vidrio
para invernaderos, herramientas de metal, y el ocasional tractor o arado
mecánico compartido entre varios minifundios, se puede producir altos
rendimientos todo el año sin destruir la tierra ni dependiendo en químicos o
carburantes fósiles. Usan la siembra intercalada y otros métodos derivados de
la permacultura para preservar el estado saludable de la tierra y evitar las
pestes. Las granjas están dotadas de arboles fruteros y pequeños bosques; así
que hay una gran biodiversidad, incluyendo gran cantidad de aves que se
alimentan de insectos. Ya que no practican la mono-cultivación, las pestes y
las enfermedades no se expanden tan incontrolablemente como en la agricultura
capitalista. El uso de plantas nativas, diferentes especies, la protección del
suelo, y la preservación de bosques también mitigan el impacto de las sequías y
el clima extremo causado por el cambio climático.
Todavía existe una cantidad aceptable de
transporte entre bioregiones. Las ciudades están conectadas por medio de trenes
biodiésel, y la gente cruza regularmente los océanos en barcos que funcionan
por medio de energía eólica. Una cantidad definida de comercio interregional
funciona de esta manera, pero el transporte interregional principalmente sirve
para permitir el movimiento de gente, ideas, e identidades. La gente es menos
móvil que en los últimos días del capitalismo, pero por otro lado, no tienen
que preocuparse por seguir los caprichos de la economía que los obligaba
a partir en busca de trabajo. Las bioregiones son casi completamente auto-suficientes
económicamente, y la gente encuentra el sustento necesario. Si quieren partir
es porque quieren viajar para ver el mundo, y son libres de hacerlos porque las
fronteras dejaron de existir.
La comunicación a larga distancia funciona
principalmente a través de la radio. La mayoría de comunidades urbanas y
semi-urbanas tiene teléfono e internet. La producción altamente tóxica de
computadores ha casi terminado, pero algunas pocas ciudades usan métodos
innovadores y mas limpios para manufacturar computadores en una escala mínima y
mas lentamente. Sin embargo, existen suficientes repuestos en circulación que
la mayoría de vecindades pueden mantener algunas computadores funcionando si
así lo desean. Mucha gente rural vive lo suficientemente cerca de una ciudad
para tener acceso a estas formas de comunicación de vez en cuando. Todavía se
reciben noticias de todo el mundo, y se continúa a cultivar una identidad que
es parcialmente global.
La base económica de la sociedad se ha
diversificado bastante en cada comunidad lingüística. En otras palabras,
alguien puede vivir en una comuna agrícola con un nivel de tecnología muy
similar al de la sociedad occidental en el siglo diecinueve, pero a proximidad
existe un bosque habitado por cazadores-recolectores, y algunas veces al año
van a una ciudad organizada por sindicatos y asambleas, donde hay electricidad,
buses, una estación de tren o un puerto, donde se puede ver películas o leer el
blog de alguien al otro lado del planeta. Imágenes y noticias de alrededor del
mundo pasan por cada comuna regularmente. Se habla el mismo idioma y se
comparte una cultura e historia similar con estas comunidades que de lo
contrario serían tan diferentes. Un efecto de esto es que una exclusiva
identidad insular que podría traer problemas, entre estos la regeneración
potencial de comportamientos dominadores e imperialistas, es constantemente
balanceada por el crecimiento de una identidad global y la mezcla con miembros
tan diferentes de una comunidad amplia. En realidad, ya que la mayoría de
comunidades lingüísticas se extienden mucho mas allá de una bioregión y ya que
la gente disfruta de una movilidad social sin precedentes, existe una
circulación sin fin de gente entre estas diferentes comunidades; cada individuo
decide, cuando llegan a una cierta edad, si quieren vivir en la ciudad, el
campo, o los bosques. No solamente las fronteras no existen entre naciones
artificialmente construidas; las fronteras sociales tampoco detienen el
movimiento entre diferentes categorías identitarias y culturales.
Para la gente mayor, esta forma de vida se
asemeja al paraíso, mezclado con los sombríos detalles de la realidad –
conflictos, trabajo duro, desamores, y drama banal. Los jóvenes simplemente
piensan que este tipo de vida es resultado de sentido común.
Y cada año, el mundo se cura una poco mas de los
estragos causados por el capitalismo industrial. Nuevas áreas se vuelven
silvestres y la cantidad de bosques y humedales aumenta, mientras que áreas
altamente pobladas se vuelven ecosistemas saludables gracias a la jardinería,
la permacultura, y la eliminación de autos. Los niveles de gases de efecto
invernadero se reducen lentamente, por la primera vez en décadas; el carbón
vuelve a los suelos, a los bosques y humedales, a nuevas áreas urbanas verdes;
y la quema de combustibles se detiene. Mas de un tercio de las especies en el
planeta se extinguieron antes de que la gente cambie su manera de vivir, pero
ahora que la perdida de hábitat se reversa, muchas especies regresan a
proliferar. Mientras la humanidad no olvide la lección mas difícil que haya
aprendido, en algunos millones de años, la biodiversidad del planeta será tan
grande como siempre lo fue.
Una vida digna ha reemplazado el lucro como el
nuevo barómetro social, y en un golpe a todos los ingenieros del planeamiento
social, todo el mundo puede hacer sus propias medidas, y determinar por sí
mismos como lograrlo. La gente ha recuperado la habilidad de alimentarse y
alojarse por sí mismos, y las comunidades individuales han mostrado que ellas son
las que se encuentran mejor situadas para diseñar un modo de sostenibilidad
adaptado a condiciones locales y los varios cambios resultado del calentamiento
global. Era sentido común. La sola solución que todos los que se beneficiaban
del cambio climático nunca hubieran discutido era la única que podía funcionar.
Durante un largo tiempo, la gente no creía a
quienes advertían sobre el cambio climático, sobre el colapso ecológico, y
otros problemas creados por el gobierno y el capital; los mismos que clamaban
soluciones radicales. Al final, vieron que la mejor decisión que hayan tomado
en sus vidas fuera la de parar de confiar en aquellos en el poder, los
responsables de todos esos problemas, y en ves comenzar a confiar en si mismos,
y aventarse.
A esos lectores que dudan la
posibilidad de esta visión, pueden echarle un vistazo a Campos, Fábricas, y
Talleres de Pedro Kropotkin, donde científicamente se muestra una proposición
similar, hace ya mas de cien años. También pueden revisar como la tierra nativa
donde viven fue organizada antes de la colonización. De donde yo vengo, la
Confederación Powhatan mantuvo la paz y coordinó el comercio entre varias
naciones en el sur de la Bahía Chesapeake. Al norte, los Haudensaunne
mantuvieron la paz entre cinco, y luego seis naciones, por cientos de años.
Ambos grupos soportaron una alta densidad de población mediante la horticultura
intensiva y pescando sin degradar el medio ambiente.
Donde ahora vivo, en Barcelona,
los trabajadores tomaron la ciudad y las fábricas y manejaron todo por sí
mismos en 1936. Y en donde estoy escribiendo este artículo, en Seattle, hubo
una huelga general de un mes en 1919, y los trabajadores también se probaron
capaces de organizarse y mantener la paz. No es un sueño. Es una posibilidad
inminente, pero solamente si tenemos el coraje de creer en ella.
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