1. Defender la
autonomía por encima de todo. Es lo que nos permite construir la “otra”
universidad. Ser autónomo es la base de la libertad de cátedra, de decir lo
que uno piensa y estudia, sin pedir permiso a nadie. Al mismo tiempo, desde
esta autonomía, sus miembros decidimos sobre nuestras relaciones, con el Estado
particularmente, hoy en proceso de intervenir sobre el sistema universitario
público. Como dijo el ácrata Paul Goodman:“… el principio fundamental no es la
libertad, sino la autonomía, la capacidad de iniciar una tarea y hacerlo en la
manera de uno… Las personas Autónomas se protegen a sí mismas obstinadamente, (mientras)
el pathos de los pueblos oprimidos… es que, si se liberan, no saben qué hacer. No
habiendo sido autónomos, ellos no saben como es, y antes que aprendan, tienen
nuevos jefes que no tienen prisa en abdicar. . .”.
2. El co-gobierno docente estudiantil ha muerto.
Viva el co-gobierno!
Organizar la universidad bajo el modelo del co-gobierno universal, paritario
docente estudiantil, no da más. Fue un modelo populista del fallecido Jorge “Pikucho”
Trigo Andia, como dispositivo de control, vigilancia y clientela, que da la
falsa imagen de un gobierno compartido entre docentes y estudiantes, cuando en
realidad solo ha estructurado élites de poder cerradas, verdaderas logias clientelistas
y autoritarias, donde partidos políticos, organismos corporativos docente
estudiantiles y administrativos, o simplemente individuos con influencia, sean
de izquierda o derecha, “t’aras” o “k’aras”, se reparten cuotas, pegas, notas. En
fin, un sistema de gobierno universitario corrupto, bajo el paraguas del “co-gobierno”,
que ha estructurado una poderosa maquinaria burocrática, que ha organizado la
universidad alrededor de sus tentáculos. Solo con el actual rector interino han
ingresado alrededor de 90 nuevos administrativos, para dar un ejemplo de lo
terrorífico del panorama.
3. Las relaciones
sociales y académicas en la UMSS deben partir de la relación docente-alumno,
del proceso educativo emergente, de su interacción agonista, antes que de las
relaciones de poder establecidas por los grupos de poder dominantes y los
organismos corporativos universitarios. Es la academia la que nos debe constituir
antes que la ideología, particularmente las autoritarias; desde espacios
autónomos de (re)producción e interacción del conocimiento. Es en el aula, el
laboratorio, el taller; desde la formación, investigación, interacción, donde
se van organizando comunidades académicas, y para ello se requieren docentes e
investigadores a dedicación exclusiva, por ejemplo. Es la apuesta: construir otra
universidad más allá de la estructura del co-gobierno universal y autoritario, así como su maquinaria burocrática.
Carlos Crespo Flores
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